Quito. 27.02.94. "Hablar con Marta Cecilia Larrea, cuando era la asistenta
de Osvaldo Hurtado, era como hablar con él. Así eran de perfectos
los recados que recibía o trasmitía".

Así la recordaba un ex asesor de Hurtado a Marta Cecilia, la
actual asistenta del alcalde de Quito, Jamil Mahuad.

"Ella es una mujer increíble" afirman los que la conocen.
"­Ah­, la Marta Cecilia", dicen quienes la miran con recelo.

¿Quién es Marta Cecilia? ¿La de la imagen chévere o la que
inspira un respetuoso temor?

Domingo conversó con ella y la descubrió en su hogar, una bella
casa, donde cada detalle parece haber sido estudiado, para que no
desentone con la armonía del lugar. Y la encontró cálida,
sensible, simpática...

- ¿Qué recuerda de su trabajo con Osvaldo Hurtado?

- Comencé a trabajar con Osvaldo Hurtado en 1978, en el Congreso,
donde funcionaban las comisiones de reestructuración jurídica del
Estado. Osvaldo era presidente de la tercera comisión. Fueron
como seis meses. En su campaña estuve muy poco tiempo porque
estaba embarazada de mi segundo hijo. Después, en el 79, seguí
trabajando con él cuando fue vicepresidente de la República.
Para ese entonces pensaba que luego de cinco años en la
vicepresidencia me iría a mi casa. No se me ocurrió que iba a
seguir trabajando tanto tiempo, hasta ahorita.

- ¿Con Osvaldo Hurtado fue el primer trabajo que desempeñó?

- No. Trabajo desde el año 66 en que me gradué. Mi primer
trabajo fue con el presidente de la Junta de Planificación, que
en esa época era Jaime Nebot Velasco. Trabajé un cortito tiempo
con él. Después fue con Fausto Cordovez y con Blasco Peñaherrera.
Allí salí y fui a la Pasteurizadora Quito. Después de eso trabajé
en una compañía que siembra palma africana y produce aceites y
margarinas.

- ¿Por su relación con Osvaldo Hurtado le nació el interés por la
política?

- Definitivamente. Y ahora sería incapaz de dejar ese mundo. Me
encanta: una se mete y queda envuelta.

- ¿Su integración a la política es básicamente a través de la
Democracia Popular?

- Sí, pero yo soy hurtadista más que nada. Me gustan todos los
principios de la Democracia Popular y lo que son sus líderes. En
las dos personas con las que he trabajado: Osvaldo y Jamil, he
visto cualidades que no he encontrado -o al menos no las he
visto- en otras personas: la rectitud, la honestidad, la
verticalidad. Eso para mí es un orgullo y una gran satisfacción.

- ¿Usted milita en la DP?

- Soy afiliada, no milito. No soy activa.

- ¿Pero acaso no le ha dado la tentación de involucrarse más, a
lo mejor de participar como candidata para alguna dignidad?

- No, nunca nadie me lo ha propuesto. Me he mantenido un poco al
margen. He trabajado en las campañas, por supuesto, con Osvaldo y
con Jamil. También para respaldar a Vladimiro Alvarez. Pero a
participar yo... no. Soy muy tímida. Entonces siempre prefiero
hacerme a un lado. Y si alguien me necesita que me llame, que me
busque.

- ¿Realmente es tímida?

- Súper tímida. Me dicen que no lo parezco y que desde la forma
de caminar es de una persona que no es tímida, sino más bien
agresiva. Pero no. Soy tímida, reservada, difícil de conversar.

- Usted trabaja en el Municipio de Quito, como asistenta del
alcalde. ¿Qué le implica esa responsabilidad?

- Sí, tengo una gran responsabilidad a mi cargo y es que manejo
cosas muy privadas, muy reservadas. Yo pienso que una de mis
cualidades es que soy muy discreta. Con Osvaldo Hurtado mi
trabajo se vinculaba mucho más a lo personal. Yo le llevaba
desde su chequera. Y a veces sabía cuál era el saldo de su
cuenta y él no tenía la menor idea. Con Jamil él no ha estado
acostumbrado a mantener una relación así con una persona. Pero
ahora que poco a poco nos vamos conociendo me va soltando un poco
más de cosas. Lo que he tenido por parte de los dos es una gran
confianza en cuanto a lo que he hecho. Por ejemplo, me encanta
que alguna vez me digan: "eso es reservado, hágalo usted". Eso me
da mucha satisfacción, porque me demuestran que confían en lo que
soy: absolutamente leal. Y eso lo vivo a diario: la lealtad, la
honestidad...

- Cualidades que no pegan mucho en el mundo de la política, sin
embargo...

- Efectivamente se han ido perdiendo pero en el medio en el que
me muevo prevalecen.

- ¿Qué le ha significado a usted haber trabajado con figuras
políticas de importancia para el país?

- Pienso que tengo sentido común entonces eso me ha ayudado a
captar exactamente lo que pretenden y la forma cómo tengo que
decir a una persona equis lo que sea. Soy capaz de mantener una
buena relación con la gente y eso también me ha ayudado en los
puestos que he tenido.

- ¿Cómo ve la diferencia entre trabajar con un presidente y un
alcalde?

- La presidencia y la alcaldía son dos cosas totalmente
diferentes. En la presidencia las decisiones que se toman son
trascendentales, y tienen que pensarse para todo el país. El
Municipio es también algo muy importante, abarca todo, es un
gobierno central en pequeño. En un momento dado sí pueden
compararse por la cantidad de cosas que abarca el Municipio.

- Usted ha estado muy en contacto con el poder político. ¿Qué
impresión le ha dejado?

- El poder es muy efímero y para manejarlo se tiene que tener la
cabeza muy bien puesta. Para no dejarse amargar cuando se lo
pierde y no dejarse elevar cuando se lo tiene. Ninguna de las dos
personas con las que he trabajado, y de las que puedo hablar, se
ha dejado llevar por el poder.

- ¿En su trabajo, sus actividades la desbordan o ha podido
disciplinarse y establecer un horario?

- Trato de disciplinarme ahora. En la presidencia no era muy
fácil, porque era un entrar sin saber cuando iba a salir. Pero
al terminar la presidencia le pedí a Osvaldo que me permitiera
trabajar con horario seguido, hasta las 4 de la tarde. Ahora de
nuevo he vuelto a tener un trabajo sin horario, pero me gusta
saber que si me quedo es porque soy necesitada. Entonces si debo
quedarme no tengo ningún problema. Ya mis hijos están grandes.

- ¿Alguna vez le resultó difícil trabajar y ser madre?

- Al comienzo, cuando eran chiquitos. Ahora mi hija tiene 18 años
y mi hijo 15. Quizá éste ha sido mi mayor sacrificio: el no
poder compartir un poco más de tiempo con ellos. Pero por todo
ello, han visto que su mamá es capaz, que puede desempeñar un
trabajo que para mí es muy importante y que pueden confiar en
ella. Ese es el ejemplo que les he dado y mis hijos pienso que
sí me admiran.

- La he visto trabajar en la alcaldía: parece la mujer más
acelerada del mundo...

- Soy híper activa.

- ¿Esa característica la tiene más presente en su trabajo o
también en su vida personal?

- Ya está en mi vida diaria. Generalmente creo que vivo atrasada.
Soy excesivamente puntual, entonces eso me lleva a estar así
como atrasada a todas partes. Ya es una cosa con la que vivo y
voy acelerada, de un lado para otro. El sábado me levanto a las
9, hago cantidad de cosas, regreso, salgo. voy... Y soy la única
persona así porque veo a quien está a mi lado muy tranquila.

- ¿Esto le provoca tensión o estrés?

- No. Pienso que es mi desfogue. Hay días, por supuesto, en que
llego absolutamente cansada. Eso me permite también estar
exclusivamente pensando en mi trabajo, entonces cualquier otra
preocupación se desvanece.

- ¿Desempeña otras actividades?

- No. Me dedico a mi casa, a arreglarla, a las compras. Esta es
mi otra actividad. Me encanta leer y arreglar flores Ese es mi
gran entretenimiento. Me encanta disfrutar con mis hijos el fin
de semana y salir y conversar con ellos. Será por mi trabajo que
no he tenido más tiempo de dedicarme a lo que me hubiera gustado.
Odio los tés, no me metes en un té por nada. Ni por campaña. Soy
amiguera, también me gustan las reuniones con mis amigos y salir.
No soy deportista. Cuando mi hermano Tito fue puntero izquierdo
me encantaba ir al fútbol. Desde que se retiró ya no.

- ¿Le gusta cocinar?

- No. No soy cocinera, soy muchacha de mano. Prefiero arreglar
mi casa. De pronto me encuentro en la cocina y me siento
totalmente perdida y digo Dios mío qué voy a sacar de aquí. En
cambio, puedo tender una cama perfectamente. Mis hijos protestan
por eso, porque en la cocina me pierdo.

- ¿Se siente satisfecha?

- Sí. Me encantaría terminar muy bien mi trabajo en la alcaldía y
después de eso no podría decir qué es lo que quiero hacer.
Podría seguir trabajando con Jamil... No sé. Pienso mantenerme todavía
activa un buen tiempo. Para mí lo principal son mis hijos y
quiero que ellos tengan todas las oportunidades que yo no tuve.
Me encantaría que ellos sigan la universidad, que yo no pude.

- ¿Cómo definiría que es su esencia íntima como ser humano?

- Una persona absolutamente sencilla, no creo haber hecho jamás
daño a nadie.
EXPLORED
en Autor: Consuelo Albornoz - [email protected] Ciudad N/D

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