Quito. 12. sep 96. La última voluntad de Carlos Pérez Perasso,
director de Diario El Universo, es que sus "cenizas abonen los
jardines del periódico". Es una manera poética de cobijarse
eternamente bajo la sombra de un árbol frondoso, cuya semilla
plantó su abuelo Ismael Pérez Pazmiño, 75 años atrás y cuyas
sólidas raíces hicieron crecer cuatro generaciones de la familia,
para que su savia se convierta en impulso vital en el desarrollo
de Guayaquil y del Ecuador.

No le gusta hablar de sí mismo, porque se considera un hombre poco
interesante. "A los 60 años, tengo poco que decir. Tengo más
preguntas que respuestas". Sin embargo, al otro lado de la orilla,
entrevistado, en lugar de entrevistador, sus 40 años de periodismo
de primera línea, hacen de la conversación una sorprendente
cátedra de praxis y ética periodística.

LA SEMILLA

"Después de Dios, el abuelo". Ismael Pérez Pazmiño es el eje
filosófico para impulsar las acciones del periódico. En el
monumental edificio, a orillas del río Guayas, su retrato preside
los ambientes importantes. "Creemos en su obra y buscamos que la
gente sepa que hay que preservarla, porque la semilla dio buen
fruto. Aspiramos a que quien trabaje con nosotros, se sienta
orgulloso del trabajo que realiza. Estoy buscando un retrato de la
abuela para colgarlo junto al del abuelo, no porque ésta es una
empresa familiar, sino porque fue la primera tesorera del
periódico. Ella guardaba en una cajita los dineros de la venta
del día, que eran intocables, pues servían para comprar las
resmas de papel para el día siguiente. En ella se cumple aquello
de que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer. Ella impuso
la base de lo que es nuestra filosofía: trabajo y disciplina".

El abuelo murió en 1944 y fueron sus tres hijos: Ismael, Sucre y
Francisco quienes consolidaron la empresa. El padre de Carlos,
Ismael murió de un infarto a los 65 años. Francisco trabajó hasta
pocos días antes de su muerte, a los 81 años y Sucre, retirado,
falleció entrados los 90 años. Los tres hermanos mantuvieron un
convenio "no escrito para que por cada uno de ellos, sólo un hijo
ascienda en el periódico. Buscaban evitar lo que había sucedido en
otras empresas periodísticas, que los herederos se peleen, aunque
de eso, no nos escapamos nosotros tampoco".

Carlos fue el escogido por su padre, a pesar de ser el hermano
menor. "Mi hermano Ismael tenía más inquietudes técnicas e
industriales". La tercera generación tomó las riendas del
periódico casi al finalizar los años 70. La administración fue
compartida por Carlos y su primo Sucre Pérez Baquerizo hasta
finales de los 80, en que Pérez Baquerizo vende su participación
accionaria. "Una empresa, al igual que un país, con un frente
interno dividido, no puede ir muy rápido".

Pérez Perasso es extremadamente modesto con respecto a su gestión.
No cree ser gestor de grandes cambios "porque los cambios algunas
veces llegan desde afuera. El mundo va girando y aunque no se
quiera hay que modernizarse, de lo contrario uno se queda atrás".

EL ÉXITO

La historia del periodismo impreso ecuatoriano cuenta muchísimos
más sueños que se transformaron en papeles viejos, que periódicos
o revistas que superaron los años, como empresas sólidas. Carlos
Pérez cree que la actitud profesional de la familia ha sido
determinante para que el periódico crezca y se consolide. "Gracias
a Dios, aquí no hay inquietud política. Posiblemente, somos el
menos político de los periódicos y por ello no hemos creado celos
dentro de los políticos.

Sé que somos parte y beneficiarios del sistema, pero no somos
como los políticos, que llegan para servirse del sistema. Tenemos
conciencia que siendo parte del sistema debemos modernizarlo,
haciéndolo más justo y solidario.

Creemos en la necesidad de abogar por los derechos humanos,
porque si éstos no se respetan, tampoco nos van a respetar a
nosotros.

Buscamos además ser un elemento homogenizador de la nacionalidad
ecuatoriana, que es muy frágil, casi inexistente. Nuestra
obligación primaria es ayudar a que si los cuencanos sufren, los
guayaquileños sientan que ese es su sufrimiento también y que lo
que afecta a Quito, también afecta por igual a Cuenca.

Finalmente, trabajamos sobre algo que parece elemental, pero que
debe ser la razón del periodismo: los lectores buscan información
para tomar decisiones y esa información debe ser honesta y
oportuna".

En una era de competencia despiadada, existe la tentación de caer
en el amarillismo, y la apología del delito, que en definitiva es
lo que más vende para circular más. ¿Qué hacer para no caer en
ella? "Es una tentación muy grande y es más fácil predicarlo que
practicarlo. Nosotros hemos despegado, pero no creo que nuestra
posición está garantizada. Una de las características de la
familia, transmitida de padres a hijos, es que hay que
angustiarse todos los días, porque hay otro periódico que te ha
superado. El periódico es una especie de sinfonía, donde por ahí
desafina una nota. Se pasan las páginas y se encuentra un aviso
mal impreso o nos atrasamos en la salida. Una de las cosas más
desagradables es reclamar todos los días. Uno quisiera llegar y
darles un abrazo y decir ¡qué bueno está el periódico!, pero eso
es una cosa que muy pocas veces ocurre.

Sin embargo, si no tenemos garantizada esa supremacía, si se la
puede llamar así, estando estabilizados en esa dimensión, nos ha
ayudado el habernos convertido en una especie de supermercado de
la noticia. Tenemos secciones para todos los tópicos: unas mejor
desarrolladas que otras. Para saber lo que está pasando en el
país, el lector no necesita de cinco periódicos, basta con que
nos lean a nosotros. Creo que si nos mantenemos así, no será
necesario recurrir al amabilísimo".

LOS PELIGROS

Es un hombre bastante alto, delgado y amable en el trato, aunque
parco para hablar de sí mismo. "Amo el trabajo... conocer lugares
y gente... me he dado la vuelta entera al Ecuador, siquiera cinco
veces, en carro, manejando yo". En cambio, toma el toro por los
cuernos, sin miedo y sin ambages, cuando trata los dilemas del
día a día de la prensa y los duros cuestionamientos que de ella
se hacen.

Informar es un poder y el poder marea, ¿cómo no se cae en el
vértigo? "Enamorándose de la obra. Sabiendo que la permanencia
depende de saber cuál es la función de la prensa dentro de la
comunidad: ser un contralor de las obras de los demás". Pero, se
corre el riesgo de ser testigo y juez a la vez. "La competencia
evita eso. Si por x razón un medio no publica algo, que otros lo
hacen, el público deja de comprar el periódico o cambia de canal".

La libertad de prensa tiene una hermana siamesa: la independencia,
cómo se logra esa independencia económica, política, sentimental.
"Siendo buena prensa, se logra todo lo demás. La definición de
independencia depende de la formación, de la familia, del país.
El director de El Tiempo de Bogotá telefonea cada mañana, al
despertarse, al presidente de Colombia. A mí no se me ocurriría
hacerlo, porque no va a ser bueno ni para él ni para nosotros.
Tal vez, los colombianos son más cultos que nosotros y pueden
conversar, sin sentirse comprometidos. A mí me ha pasado, que
porque conversé con alguien, ese alguien cree que uno está
comprometido con él y yo no lo considero así". ¿Y la dependencia
con la publicidad y el chantaje de anunciantes poderosos? "Sería
falso decir que cuando un buen cliente comete un error, a mí no
me tiembla la mano para decidir si se publica o no la noticia
respectiva, pero se lo hace. En la práctica, este asunto es uno
de los más difíciles, que se resuelve según cada caso".

Mientras bebe una taza de café y fuma un cigarro, añade, que
quisiera que sus hijos no intervengan en política activa ni en
otros negocios empresariales. "Estoy tratando de salir de los
míos. He descubierto que uno se esmera mucho más con los hijos,
porque a un joven uno no le puede exigir, si no se predica con
el ejemplo".

Sostiene que uno de sus mayores temores es que el narcotráfico
ingrese al país y tome posesión de una sociedad institucionalmente
muy débil. "Comparada con la colombiana, nuestra corrupción es
pesetera. El día que ingresen los narcos, ponen el país patas
arriban. Tienen todo el dinero del mundo".

Confiesa que se sonroja cuando acusan a la prensa de que para
denunciar hay despliegues de muchas columnas, pero para rectificar
se asigna muy poco espacio. "Eso hay que corregirlo. Nosotros hace
rato que no cobramos por remitido y en nuestro manual de estilo,
pedimos a los reporteros que en las denuncias, se publiquen al
mismo tiempo las dos versiones, los dos lados del problema".

El lema de El Universo es "Un Estado puede ser agitado y conmovido
por lo que la prensa diga, pero ese mismo Estado puede morir por
lo que la prensa calle". ¿Ha callado el periódico y la prensa
nacional, asuntos muy graves? "Callar es una forma de mentir y sí
se ha callado, quizá porque tenemos una sociedad pequeñita, donde
no hemos querido tener malas relaciones. Hoy hay más gente, más
clubes, más cines, más restaurantes, que pueden evitar los
encuentros con esas malas relaciones. Hace 40 años, cuando me
inicié en el trabajo, en Guayaquil había dos bancos, cuyos dueños
eran dos hermanos, si uno no tenía amistad con ellos, tenía que ir
a hacer negocios en otra ciudad. Hoy uno puede ser enemigo de
cualquiera de los grandes banqueros y tiene otras alternativas.
Las dimensiones imponen una manera de ser y la prensa ha callado
y ha sido cómplice de cosas muy graves". Además, no ha hecho
seguimiento de los escándalos que destapa. "Éste es un país
superfluo, por un lado y por otro, produce tantos escándalos, que
nos distraemos. Alguien decía que el escándalo no tiene
importancia por cómo lo tratamos: enseguida pasa al olvido, en
cambio, la plata queda".

Hay un culto en el país al dinero rápido, sin esfuerzo, y por ende
corrupto. "A este país débil en su institucionalidad, no sé cuánto
daño le ha hecho la televisión, cuya programación es muchas veces,
una combinación tremenda, de necesidad de consumo y violencia".

A la gente le encanta la verdad desnuda si se trata de los demás
y la odian si se trata de ellos mismos. ¿Dónde trazar la línea
entre la vida privada y la vida pública de los personajes
públicos? "Depende de la sociedad y su medio. Para los
norteamericanos la persona que ingresa a la vida pública renuncia
a la vida privada. Gary Hart perdió la nominación presidencial a
causa de una modelo. Aquí, escuché al ingeniero Febres-Cordero
-y a lo mejor con razón- que el candidato que no tiene una mozita
es un bruto. En otro país, eso no sería motivo de broma".

Sostiene que en el Ecuador ha existido libertad de prensa, la
mayor parte del tiempo desde la Presidencia de Jaime Roldós y que
si no ha existido mayor libertad, en parte es por culpa de los
medios y en parte por que el público no es lo suficientemente
culto. "La piedra que no deja avanzar al país es la falta de
cultura. La cultura te da razones, te hace honesto, te hace
solidario, te convierte en trabajador, te hace aspirar a mayores
cosas".

Concluye que el actual Gobierno, será una prueba para la vigencia
de la libertad de prensa. "Vamos haber si no nos acobardamos,
como lo hemos hecho con los que gritan. El país tiene terror al
grito. Lo vamos a probar con este presidente gritón".

EL TERCER MILENIO

El dominio de la comunicación audiovisual, el desarrollo de las
autopistas de información y el poco interés en la lectura que
tienen las nuevas generaciones conspiran contra la sobrevivencia
de la prensa escrita. El director de El Universo sostiene que ha
contado con la asesoría de expertos futurólogos que aseguran que
por razones ecológicas la vida de los periódicos será de unos 50
años más, en los países desarrollados, y en aquellos en vías de
desarrollo 80 años. "La amenaza no me preocupa. Se consideraba a
la radio muerta y hoy está más activa que nunca, porque la gente
pasa mucho en vehículos y en esa espera recurre a la radio. Los
períodicos estaban en decadencia y se han transformado, gracias
a la aparición del periódico de Ganett, USA Today, que vino a
revolucionar con el uso del color. Mientras el material sea
interesante y se lo presente en la forma adecuada, habrá quien
lo lea". Para entonces, aspira a que sean las nuevas generaciones
de la familia Pérez las que continúen en comando del periódico.
La cuarta está a punto. "Dios me ha bendecido con seis buenos
hijos: saludables, sin los tremendos defectos de la época,
trabajadores, aficionados al arte y la lectura. Están a punto.
En tres meses que dejé de venir al periódico, éste hasta se
mejoró. Lo único que les falta es madurar un poco más, ser menos
impulsivos, lo que tienen que saber, lo saben ya". (FUENTE:
REVISTA VISTAZO N. 697, PP. 16-20)
EXPLORED
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