Quito. 25 dic 99. Todos escuchan atentamente al filo de la
carretera lodosa que conduce a Mindo; con sus largavistas
recorren las ramas de un frondoso árbol. Un tucán aparece y los
observadores dirigen su atención a ese sitio; el ave pasa de
ramal en ramal. Otro grupo dirige su atención hacia el lugar en
el que asoma un pajarillo de color café, con una mariposa en su
pico. "La mayoría de aves se alimentan de insectos", dice Marco
Jácome, de la Fundación Ornitológica del Ecuador, que dirige el
conteo de aves en ese lugar.
Un sonido agudo se escucha. Todos buscan entre las ramas, alguien
asegura que es una Chlorophonia collar amarillo, otros asienten.
"Ya puedo oírla, pero no la veo", dice uno. Otro saca la Guía de
aves de Colombia y busca la Chlorophonia, el resto se acerca para
identificarla, y continúan buscando en la copa de una colca.
"Aquí tenemos que valernos de una guía hecha en Colombia"
-reconoce Jácome-, "porque los estudios sobre las aves en el país
son limitados". Sin embargo, asegura que ya está en la imprenta
un libro similar sobre las aves del Ecuador.
Los observadores no logran encontrar a la Chlorophonia, pero
alguien vio una tangara. "Tiene la cabeza amarilla", grita. El
resto dirigen sus largavistas en la misma dirección. Marco Jácome
recuerda que existen ornitólogos que pueden describir cualquier
ave solo con escuchar su canto.
Un colibrí aparece sobre un helecho. Sus nombres son pronunciados
en inglés, como constan en la Guía de aves de Colombia. Alguien
grita que acababa de ver a una Euphonia. "Es del tamaño de un
tangarita. Es raro ese pájaro", dice uno de los observadores.
Según Jácome, en la zona de Mindo se contabilizaron más de 450
especies de aves, de las 1 616 con las que cuenta el Ecuador, y
cuatro de las 92 especies que están en peligro de extinción en
el país.
El grupo avanza por el filo de la carretera. Marco Jácome se
detiene junto a un guarumo, que tiene las hojas grandes y
brillosas. "Esta planta es un indicador de que el bosque ha sido
alterado; donde han tumbado árboles aparece el guarumo -dice-,
pero sus semillas son muy utilizadas por las aves, especialmente
por las tangaras".
Luego, Marco Jácome se detiene frente a un tronco de árbol seco,
dirige su dedo a la copa, en donde se observa un pequeño bulto,
mientras otros dirigen su atención hacia un gallinazo cabeza
negra que vuela en el horizonte.
"Es un gavilán de camino" -dice Jácome-, "a veces se esconde en
el tronco seco, y por su color es difícil distinguirlo". Luego
de anotar la especie en la lista que llevan para contar las aves
de Mindo, uno de los observadores alerta del sobrevuelo de un
gavilán que lleva una culebra para alimentarse.
Así, los observadores encontraron seis Caragyps atratus, más
conocido como gallinazo de cabeza negra; dos Cathartes aura, o
gallinazos de cabeza roja; un gavilán barreteado y hasta un ave
migratoria, que llegó de Estados Unidos a Mindo: la Piranga
rubra, conocida como Piranga roja. En total hallaron 63 especies
de aves en un recorrido de seis kilómetros, sin adentrarse al
bosque. Las especies en peligro esperaban encontrarlas más tarde.
CUANDO DESAPARECEN LAS AVES
Una de las aves más raras que encontraron los contadores es el
Tiaris olivacea, más conocido como semillerito amarillo.
La Fundación Ornitológica del Ecuador (Cecia) realiza todos los
años, en los meses de diciembre, un conteo de aves en un círculo
de 25 kilómetros de diámetro: en Mindo, Yanacocha, Calacalí, Nono
y Tandayapa, para observar e identificar aves y realizar su
conteo, en un lapso de 24 horas.
Esta actividad tuvo su origen en Estados Unidos, en 1899, como
una reacción a la matanza de aves que realizaban los cazadores
en invierno. "Se cuenta que los cazadores -dice Marco Jácome-
mataban hasta 20 mil aves".
Además permite evaluar el estado de conservación de las especies,
porque se realizan conteos similares en el mismo sitio, desde
1995, según los organizadores.
La Lista de aves amenazadas de extinción del Ecuador, en cuya
recopilación colaboraron la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza, la Fundación de Estudios
Ecológicos, Cecia, el Inefán y BirdLife International, revela que
en el Ecuador desaparecieron cuatro especies de aves y 100 más
están en peligro de desaparecer.
El problema es muy complejo, según el ornitólogo Tjitte de Vries.
Sostiene que en el país todavía sigue siendo una amenaza para las
aves la caza indiscriminada -en Mindo una de las más apetecidas
son las pavas-, sumada a la contaminación del medio ambiente y
a la deforestación.
Para el ornitólogo, la principal consecuencia de que se extinga
alguna especie de ave en el Ecuador es que "desaparece el
pajarito". ¿Puede haber algo más terrible", se pregunta.
EN EXTINCION
Leucopternis occidentalis, o gavilán dorsigris, es única en el
país y está amenazada por la deforestación
Rupicola peruviana, o gallo de la peña, es una de las especies
que más buscan los especialistas en Mindo
Ya no están ni el Cerceta, ni el Chorlo ni la Agachona chica...
Sudamérica es el continente que tiene la mayor variedad de aves,
y Ecuador ocupa el cuarto lugar de los países con la mayor
diversidad. Posee 1 616 especies, y se ubica detrás de Colombia,
que tiene 1 815; Perú, con 1703; y Brasil, con 1 622.
El 84% de toda la variedad de especies que existen en el país
corresponde a aves residentes, según los datos proporcionados en
el Cecia, y el resto son migratorias.
En el Ecuador continental se han contabilizado 1 578 especies;
de las cuales solo 14 son endémicas, que se encuentran solo en
el territorio ecuatoriano continental. Mientras que en Galápagos
hay 38 especies que son endémicas de ese lugar; de ese total 13
están en serio peligro de extinción.
Según la Lista de aves amenazadas de extinción en el Ecuador, dos
son las causas que afectan a la supervivencia de las aves: "la
disminución de la cantidad y la calidad del hábitat y la
fragmentación de estos; es decir, el aislamiento de poblaciones
animales en fragmentos de hábitat que antes formaban un continuo.
Así habría desaparecido el Cerceta colorado, el Chorlo cabezón
cuellicanelo, la Agachona chica y el Sabanero saltamontes, de los
que no se conservan ni siquiera fotos. (BLANCO Y NEGRO/DIARIO
HOY) (P. 7-A)
carretera lodosa que conduce a Mindo; con sus largavistas
recorren las ramas de un frondoso árbol. Un tucán aparece y los
observadores dirigen su atención a ese sitio; el ave pasa de
ramal en ramal. Otro grupo dirige su atención hacia el lugar en
el que asoma un pajarillo de color café, con una mariposa en su
pico. "La mayoría de aves se alimentan de insectos", dice Marco
Jácome, de la Fundación Ornitológica del Ecuador, que dirige el
conteo de aves en ese lugar.
Un sonido agudo se escucha. Todos buscan entre las ramas, alguien
asegura que es una Chlorophonia collar amarillo, otros asienten.
"Ya puedo oírla, pero no la veo", dice uno. Otro saca la Guía de
aves de Colombia y busca la Chlorophonia, el resto se acerca para
identificarla, y continúan buscando en la copa de una colca.
"Aquí tenemos que valernos de una guía hecha en Colombia"
-reconoce Jácome-, "porque los estudios sobre las aves en el país
son limitados". Sin embargo, asegura que ya está en la imprenta
un libro similar sobre las aves del Ecuador.
Los observadores no logran encontrar a la Chlorophonia, pero
alguien vio una tangara. "Tiene la cabeza amarilla", grita. El
resto dirigen sus largavistas en la misma dirección. Marco Jácome
recuerda que existen ornitólogos que pueden describir cualquier
ave solo con escuchar su canto.
Un colibrí aparece sobre un helecho. Sus nombres son pronunciados
en inglés, como constan en la Guía de aves de Colombia. Alguien
grita que acababa de ver a una Euphonia. "Es del tamaño de un
tangarita. Es raro ese pájaro", dice uno de los observadores.
Según Jácome, en la zona de Mindo se contabilizaron más de 450
especies de aves, de las 1 616 con las que cuenta el Ecuador, y
cuatro de las 92 especies que están en peligro de extinción en
el país.
El grupo avanza por el filo de la carretera. Marco Jácome se
detiene junto a un guarumo, que tiene las hojas grandes y
brillosas. "Esta planta es un indicador de que el bosque ha sido
alterado; donde han tumbado árboles aparece el guarumo -dice-,
pero sus semillas son muy utilizadas por las aves, especialmente
por las tangaras".
Luego, Marco Jácome se detiene frente a un tronco de árbol seco,
dirige su dedo a la copa, en donde se observa un pequeño bulto,
mientras otros dirigen su atención hacia un gallinazo cabeza
negra que vuela en el horizonte.
"Es un gavilán de camino" -dice Jácome-, "a veces se esconde en
el tronco seco, y por su color es difícil distinguirlo". Luego
de anotar la especie en la lista que llevan para contar las aves
de Mindo, uno de los observadores alerta del sobrevuelo de un
gavilán que lleva una culebra para alimentarse.
Así, los observadores encontraron seis Caragyps atratus, más
conocido como gallinazo de cabeza negra; dos Cathartes aura, o
gallinazos de cabeza roja; un gavilán barreteado y hasta un ave
migratoria, que llegó de Estados Unidos a Mindo: la Piranga
rubra, conocida como Piranga roja. En total hallaron 63 especies
de aves en un recorrido de seis kilómetros, sin adentrarse al
bosque. Las especies en peligro esperaban encontrarlas más tarde.
CUANDO DESAPARECEN LAS AVES
Una de las aves más raras que encontraron los contadores es el
Tiaris olivacea, más conocido como semillerito amarillo.
La Fundación Ornitológica del Ecuador (Cecia) realiza todos los
años, en los meses de diciembre, un conteo de aves en un círculo
de 25 kilómetros de diámetro: en Mindo, Yanacocha, Calacalí, Nono
y Tandayapa, para observar e identificar aves y realizar su
conteo, en un lapso de 24 horas.
Esta actividad tuvo su origen en Estados Unidos, en 1899, como
una reacción a la matanza de aves que realizaban los cazadores
en invierno. "Se cuenta que los cazadores -dice Marco Jácome-
mataban hasta 20 mil aves".
Además permite evaluar el estado de conservación de las especies,
porque se realizan conteos similares en el mismo sitio, desde
1995, según los organizadores.
La Lista de aves amenazadas de extinción del Ecuador, en cuya
recopilación colaboraron la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza, la Fundación de Estudios
Ecológicos, Cecia, el Inefán y BirdLife International, revela que
en el Ecuador desaparecieron cuatro especies de aves y 100 más
están en peligro de desaparecer.
El problema es muy complejo, según el ornitólogo Tjitte de Vries.
Sostiene que en el país todavía sigue siendo una amenaza para las
aves la caza indiscriminada -en Mindo una de las más apetecidas
son las pavas-, sumada a la contaminación del medio ambiente y
a la deforestación.
Para el ornitólogo, la principal consecuencia de que se extinga
alguna especie de ave en el Ecuador es que "desaparece el
pajarito". ¿Puede haber algo más terrible", se pregunta.
EN EXTINCION
Leucopternis occidentalis, o gavilán dorsigris, es única en el
país y está amenazada por la deforestación
Rupicola peruviana, o gallo de la peña, es una de las especies
que más buscan los especialistas en Mindo
Ya no están ni el Cerceta, ni el Chorlo ni la Agachona chica...
Sudamérica es el continente que tiene la mayor variedad de aves,
y Ecuador ocupa el cuarto lugar de los países con la mayor
diversidad. Posee 1 616 especies, y se ubica detrás de Colombia,
que tiene 1 815; Perú, con 1703; y Brasil, con 1 622.
El 84% de toda la variedad de especies que existen en el país
corresponde a aves residentes, según los datos proporcionados en
el Cecia, y el resto son migratorias.
En el Ecuador continental se han contabilizado 1 578 especies;
de las cuales solo 14 son endémicas, que se encuentran solo en
el territorio ecuatoriano continental. Mientras que en Galápagos
hay 38 especies que son endémicas de ese lugar; de ese total 13
están en serio peligro de extinción.
Según la Lista de aves amenazadas de extinción en el Ecuador, dos
son las causas que afectan a la supervivencia de las aves: "la
disminución de la cantidad y la calidad del hábitat y la
fragmentación de estos; es decir, el aislamiento de poblaciones
animales en fragmentos de hábitat que antes formaban un continuo.
Así habría desaparecido el Cerceta colorado, el Chorlo cabezón
cuellicanelo, la Agachona chica y el Sabanero saltamontes, de los
que no se conservan ni siquiera fotos. (BLANCO Y NEGRO/DIARIO
HOY) (P. 7-A)
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