Quito (Ecuador). 09 ene 96. Casualmente, mientras se le
prohibía exponer en el Museo de Guayaquil porque las
autoridades del mismo señalaron que su muestra no era arte,
sino política, en Monterrey (México) ganaba el Premio Marco de
pintura, uno de los más importantes del mundo. Su nombre, es
más conocido en la plástica nacional e internacional: Marcelo
Aguirre, quien en la siguiente entrevista habla sobre la
creación, los nuevos estilos en el arte del país, la
comunicación con el público, la política en la pintura y otros
temas de interés.

-Si bien Ecuador es un país de artistas, internacionalmente se
lo conoce por el indigenismo, y sobre todo por Kingman y
Guayasamín. Como que no se reconoce que hay otras corrientes
estéticas importantes. ¿Este Premio podría ser una
reivindicación de otros estilos que nada tienen que ver con el
indigenismo?

-Esa es una de las cosas que me emocionó mucho, porque de
alguna manera hay reconocimientos a lo que está pasando en la
pintura actual del Ecuador. En la actualidad se están dando
otros planteamientos que no tienen que ver con el indigenismo.
No podría definir un estilo determinado pero veo que hay una
diversidad de caminos y de propuestas diferentes que tienen
otro contenido, otro concepto y creo que es importante que se
conozca eso a nivel internacional. el estigma se ha roto
porque hay otras necesidades y es verdad que hasta ahora solo
se conocía la pintura de Guayasamín, pero eso no corresponde a
la realidad, es una imagen caduca.

-¿Y cómo ves la creación de los jóvenes?

Tratar de buscar una corriente marcada no creo que sea posible
porque no existe, pero veo una actitud de búsqueda en las
instalaciones, en encontrar nuevas formas de expresarse
trabajando distintos medios, como pintura, escultura, video.

A ratos siento que las alternativas para los que están
empezando son reducidas porque no tienen mucho espacio y no
existe una política cultural del Estado. La empresa privada
está apoyando en algo, pero falta mucho. DHL por ejemplo, es
una empresa que ha apoyado distintos artistas. En lo estatal
quizás lo de Parques y Jardines del Municipio es lo único que
ha mostrado un proyecto específico de invertir y promocionar.
Pero más allá de las dificultades creo que no es bueno solo
quejarse. Los jóvenes tienen que proponer, tienen que
encontrar alternativas. Por un lado no hay los espacios pero
por el otro creo que ben ser los que proponen, los que rompen
con lo establecido. A nivel de país hay una crisis más dura,
no hay un discurso filosófico sobre el arte, no hay política
cultura, pero yo creo mucho en la propuesta del artista, en su
imaginación. Al artista ecuatoriano de hoy nadie le va a dar
caminando, tiene que tener creatividad y quebrar las
dificultades.

-¿Y dentro de las nuevas propuestas están las instalaciones
sobre las que se ha desatado una polémica. ¿Crees que tienen
valor artístico?

-Todo depende de lo que se quiera decir con la instalación. Si
hay un concepto y lo que se transmite es interesante creo que
es muy válida. Es otro medio de expresión que da nuevas
posibilidades. Es verdad que es como una moda, pero hay que
identificar lo que vale y no meter todo en la misma bolsa. A
mi me parece importante hacer una instalación si veo la
necesidad, si en ese momento me ayuda a decir algo que no
puedo con la pintura.

-En este momento en que el post modernismo se ha impuesto en
determinados niveles de la vida cultura, muchos señalan que el
arte o la creación en general deben valorizar lo estético y
ser absolutamente apolítica. ¿Que piensas de eso?

-Yo no creo eso. De alguna manera todos estamos metidos en la
política. Para mi lo importante es descifrar qué es lo que
quiero expresar y a través de qué medios quiero comunicarlo.
Para mi la pintura no ha sido un medio para contar mis
inquietudes. Eso de la cuestión apolítica me parece un
absurdo. Recién me suspendieron la exposición en el Museo
Municipal de Guayaquil porque me dijeron que no podía entrar
política en el museo sino solo pintura. Yo le dije: Eso es
absurdo, yo soy pintor y lo que voy a presentar es sobre todo
una obra pictórica que, obviamente deja un determinado
mensaje. Lo que pasa es que yo había tomado el tema de "Manos
limpias y sin sangre" que es algo que está pasando
actualmente... Pero mi pintura no es ilustrativa, no es
panfleto, pues eso no me interesa. Yo creo que la lectura es
múltiple, hay una yuxtaposición de realidades en mis cuadros.
Yo nunca doy un mensaje explícito porque creo en la capacidad
de interpretación del espectador que es el que finalmente debe
juzgar.

No veo la razón de censurar una obra de arte, creo mucho en la
libertad de expresión y en el arte es fundamental porque tiene
que haber una mente abierta.

Y hablando de mensajes ¿Cómo se da tu comunicación con el
público?

A raíz de la última exposición en "La Galería", "Los siete
pecados capitales" se dio un diálogo muy directo y franco.
Como que las personas se involucraron más con la obra. Fue muy
abierto porque hay; personas que se sintieron motivadas con la
obra y otras que no les gustó y eso encontré muy válido porque
uno tiene la posibilidad de ver distintas reacciones sobre la
obra. A pesar de ese diálogo y el intercambio que se dio, creo
que como pintor no estoy para cumplir ;con las expectativas
del público, como el público no puede estar obligado a cumplir
mis expectativas.

-Pero el arte sigue siendo para determinadas elites.

-En cuanto a la comercialización, llega a un determinado
público o personas que tienen la plata, que conocen y les
interesa pero yo siempre he tratado de difundir mi obra lo
máximo posible. Yo creo que eventos como la bienal de Cuenca,
El Salón Mariano Aguilera, son espacios; para atraer al gran
público, que participa y se involucra más con lo que es la
pintura porque a las galerías no va todo el público, Esos son
espacios claves, importantes para difundir lo que se está
haciendo en la pintura actual.

-En cuanto a la comercialización, ¿la crisis que vive el país
no afectó?

-Han bajado las comparas de obras de arte, sobre todo de las
que;proponen nuevos enfoques. Creo que no hay una mayor
apertura porque el medio es un poco conservador, como que
quieren seguridad y a veces sobre sale solo lo decorativo. Yo
no tengo nada contra lo decorativo pero el arte no es eso.

¿Y qué es el arte?

-Definir el arte es medio difícil, para mi es como la vida. Yo
creo que hay ;que ser abierto a la vida y uno va encontrando
necesidades internas y estilos que nos hacen caminar por la
creación. Para eso hay que tener una mente abierta. Lo de "Los
siete pecados capitales" me llevó a definir más lo que yo
quería decir y ;por eso las figuras son más realistas. Había
una necesidad de encontrarme con esos pecados. La cuestión
política es paralela a la creación. Hay situaciones que pasan
en el país, la crisis que estamos viviendo también ha sido un
motor para trabajar. Entonces esa frase de Dahik sobre manos
limpias y sin sangre me sirvieron para titular el cuadro.

-En enero se abre una exposición con tu última obra en La
Galería...

Estoy trabajando estos personajes, justamente lo que iba a
llevar a Guayaquil, que es esta figura central que puede
interpretarse de muchas maneras desde el poder, del político,
del ciudadano común. Pero obviamente hay un cuestionamiento de
lo que está sucediendo a nivel de la corrupción. También tiene
que ver con la frustración de uno, con situaciones que uno no
puede manejar. Además hay otro elemento interesante: la
frustración es como el motor para plantear nuevas
posibilidades; como que renueva la energía. A veces la
frustración te hace preguntar y darte cuenta de que está
sucediendo. (Diario HOY) (Cultura)
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