Quito. 09.05.92. La obesidad representa el trastorno del
metabolismo de los triglicéridos (molécula de glicerina
esterificada con ácidos grasos) además, se encuentra
estrechamente vinculada con la elevación del colesterol, la
arteriosclerosis, la diabetes mellitus, la colelitiasis, la
gota, el infarto cardíaco y el accidente vásculo-cerebral.

Para entender mejor lo que es la obesidad, es necesario
aclarar que el tejido adiposo está constituido por células
adiposas (adipocito), fibroblastos, vasos sanguíneos y fibras
nerviosas, siendo el adipocito adulto, casi en su totalidad,
una gota de grasa.

Masa total corporal adiposa

El tejido adiposo es el regulador de una gran cantidad de
procesos metabólicos, especialmente los relacionados con el
metabolismo de los hidratos de carbono, íntimamente ligados
con la aparición de diabetes mellitus y la arteriosclerosis.

Estas son razones de peso para tratar al paciente obeso y
prevenir la morbimortalidad. En base a una educación
nutricional, que tiene que iniciarse en el hogar y seguir en
la escuela, el colegio y la universidad, se logrará reducir el
infarto y la diabetes, manteniendo para el efecto el peso de
los 25 años, mediante la práctica de adecuados hábitos
nutricionales y ejercicio físico regular.

Estudio del tejido adiposo en niños

El crecimiento del tejido graso presenta un rápido incremento
durante el primer año de vida, disminuye durante el periodo
escolar y se incrementa, levemente, durante la pubertad. En
niños y adolescentes no sabemos cuál es el pliegue cutáneo que
mejor predice la grasa corporal.

La utilización de diferentes circunferencias corporales
(especialmente la abdominal) son más útiles que el cálculo de
la grasa total corporal, que los pliegues cutáneos, tanto en
niños como en adultos.

Tipos clínicos

-Obesidad de "toda la vida" o de la infancia.- Nacen con un
peso normal, empiezan a ganar grasa a partir de los 6 años,
con un gran incremento durante la pubertad y en las mujeres
después de cada embarazo. Consdieramos obesidad cuando el peso
corporal excede en un 20% el peso corporal ideal, para una
determinada población.

Cuando el acumulo de grasa es rápido, (primera infancia,
periodo prepuberal en niños y puberal en niñas) el riesgo de
ser obeso es muy alto. La obesidad que empieza en la infancia
es producida por un aumento del tamaño (hipertrofia) y del
número de adipocitos (hiperplasia). En este caso, el
pronóstico es malo.

La causa fundamental para que esto suceda es la manipulación
alimentaria de las madres, que por factores culturales,
sociales y económicos piensan que el niño "gordito" es hermoso
y saludable, sin darse cuenta de enorme daño que le están
ocasionando al pequeño.

-Obesidad del adulto. Es más común y representa la "gordura
de la edad madura". Son personas que fueron delgadas o de peso
normal hasta los 20-40 años, en que empiezan a engordar
debido, por lo general a que no practican ningún tipo de
ejercicio físico. La distribución de la grasa se da en el
tronco (abdominal).

Este tipo de obesidad se debe a un aumento en el tamaño de los
adipocitos, pero no a un incremento en el número de los
mismos. La respuesta al tratamiento es mejor que en la
obesidad de la infancia.

Métodos

Dado que el problema tiene serias connotaciones físicas y
sociales, en nuestro medio han proliferado una serie de
"centros de adelgazamiento" que, al igual que los políticos,
le ofrecen a la futura víctima el tratamiento mágico y
milagroso, único y secreto, que en la realidad no pasa de ser
un vil engaño para las personas que padecen este problema.

Para el caso, es necesario aclarar que el único médico
autorizado, por sus conocimientos científicos, para tratar
pacientes obesos es el endocrinólogo, quien decidirá el tipo
de terapia más adecuado, según el caso.

La mayoría de pacientes culpan de su problema a la glándula
tiroides. Sin embargo, las lesiones endocrinas son
relativamente infrecuentes como causa primaria de obesidad
El pronóstico del tratamiento de la obesidad depende del tipo
clínico de la misma, así en las grandes clínicas dedicadas
exclusivamente a manejar obesos, menos del 5% de personas con
obesidad de toda la vida, pueden mantener un peso que se
aproxime a la normalidad y muy pocos pueden mantener una
pérdida de peso que exceda de 14 kg.

Por lo tanto, la obesidad que se inicia en la infancia es la
más grave y severa, convirtiéndose en una enfermedad
incurable, pero algo controlable, debido a que no tenemos un
método de tratamiento capaz de resolver este problema. La
única alternativa válida es la prevención de este trastorno,
mediante una adecuada educación nutricional, a los padres y
niños.

En cambio, la obesidad que empieza en la madurez es más fácil
de tratar y ofrece satisfacciones al paciente y al médico,
porque se logran mejores resultados con la adquisición de
hábitos nutricionales óptimos y la práctica regular de
ejercicio físico, con lo que, además, se puede mantener un
peso normal, el resto de la vida.

El tratamiento de la obesidad es lo más simple y sencillo. Hay
que reducir el aporte calórico y aumentar el consumo de
calorías , utilizando cualquier régimen dietético.

La magnitud de la pérdida de peso depende, en gran parte, del
equilibrio energético negativo obtenido. Es decir, hay que
comer menos y hacer más deporte. Sin embargo, esto que parece
tan sencillo es lo más difícil de cumplir. Se necesita una
motivación intensa para decidirse a bajar de peso. Para el
efecto, debe existir una interrelación médico-paciente, basado
en la mútua confianza, que permita día a día perder masa
adiposa y llegar al final del tratamiento con resultados positivos.

A veces es necesario dar psicoterapia a los pacientes,
explicarles que no existen pastillas mágicas para bajar de
peso, y que la pérdida del mismo se la consigue en varios
meses. Al respecto, se recomienda no perder más de 0.5 kg. por
semana. No es aconsejable someterle al paciente a la inanición
total prolongada, por una serie de peligros para la salud.

Tampoco se debe abusar de los fármacos anorexígeneos
(pastillas que quitan el apetito), porque producen adición y
reacciones secundarias importantes.

La finalidad del tratamiento adelgazante debe mantener la
composición normal del cuerpo y alcanzar al mismo tiempo el
peso normal y, lo más importante, mantener ese nuevo peso el
resto de la vida.

El tratamiento quirúrgico, que consiste en eliminar una
suficiente longitud de yeyuno (intestino delgado) para
producir pérdida de peso, muchas veces ha ocasionado
trastornos masivos de las grasas en el hígado y necrosis
hepática mortal. La adipectomía (extracción de tejido graso)
en las obesidades de la infancia no son muy óptimas, pues se
produce una hipertrofia compensadora de la masa adiposa restante.

Finalmente, de tres pacientes que se someten a rigurosos
tratamientos adelgazantes, apenas uno mantendrá un peso
aceptable el resto de la vida, los dos restantes volverán a
subir de peso y se convertirán en asiduos visitantes de todos
los consultorios y clínicas de adelgazamiento, con un enorme
egreso económico personal y gran frustración. De ahí la
importancia de comer para vivir, pero no vivir para comer. (Clemente
Orellana Saenz, médico endocrinólogo)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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