Washington. 11.10.93. Poco a poco, el mundo se habitúa a esta
post guerra fría, a la que todavía no se le ha bautizado con
un nombre propio. Tal vez no tiene nombre propio porque todos
los conflictos de hoy, son efecto de la distención entre las
superpotencias, son un desequilibrio que nace del precario
equilibrio mantenido por Estados Unidos y la Unión Soviética
durante décadas. ¿Acaso los distintos fragmentos nacionales de
Yugoslavia no se mantuvieron pegados con saliva en el marco de
la convivencia entre Occidente y los países socialistas? Otro
tanto ocurre en Georgia donde se disputan el terreno dos
nacionalidades que antes integraban una URSS mantenida
sólidamente unida a fuego.

Entretanto, ¿qué son los conflictos de Somalia, de Mozambique,
de Zaire, sino la herencia de la estrategia anticomunista de
Estados Unidos? Allí, los norteamericanos, con la complicidad
de Naciones Unidas, financiaron guerrillas desestabilizadoras
como la de Somalia que hoy paradójicamente combaten,
desestabilizaron regímenes y liderazgos como aquel de Patricio
Lumumba en el ex-Congo de los años sesenta

Entretanto, poco a poco, en la televisión, las imágenes
desastrosas de las guerras locales se confunden con las
escenas de las ficciones violentas y nos vamos acostumbrando a
un fin de siglo desgarrado y sangrientos, con millones de
rostros de fugitivos de las guerras invadiendo los países
vecinos o agonizando en la nieve de este invierno, abrazándose
a las tumbas o a las ruinas de las ciudades, sin querer salir
de sus tierras.

En el curso de un mismo día, el 5 de octubre, Moscú presenció
su peor violencia política desde la revolución bolchevique y
Washington sufrió las bajas en una operación de mantenimiento
de la paz en un lugar en que se las niega.

Bosnia parece al borde de la desaparición. La guerra civil del
Sudán ocasiona una hambruna que amenaza a millones. La India y
Pakistán se disputan el territorio de Cachemira, y si la
disputa se caldea el choque entre ambos países podría tener
implicaciones nucleares.

Los kurdos son amenazados por Irak, Eduardo Shevardnadze, ex
canciller del imperio soviético y ahora dirigente de la
república de Geogia, huye para salvar su vida.

Casi parecería que el mundo era un lugar más seguro durante la
época de la "guerra fría" y la doctrina de la represalia
inmediata y segura -equivalente a la seguridad de la
destrucción mutua- ayudaba a mantener la paz.

¿ Qué ha ocurrido con el "nuevo orden mundial" que debía
seguir a la desaparición de la rivalidad entre las
superpotencias y la derrota de un caudillo militar del golfo
Pérsico?

Observadores de la situación mundial responden
a esa pregunta con las siguientes consideraciones:

- La promesa de un "nuevo orden mundial" era imposible de
cumplir. Mientras el mundo sea un lugar anárquico, persistirán
la hostilidad y los conflictos. Los conflictos étnicos,
civiles y religiosos, que existieron antes de la "guerra
fría", persistieron durante ella y continuarán en el futuro.

No se notaban los conflictos

"Lo que pasaba es que no notábamos tales conflictos", dijo el
ex embajador norteamericano en Bulgaria, Raymond Garthoff. "En
cierta forma los desplazábamos de manera prepotente. En
Vietnam hubiera habido una guerra civil con la intervención de
Estados Unidos o sin ella".

- Con todas sus tensiones, el mundo es hoy día más seguro que
durante la "guerra fría".

"El mundo es definitivamente más inestable, un lugar de mayor
incertidumbre, pero el imperio soviético representaba
verdaderamente una idea maligna que había sido impuesta sobre
una enorme sección de la humanidad", dijo Fareed Zakariva,
director de la revista especializada Foreign Affairs.

El canadiense Fen Hampons, ex profesor de asuntos
internacionales y actualmente miembro del Instituto
Estadounidense para la Paz, dijo que solo algunos de los
conflictos del mundo actual derivan del desplome del imperio
soviético.

Esos conflictos entre las ex repúblicas soviéticas y en la
antigua Yugoslavia fueron suprimidos por la firmeza de la
autoridad central.

La estrategia soviética de obligar el traslado de ciertas
minorías de un lugar a otro sembró las simientes de los
actuales conflictos étnicos en su antiguo territorio.

Lo que el mundo debe decidir ahora, según el presidente
norteamericano Bill Clinton a las Naciones Unidas, es dónde se
debe intervenir y dónde no.

"Si el pueblo norteamericano dice que sí a las operaciones de
mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas", dijo Clinton
en su discurso de la semana pasada ante la

Asamblea General, "también las Naciones Unidas deben aprender
a decir que no".

¿Cuáles serían los criterios a seguir para determinar las
respuestas idóneas?

Clinton indicó que los Estados Unidos intervendrían para
"ampliar el círculo de los países" que viven en democracia y
con sistemas económicos de mercado libre.

El presidente deploró las bajas norteamericanas en Somalia,
pero observó que antes de la intervención de los Estados
Unidos, 30.000 personas habían perdido la vida en las
hostilidades y la hambruna que afectaban a ese país.

Exitos de la ONU

Las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU han
logrado empero considerables éxitos regionales.

El mes pasado, la principal operación de ese tipo concluyó en
Camboya, tras lograr el restablecimiento de la democracia en
ese atribulado país.

Las Naciones Unidas lograron la paz y el restablecimiento de
la autoridad civil o la celebración de elecciones en Namibia,
El Salvador, Chipre y las alturas de Golán en el Oriente
Medio.

Incluso en el conflicto de Bosnia se percibe un cambio de
actitudes a nivel internacional: en el pasado, según Zakaria,
diversas naciones europeas habrían intervenido ya para
conquistar territorios.

"Cientos de millares han muerto", dijo el director
periodístico, "pero el conflicto no se ha convertido en una
guerra generalizada en Europa, en que habrían perecido decenas
de millones". Lo cual representa algún progreso con respecto
al pasado.

150 FOCOS DE TENSION EN LA TIERRA

El planeta está amenazado por casi 150 focos de tensión, una
cifra considerable si se piensa que en nuestro mundo hay poco
más de 200 países.

Los conflictos no aparecieron de un día para el otro, en su
mayoría han estado latente por varias décadas y el fin de la
guerra fría los ha ayudado a desencadenarse, como la guerra
étnica religiosa en la ex Yugoslavia. Un país ficticio creado
por los aliados después de la I Guerra Mundial y que se
mantuvo gracias a una dictadura socialista.

Con la caída del comunismo también nacieron los conflictos
étnicos en la ex Unión Soviética. La guerra civil en
Tayikistán y en Georgia, la guerra entre Azerbayán y Armenia,
sin contar con otros conflictos como en Chenchenia por
ejemplo, una república de la Federación Rusa que prefiere
separarse para unirse a las repúblicas del Caúcaso.

Asimismo, el neocomunismo amenaza a varios países de Europa
del Este, especialmente de los balcanes, que formaron parte
del Imperio Otomano y no del Austro-Húngaro.

Aunque no todo se lo debemos al fin de la guerra fría y los
expertos dicen que se han hecho algunos avances a veces parece
que el tener la amenaza de una guerra nuclear y dos
superpotencias militares enfrentándose era mucho mejor que 150
pequeños focos de tensión. (AP) (12A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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