Quito. 04.09.95. Los mandatarios del continente -reunidos
ahora en la Cumbre del Grupo de Río- se encuentran ante una
nueva prueba, toda vez que tienen que traducir sus
intenciones y promesas en realidad.

En otras palabras, los ciudadanos esperan que este tipo de
reuniones sirvan de alguna manera, para tratar de solucionar
la angustiante situación de pobreza generalizada en que viven
los diversos países.

El deterioro de la situación económica de los hogares de
Latinoamérica es evidente. Según el 46% de la población
consultada en 23 países de América, sólo un 26% dijo haber
mejorado, en tanto que para el 30% su situación sigue igual.

Las respuestas provienen de la más reciente consulta hecha por
un grupo de institutos especializados en investigación de la
opinión pública a una muestra de 10.000 personas. CEDATOS
tuvo a su cargo la realización del estudio en Ecuador y en los
Estados Unidos.

De acuerdo con el informe al que tuvo acceso HOY, existen
marcadas diferencias entre los países de América. En el
contexto latinoamericano la situación se presenta
especialmente difícil en Guatemala, Honduras, Venezuela y
Ecuador, donde más del 60% acusó de una situación peor a la de
hace un año. Unicamente los brasileros y chilenos dijeron en
más del 40% que su situación había mejorado.

Desempleo y delincuencia

De cada 100 personas consultadas en Latinoamérica, 48 dijeron
que su principal problema era la falta de empleo. En varios
países la gravedad del desempleo fue percibida por más del 50%
de los entrevistados, seguido por la delincuencia, el consumo
de drogas y la pobreza en ascenso.

En el Ecuador la gravedad del desempleo fue mencionada por el
42 de los consultados; a la delincuencia común la consideró
grave el 18 de los encuestados, y al consumo de droga, el 15%.

En el conjunto de países americanos, un problema que afecta
por igual a las personas es la presencia cada vez mayor de la
pobreza extrema, en una sociedad que al no ofrecer facilidades
de empleo se ve abatida por la delincuencia común. El avance
de la pobreza se destacó en Estados Unidos (22%), Bolivia
(21%) y Brasil (20%).

Corrupción, lo más grave

Los ciudadanos de América ubicaron a la corrupción de los
gobiernos como el problema que acusa mayor gravedad al
momento, en términos de país, de acuerdo con el informe.

Fue notoria la mención de este mal en Venezuela (56%),
Honduras (55%), Paraguay (55%), México (53%), Colombia (50%),
Argentina (49%), Ecuador (47%) y Brasil (44%).

Los escándalos de lejana o reciente data en muchos de estos
países, donde sus mandatarios enfrentan procesos judiciales
diversos, no pueden ser olvidados por una población cada vez
más empobrecida y desconfiada, señala CEDATOS.

Otros problemas de afectación nacional son el narcotráfico
(12%), la incapacidad de los gobiernos para vincular al país
con el capital y la tecnología extranjeros (11%), el alto
costo de la atención de la salud (10%), la ineficiencia de los
sistemas educativos (10%), la ineficiencia del sistema
judicial (9%) y los altos costos de la vivienda (5%).

La ayuda a los pobres

En cuanto a si ha aumentado la ayuda a los pobres, NO fue la
respuesta mayoritaria en los 23 países de América. El 37%
dijo que la ayuda a la clase pobre compuesta por más de las
dos terceras partes de la población de América Latina, más
bien había disminuido en comparación con el año pasado, el 40%
dijo que seguía igual y sólo el 19% consideró que había
aumentado. En el caso ecuatoriano donde más de 7 millones de
personas han sido catalogadas como pobres, el 50% de los
consultados dijo que la atención a este grupo poblacional era
menor, el 40% dijo que seguía igual y sólo un 5% afirmó que
había mejorado.

El tratamiento desigual a este grupo poblacional fue percibido
especialmente en Centro-América, con índices hasta del 66% en
Honduras; también en Argentina (52%), Bolivia (50%), Ecuador
(50%) y Paraguay (47%). Destacaron una mayor atención a los
peruanos (37%), cubanos (29%), brasileños (28%),
portorriqueños y latinos residentes en los EE.UU. (27%).

Crece la brecha entre ricos y pobres

El 69% de los consultados en los 23 países que cubrió el
estudio afirmó que la brecha entre ricos y pobres ha aumentado
en el transcurso de los últimos 5 años. Las respuestas
mayoritarias, incluso superiores al 80% de Argentina, Brasil,
Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Uruguay y
Venezuela demuestran en forma palpable la acumulación de la
riqueza en pocas manos y la agudización de la pobreza que se
presenta en la mayoría de países.

Calificación a los gobiernos

Si para aprobar su gestión social, de preocupación y trabajo
efectivo en favor de las clases menos favorecidas, los
gobiernos requiriesen una calificación mínima de 7 sobre 10,
ningún gobierno, en el ámbito sur, centro y norteamericano
incluyendo el Caribe, aprobaría tal examen. Los gobiernos del
Grupo de Río alcanzan en promedio, 4.9.

Los cubanos calificaron a su gobierno con 7.8, aunque un gran
número de consultados se abstuvo de calificar a su gobierno.
Siguió en mención México con 6 puntos; Puerto Rico, 5.9; Perú
y El Salvador, 5,7; EE.UU, Colombia y Costa Rica, 5.5. Los
demás gobiernos recibieron notas inferiores a 5.
Calificaciones menores a 4 puntos registraron los gobiernos de
Ecuador, Paraguay, Uruguay y Nicaragua.

Liderazgo a medias

Cerca de mil millones de personas habitan en el continente
Americano; sin embargo, ¿cuantas de estas personas conocen
quienes son los líderes de los países y en que medida confían
en ellos?.

La consulta de CEDATOS y de un grupo especializado de
institutos de investigación de la opinión pública más reciente
realizada a una muestra cercana a 10.000 personas
representativas de 700 millones de habitantes residentes en
tales países, demuestra que es muy escaso el grado de
conocimiento que tiene la población no solo de personajes
destacados en las artes, ciencia y cultura de cada país, sino
de los propios primeros mandatarios.

La población califica

La población sigue de cerca, en unos países más que en otros,
el desenvolvimiento de la gestión de sus mandatarios. En las
cinco rondas que se han completado del Barómetro
Iberoamericano se ha pedido evaluar la actuación de los
Presidentes, con una calificación entre 1 pésimo a 10
excelente. Al analizar los resultados de este estudio
iniciado en octubre de 1.992 hay variaciones que denotan el
aumento o disminución de la imagen presidencial, como
resultado del grado de satisfacción y aceptación que tiene la
población a la forma en que se han manejado los asuntos que
directamente incumben a su bienestar general.

La calificación promedio en el último estudio es 5.5; es
decir, la satisfacción continental es "a medias". No es raro
encontrar que los dirigentes más bien tienen una buena
apreciación fuera de su país antes que en el suyo propio.

Crisis política e información

En una época tan marcada por el cambio rápido y por la calidad
total, los problemas de la organización, de la administración
y de la conducción de los individuos se vuelven más complejos.

La ineficiencia, la lentitud en la toma de decisiones y la
inoperancia en la difusión de los acontecimientos conducen a
una intolerancia colectiva que se muestra ambigua,
indiferente, apática o incrédula ante la gestión de sus
dirigentes y de las instituciones nacionales.

Esa credibilidad tan importante en el decurso de los
acontecimientos nacionales se ha visto disminuida; nunca como
ahora se ha escudriñado a los líderes y a los grupos políticos
como ahora. Hace décadas esto no ocurría. A ello ha
contribuido el avance en los sistemas de información y en los
medios de comunicación que se han vuelto en los elementos por
excelencia que ponen a los ciudadanos al alcance diario de
información y de imágenes, que permiten evaluar la gestión de
los líderes y dirigentes.

La desconfianza

La población confía más en los medios (71%), en la iglesia
(64%), y en la educación (50%). Las elecciones, como
principal manifestación democrática no alcanzan al punto medio
de confianza (48%), con ribetes de decepción o frustración de
la población por los resultados que dejan los receptores del
voto. La justicia y el congreso apuntan aún más negativamente
en este sentido, pues no los jueces ni los representantes
populares merecen la confianza de los pueblos, esta situación
es más aguda en países como Bolivia, Colombia, Chile, El
Salvador, Venezuela, Guatemala y Ecuador. En este último se
asignó el 16% a la justicia y el 1% al Congreso. La policía,
que debería ser la institución de confianza de la población,
únicamente recibió el 32%, promedio que sube porque en algunos
países como Chile le asignaron el 70%. La peor parte
registraron los partidos políticos, con apreciación de
desconfianza casi general.

Los objetivos

Según CEDATOS, esta realidad, en consecuencia, demanda gran
flexibilidad y conciencia de los líderes y también de los
seguidores. Los grandes objetivos de los pueblos son la paz y
la prosperidad, los mismos que deben descansar en una
comunicación creciente y en sistemas de creencias ampliados.

La Cumbre de Río pone en nueva prueba a los líderes; pues el
poder que han recibido por vía eleccionaria debe traducirse en
energía básica para iniciar y continuar una acción, o, en
otras palabras, en la capacidad para traducir la intención en
realidad.

Los ciudadanos del continente esperan de este tipo de
reuniones y cumbres un liderazgo transformativo y eficaz que
se adapte a los cambios que exige la situación de pobreza
generalizada en que viven los diversos países, concluye la
institución.
(2A) (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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