El plan de vivienda popular ideada por dirigentes afines al Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) podría volver "incondicional" la relación con el Gobierno. La presencia del ministro Bruno Poggi, militante activo del roldosismo, y del ex diputado de esa tienda política, Víctor Hugo Sicouret, ha despertado muchas expectativas por las proyecciones que puede tener un megaproyecto en el área social durante la próxima campaña electoral

El programa de vivienda "Un solo toque", de Abdalá Bucaram, podría reeditarse en el Gobierno de Lucio Gutiérrez. Para eso cuenta con militantes activos del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) en el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), entre ellos, el ministro Bruno Poggi, y el asesoramiento "ad honórem" de Víctor Hugo Sicouret, mentor y ejecutor del plan en el gobierno roldosista.
Esta posibilidad tomó cuerpo en los últimos días. Los ejes del proyecto que prepara Sicouret, a los que tuvo acceso BLANCO Y NEGRO, revelan un plan de vivienda popular similar al aplicado en los seis meses del gobierno del PRE, sustentado en una trilogía: el Gobierno (con fondos del presupuesto o de préstamos de organismos externos), los municipios (con la entrega de terrenos) e inversionistas privados (con recursos propios bajo una línea de crédito especial).
La nueva propuesta, que contempla casi la misma estructura y que lleva el membrete provisional de "Casa para los pobres", dejaría de lado el sistema de la entrega de un bono (en materiales) para construir casas o ampliar las existentes para dar paso a un esquema de entrega directa de las viviendas.
Es un programa a corto, mediano y largo plazos para levantar hasta un máximo de 100 mil viviendas, a un costo de entre $6 800 y $7 500 por unidad habitacional, de entre 36 a 39 metros cuadrados de construcción y limitados servicios.
La cercanía de la próxima campaña proselitista de las elecciones intermedias de alcaldes, prefectos, concejales y consejeros ha despertado una primera lectura política del tema, al estar de por medio una "participación activa" de los gobiernos locales, en especial los municipios, pues esas entidades son clave en la entrega o donación de los terrenos para los programas habitacionales.
Por otro lado, según algunos analistas, el plan de vivienda podría resolverle "de un solo plumazo" al Gobierno de Gutiérrez varios conflictos políticos y sociales: amainar los reclamos por la falta de asistencia social durante su primer año, así como la de presentar una oferta que le permita alcanzar al partido oficial, Sociedad Patriótica (SP), el 5% en las elecciones, lo que le garantizaría sobrevivir en el registro del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Este escenario no es ajeno para las autoridades seccionales roldosistas, que conocen del esquema de "Un solo toque" y sus proyecciones electorales, como quedó evidenciado por el entusiasmo con que los alcaldes roldosistas de Guayas y Manabí recibieron el nombramiento de Poggi.
Pero la posibilidad de trabajo, ofrecida por el nuevo ministro en una época estratégica, constituye un complemento a la tarea del ex ministro Jorge Repetto, a quien se lo vinculó como cuota política del PRE desde que se habló de una colaboración roldosista con el Gobierno. Fue en sus cortos dos meses de administración que se nombró a Poggi subsecretario y a varios directores provinciales de filiación roldosista.
La posibilidad de obras en tiempos de campaña, incluso, ha acelerado algunas alianzas electorales. En los días de agitación en el Ministerio, el diputado Jaime Estrada adelantó que su partido, la Democracia Popular (DP), irá con el PRE para las elecciones de este año. Y ya se conoce que el actual prefecto roldosista Humberto Guillem prepara el camino para su tercera elección, en Manabí.
Y eso no es todo. La colaboración de los roldosistas en el Miduvi también ha levantado expectativas en otras plazas. Una de ellas es Napo, en donde algunos programas habitacionales están parados desde hace dos años. Se habla de una alianza con el PRE del diputado José Luis Columbo (ex Pachakutik), quien -como aliado del Gobierno- ha estado ofreciendo su ayuda a los planes de vivienda truncos.
Los nuevos planes de vivienda también pueden servir de boya y calmar los ánimos de varias asociaciones de vivienda de Sucumbíos, que reclaman el incumplimiento de un oferta hecha hace un año. El PRE tiene presencia en esta provincia amazónica a través del diputado Rafael Chica, a quien se ve ya como "la llave" para las futuras alianzas. Aunque no tiene diputados, el PRE en Orellana es la carta que manejan el prefecto Daniel Lozada, amigo personal de Lucio Gutiérrez , y sus principales opositores.
Y es que la presencia del PRE en el Miduvi es vista con cautela por otros sectores. Cuando surgió el nombre de Víctor Hugo Sicouret, primero como asesor presidencial y luego solo del Ministerio, surgieron voces en contra. La técnica provino de la Federación de Ingenieros Civiles del Ecuador, que cuestionó la idoneidad de Sicouret. En un comunicado de prensa, el gremio se mostró extrañado de que un abogado "sea quien presente e imponga un plan de vivienda popular". Y rechazó que funcionarios políticos tuvieran injerencia en aspectos técnicos.
Esas dudas fueron ratificadas por su presidente, Holger Holguín, quien dijo a este Diario que es evidente que el Miduvi es un botín político del PRE. La percepción del dirigente es que un manejo político del sector puede incidir negativamente en el aparato productivo del país, "más aún cuando no ha habido una política seria y los planes aislados se han regido por la improvisación".
Sicouret defiende su propuesta. Dice que técnicamente su idea es viable y eso lo ha demostrado cuando fue constructor privado y luego al mando de "Un solo toque". Y en lo político, asegura que "le importa un rábano partido por la mitad" si se piensa que por el plan, al que considera una respuesta social, vaya a favorecer electoralmente al PRE y a SP, y a la vez "sostener al Gobierno".
Pese a ello, aclara que su "franca colaboración" en el Miduvi es a título personal. Lo mismo que aseguró Poggi, quien destaca que su nombramiento fue un ofrecimiento hecho por el presidente para colocar a un manabita al mando de un Ministerio. (LB)

Por todo el país recorre "la fiebre" de vivienda roldosista

El ministro Poggi entrega dinero hasta para rehabilitar los parques de la Costa

El ministro Bruno Poggi fue condecorado, la semana anterior, por el alcalde de Portoviejo, Alberto Lara. Y aunque no estaba en el orden del día, el ministro entregó $500 mil para el alcantarillado sanitario de la parroquia Picoazá, $100 mil para rehabilitar el parque Vicente Amador Flor, en Portoviejo, y $250 mil para desarrollar el Programa de Mejoramiento Integral de los Barrios. Lara le pidió gestionar el financiamiento de obras que solicitó en octubre y noviembre de 2003,. "No los defraudaré", respondió Poggi.
A Julio Guaminga, ex director del Miduvi y miembro de la Feine, no le sirvió de nada ser el animador de la recepción que el pasado 7 de marzo realizó la comunidad San Rafael Alto al presidente Lucio Gutiérrez. Tres días después fue reemplazado por Ronny Cruz. El flamante funcionario es hijo del director provincial del PRE y no negó sus nexos con ese partido.
Cruz admitió tener "amistad con Abdalá Bucaram, Adolfo Bucaram, Víctor Hugo Sicouret. He apoyado a mi padre en sus campañas", pero niega que su nominación obedezca a un acuerdo político. Informó que el asesor de planificación del Miduvi, en Chimborazo, estuvo en la comitiva presidencial que viajó a Colombia, "para concretar la negociación de un crédito para construir viviendas en el país".
En Bolívar y Tungurahua permanecen en la dirección del Miduvi los militantes de Sociedad Patriótica, Mauricio López y Celso Meza, respectivamente, y en Cotopaxi, Héctor Reinoso, un funcionario de carrera, encargado de la dirección desde enero.
En la Costa, el peso roldosista es más notorio. A cargo de la dirección de Esmeraldas está Julio Ortiz Martínez. Hasta hace poco fungía de asesor de la diputada del PRE Denny Cevallos.
Es más, los alcaldes y prefectos roldosistas que irán a la reelección en las provincias del Litoral han firmado "un compromiso de honor" con el ministro Poggi, para canalizar recursos destinados a la construcción de viviendas y otras obras de interés social.
En estos acuerdos de palabra, ya que no hay nada escrito, no participan los directores regionales del Miduvi, porque pertenecen a Sociedad Patriótica.
Los alcaldes de Santa Elena, Colimes y Milagro se reunieron con Poggi y pidieron ayuda para financiar pequeñas obras (viviendas, parques, mejoramiento de barrios) para "mostrar a los habitantes que sí trabajan".
Delegaciones de alcaldes de El Oro, Los Ríos, Manabí y Esmeraldas han pedido audiencia a Poggi con las mismas intenciones. Los esmeraldeños piden ejecutar el programa de vivienda "Mi casa bonita"; los orenses, obras en agua potable, alcantarillado y saneamiento ambiental. (AM/JP/LB)

Los programas ministeriales aún no terminan de fraguar

Hay varias asociaciones que se quejan por la demora en la entrega de materiales

Hace 15 meses, el Miduvi se comprometió a entregar los materiales a 3 500 pobladores de al menos 15 asociaciones de vivienda de la provincia de Sucumbíos, pero hasta la fecha no se cumple la oferta en su totalidad; los afectados aseguran que la entrega fue mínima. Tras la última visita del presidente, se ofreció cumplir con el pedido de 1 800 peticionarios.
El director provincial del Miduvi, Raúl Avilez, se comprometió en los últimos días a gestionar a favor de 700 solicitantes. La demora, no obstante, ha colmado el ánimo de muchas personas que se organizan para viajar a Quito a reclamar directamente.
Pero el caso de Sucumbíos no es el único, pues se conocen de otras demoras a escala nacional, lo que refleja el paso de tres ministros por esa cartera de Estado. La inestabilidad estuvo marcada por la falta de continuidad en los planes de vivienda del anterior régimen, lo que ha dejado intocada la tasa de crecimiento anual de déficit habitacional del 2,2%.
El ministro Nelson Alvarez planteó un "megaprograma" para construir 500 mil viviendas. Con su salida abrupta a escasas semanas de posesionarse, el tema quedó archivado. Su sucesor, Hermel Fiallos, propuso el plan "Pueblos Productivos Integrales", que incluía la construcción de viviendas en el sector rural y la participación de otros ministerios sociales. Tampoco la idea cuajó.
Por último, el ministro Patricio Repetto apenas tuvo tiempo para proponer el Plan Nacional de la Vivienda. Y quedó en idea. El actual ministro Bruno Poggi dijo a BLANCO Y NEGRO que en dos o tres semanas tendrá listo una propuesta global para el Ministerio. Aunque tiene el asesoramiento de Víctor Hugo Sicouret, dice que convocará a otros constructores para estructurar un programa amplio que le permita la construcción de 30 mil unidades habitacionales.
Actualmente existe, según información extraoficial, un déficit de 1,4 millones de unidades, que englobarían a seis millones de ecuatorianos sin techo. Dentro del Ministerio existen decenas de proyectos en ejecución a través del bono de la vivienda.
En los planes abiertos para la entrega del bono han entrado en juego varios actores. Ese es el caso de la Cooperativa 29 de Octubre, del Ejército, que tiene firmado el financiamiento de planes de vivienda en Azuay, y otros dos están en trámite en Guayas y en Napo.
En este último, se está negociando su participación económica con la fundación Marianita de Jesús que construye viviendas. Actualmente circulan en Tena, entre los socios de cinco asociaciones, modelos de formularios en los cuales se pone como condición la entrega de $600 como garantía. (LB)

La figura del bono de la vivienda entorpece los planes

El ministerio debe realizar reformas reglamentarias para aplicar nueva propuesta

"El proyecto "Casa para los pobres" no tiene por qué ser igual a "Un solo toque"; es así como se construyen las viviendas de interés social". De esa forma explica Víctor Hugo Sicouret la similitud de ambos planes, que tienen como ejes el aporte del Gobierno, de los municipios y de los inversionistas (esta vez externos).
Al hablar de inversión privada se entiende el lado del negocio, dice. Y en esa línea deben cumplirse ciertas condiciones. La primera, asegura, está en marcha: convencer a las empresas interesadas que en el país hay un escenario propicio. Sicouret asegura que ya tiene adelantadas conversaciones para dos posibilidades de financiamiento, para un total de 100 mil unidades habitacionales.
Según Sicouret, son líneas de crédito que no requieren del aval del Gobierno y que no engordarían la deuda externa, tienen un plazo de 10 años y uno de gracia. El bosquejo del plan habla de una tasa preferencial de entre 3 y 3,5%, similar a la del BID. El financiamiento cubre el 85% del costo de la vivienda, eso no cubre el terreno que debe formar parte de tierras donadas por las municipalidades. El primer soporte en este campo sería la participación inicial de los 36 municipios roldosistas en el país y los que se proyectan como sus eventuales aliados. Una vez que estén definidas las condiciones, el proyecto será presentado al presidente, de las manos del ministro Poggi.
Esto podría ser en dos o tres semanas. El diseño del plan "Un solo toque" tomó tres meses. En los dos meses siguientes se inició la construcción de 18 mil viviendas. Días antes de la salida del gobierno roldosista, en febrero de 1997, se habían entregado 8 000 unidades en la urbanización El Recreo, del cantón Durán. Otras 4 000 quedaron a medias, al igual que otras 6 000 en Pujilí y Esmeraldas.
La crítica que se hizo entonces fue a los limitados servicios básicos y a la estrechez de las viviendas. Sicouret dice que en ese caso y en el proyectado ahora las casas cumplen los parámetros de los organismos internacionales. Es más, asegura que el presidente ha visto que para llegar a la extrema marginalidad es necesario hacer viviendas más baratas, con áreas menores a 50 metros, y que la entrega debe ser directa.
Precisamente, uno de los temas para aplicar el nuevo proyecto es echar abajo el sistema del bono de la vivienda implementado, desde 1999, por Jamil Mahuad y Gustavo Noboa. Sicouret asegura que ese modelo ha frenado el desarrollo del sector.
La entrega del bono requiere de la conformación de un fideicomiso, que es el que entrega las viviendas y cobra a los beneficiarios. Sicouret afirma que eso no asegura la recuperación de la inversión, pues pueden desviarse los fondos destinados a los programas.
Los proponentes de "Casa para los pobres" trabajan en reformas reglamentarias para que los recursos de los inversionistas sean canalizados sin tropiezos en los proyectos. Ahí radica el principal aporte del Gobierno, concluye Sicouret, como en defender la propuesta, que depende de que sus detractores no le pongan trabas ni asusten al inversionista. (LB) (BLANCO Y NEGRO)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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