Quito. 12.10.94. El secuestro es en la actualidad la especialidad
más lucrativa y fácil de la delincuencia organizada. Basta
seleccionar un grupo de personas para cumplir trabajos de
inteligencia y labores "operativas", eso sí bien remuneradas, una
víctima propicia y uno o varios departamentos con renta
adelantada de dos o hasta tres meses. Al final las ganancias
superarán los 100 millones de sucres.

Según fuentes oficiales en los últimos 12 meses se han registrado
por lo menos 110 secuestros de personas en diferentes regiones
del país, principalmente en Sucumbíos, Pichincha, Tungurahua y
Guayas. Este negro récord lo inició Sucumbíos con el secuestro de
Vicente Vaca Espinosa, el 2 de noviembre de 1992, hasta seguir
una larga racha casi dos años hasta los últimos casos reportados,
el de tres conocidos empresarios quiteños, uno de los cuales, el
señor Eduardo Gutiérrez, ha sido ya liberado tras 52 días de
cautiverio.

De acuerdo a datos de los organismos antisecuestros las
organizaciones criminales están compuestas por gente profesional
dedicada a buscar rescates a cambio de la vida de las personas
secuestradas. Son gente de nacionalidad ecuatoriana o colombiana
que intervienen en grupos de entre seis y nueve miembros que a
bordo de vehículos especialmente del tipo taxi marca San Remo y
camionetas someten a las víctimas luego de un minucioso
seguimiento.

En los casos de secuestro denunciados no se han producido bajas
de entre los delincuentes, no así entre los cautivos, como fue el
lamentable caso del ciudadano Guillermo Medardo Vasco Soria,
quien fue plagiado el 30 de mayo de 1994 en la carretera
Pelileo-Patate y hallado muerto el 22 de junio de 1994 en la
ciudad de Ambato. Se teme que resultó herido cuando los asesinos
intentaron reducirle.Las autoridades policiales y militares han
detenido en total a 44 involucrados en secuestros a nivel
nacional.

En su mayoría choferes, cocineros, y delincuentes comunes
dedicados a la actividad. Estos detenidos, hombres y mujeres son
en su mayoría de nacionalidad ecuatoriana y colombiana aunque se
incluye en el grupo un ciudadano taiwanés. Entre estos se incluye
a una profesora de colegio que seleccionaba a sus propias alumnas
para que sus cómplices las secuestraran. En algunos casos se dice
que recibieron hasta 10 millones de sucres por conducir autos o
realizar seguimiento. Los cabecillas de estas diversas bandas se
hallan prófugos.

Modo de operación

Los antisociales realizan un pormenorizado trabajo de
inteligencia estableciendo la rutina de las víctimas y la
situación de solvencia económica, relaciones profesionales y sus
lazos familiares más cercanos.

El modo de operación es distinto aunque por norma van provistos
de armas de fuego y armas blancas, pasamontañas y autos rápidos y
nuevos preferentemente de alquiler

Los delincuentes una vez en poder de las víctimas solicitan sumas
económicas impuestas a su voluntad y eligen el mecanismo de
entrega y comunicación con los familiares de los cautivos
evitando ser descubiertos por la policía bajo un sistema de
desgaste y pavor sicológico de los familiares.

El profesionalismo de los criminales les permite formar un cerco
de contrainteligencia hasta imperceptible para las autoridades
por lo que la entrega-recepción de rescates se realiza en la más
completa impunidad. En la casi totalidad de los casos de
secuestros aclarados la Policía no se llega a enterar sobre el
sitio y la suma pagada por el hermetismo de los familiares que
retiran a dicho organismo de seguridad la confianza.

UNA LEY QUE CREARIA DILEMA

El ministro de Gobierno, Marcelo Santos, dijo en Guayaquil que se
está preparando un proyecto de ley antisecuestro que permita
poner freno a esta verdadera plaga social.

Señaló el ministro que este proyecto se asemejará a la ley
existente en Colombia que penaliza no solo a los responsables
materiales e intelectuales del delito sino a quienes dejen de
informar sobre los plagios ya que según él esto se constituye en
auspiciar la generalización de este tipo de delito.

Los familiares cercanos de quienes han sido secuestrados en el
país han preferido agradecer los servicios de la policía a la que
han cerrado las puertas sin permitirle espacio en la
investigación. Esto facilita a los delincuentes hacer libremente
su doble juego de secuestrar y extorsionar bajo una plena
impunidad.

La Policía Nacional considera necesario contar con una base legal
fuerte, con penas altas, que incluso impida la acción de pagar
rescates y que evite que los allegados a las víctimas dejen de
notificar a las autoridades.


DE TODO UN POCO

- Por el secuestro del señor Servio Serrano se pagó 400 mil
dólares. Como intermediario intervino un funcionario de
Oro-Banana. El plagiado fue puesto en libertad en 18 de junio, es
decir un mes después de su secuestro. Serrano se ha negado a
conversar con la policía.

- El señor Eduardo Gutiérrez, empresario gerente de Quito Motors,
fue plagiado el 17 de agosto de 1994 y liberado recientemente.
Cuatro delincuentes armados interceptaron su vehículo abandonando
luego a su esposa, sus dos hijos y al chofer en una quebrada
cercana a la parroquia de El Quinche. Los secuestradores dejaban
notas y casetes exigiendo el pago de 100 millones de pesos
colombianos. Allegados a la víctima contrataron especialistas
británicos y se negaron a los requerimientos de la policía.

- Jorge Aveiga Intriago fue secuestrado el 3 de noviembre de 1993
en Guayaquil. El ciudadano fue llevado a las afueras de la
ciudad. La familia es requerida a pagar 100 millones de sucres
cantidad que luego bajan a 30 millones de sucres. Un trabajo de
seguimiento de la Policía Nacional permitió liberar al cautivo y
detener a los presuntos autores.

- Silvia Mayorga Mayorga fue secuestrada a la salida de su
colegio. Luego se detectan cartas y llamadas telefónicas en la
que exigían 200 millones de sucres, que fueron conforme pasaban
los días rebajando a 50 y 25 millones de sucres. La Policía
Nacional desarticuló el complot comprobándose que se trataba de
un autosecuestro.

- Rodrigo Contreras fue secuestrado en Sucumbíos el 30 de julio
de 1993 por personas que bloquearon el camino a Sushufindi con un
tronco. Los familiares responsabilizaron de su integridad a la
policía si es que esta intervenía en el asunto.

- Eldon Lee Horton y Clyde Nolan Killgore, americanos, empleados
petroleros fueron secuestrados en Sucumbíos el 3 de junio de
1994. Dos mujeres colombianas fueron utilizadas como señuelo. No
se supo en qué terminaron las negociaciones ni se participó de
las investigaciones a la policía. (8A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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