Quito. 9 ago 98. Un recorrido por cuatro centros infantiles del norte y sur de Quito permitió conocer el apoyo real de la institución. En Guayaquil la experiencia también es buena.

Alas 07h30 Luis Ramírez, de cuatro años; y, su hermana, Rocío, de dos, desayunan un vaso de leche tibia endulzado con panela, un pan fresco y un plátano. Después, cada cual se incorpora a las actividades de estimulación temprana y recreación en la humilde guardería.

Su madre que se gana la vida como lavandera, los deja cada mañana antes de desplazarse a los barrios del centro y norte de Quito a trabajar.

La vieja y frágil casa de hacienda donde funciona la guardería está ubicada a la entrada de la invasión que realizaron hace dos años y medio los ciudadanos de la "Asociación de Trabajadores Autónomos por un Futuro Mejor". Están ubicados en el sector de Chillogallo. A fuerza de mingas, autogestión y buena voluntad, las casi 2.000 personas que habitan en pequeñas casas de bloque y terrocemento, con techos de zinc y cartón, apuntalaron las paredes de la vetusta casona, pintaron las paredes de blanco, pusieron plástico en el techo y se organizaron para solicitar apoyo al Programa Operación Rescate Infantil (ORI) para abrir la guardería.

Hace tres meses firmaron el convenio con el ORI, la gente de este joven barrio puso el local y seleccionó a ocho mujeres que estaban desempleadas para que se convirtieran en madres comunitarias.

La Asociación abrió una cuenta de ahorros y la transferencia de los recursos para la compra de alimentos para 60 niños, material didáctico, el pago de las bonificaciones de 200 mil sucres mensuales para las madres comunitarias empezó a depositarse.

El compromiso del ORI con la comunidad que asume la administración de la guardería también es dotarle de mesas, sillas, cunas, una cocina industrial, vajilla y algunos juegos para las áreas verdes. Ahora la guardería está llena de niños de seis meses a cinco años que reciben cuatro comidas diarias.

Para su funcionamiento recibe mensualmente siete millones 626 mil sucres. Sin esto simplemente no podríamos seguir adelante, los niños que están aquí son hijos de albañiles, lavanderas, empleadas domésticas y desempleados, un 30 por ciento de niños está aquí porque sus padres simplemente no tienen para darles de comer, señala la presidenta de la Asociación, Hilda Sánchez.

Cerca de allí, en la Cooperativa de Vendedores Ambulantes de la Ciudadela Ibarra, otra guardería amplia y bien cuidada recibe el apoyo del ORI. Atiende a 70 niños, se llama "Estrellitas futuro del sur".

El convenio, la infraestructura y la administración están en manos de la parroquia. Hay ocho madres comunitarias y anualmente reciben un presupuesto de 48 millones de sucres. Fanny Yumbla, coordinadora del centro infantil, señala que durante ocho años han trabajado con el ORI y que el problema es la falta de continuidad en los trámites legales para las firmas de renovación de los convenios.

Cada vez que entra un nuevo director ejecutivo se fraccionan los procesos de trabajo y muchas veces toca esperar varios meses para que se reactive la ayuda. Sin embargo, el monto que se destina para la alimentación de los niños es bueno y podemos atenderlos bien. En cambio, el presupuesto para comprar el material didáctico y de estimulación por cada niño es muy pobre, apenas 100 sucres que no alcanzan más que para una hoja de papel brillante.

Otra de las guarderías que escogió al azar este Diario para comprobar la calidad de los servicios que el ORI presta a los niños de escasos recursos, fue la de la Policía Nacional "Mundo de Ilusiones", situada en la Mena 2. La directora, Verónica Mosquera, afirmó que todo lo que es alimentación de los 120 niños que atienden está cubierta por el ORI, al igual que las bonificaciones de las madres voluntarias.

"Nosotros nos preocupamos mucho de la capacitación de las madres comunitarias, por eso las parvularias de la Policía las preparan para el cuidado de niños y la enseñanza, además de los cursos que imparten los promotores del ORI".

En otro punto de la ciudad, al norte, al final de la calle Mañosca funciona la guardería "Nuestro Hogar". Aquí diariamente siete madres comunitarias atienden a 50 niños hijos de gente de escasos recursos, en su mayoría madres solteras.

El monto aproximado mensual con el que el ORI aporta asciende a siete millones y medio.

Las 1.162 guarderías que reciben el apoyo del ORI tienen un componente muy importante: la autogestión, las mingas y el trabajo solidario de los padres de familia y de la propia comunidad.

En abril de este año, la cobertura nacional de niños atendidos era de 17 mil, desde mayo hasta la fecha aumentó a 42 mil. El número de madres comunitarias a nivel nacional es de 6.000.

Pero el lado flaco del ORI es la capacitación de las madres comunitarias pues en el recorrido que este Diario realizó se evidenció que en dos de las cuatro guarderías, las madres no están preparadas para el trabajo con niños, a esto se suma la bajísima bonificación que reciben.

Lester Meza, director ejecutivo del ORI en los últimos tres meses, señala que cuando llegó había en caja solo 300 millones de sucres. Con la reactivación de convenios hemos transferido un total de 22 mil millones de sucres. Hasta diciembre se entregarán 24 mil millones conforme el Ministerio de Finanzas vaya desembolsando lo que le corresponde al ORI.

Meza cita como algunos de sus aciertos, la búsqueda exitosa de ayuda de organismos internacionales. Childrens International entregó 60 mil pastillas de Zentel que llega a 600 millones de sucres que han sido repartidas durante el último mes en la campaña de desparasitación que emprendió el ORI.

Otro logro es la firma del convenio con el Consejo Provincial de Pichincha para que el carro hospital de la Corporación atienda a 740 niños y 104 madres comunitarias de Pichincha en consultas médicas y odontológicas y las 200 intervenciones quirúrgicas y más de 1.500 consultas realizadas gracias a un convenio del ORI con la Fundación "El cielo para los niños del Ecuador". Esta acción se realizó hace tres semanas en Riobamba.

Guayas: 535 niños pobres

José Cevallos, de 5 años, es el más activo de la guardería que cuenta con el apoyo de la Fundación Ejército de Liberación. El menor conoce bien las canciones y oraciones que le enseña la tía Elvira (madre comunitaria). Esta guardería del ORI funciona al norte de Guayaquil, en el populoso sector de Mapasingue, cuenta con 3 aulas funcionales donde los 56 menores en edades de 1 a 5 años comparten juegos, canciones, los primeros conocimientos escolares y descansan en cunas.

Cumplen un horario que se inicia a las 07h00 cuando son recibidos por las cinco madres comunitarias y permanecen hasta las 17h00. En la provincia del Guayas funcionan 110 guarderías de las cuales 71 están en Guayaquil, especialmente en las parroquias Febres Cordero, Tarqui y Ximena, la de mayor población en la ciudad.

En la provincia atienden a 535 niños con 747 madres comunitarias. Teresa Rodríguez, directora del ORI, asegura que uno de los cambios substanciales que se dieron durante los últimos días tienen que ver con la firma de un convenio con el hospital de la Sociedad Protectora de la Infancia "León Becerra", que será una alternativa de salud integral preventiva para los 535 niños.

"Este es un logro importante porque beneficiará a todos los menores", dice la Directora del Guayas mientras recuerda que en Guayaquil la guardería más grande es la que cuenta con el apoyo de Fe y Alegría y ofrece atención de calidad y diversos servicios médicos a 200 niños de escasos recursos de los barrios marginales. Redacción Guayaquil

Azuay: 34 centros parados

La crisis fiscal que afrontó el Gobierno se reflejó principalmente en los programas sociales.

El ORI no podía ser la excepción. En el Azuay un total de 34 guarderías que están cerradas por problemas de financiamiento.

Pese a la crisis económica, desde marzo y mayo pasado están laborando 102 guarderías que prestan atención a 3.085 niños y niñas de sectores urbano marginales y rurales de Cuenca y otros cantones de toda la provincia.

Eulogio Rojas, coordinador del ORI-Azuay, señaló que si bien no se ha cumplido una cobertura del 100 por ciento durante el primer semestre de este año se hicieron grandes esfuerzos por extender la atención y ampliar las coberturas.

De ahí que están por abrirse entre diez y quince guarderías en Guzho, Chilcatotora, Gulagpamba, Ayaloma, San Bartolo, 21 de Agosto Guayña, Cruzloma, Guachalapa y San Antonio, de las que se ha confirmado la transferencia de recursos.

Al Estado mensualmente le cuesta 10 millones de sucres mantener una guardería con un promedio de 90 niños. En Azuay hay guarderías que prestan atención hasta 110 infantes.

Este año el nivel de asistencia de niños y niñas a los centros de cuidado diario llegó al 96 por ciento, a excepción de San Fernando que por falta de apoyo comunitario se cerró la guardería pero se abriría cuando se logren nuevos acuerdos. Los convenios estarán reactivándose conforme el Ministerio de Finanzas entregue las partidas presupuestarias a tiempo. Redacción Cuenca

3.500 para nutrición

La tarea de las madres comunitarias * Las madres son elegidas por la misma comunidad, barrio u organización. Los técnicos y promotores del ORI tienen la obligación de capacitarlas en el cuidado, educación, protección y estimulación de los niños. La administración de cada centro infantil o guardería es responsabilidad del ORI, el comité de padres de familia que debe participar activamente y la organización barrial o popular de cada comunidad.

La atención y el local * Los centros infantiles atienden ocho horas diarias de lunes a viernes. El ORI y sus promotores califican el local que la comunidad pone para el funcionamiento de la guardería, es necesario que tenga cocina independiente, patio con áreas verdes, sala para descanso de los niños con cunas y camas, agua, luz, ventilación, iluminación, alcantarillado, baños o letrinas.

Los compromisos de la comunidad * El barrio, organización popular, asociación o comunidad debe estar legalmente constituido. Además debe participar con el trabajo voluntario, local, preselección de madres comunitarias, conformación del comité de padres de familia, apertura de cuenta de ahorros en el Banco de Fomento, colaborar en la inscripción de los niños, notificar al ORI la actualización de la directiva y presentar las liquidaciones mensuales, durante los cinco primeros días de cada mes.

El dinero se reparte así * Para alimentación se destina 3.500 sucres por niño; para material fungible, es decir productos de limpieza, jabón, papel higiénico 300, y 300 sucres más para material de estimulación, pero el ORI maneja 200 en su caja. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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