EL SUEÑO DE VOLAR: LA MAGIA DE LAS COMETAS
Quito. 31.07.92. Ellas no frustran ilusiones de niños, pues
igual se pueden comprar como hacer; igual pueden construirse
de papeles viejos y medias nylon de las mamás, como se pueden
comprar ultra sofisticadas
Los vientos ya. Y esos soles. Y los mocosos que salen de
vacaciones y se encuentran con un verano encima. ¿Televisión?
No. Las bicicletas y los parques. Las montañas... y las
cometas.
A volar se ha dicho. En todos los pueblos hay algún lugar
famoso en donde hacer volar las cometas y en donde comprarlas.
Tradicionales y famosos lugares de venta, en Quito:
Cotocollao, el Panecillo, el parque de Miraflores, la
Carolina, la calle Loja, por el Centro San Sebastián y algunos
parques del Sur. También por ahí mismo se las hace volar: el
Panecillo, Cruzloma y muchos más; a veces cualquier explanada,
cualquier parque y hasta la terrraza de la propia casa sirven.
Claro que se corre el riesgo de que la cometa muera enlazada a
algún poste de electricidad cercano o que se corte y se
pierda. Pero en estos casos sí, hay que saber la ley de la
cometa, que muchos olvidan: "Si se escapó de tus manos, el
nuevo dueño será quien la encuentre".
COMETAS HUMANAS
Misael Michelena, ahora ya abuelo, siempre ha contado a sus
hijos la historia de las cometas gigantes. Por adentro de
Atuntaqui hacían unas enormes cometas de cañas fuertes y las
familias competían a ver quién las hacía volar más tiempo...
pero con guaguas encima. Hacían volar a los niños sobre las
cometas, a alturas no tan altas por supuesto. Misael voló en
una de ellas. Qué experiencia.
Y ahora, no con tanta maravilla, pero las cometas siguen
volando. Ellas no frustran ilusiones de niños, pues igual se
pueden comprar como hacer; igual pueden construirse de papeles
viejos y medias nylon de las mamás, como se pueden comprar
ultra sofisticadas en los grandes supermercados, con sellos de
fábricas y figuras estrafalarias de los Superamigos, hombres
arañas y demás héroes mounstrillos.
UNA VOLATIL HISTORIA
La historia de Misael parece increíble, pero casi nadie sabe
que es así como se iniciaron las cometas. En China, madre de
tantos inventos, se construyeron también las primeras cometas.
Eran asimismo enormes pues tenían que trasladar a seres
humanos, no para divertirse como el caso anterior, sino para
torturar. El vuelo en cometa, en el siglo XIII era un castigo
para los criminales. Fueron, entonces, los criminales chinos
los primeros hombres "privilegiados" con el placer de volar.
En la misma época, también se utilizaba el mismo sistema para
espiar territorios enemigos, según contó el famoso explorador
Marco Polo.
China, entonces, es la madre de las cometas. La revista
alemana Scala, informa que la primera cometa fue una gorra de
seda que, hace más de dos mil años, el viento arrancó de la
cabeza de un general llamado Huan Theng. Desde entonces los
chinos empezaron a hacer cometas en forma de dragón, con
bambús y seda; que después sirvieron para diferentes
objetivos: constructores japoneses elevaban ladrillos a
enormes alturas con ayuda de cometas; pescadores de Malasia
lanzaban con ellas sus redes a mayor distancia de la costa; en
la Edad Media, en la batalla en la que vencieron los
normandos a los anglosajones, las cometas se convirtieron en
trasmisoras de mensajes.
Scala informa que en 1826, un maestro de escuela inglés
inventó y patentó una carroza tirada por cometas que era capaz
de alcanzar la "endiablada velocidad", según él mismo decía,
de 32 kilómetros por hora.
Y en 1854 otro aventurero hizo que su coche cruce en vuelo por
un extenso valle arrastrado por cometas; luego de tal
experiencia el chofer que lo había servido por muchísimos años
renunció a trabajar con este "loco soñador".
En 1752, Benjamín Franklin utilizó una cometa para la
investigación de los rayos y así inventó el pararayo. El
denominado "Flexikito", una mezcla de cometa y paracaídas
sigue siendo empleado por la NASA para el rescate de cápsulas
espaciales.
Y curiosamente, el primer puente colgante sobre las cataratas
del Niágara, entre Estados Unidos Unidos y Canadá, se
construyó gracias a que un muchacho pasó una fina cuerda de un
lado para el otro utilizando su cometa.
PROEZAS
Actualmente, hacer volar cometas está de moda en Europa, según
comenta la revista Scala, de Alemania. Existe un club alemán
de Cometas, que registra unas tazas de crecimieto de sus
miembros de más del 100 por ciento. Cada vez hay más tiendas
de cometas y en primavera se realizan grandes festivales a los
que asisten alrededor de 50 mil espectadores, además hay un
campeonato europeo de vuelo de cometas, con pruebas de
precisión y de cometas dirigibles.
En uno de estos festivales, un grupo de la ciudad de
Düsseldorf, Alemania, hizo descender en vuelo de picada a una
cometa a la velocidad de 250 kilómetros por hora, logrando así
un récord mundial.
Un equipo de Bremen ha construido la cometa más larga del
mundo, 478 metros de longitud; y también existe un premio a la
cometa más hermosa del año, que es entregado -naturalemente-
en China.
Además, en los festivales se ven los más novedosos diseños,
cometas en forma de vacas, tiburones y locomotoras; algunos
músicos "cometólogos" hacen que sus cometas se deslicen al
ritmo de la música; y otros las lanzan con reflectores por la
noche. Otros, más acuáticos que noctámbulos, las hacen
zambullir en agua y las vuelven a elevar. Algunos fotógrafos
arriesgados colocan sus cámaras en las cometas y toman así
fotografías aéreas. Y cuántas locuras más.
En Quito, muchos años se hicieron concursos de cometas en las
alturas de Cruzloma y el Panecillo, y también en algunos
barrios; pero parece que la buena costumbre se ha ido
perdiendo poco a poco. Niños y adultos, familias enteras,
quieren seguir disfrutando juntos de esta fantasía real de
volar cometas.
COMO HACER UNA COMETA
Una cometa no es ningún bicharraco fácil, para hacerla volar
se necesita de una técnica que por suerte se aprende en la
educación de la vida.
La cometa es un objeto más pesado que el aire, entonces ¿cómo
puede sostenerse en él? generando una fuerza que supera su
peso y que la mantiene suspendida en el aire.
"Las cometas emplean la fuerza del viento para poder
mantenerse en el aire, mientras que las aeronaves provistas de
alas, incluidos el aeroplano y el helicóptero, se valen de su
perfil aerodinámico y de su energía para elevarse", explica el
libro "Cómo funcionan las cosas", de David Macaulay.
La cometa solo vuela en el aire y se sostiene por medio de una
cuerda de manera que desvía el viento hacia abajo. El viento
ejerce una fuerza de reacción que iguala a la fuerza de sostén
de la cuerda y así se mantiene la cometa en el aire. Esos son
los dos principios que gobiernan este vuelo: acción y
reacción, y succión o sustentación.
Los siguientes son los pasos para hacer una cometa:
Consuelo de Cañisarez, de "El Tallercito", nos cuenta cómo
hacer una cometa en forma de rombo alargado: Con un sigse de
68 cm de largo y otro de 41cm. se forma una cruz, uniéndolos
firmemente con una piola por el centro. La piola deberá pasar
en forma de equis por todos los vertices de la unión, así
quedará la cruz muy bien afirmada. Cuando se la tiene bien
fuerte y amarrada se hace un buen nudo y se deja colgado desde
ese centro una piola de 30 centímetros de largo. Con una piola
aparte se une todas las puntas de la cruz amarrándolas en cada
esquina, y tensando muy bien de punta a punta. Muy bien, está
listo el esqueleto de la cometa.
Ahora habrá que vestirla. Se puede hacer de uno, dos tres o
cuatro colores. Esta será una de dos colores. Se recorta con
el papel cometa dos rectángulos iguales, de 23 por 70 cm.,
cada uno de un color diferente, y se los une con goma o
engrudo.
Se acuestan los dos rectángulos unidos y se coloca el
esqueleto de la cometa encima, para así recortarlos según el
molde de la cometa, sin olvidar dejar un margen de dos
centímetros. Ese margen se dobla sobre la piola y se pega.
Ya, ahora, con mucho cuidado -mejor si es con una aguja- se
cruza el hilo que quedó en el centro hacia el lado del frente
del papel.
Con otra piola, se mide de la esquina de uno de los brazos
horizontales de la cruz a la punta superior (el brazo más
pequeño), y de ahí al otro brazo horizontal. Dejando un
espacio para amarrar se la corta, y se la afirma a las dos
puntas de los brazos horizontales.
Una tercera cuerda se amarrará en la punta superior de la
cruz, esta vez midiéndola en diagonal desde esa misma punta
hasta uno de los brazos pequeños horizontales.
Listo, las piolas de las tres puntas más la piola del centro
se afirman en el centro de todo, y de este punto sale la piola
que afirmará la cometa a la tierra.
Solo falta la cola que, para esta cometa, debe ser de 1,25 m.
a 1,50 aproximadamente; y que debe partir de la única punta de
la cruz que queda libre, es decir del sigse más largo. La cola
se hace con pequeños trapitos más o menos de 14 x 8 cm. que se
van amarrando por el centro como corbatines en la piola, con
una distancia de 15 o 16 cm, entre un corbatín y otro.
Bueno, señores, a volar.
Quito. 31.07.92. Ellas no frustran ilusiones de niños, pues
igual se pueden comprar como hacer; igual pueden construirse
de papeles viejos y medias nylon de las mamás, como se pueden
comprar ultra sofisticadas
Los vientos ya. Y esos soles. Y los mocosos que salen de
vacaciones y se encuentran con un verano encima. ¿Televisión?
No. Las bicicletas y los parques. Las montañas... y las
cometas.
A volar se ha dicho. En todos los pueblos hay algún lugar
famoso en donde hacer volar las cometas y en donde comprarlas.
Tradicionales y famosos lugares de venta, en Quito:
Cotocollao, el Panecillo, el parque de Miraflores, la
Carolina, la calle Loja, por el Centro San Sebastián y algunos
parques del Sur. También por ahí mismo se las hace volar: el
Panecillo, Cruzloma y muchos más; a veces cualquier explanada,
cualquier parque y hasta la terrraza de la propia casa sirven.
Claro que se corre el riesgo de que la cometa muera enlazada a
algún poste de electricidad cercano o que se corte y se
pierda. Pero en estos casos sí, hay que saber la ley de la
cometa, que muchos olvidan: "Si se escapó de tus manos, el
nuevo dueño será quien la encuentre".
COMETAS HUMANAS
Misael Michelena, ahora ya abuelo, siempre ha contado a sus
hijos la historia de las cometas gigantes. Por adentro de
Atuntaqui hacían unas enormes cometas de cañas fuertes y las
familias competían a ver quién las hacía volar más tiempo...
pero con guaguas encima. Hacían volar a los niños sobre las
cometas, a alturas no tan altas por supuesto. Misael voló en
una de ellas. Qué experiencia.
Y ahora, no con tanta maravilla, pero las cometas siguen
volando. Ellas no frustran ilusiones de niños, pues igual se
pueden comprar como hacer; igual pueden construirse de papeles
viejos y medias nylon de las mamás, como se pueden comprar
ultra sofisticadas en los grandes supermercados, con sellos de
fábricas y figuras estrafalarias de los Superamigos, hombres
arañas y demás héroes mounstrillos.
UNA VOLATIL HISTORIA
La historia de Misael parece increíble, pero casi nadie sabe
que es así como se iniciaron las cometas. En China, madre de
tantos inventos, se construyeron también las primeras cometas.
Eran asimismo enormes pues tenían que trasladar a seres
humanos, no para divertirse como el caso anterior, sino para
torturar. El vuelo en cometa, en el siglo XIII era un castigo
para los criminales. Fueron, entonces, los criminales chinos
los primeros hombres "privilegiados" con el placer de volar.
En la misma época, también se utilizaba el mismo sistema para
espiar territorios enemigos, según contó el famoso explorador
Marco Polo.
China, entonces, es la madre de las cometas. La revista
alemana Scala, informa que la primera cometa fue una gorra de
seda que, hace más de dos mil años, el viento arrancó de la
cabeza de un general llamado Huan Theng. Desde entonces los
chinos empezaron a hacer cometas en forma de dragón, con
bambús y seda; que después sirvieron para diferentes
objetivos: constructores japoneses elevaban ladrillos a
enormes alturas con ayuda de cometas; pescadores de Malasia
lanzaban con ellas sus redes a mayor distancia de la costa; en
la Edad Media, en la batalla en la que vencieron los
normandos a los anglosajones, las cometas se convirtieron en
trasmisoras de mensajes.
Scala informa que en 1826, un maestro de escuela inglés
inventó y patentó una carroza tirada por cometas que era capaz
de alcanzar la "endiablada velocidad", según él mismo decía,
de 32 kilómetros por hora.
Y en 1854 otro aventurero hizo que su coche cruce en vuelo por
un extenso valle arrastrado por cometas; luego de tal
experiencia el chofer que lo había servido por muchísimos años
renunció a trabajar con este "loco soñador".
En 1752, Benjamín Franklin utilizó una cometa para la
investigación de los rayos y así inventó el pararayo. El
denominado "Flexikito", una mezcla de cometa y paracaídas
sigue siendo empleado por la NASA para el rescate de cápsulas
espaciales.
Y curiosamente, el primer puente colgante sobre las cataratas
del Niágara, entre Estados Unidos Unidos y Canadá, se
construyó gracias a que un muchacho pasó una fina cuerda de un
lado para el otro utilizando su cometa.
PROEZAS
Actualmente, hacer volar cometas está de moda en Europa, según
comenta la revista Scala, de Alemania. Existe un club alemán
de Cometas, que registra unas tazas de crecimieto de sus
miembros de más del 100 por ciento. Cada vez hay más tiendas
de cometas y en primavera se realizan grandes festivales a los
que asisten alrededor de 50 mil espectadores, además hay un
campeonato europeo de vuelo de cometas, con pruebas de
precisión y de cometas dirigibles.
En uno de estos festivales, un grupo de la ciudad de
Düsseldorf, Alemania, hizo descender en vuelo de picada a una
cometa a la velocidad de 250 kilómetros por hora, logrando así
un récord mundial.
Un equipo de Bremen ha construido la cometa más larga del
mundo, 478 metros de longitud; y también existe un premio a la
cometa más hermosa del año, que es entregado -naturalemente-
en China.
Además, en los festivales se ven los más novedosos diseños,
cometas en forma de vacas, tiburones y locomotoras; algunos
músicos "cometólogos" hacen que sus cometas se deslicen al
ritmo de la música; y otros las lanzan con reflectores por la
noche. Otros, más acuáticos que noctámbulos, las hacen
zambullir en agua y las vuelven a elevar. Algunos fotógrafos
arriesgados colocan sus cámaras en las cometas y toman así
fotografías aéreas. Y cuántas locuras más.
En Quito, muchos años se hicieron concursos de cometas en las
alturas de Cruzloma y el Panecillo, y también en algunos
barrios; pero parece que la buena costumbre se ha ido
perdiendo poco a poco. Niños y adultos, familias enteras,
quieren seguir disfrutando juntos de esta fantasía real de
volar cometas.
COMO HACER UNA COMETA
Una cometa no es ningún bicharraco fácil, para hacerla volar
se necesita de una técnica que por suerte se aprende en la
educación de la vida.
La cometa es un objeto más pesado que el aire, entonces ¿cómo
puede sostenerse en él? generando una fuerza que supera su
peso y que la mantiene suspendida en el aire.
"Las cometas emplean la fuerza del viento para poder
mantenerse en el aire, mientras que las aeronaves provistas de
alas, incluidos el aeroplano y el helicóptero, se valen de su
perfil aerodinámico y de su energía para elevarse", explica el
libro "Cómo funcionan las cosas", de David Macaulay.
La cometa solo vuela en el aire y se sostiene por medio de una
cuerda de manera que desvía el viento hacia abajo. El viento
ejerce una fuerza de reacción que iguala a la fuerza de sostén
de la cuerda y así se mantiene la cometa en el aire. Esos son
los dos principios que gobiernan este vuelo: acción y
reacción, y succión o sustentación.
Los siguientes son los pasos para hacer una cometa:
Consuelo de Cañisarez, de "El Tallercito", nos cuenta cómo
hacer una cometa en forma de rombo alargado: Con un sigse de
68 cm de largo y otro de 41cm. se forma una cruz, uniéndolos
firmemente con una piola por el centro. La piola deberá pasar
en forma de equis por todos los vertices de la unión, así
quedará la cruz muy bien afirmada. Cuando se la tiene bien
fuerte y amarrada se hace un buen nudo y se deja colgado desde
ese centro una piola de 30 centímetros de largo. Con una piola
aparte se une todas las puntas de la cruz amarrándolas en cada
esquina, y tensando muy bien de punta a punta. Muy bien, está
listo el esqueleto de la cometa.
Ahora habrá que vestirla. Se puede hacer de uno, dos tres o
cuatro colores. Esta será una de dos colores. Se recorta con
el papel cometa dos rectángulos iguales, de 23 por 70 cm.,
cada uno de un color diferente, y se los une con goma o
engrudo.
Se acuestan los dos rectángulos unidos y se coloca el
esqueleto de la cometa encima, para así recortarlos según el
molde de la cometa, sin olvidar dejar un margen de dos
centímetros. Ese margen se dobla sobre la piola y se pega.
Ya, ahora, con mucho cuidado -mejor si es con una aguja- se
cruza el hilo que quedó en el centro hacia el lado del frente
del papel.
Con otra piola, se mide de la esquina de uno de los brazos
horizontales de la cruz a la punta superior (el brazo más
pequeño), y de ahí al otro brazo horizontal. Dejando un
espacio para amarrar se la corta, y se la afirma a las dos
puntas de los brazos horizontales.
Una tercera cuerda se amarrará en la punta superior de la
cruz, esta vez midiéndola en diagonal desde esa misma punta
hasta uno de los brazos pequeños horizontales.
Listo, las piolas de las tres puntas más la piola del centro
se afirman en el centro de todo, y de este punto sale la piola
que afirmará la cometa a la tierra.
Solo falta la cola que, para esta cometa, debe ser de 1,25 m.
a 1,50 aproximadamente; y que debe partir de la única punta de
la cruz que queda libre, es decir del sigse más largo. La cola
se hace con pequeños trapitos más o menos de 14 x 8 cm. que se
van amarrando por el centro como corbatines en la piola, con
una distancia de 15 o 16 cm, entre un corbatín y otro.
Bueno, señores, a volar.
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