EL SALVADOR SE APRESTA A GESTAR UNA NUEVA NACION

San Salvador. 01.02.92. El Salvador, el más pequeño y más
densamente poblado de los países centroamericanos, se apresta
a gestar en los próximos nueve meses "una nueva nación y un
nuevo estilo del vida", tras el cese del fuego a partir de
este fin de semana, estimaron aquí diversas fuentes.

En este lapso debe cumplirse la primera etapa en la aplicación
de los acuerdos de paz firmados el 16 de enero por el gobierno
del presidente Alfredo Cristiani y el Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional (FMLN), qu llamados a sepultar 60
años de dictaduras militares y casi 12 de guerra civil.

Para Cristiani la parte más difícil de ese alumbramiento lo
serán el desmantelamiento de la estructura militar del FMLN,
que deberá concluir el 31 de octubre, y la obtención de
recursos para la reconstrucción.

El mandatario promete que en el futuro inmediato su gobierno
promoverá y facilitará la inserción de los rebeldes en la
arena política, tal y como está estipulado en los acuerdos de
paz, y asegura que se observan "indicios positivos" de ayuda
externa para la reconstrucción.

En conferencia de prensa el jueves, Cristiani calculó en 1.000
millones de dólares la destrucción de bienes causada por la
guerra y estimó que serán necesarios 1.800 millones y un
período de tres a cinco años para que El Salvador recupere los
índices económicos que tenía hace tres décadas.

En términos semejantes se expresó el dirigente guerrillero
Javier Castillo, miembro de las comisiones política y de
reconstrucción del FMLN, quien indicó a la AFP que la
desmilitarización, la reconstrucción y la democratización en
todos los campos serán "una tarea titánica, gigantesca y
compleja".

Se requieren cambios "a profundidad" y una "nueva lógica de
desarrollo", en la que los beneficiarios de la nueva sociedad
"sean las grandes mayorías", dentro de un programa económico
que "no será neoliberal", anotó.

Castillo coincidió con Cristiani en su optimismo sobre la
capacidad del pueblo salvadoreño para superar las
dificultades, al tiempo que reconoció que "los próximos nueve
meses son un campo minado donde nada será sencillo".

Al iniciarse este sábado el alto al fuego y comenzar la
ejecución de los acuerdos de paz "empezamos a caminar sobre el
filo de la navaja, pues estamos obligados a adelantar hacia
una sociedad más democrática o retrocederemos a un nuevo
conflicto social de grandes dimensiones", advirtió Castillo.

El comandante guerrillero calificó a la Comisión Nacional de
Paz COPAZ, como un "cogobierno" garante del proceso. En ese
grupo, instalado y juramentado este sábado, participan
delegados de la guerrilla, el gobierno y las fuerzas armadas
con observadores de Naciones Unidas y la iglesia católica.

Los acuerdos de paz indican que el desmantelamiento de la
guerrilla en los próximos nueve meses, el de las fuerzas de
seguridad gubernamentales en dos años y el fin del
reclutamiento forzoso este primero de febrero son una
condición para la democratización política, estimó el líder
insurgente.

Este proceso, coordinado por COPAZ, tiene como fin que todos
los partidos, incluido el FMLN, y todas las ideologías estén
en igualdad de condiciones.

Castillo explicó que la apertura política irá acompañada por
una apertura en el campo de la prensa y los medios de
comunicación, mientras se elaboran leyes para fortalecer el
papel de los poderes del Estado, entre ellos, el poder
judicial, "que deberá ser dotado de toda la independencia que
requiere".

En el campo electoral, agregó, "tenemos que crear condiciones
para que las elecciones de 1994 sean diferentes por su
libertad y amplia participación".

En el área económica, la aplicación de los acuerdos de paz
iniciará un proceso agrario que modificará la tenencia de la
tierra, gracias a un incremento de los créditos a los
campesinos y una profundización de la reforma agraria,
empezando por las antiguas zonas de guerra.

Asimismo, un foro de concertación económico-social se
instalará en febrero o marzo y será un espacio de encuentro de
empresarios, trabajadores y el Estado para generar formas
económicas que den participación a todos los salvadoreños.

Castillo insistió que el proceso iniciado este sábado topa con
"dificultades gigantescas" y la reconciliación que se pretende
"es más un reto que un hecho, en vista de hay sectores
pequeños pero poderosos en las fuerzas armadas, en el partido
gobernante ARENA y otros ámbitos del país, que se oponen a los
acuerdos de paz y "podrían montar provocaciones contra el
FMLN".

En lo económico las dificultades son "titánicas", dijo, pues
partimos de un país muy pobre, hambreado, deteriorado y
devastado por la guerra, para el que será poca toda la ayuda
que pueda recibir del exterior.

En la misma línea se pronunció monseñor Joaquín Ramos, obispo
ordinario militar, cercano a los círculos oficiales, quien
declaró que el proceso de paz, especialmente en los próximos
meses, será "un trabajo muy duro".

Consolidar la paz requerirá "buena voluntad y capacidad de los
salvadoreños para convertirnos en agentes de reconciliación, y
esas precisamente no son cosas que se puedan encontrar en la
tienda de la esquina", apuntó.

En la iglesia, concluyó, tenemos esperanza y optimismo en que
todo este proceso "llevará a El Salvador a encontrar un nuevo
estilo de vida, en el que la violencia y las injusticias
queden desterradas".

Mientras tanto, para el hombre de la calle "con paz o sin paz
hay que seguir trabajando porque nadie me va a dar de comer",
como expresó en San Salvador Socorro Menjívar, una vendedora
de naranjas y madre de cinco niños.

No obstante, la mujer reconoció que a partir del cese del
fuego "por lo menos podremos dormir tranquilos, con la
seguridad de que ameneceremos vivos y no con un tiro en la
cabeza".

EXPLORED
en Ciudad N/D

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