Quito. 14 jul 96. La XI Conferencia del sida clausurada en la
noche del jueves en Vancouver (Canadá), pasará a la historia
como el punto de inflexión en el pesimismo vivido durante 15
años en la lucha contra esta epidemia. Por primera vez los
fármacos se mostraron capaces de frenar el virus, aunque el
acceso a las terapias abra más que nunca la brecha entre el
primero y Tercer Mundo.

Vancouver renació nuevas estrategias de vacunas.
Pretende no legarle a la próxima cumbre de Ginebra lo que ella
recibió: 7.500 nuevos infectados cada día.

Al menos para Occidente, la posibilidad de encontrar un
tratamiento que convierta al sida en una simple infección está
cada vez más cerca. De entre las más de cinco mil ponencias
presentadas conocieron media docena de ensayos clínicos con
potentes terapias que consiguieron lo que parecía imposible
hace apenas un año. Mostrar que pueden parar la multiplicación
del virus en el cuerpo de los infectados, evitando así que se
desarrolle signo alguno de enfermedad.

Los éxitos obtenidos en los ensayos contra el sida se basan en
el tratamiento de personas recién infectadas o seropositivos
sanos, de ahí la recomendación de los expertos de combatir al
virus duro y temprano. Las dos estrategias farmacológicas
actuales se basan en bloquear dos enzimas fundamentales para
la replicación del virus del sida: la transcriptasa inversa y la
proteasa.

Pero en Vancouver se pusieron en común también varios trabajos
en torno a otro posible objetivo de los fármacos, tras el
hallazgo de las quimioquinas, unas proteínas que permiten al
VIH entrar en los macrófagos del sistema inmune.

La XI Cumbre del sida hizo renacer de sus cenizas la urgencia,
y también la esperanza, de conseguir una vacuna, sobre todo
ante el hecho de que nunca llegará al Tercer Mundo el costoso
tratamiento actual a base de medicamentos.

Tras el fracaso de 16 prototipos ensayados hasta ahora, los
investigadores se plantean nuevas estrategias y, sobre
todo, un mayor esfuerzo en los estudios básicos antes de
lanzar ensayos masivos en población. Los representantes de los
países más afectados les animan a seguir en pruebas ante la
dimensión que adquiere la epidemia en el Tercer Mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en estos
momentos 21,8 millones de adultos y niños de todo el mundo
viven infectados de sida, el 94 por ciento en países en vías
de desarrollo. Aunque desde 1981 solo se notificaron
oficialmente algo más de un millón de enfermos, la OMS estima
que la cifra se acerca a los ocho
millones.

India se convirtió en el país del mundo más afectado por esta
epidemia, según dijo Peter Piot, director del plan de lucha
contra el sida de Naciones Unidas. A mediados de 1996, este
país estaría registrando entre dos y cinco millones de
infectados, según la OMS.

Acceso para todos

La imposibilidad de los países en desarrollo de ofrecer
cuidados a sus ciudadanos y el hecho de que el sida es un
problema para todos, en un mundo cada vez más pequeño, provocó
también un cambio en el discurso de los grupos de activistas.

Su presión, sobre todo en Estados Unidos, imprimió a la
investigación sobre el sida una velocidad impensable para otro
tipo de enfermedades.

Sin abandonar la lucha contra la discriminación de los
enfermos, en Vancouver avisaron que el objetivo es conseguir
el acceso de las terapias contra el sida para todos. Si las
compañías farmacéuticas no bajan el precio de los fármacos,
están dispuestos a presionar a los gobiernos para obligar a
las multinacionales del sector.

Un mundo, una esperanza, fue el lema oficial de esta
conferencia, una idea grandilocuente que para muchas personas
no se corresponde con la realidad.

"El lema es excelente, pero en estos momentos no tenemos un
mundo", dijo Jonathan Man, el que fuera responsable del primer
programa del sida de la OMS, dejando claro que existen varios.
(El País)

América Latina está rezagada

WASHINGTON.- Los fondos disponibles para luchar contra el sida
en América Latina y el Caribe disminuyeron en forma drástica
en los últimos años, lo que amenaza con retrasar
considerablemente la puesta en práctica extensiva de los
nuevos tratamientos que están surgiendo contra esa pandemia,
estima la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La triterapia, o tratamiento mediante combinaciones de drogas
que se autorrefuerzan, tiene un costo actual de entre 12 y 16
mil dólares por año por paciente, dependiendo del número de
enfermedades "oportunistas" que contraiga y de las veces que
tenga que ir al hospital.

Hasta junio pasado la OPS tenía registrados 82.285 enfermos
con vida (153.551 casos acumulados y 71.266 decesos) en
América Latina y el Caribe. Multiplicando por un costo
promedio de 14 mil dólares se llega a la prohibitiva cifra de
1.162 millones de dólares para tratar a los enfermos de la
región.

La comparación con el nivel de recursos usados en programas
nacionales de prevención y control es patética, y la tendencia
a su disminución es alarmante: en el año 1992-93 se dispuso de
16,8 millones de dólares, en 1994-95 de 11,0 millones y para
1996-97 se cuenta con 5,4 millones, según cifras recopiladas
por la OPS.

Buena parte de los fondos son contribuciones, y su disminución
refleja una cierta fatiga de los donantes después de una
década sin que se logre hacer mella en el problema, además de
las dificultades presupuestarias que confrontan actualmente
Estados Unidos y otros países industriales, indicó la doctora
Paloma Cuchí, coordinadora de los programas regionales contra
el sida.

"Nosotros no tenemos más remedio que insistir en la
prevención. La terapia no será accesible por algún tiempo, y
de todas formas los países no pueden gastar todos sus recursos
en combatir el sida pues tienen muchos otros problemas de
salud que no pueden descuidar", dijo la doctora Cuchí.

Son decisiones difíciles, pero los recursos son escasos y hay
enfermedades curables que parecían en remisión pero están
retornando, como la tuberculosis, debido a que los países
bajaron la guardia por causa de la alerta del sida, señaló la
especialista de la OPS.

CASOS EN EL CONTINENTE

Unos 170 mil casos de sida fueron registrados en América
Latina según los últimos datos disponibles en cada país.

Los infectados superarían el millón de personas, según
estimaciones.

En 1994, la tasa de incidencia de casos de sida por millón de
habitantes en América Latina fue de 52,9, en el Caribe 201,2 y
en América del Norte 205,8, según la Organización Panamericana
de la Salud con sede en Washington.

Las modalidades primarias de transmisión del VIH (virus de
inmunodeficiencia humana) en las subregiones son homo/bisexual
(Area Andina, Cono Sur, Brasil y México) y heterosexual
(Centroamérica y el Caribe).

La transmisión atribuida al consumo de drogas intravenosas es
frecuente en el Cono Sur y Brasil con un 30 por ciento y un 27
por ciento respectivamente.

En Ecuador existen aproximadamente 576 casos de sida y se han
producido 408 muertes relacionadas con el virus. (AFP) (Diario
HOY) (10A)
EXPLORED
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