LA CICCIOLINA: PRIVADA DEL SENTIDO DEL PECADO

Guayaquil. 02.08.92. Illona Staller, Cicciolina, la estrella
del cine porno de 40 años, que consiguió un escaño en el
Congreso de Diputados por el Partido Radical Italiano está
casada desde hace unos meses con el escultor norteamericano
Jeff Koons, de 36 años. Un hombre con un gran parecido físico
a Mickey Rourke y al que algunos pretenden comparar con el
desaparecido artista americano Andy Warhol.

La actriz porno ha anunciado a dos meses de su maternidad:
"Dejaré los espectáculos porno para dedicarme solamente a ser
madre, Jeff y yo hemos estado a punto de divoricarnos, pero mi
embarazo nos devolvió la paz, Jeff se ha enamorado de mi
cuerpo, pero también de mi alma. Es un intelectual, y esto me
enloquece. Quiero darle todos los hijos que pueda".

A la pregunta si su matrimonio cambió de alguna manera su vida
de mujer, ha respondido categóricamente: " Sí, no hay duda,
aunque en lo escencial siga siendo una mujer libre y
emancipada. Y lo seguiré siendo hasta la hora de mi muerte".

Jeff, hombre atlético nacido en Pensylvania, dice de su
esposa: " Cicciolina es una virgen privada del sentido del
pecado. Es como una niña inocente, espontánea, que siempre
tiene ganas de jugar, de provocar. Me enamoré de ella por su
sensualidad salvaje, por su dulce carácter, por su sencillez,
porque es un espíritu cándido y sobretodo por su alma de niña.
Creo que podemos formar una pareja feliz . Durante muchos
meses hemos sopesado los pro y los contras de nuestro
matrimonio, y hemos llegado a la conclusión que estamos hechos
el uno para el otro".

Cicciolina, por su parte, declara: " Sólo dos hombres han
dejado una huella en mi vida, mi pigmalión, Ricardo Schicchi y
él".

¿Cómo nació el mito Cicciolina? Hace catorce años un joven
fotógrafo y estudiante de Arquitectura, Ricardo Schichi, se
encontró con en su camino con Illona Staller, una exiliada
húngara hija de una comadrona -afirma ella, en cambio, que su
madre es aristócrata- y de un funcionario estatal. estaba
casada con un empleado de una agencia de viajes llamado
Salvatore Mercury, gracias al cual obtuvo la nacionalidad
italiana.

Ricardo quedó prendado por Illona, por su sensualidad, y
consiguió para ella un espacio radiofónico de marcado tinte
erótico llamado "Radio Luna", una de las emisoras libres de la
Ciudad Eterna que se dedicaba, a través de las ondas, a contar
todo tipo de fantasías sexuales.

Así nació la Cicciolina, una perversa niña inocente.

Muy pronto el citado Ricardo Schicchi se ocupó de todo lo
concerniente a su pupila: discos , actuaciones, inversiones
inmobiliarias, guionización de los porno-shows, etc. Illona se
divorció de su esposo italiano y se dedicó en cuerpo y alma a
lo que ella denomina " vida liberada", grabando numerosas
películas pornográficas. Los títulos de éstas revelan
claramente su tema central: "La concha de los deseos", "Curvas
deliciosas", "Cicciolino mon amour", "El rincón palpitante".

"Me encantaría convertirme en una mártir de la pornografía -
afirmó Illona Staller en una ocasión- pero no me lo
permitirían. ­ Ya lo creo que no me lo permitirían!"

La vida de la pornodiputada es un cúmulo de sorpresas. En un
libro autobiográfico, "Confesión", publicado hace poco más de
dos años, relataba sus andanzas en el campo del espionaje al
servicio de su país, y por lo tanto, del KGB soviético.

En el año de 1987, Cicciolina es elegida diputada por el
Partido radical Italiano. La pornodiva afirmaría en aquellas
fechas:" Me gustaría entrar en el Parlamento con la coronita
de flores alrededor de mi cabeza, y con el pecho descubierto.
Quizá consiguiera enderezar a "Cicciolino Andreotti". Dicen
que la política es algo muy serio y no hay que tomárselo en
broma, pero, a fin de cuentas, yo creo que en la vida todo es
juego, una broma".

Los sectores conservadores se rasgarían las vestiduras ante la
condición de parlamentaria de la Cicciolina: "Qué verguenza,
una estrella del porno, una reina del sexo, sentada al lado de
los padres de la Patria".

Cicciolina, que siente una gran repulsa a su consideración de
"sex symbol", afirma: "No me gusta que me cataloguen como
reina del sexo. En todo caso que me digan diva de la
transgresión. Me encantan los personajes transgresivos, por
eso me afilié al Partido Radical".

"Soy muy inmoral en público y muy moral en privado. En esto me
diferencio del norteamericano Gary Hart, que hace unos años
perdió su campana electoral precisamente por ser muy inmoral
en privado y muy moral en público, al revés que yo. Yo
comprendo que nací para provocar. en mí no tiene albergue ni
la hipocresía ni la mentira.

A Cicciolina, por su peculiar forma de entender la moral, no
la admiten ni las feministas ni las madres de familia más o
menos conservadoras. Las primeras dicen que la libertad de la
que presume no es más que un mero negocio de cuerpo e imagen.
Las segundas la tachan de depravada y corruptora.

Cicciolina, sin perder la compostura -la sonrisa es algo
innato en ella-, no duda en manifestar que es una
incomprendida y que en su lucha por la emancipación femenina
ha encontrado más aliados en los hombres que en las propias
mujeres. "Mi pornografía es igual a más conocimiento, igual a
menor represión, igual a no violencia, igual a radical. Para
mí, no tener pudor no quiere decir ser desvergonzada. Hagamos
surgir la vida, sonriamos, gocemos, salpiquemos felicidad. Me
siento verde con luz roja. A la energía nuclear digo, no
gracias, para calentarme me basta con el sol y el amor".

Le han llamado de todo:" putona", erótica, pornográfica,
corruptora...etc. Ella siempre sonríe ante estos comentarios:"
Suelo hacer caso omiso a los que dice la gente. Si a cada
impertinencia o ataque tuviese que detenerme. No andaría en mi
camino ni un paso. Voy a mi aire y me gusta que la gente venga
a mi par. Quien se quede atrás, peor para él."

Ahora, en su nueva vida de recién casada, Illona Staller,
alias Cicciolina, confiesa:" Aspiro a llegar a ser longeva.
Por lo tanto, como en el amor, hay que ir dándolo todo en
pequeñas dosis para que, día a día, puedan descubrir en
nosotros algo nuevo".

Cicciolina, que se declara creyente -se ha convertido al
luteranismo por amor pero sin olvidar su fe católica- dice:"
No creo en el pecado como un instrumento de condena eterna. Mi
vida profesional es tan sólo una actuación de cara al público,
no un deseo de pervertir a nadie".

Otros opinan lo contrario, aunque nadie éste en completa
posesión de la verdad.(Domingo. p. 10)

*FUENTE: Tomado de EL UNIVERSO
EXPLORED
en Ciudad N/D

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