Guayaquil. 1 sep 98. Hasta ahora Ecuador ha orientado sus
esfuerzos a preservar los indicadores macroeconómicos, pero ha
tenido en el olvido a la producción. Las consecuencias de esa
decisión están a la vista.

La actividad industrial es sin lugar a dudas el motor de un
país; si un país tiene una industria de avanzada y
progresista, puede decirse que ese es un país desarrollado.

Pero, ¿qué ocurre cuando la industria no puede recibir
materias primas porque la red vial está destruida? ¿cómo las
transporta a través de esos mismos caminos para distribuirla
en los centros de expendio? y ¿con qué dinero comprará
aquellos productos si toda la actividad productiva está
detenida?

A los problemas que surgen de esos cuestionamientos y a muchos
otros se vieron abocados los industriales nacionales en el
último año. No tenían cómo hacer sus productos, no tenían cómo
transportarlos y no tenían a quién venderlos, por lo cual la
mayoría de ellos sufrió cuantiosas pérdidas.

Si bien es cierto que el fenómeno de El Niño ha pasado, los
caminos y el poder adquisitivo de las personas no se han
recuperado, pues su superación implica un proceso largo y
penoso.

Como consecuencia las ventas se han reducido en
aproximadamente el 30% y las inversiones han decrecido, lo que
impide la expansión de la producción y se traducirá en el
escaso crecimiento de la economía en 1998. Estimados
oficiales, inclusive indican que el PIB no superará el 1%, una
tasa por debajo del crecimiento vegetativo de la población.

Pese a esas adversas circunstancias la industria tiene que
seguir produciendo y vendiendo, no puede detenerse por tal
motivo ha llegado el momento de apoyar la producción.

"La diferencia entre la industria y el comercio está en que la
primera tiene millones de dólares invertidos en
infraestructura para poder operar", manifestó Francisco
Alarcón, industrial relacionado con las cámaras de la
producción y principal de Tony Yogurt y Plásticos
Ecuatorianos.

Productos lácteos

El caso de los productos lácteos es patético y fiel reflejo de
lo que le ocurre a quienes están dedicados a las actividades
productivas.

Según Alarcón, muchas veces la materia prima básica, la leche,
la cual es en su mayoría adquirida en haciendas y centros de
acopio en la Sierra, llegaba estropeada y debía ser desechada
debido al tiempo que le tomaba llegar a su destino por el
estado calamitoso de las carreteras.

"La adquisición de estos productos ya está predeterminada
desde hace mucho tiempo por contrato, no importa que nosotros
supiéramos que esa leche iba a tener que botarse, igual había
que pagarla", expresó.

El nivel de ventas de productos lácteos bajó considerablemente
en el último año. Se estima que estas disminuyeron
aproximadamente entre 30% y 35%.

En el caso de la producción de jugos, como consecuencia de El
Niño no hubo naranjas por ejemplo, por lo que se tuvo que
importar las materias primas lo que elevó los costos de forma
increíble. Luego, estos costos no pueden trasladarse a los
consumidores porque serían precios muy altos, lo que
ocasionaría que pierdan el mercado cuando la intención
justamente es preservarlo.

Muchos de estos productos perecibles se dañaron en la mayoría
de las veces en su lugar de origen. "El fenómeno de El Niño es
la catástrofe más grande que ha tenido el Ecuador desde el
siglo XVI", sentenció Alarcón.

En cuanto a la industria del plástico, el empresario reveló
que este fue un año muy malo para la venta de tuberías
plásticas. "Estas se utilizan principalmente para el riego,
pero ¿quién iba a regar con semejante diluvio que hubo?"

Lo mismo ocurrió para instalaciones de agua potable, con el
estado del suelo, nadie iba a arriesgarse.

Se considera que las ventas de estos productos bajaron en por
lo menos del 15% al 20%, pero en este caso esta disminución no
se debió a la falta de materias primas, que sí habían, sino
debido a la falta de demanda por parte de los consumidores
habituales.

En lo que se refiere a artículos para el hogar y para consumo
masivo, no hubo mejoría en relación a años anteriores , porque
la gente no tenía el poder adquisitivo necesario.

"Cuando se mandaba un camión a cualquier lugar del país, se
demoraba más del doble en llegar, y con daños muy graves para
el vehículo, con lo que el sistema de distribución sufrió un
quebranto muy grande", refirió Alarcón.

Azúcar y conservas

El sector azucarero nacional tuvo un año atípico, ya que
prácticamente no hubo zafra, es decir que no hubo producción,
y el sector se vio inmerso en polémicas con las autoridades
por importaciones que se hacían o no se hacían.

Sin embargo, cuenta con la ventaja que contrata la mayoría de
sus trabajadores específicamente para la zafra, por lo que no
sufrió problemas laborales, aunque el daño para esas personas
que son regularmente contratadas no pasó inadvertido.

El sector conservero también se encuentra agobiado. La falta
de materias primas por el estado de la red vial, lo que se
agrava por la escasez de gran cantidad de productos del agro.

El presidente de Conservera Guayas, Guillermo Serra, señaló
que el último año ha sido completamente negativo y que El Niño
fue poco menos que devastador. "Era imposible encontrar
ciertos tipos de fruta, ni tampoco azúcar", dijo.

Las ventas de este sector se vieron asimismo disminuidas, lo
cual empeoró no solo por la poca oferta, sino también porque
la demanda disminuyó.

Muchos productos elaborados con productos del agro serrano,
obviamente bajaron en algo la producción por la situación
vial, pero hubo otros que simplemente dejaron de producirse.

Un caso dramático fue el de la toronja. Serra dijo que su
empresa, que se especializa en el jugo elaborado con ese
cítrico, le fue completamente imposible encontrar existencias
de ese producto. "Simplemente no había, en ningún lado, era de
no creerse; no nos quedó otra cosa que dejar de producir el
jugo", recordó.

A pesar de las necesidades que se presentaron, Conservera
Guayas específicamente casi no recurrió a materias primas
importadas, simplemente decidieron dar de baja ciertos
productos durante esos meses. He ahí las pérdidas.

A futuro la situación no se ve tan halagadora, a pesar del
nuevo gobierno y sus ofrecimientos.
"La clave en una industria como la nuestra es la reactivación
del campo, sin sus productos no podemos subsistir, además del
estado de los caminos, obviamente", aseveró el empresario.

En estas circunstancias resulta imposible que la producción en
general y la productividad se incrementen, lo que es
fundamental para el crecimiento, de acuerdo a los expertos.

Sector acuícola

Un oasis en el aparato productivo lo constituyó el sector
acuícola, éste, irónicamente se vio beneficiado por la inusual
estación invernal. El calentamiento de las aguas hizo que las
larvas de camarón abunden, lo que consecuentemente hizo que la
producción camaronera subiera.

Al haber materia prima en abundancia, esto dio pie para que
las empresas que procesan el camarón pudieran darse tiempo
incluso de desarrollar nuevas maneras de explotarlo, y no
simplemente congelarlo y empacarlo.

En el caso específico del camarón, hubo productos como
brochetas semicocidas, o camarones apanados congelados, que le
dan al usuario la facilidad para la cocción del producto.

Si trasladamos esa situación a ventas exportadas, este fue un
año récord para el sector acuícola y sus derivados, pues la
producción de estos aumentó en números no imaginados,
aproximadamente en 26% con respecto al año anterior.

Sin embargo, no estuvieron libres de problemas como señaló el
dirigente gremial Andrés Romoleroux. "Es verdad que fuimos los
únicos favorecidos por el clima, pero sufrimos las mismas
consecuencias a nivel de infraestructura y caminos. Sufrimos
la destrucción de muchas piscinas, lo que sumaron pérdidas de
alrededor de 60 millones de dólares", aseguró.

Empero, una actividad industrial relacionada con el sector
acuícola sufrió la peor crisis de su historia, los
laboratorios de larvas de camarón. Aun cuando durante el
fenómeno climático de 1982-83 las zonas donde se encuentran
(especialmente en la península de Santa Elena) también
sufrieron estragos, hoy, al contrario de entonces, existen por
lo menos diez veces más la cantidad de laboratorios que los
que había en esa época.

Romoleroux indicó que El Niño, con el calentamiento de las
aguas, produjo una superabundancia de larva salvaje que
provocó el cierre de casi el 90% de los laboratorios
existentes en el país, representando una pérdida de más de 40
millones de dólares.

La otra cara de la medalla fue la industria pesquera. Eduardo
Aguirre, de Negocios Industriales Real, sostuvo que la pesca
de especies pelágicas desde el mes de octubre del año pasado
se vio interrumpida casi en su totalidad, la que se reanudó
apenas en el pasado mes de julio, lo cual trajo ingentes
pérdidas al sector.

"Esta situación perjudicó a nuestro sector de forma
significativa, las plantas procesadoras prácticamente se
paralizaron, no tenían con qué laborar", indicó Aguirre.

Al no contar con materia prima por alrededor de ocho meses
consecutivos, hizo que productos elaborados como las sardinas
enlatadas sufrieran bajas en su producción muy considerables,
así como en sus ventas. Las exportaciones de este producto en
el período de enero a junio de 1998 se redujeron casi en la
mitad, en comparación al mismo período del año anterior.

Por otro lado, otro sector afectado como es la industria de la
harina de pescado, sufrió asimismo pérdidas casi
incalculables, por las razones ya mencionadas. Las
exportaciones de este producto se redujeron en 40%. Las
exportaciones de atún en lata no sufrieron mayor cambio, a
pesar de que las capturas disminuyeron.

Juan García, gerente de producción de Ecuasal, dijo que la
industria de la sal no pudo haber tenido peor momento por la
presencia de las lluvias, ya que "el agua dulce de lluvia es
el peor enemigo de la sal".

La falta de este producto no perjudicó al mercado de consumo
en sí, ya que "nosotros nunca dejamos de tener un stock
considerable", pero en cambio, muchas otras industrias que
tienen a la sal como materia prima esencial tuvieron que verse
privadas de la cantidad normal que reciben del producto para
no perjudicar precisamente al público.

Confitería y galletería

La industria de los dulces y los confites tuvo a través de uno
de sus representantes más importantes, La Universal, uno de
sus años clave, ya que no solo reestructuró completamente sus
instalaciones industriales sino que hizo una renovación total
a nivel de personal.

Este nuevo horizonte, conforme comentó su gerente Fernando
Guzmán, consistió en una mejora en la imagen de los productos
elaborados por la empresa, que siempre estuvieron ahí, pero
que la gente como que los había olvidado.

Para esto recurrieron a una agresiva campaña de mercadeo que,
aunada a la inversión a nivel de planta (casi el 100% de la
maquinaria para la elaboración de los productos fue renovada),
trajo lo que ha conseguido la empresa, no solamente un
crecimiento en sus ventas en 25%, sino la total identificación
de los consumidores con la marca y la búsqueda de ampliar su
espectro hacia el exterior.

"Nos dimos cuenta que este era el momento preciso para hacer
el cambio, lo cual no fue consecuencia de la recesión que vive
el país ni nada por el estilo, esto es algo que ya veníamos
analizando desde hace tiempo, simplemente coincidió que lo
hicimos justo en estos momentos tan críticos que vivió el
país", acotó Guzmán.

Obviamente, dijo, el cambio representó una reestructuración en
cuanto al personal de la empresa, pero ninguno de ellos fue
despedido intempestivamente, y el objetivo final era hacer una
empresa mejor.

Productos no tradicionales

En lo que se refiere a los productos no tradicionales,
específicamente las flores, Galo Montaño, presidente de
Expoflores, indicó que el crecimiento de las exportaciones de
flores se ha desarrollado en forma dinámica durante el último
quinquenio, pero que sin embargo, entre 1996 y 1997 es
relativamente más lento.

"En 1996 se exportaron 42.060 toneladas y en 1997 42.962
toneladas, los valores FOB fueron de 99,1 millones y 116,2
millones de dólares, es decir de 14,7%", afirmó.

Indica que durante el primer trimestre de este año, por
efectos del fenómeno de El Niño, se produce una sobreoferta de
flores en el mercado mundial con la aparición temprana de las
cosechas de Europa y Africa, así como de Colombia y Ecuador,
con lo que se observa un decrecimiento de los precios.

Montaño afirmó que en el mercado norteamericano, principal
consumidor mundial, han aparecido nuevas y poderosas empresas
de comercialización y ventas cuya presencia influirá en el
futuro de la industria florícola de aquel país.

"USA Floral Corporation pretende manejar no menos del 25% del
mercado norteamericano, y Dole Food Co., empresa especializada
en el comercio de frutas, también ha incursionado en el
mercado de las flores con una estrategia que consiste en
adquirir consorcios de Colombia y Ecuador, y que aspira a
controlar gran parte del mercado americano", aseveró.

Montaño afirmó que el sector no ha sufrido consecuencias
negativas en el proceso recesivo del país, por el contrario,
ha abierto cada día un mayor número de puestos de trabajo con
remuneraciones superiores al promedio del sector agrícola en
la Sierra.

Lo que sí preocupa, manifestó, es la devaluación del rublo en
Rusia y la crisis asiática podría influenciar negativamente en
los precios de este mercado. "Por ahora es temprano para hacer
predicciones, sin embargo, el 14% de la producción florícola
ecuatoriana se destina al mercado ruso y pudiera ser afectado
en alguna medida por esa situación de recesión", estimó.

Bebidas gaseosas

La industria de las bebidas gaseosas ha tenido también un año
muy difícil, a criterio del gerente general de Ingaseosas,
William Vasco, nuevamente debido a la dificultad para la
distribución del producto por el estado vial.

Reveló que el crecimiento obtenido por la industria de las
gaseosas a nivel nacional fue del 3,5%, y del 9,5%
específicamente de la Coca-Cola.

Con respecto a la producción en sí, el sistema Coca-Cola en el
país cuenta con una tecnología de avanzada cuya capacidad
instalada está utilizada en el 67%. "El crecimiento continuo
de la demanda de nuestros productos ha permitido que en dos
años tengamos un incremento de 13 puntos en nuestro nivel de
producción, al pasar de 54,5% en 1996, al 58,1% en 1997, y al
67% en 1998.

En lo que se refiere al aspecto laboral, Vasco indicó que no
solamente no han tenido reducciones de personal sino que por
el contrario, aumentaron sus plazas de trabajo;
"lamentablemente esto no ha sucedido en otros sectores, por lo
que el impacto a nivel general del país es negativo".

Como soluciones para superar este fenómeno recesivo, planteó
que la administración industrial debe enfocar sus esfuerzos en
reducir sus costos de operación mediante la optimación de los
procesos como una forma de mantener los precios de los
productos en niveles razonables.

"En nuestro país hay mucho por hacer y llegó el momento de
administrarse en eficiencia, buscando al interno de las
organizaciones los mejoramientos, preparándonos para competir
en un medio donde nuestro consumidor, afortunadamente cada vez
más, tiene la libertad de elegir", dijo de forma concluyente
Vasco.

Valor agregado e inversión

Para que la industria de un país pueda ser considerada de
avanzada, requiere que la manufactura sea su elemento
esencial.

"No podemos ser simples vendedores de materias primas, debemos
agregarle la mayor cantidad de valor posible a nuestros
productos, solo así avanzaremos como país", destacó el
empresario agroindustrial y presidente del Consejo de Comercio
Exterior e Inversiones (Comexi), Werner Moeller.

Solo mediante el valor agregado los productos ecuatorianos
elaborados serán verdaderamente considerados en el exterior y
es lo que atraerá a la inversión, pero no solo para la
explotación de los recursos naturales sino para la industria
en sí, aseveró Moeller.

"Con el marco jurídico creado por el Comexi, el país ha
sentado las bases para un verdadero desarrollo y apertura.
Ahora, todo depende de los empresarios ecuatorianos", dijo.

Retroceso en la construcción

El presidente de la Cámara de la Construcción, Ricardo Palau,
fue muy claro, la construcción en el país ha sufrido uno de
los más grandes retrocesos de su historia.

En el último año -dijo Palau-, el sector ha tenido un
crecimiento "inferior al vegetativo, es decir, un
estancamiento total".

Para esto se ha unido una serie de factores. En lo que se
refiere a obra pública, el Gobierno no ha tenido los fondos
suficientes y esto es causa directa del déficit fiscal, por lo
que ha habido muy poca inversión en ese campo.

En cuanto a vivienda se ha hecho muy poco, dijo, ya que hace
falta llevar a cabo un verdadero plan que lo habría dejado
implementado el gobierno anterior, llamado Sistema de Subsidio
Habitacional, que incluye al sector financiero privado como
eje para la captación de ahorro.

La inversión que se ha hecho en cuanto a la construcción se ha
circunscrito a los grandes proyectos que provienen
generalmente de sectores que tienen muchos recursos, pero que
pertenecen al sector bancario, financiero, hotelero y
empresarial, como es lo que ocurre en la Av. Francisco de
Orellana, afirmó Palau.

Estimó que el aspecto laboral constituye un problema muy
grande por causa de esta recesión que sufre el sector.

"La construcción utiliza mano de obra, en su mayoría, que
requiere de muy poco entrenamiento, o que es muy fácil de
capacitar. Debido a esto, las personas que ahí laboran son de
pocos recursos; si es que la construcción sufre un retroceso,
se crea un problema social muy grande, ya que si no hay
proyectos, no hay trabajo, así de simple", puntualizó el
dirigente gremial. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

Otras Noticias del día 01/Septiembre/1998

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el