Quito, 11 Ago. 2000. A lo largo de la avenida que conduce al
Club Los Chillos, hay una hilera de árboles grandes que Marcelo
Ayala, el nuevo alcalde de Rumiñahui, sembró hace 14 años cuando
era presidente del Concejo Municipal del cantón. Hoy, al inicio
de su segunda gestión como alcalde, se encuentra con una zona que
tiene graves problemas medioambientales: ríos contaminados,
deforestación, surgimiento de cultivos que requieren uso de
químicos contaminantes. Su administración deberá mediar entre
conflictos generados por el incremento de la delincuencia; por
desacuerdos entre la comunidad y las autoridades con respecto a
la construcción de obras, como es el caso del paso deprimido en
el Triángulo, y la proliferación del comercio informal en
Sangolquí.
Usted concluyó su primer período como alcalde de Rumiñahui hace
más de una década. ¿Qué retos le plantea esta nueva Alcaldía?
Hay que hacer un gran esfuerzo para recobrar la imagen municipal,
el gobierno de Rumiñahui debe tener credibilidad. El Municipio
debe propiciar la reactivación económica del cantón, propiciar el
desarrollo de ciertas actividades para generar empleo. El
cantón tiene un gran movimiento comercial y eso ha hecho que se
den muchos conflictos, como el de la plaza de mercado, que hay
que solucionar. Es importante construir centros de comercio
modernos para organizar esta actividad. También queremos que
funcione la asamblea cantonal con los representantes de diversos
sectores, para fomentar la participación de la comunidad.
Otra prioridad será implementar un plan global de seguridad.
El problema de la seguridad tiene que ver con la falta de empleo,
de oportunidades...
Sí, es cierto que con un plan de seguridad eso no se va a
resolver, solo se va a mitigar un tanto, porque la causa real es
la crisis económica. Se ha desplazado a mucha gente, se han
cerrado las industrias, las empresas, lo que hace que las tasas
de desempleo sean altísimas. Esto implica serios conflictos
sociales.
También se evidencia un vacío en la definición de funciones entre
la Policía, los tenientes políticos y los alcaldes, porque nadie
se quiere responsabilizar del problema de la inseguridad...
La seguridad no es solo de la Policía, sino de todos los
sectores. Yo podría decir como alcalde que a mí no me compete,
pero no podemos permanecer de espaldas ante el problema. Yo ya he
hablado con el teniente político de mi cantón, con diferentes
líderes de barrios. Desde mi posesión, voy a trabajar para que el
plan de seguridad esté canalizado desde todos los ángulos. Hay
que contribuir al equipamiento de la Policía.
¿Cómo se va a trabajar en el tema de la vialidad?
Se me ocurre que es necesaria la planificación, los recursos
económicos, el soporte técnico. Es lo que me imagino, porque
desconozco totalmente lo que está ocurriendo en el Municipio de
Rumiñahui. No tuve ningún acercamiento con el alcalde. solo sé
que me deja una nómina de empleados demasiado grande para lo que
necesita la institución.
Otro tema que preocupa al valle es el paso deprimido. ¿Qué
posición toma usted al respecto?
Con el prefecto Ramiro González hemos pedido a la empresa que no
inicie el trabajo, para determinar la conveniencia o
inconveniencia del proyecto, hasta que iniciemos nuestros
períodos. Si la propuesta del paso deprimido es la más adecuada
frente a otras opciones, la aprobaremos, pero no podemos
desconocer que se firmó un contrato de ampliación por ocho años
de cobro de peaje, y hay que tomar en cuenta que desde ahora la
gente protesta porque es un peaje demasiado alto para los pocos
kilómetros que tiene la autopista General Rumiñahui.
Un aspecto que necesita atención en el valle es el medio
ambiente. ¿Qué acciones va a tomar al respecto?
Me preocupa qué pasa con las florícolas que se han enclavado en
el cantón Rumiñahui. Otro problema son las descargas de las
industrias a los ríos, la contaminación por parte de los autos,
en fin, yo creo que hay que estructurar un plan general para
descontaminar el río San Pedro. Si no lo hacemos, sería trágico.
¿La cultura ocupa algún lugar dentro de sus prioridades?
Sí queremos trabajar en la cultura. Vamos a construir el Centro
Cultural del Cantón y resucitar la banda juvenil,que antes
contaba con más de 100 músicos y hoy está abandonada.
La ficha
Marcelo Ayala (ID) nació en Sangolquí. Después de su primer
período como presidente del Concejo de Rumiñahui, que concluyó
hace 13 años, trabajó como consultor en el Banco del Estado.
En el Gobierno de Rodrigo Borja, se desempeñó como director
nacional de Personal. En el mismo período, fue subgerente de
Recursos Humanos hasta que obtuvo su jubilación.
Durante su mandato como alcalde, impulsó la realización de un
nuevo catastro en el cantón e hizo los primeros estudios para el
reordenamiento urbano.
Camal municipal contamina al río Cachaco
La contaminación del río Cachaco a causa de los residuos
provenientes del deteriorado camal municipal aledaño a sus
riberas es uno de los problemas que enfrenta el cantón Rumiñahui.
Los introductores de ganado mayor y menor (quienes venden cabezas
de ganado vacuno y porcino), consideran que la construcción de un
camal moderno en ese cantón contribuiría al mejoramiento del
sistema de faenamiento para reducir el impacto ambiental e
incorporarse a nuevos mercados.
La actual administración propone reubicarlo en la zona industrial
o remodelar su infraestructura tecnológicamente, para cumplir con
las normas. Eduardo Llumiquinga, representante de los
introductores de ganado mayor, considera oportuna una renovación
del camal, "no exigimos un elefante blanco, sino una instalación
que contribuya a la calidad y al prestigio de nuestra carne".
Por su parte, Juan de Dios Iza, presidente de los introductores
de ganado menor, dice que el compromiso de la administración de
Marcelo Ayala es dar la apertura necesaria para que el camal se
desarrolle en condiciones óptimas "En campaña dijo que no ofrece
nada, sino acciones que vayan en beneficio de la comunidad, y el
camal es una de sus preocupaciones", afirmó. (DIARIO HOY)(P. 6-B)
Club Los Chillos, hay una hilera de árboles grandes que Marcelo
Ayala, el nuevo alcalde de Rumiñahui, sembró hace 14 años cuando
era presidente del Concejo Municipal del cantón. Hoy, al inicio
de su segunda gestión como alcalde, se encuentra con una zona que
tiene graves problemas medioambientales: ríos contaminados,
deforestación, surgimiento de cultivos que requieren uso de
químicos contaminantes. Su administración deberá mediar entre
conflictos generados por el incremento de la delincuencia; por
desacuerdos entre la comunidad y las autoridades con respecto a
la construcción de obras, como es el caso del paso deprimido en
el Triángulo, y la proliferación del comercio informal en
Sangolquí.
Usted concluyó su primer período como alcalde de Rumiñahui hace
más de una década. ¿Qué retos le plantea esta nueva Alcaldía?
Hay que hacer un gran esfuerzo para recobrar la imagen municipal,
el gobierno de Rumiñahui debe tener credibilidad. El Municipio
debe propiciar la reactivación económica del cantón, propiciar el
desarrollo de ciertas actividades para generar empleo. El
cantón tiene un gran movimiento comercial y eso ha hecho que se
den muchos conflictos, como el de la plaza de mercado, que hay
que solucionar. Es importante construir centros de comercio
modernos para organizar esta actividad. También queremos que
funcione la asamblea cantonal con los representantes de diversos
sectores, para fomentar la participación de la comunidad.
Otra prioridad será implementar un plan global de seguridad.
El problema de la seguridad tiene que ver con la falta de empleo,
de oportunidades...
Sí, es cierto que con un plan de seguridad eso no se va a
resolver, solo se va a mitigar un tanto, porque la causa real es
la crisis económica. Se ha desplazado a mucha gente, se han
cerrado las industrias, las empresas, lo que hace que las tasas
de desempleo sean altísimas. Esto implica serios conflictos
sociales.
También se evidencia un vacío en la definición de funciones entre
la Policía, los tenientes políticos y los alcaldes, porque nadie
se quiere responsabilizar del problema de la inseguridad...
La seguridad no es solo de la Policía, sino de todos los
sectores. Yo podría decir como alcalde que a mí no me compete,
pero no podemos permanecer de espaldas ante el problema. Yo ya he
hablado con el teniente político de mi cantón, con diferentes
líderes de barrios. Desde mi posesión, voy a trabajar para que el
plan de seguridad esté canalizado desde todos los ángulos. Hay
que contribuir al equipamiento de la Policía.
¿Cómo se va a trabajar en el tema de la vialidad?
Se me ocurre que es necesaria la planificación, los recursos
económicos, el soporte técnico. Es lo que me imagino, porque
desconozco totalmente lo que está ocurriendo en el Municipio de
Rumiñahui. No tuve ningún acercamiento con el alcalde. solo sé
que me deja una nómina de empleados demasiado grande para lo que
necesita la institución.
Otro tema que preocupa al valle es el paso deprimido. ¿Qué
posición toma usted al respecto?
Con el prefecto Ramiro González hemos pedido a la empresa que no
inicie el trabajo, para determinar la conveniencia o
inconveniencia del proyecto, hasta que iniciemos nuestros
períodos. Si la propuesta del paso deprimido es la más adecuada
frente a otras opciones, la aprobaremos, pero no podemos
desconocer que se firmó un contrato de ampliación por ocho años
de cobro de peaje, y hay que tomar en cuenta que desde ahora la
gente protesta porque es un peaje demasiado alto para los pocos
kilómetros que tiene la autopista General Rumiñahui.
Un aspecto que necesita atención en el valle es el medio
ambiente. ¿Qué acciones va a tomar al respecto?
Me preocupa qué pasa con las florícolas que se han enclavado en
el cantón Rumiñahui. Otro problema son las descargas de las
industrias a los ríos, la contaminación por parte de los autos,
en fin, yo creo que hay que estructurar un plan general para
descontaminar el río San Pedro. Si no lo hacemos, sería trágico.
¿La cultura ocupa algún lugar dentro de sus prioridades?
Sí queremos trabajar en la cultura. Vamos a construir el Centro
Cultural del Cantón y resucitar la banda juvenil,que antes
contaba con más de 100 músicos y hoy está abandonada.
La ficha
Marcelo Ayala (ID) nació en Sangolquí. Después de su primer
período como presidente del Concejo de Rumiñahui, que concluyó
hace 13 años, trabajó como consultor en el Banco del Estado.
En el Gobierno de Rodrigo Borja, se desempeñó como director
nacional de Personal. En el mismo período, fue subgerente de
Recursos Humanos hasta que obtuvo su jubilación.
Durante su mandato como alcalde, impulsó la realización de un
nuevo catastro en el cantón e hizo los primeros estudios para el
reordenamiento urbano.
Camal municipal contamina al río Cachaco
La contaminación del río Cachaco a causa de los residuos
provenientes del deteriorado camal municipal aledaño a sus
riberas es uno de los problemas que enfrenta el cantón Rumiñahui.
Los introductores de ganado mayor y menor (quienes venden cabezas
de ganado vacuno y porcino), consideran que la construcción de un
camal moderno en ese cantón contribuiría al mejoramiento del
sistema de faenamiento para reducir el impacto ambiental e
incorporarse a nuevos mercados.
La actual administración propone reubicarlo en la zona industrial
o remodelar su infraestructura tecnológicamente, para cumplir con
las normas. Eduardo Llumiquinga, representante de los
introductores de ganado mayor, considera oportuna una renovación
del camal, "no exigimos un elefante blanco, sino una instalación
que contribuya a la calidad y al prestigio de nuestra carne".
Por su parte, Juan de Dios Iza, presidente de los introductores
de ganado menor, dice que el compromiso de la administración de
Marcelo Ayala es dar la apertura necesaria para que el camal se
desarrolle en condiciones óptimas "En campaña dijo que no ofrece
nada, sino acciones que vayan en beneficio de la comunidad, y el
camal es una de sus preocupaciones", afirmó. (DIARIO HOY)(P. 6-B)
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