Quito. 03.02.95. Con toda probabilidad, el mayor y más
duradero beneficio que Estados Unidos obtendrá del acuerdo
sobre comercio mundial, no es el más obvio, como por ejemplo
poder vender más carne a Europa y más supercomputadores a
Japón, sino el de estimular el crecimiento de muchas de las
naciones del mundo pobres pero con deseos de superación. Esta
medida contraria a las aterradoras advertencias de los nuevos
disociadores de Estados Unidos como Pat Bauchanan y Ross
Perot- favorecería también a la mayoría de los ciudadanos
estadounidenses, según el parecer de la mayoría de los
economistas que creen en el comercio y en el crecimiento.

"No hay duda de que las exitosas economías del Tercer Mundo
son competidores reales", dice Paul Krugman, un economista del
Massachusetts Institute of Technology, MIT, especializado en
comercio internacional. "Pero también se están convirtiendo en
mercados más grandes para nuestros productos, a la vez que son
proveedores de productos mejores y más baratos para nuestra
economía. Dichos beneficios con toda seguridad pesan más que
los efectos adversos de una competencia cada vez mayor".

Hoy, de cada US$10, US$ 4 se gastan en jets, tractores,
granos, cine y otros productos americanos de exportación con
destino a países distintos de Canadá, Japón y Europa, a pesar
de que las barreras a las importaciones en varios países de
Asia y América Latina son todavía tan altas como lo eran las
de Estados Unidos hace unos años. Como si fuera poco, hasta
los pronosticadores conservadores del crecimiento sugieren que
las economías de los países menos desarrollados crecerán dos o
tres veces más rápido en promedio que las de las naciones
industrializadas en esta última década del siglo.

"Si 2.000 millones de personas se vuelven más ricas y más
ingeniosas, ¿estarán dispuestas a comprar nuestros
productos?", pregunta retóricamente David Rolley, un
economista de DRI/McGrawHill, encargado de analizar el
comercio internacional. "Hacer esta pregunta es contestarla".

En resumen, el acuerdo logrado el pasado diciembre bajo el
auspicio del Acuerdo General de Comercio y Aranceles, GATT,
reducirá en un tercio los aranceles sobre productos
manufacturados, favoreciendo de esta manera a los
exportadores, y reducirá las barreras levantadas a la
importación de granos. Más importante aún para muchos países
en vías de desarrollo es el hecho de que las nuevas normas del
GATT eliminarán gradualmente las cuotas sobre textiles y
vestuarios, que artificialmente le han representado a las
exportaciones del Tercer Mundo miles de millones de dólares al
año. De igual forma, esta norma pone trabas a cualquier país
que quiera imponer restricciones cuantitativas, como las
otroras cuotas de Estados Unidos sobre las importaciones de
acero.

Apartándonos de lo obvio que al producir algo más barato para
exportar, los países pobres aumentarán sus ingresos existentes
por lo menos tres razones para pensar que estas provisiones
aparentemente prosaicas podrían facilitar el camino de la
prosperidad para muchos países pobres.

La primera es que la adopción del acuerdo del GATT mantiene a
los países ricos indiscutiblemente el mercado exportador más
importante para los países pobres obligados a mantener sus
mercados abiertos a la vez que Europa y Japón están sufriendo
el revés económico más grave desde la depresión económica, una
época cuando el proteccionismo se volvió algo rampante.

Los beneficiarios no son los más pobres entre los pobres si no
los países semiindustrializados: India, China (que aún no es
miembro del GATT) y México, al igual que países de la Cuenca
del Pacífico y América Latina.

"El acceso a los mercados y el crecimiento de las
exportaciones vale mucho, mucho más que toda la ayuda del
mundo reunida", dice Sheramn Robinson, un economista experto
en asuntos latinoamericanos de la Universidad de California en
Berkeley. "Se generan divisas extranjeras, se compra capital,
bienes y suministros, se consigue tecnología y por el lado del
producto se aprende exportando. Lo que estos países quieren es
ser parte del juego".

Más aún, el acuerdo del GATT compromete a los países de bajos
ingresos que hasta la década pasada estaban pagando un alto
precio por el proteccionismo, con estrategias de crecimiento
dirigidas hacia el interior a continuar abriendo sus mercados.

"En cierta forma, los países en vías de desarrollo se han
involucrado en un programa similar al que la Organización para
la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, adquirió en las
décadas del cincuenta y sesenta", dijo el profesor Robinson,
refiriéndose a la OCDE, una organización que agrupa a más de
20 naciones industrializadas. "A estos países les fue bien con
la apertura de los mercados. No hay razón para que aquellos
países no tengan el mismo desempeño".

Finalmente, el comercio es vital para el crecimiento y por lo
visto beneficia a los países que abren sus economías incluso
por poco tiempo.

"Los economistas solían tener el presentimiento de que la
apertura de los mercados significaba pérdida a corto plazo y
ganancias a largo plazo", dijo Michael Bruno, jefe del equipo
económico del Banco Mundial. "Sin embargo, estudios recientes
muestran que incluso a corto plazo, en los países que han
tratado de eliminar las barreras comerciales los trabajadores
no han perdido sus empleos".

Lo que ocurre, dice Bruno, es que las importaciones rebajan el
costo de mucho bienes, mientras que, a su turno, aumentan el
poder adquisitivo de los trabajadores. Una mayor competencia
redirecciona a los trabajadores en industrias más eficientes,
haciendo que los empleos sean más rentables.

A largo plazo, los beneficios intangibles cobran demasiada
importancia. Una nueva escuela que estudia el desarrollo de la
economía, enfatiza que las ideas imitación, invención,
innovación más que los recursos, son el elíxir del
crecimiento, y que el comercio es el vehículo principal para
adquirir nuevas ideas. Además, al confiar en las exportaciones
los gobiernos se ven desanimados a adquirir políticas
económicas autodestructivas, como una alta inflación, y esto
también favorece el crecimiento.

Pero, ¿cómo se beneficia Estados Unidos de la prosperidad del
Tercer Mundo?

Por un lado, las exportaciones salen ganando. En parte, el
desempeño de las exportaciones de Estados Unidos últimamente
ha sido mejor que el de Europa o Japón, porque las compañías
norteamericanas tienen un mejor posicionamiento en mercados de
rápido crecimiento, como Brasil e Indonesia.

El GATT hará que se acelere la apertura en estos países", dice
Gary Haufbauer, un economista del Instituto de Economía
Internacional con sede en Washington, haciendo caer en cuenta
que muchos países, desde México hasta Indonesia, han reducido
algunas de sus barreras comerciales incluso antes del acuerdo
del GATT. "La mejor tajada de nuestro comercio será para estos
países".

Una segunda razón que los políticos jamás admitirían en estos
tiempos mercantilistas son las importaciones.

"Lo que me preocupa es que el debate se vuelve muy
mercantilista", dijo el profesor Robinson en Berkeley. "Se
supone que las exportaciones son buenas y las importaciones
malas".

Sin embargo, como lo han reconocido desde hace tiempo los
economistas, comenzando por el propio Adam Smith, el sentido
principal de las exportaciones es que permita importar al
igual que el sentido principal de una fuerza de trabajo es que
permita comprar servicios médicos o el mercado.

"Si China expande la producción de juguetes o ropa, este hecho
con toda seguridad aumentará el ingreso real de los
estadounidenses porque estarán comprando cosas más baratas",
aunque para algunos trabajadores se les dificulte encontrar
puestos de trabajo en estos renglones, dijo el profesor
Krugman del MIT. "Adicionalmente China se convertirá en un
mercado más grande para los aviones y supercomputadores hechos
en Estados Unidos".

Un mayor comercio entre Estados Unidos y el mundo en vías de
desarrollo brindará también más oportunidades para la
especialización en la manufactura de productos en muchas
industrias, a medida que los países se concentran en productos
o componentes que se ajusten mejor a su procesos de
manufactura.

"La especialización global y la división de la fuerza laboral
ya están ocurriendo", dijo el Profesor Robinson. "El GATT
facilita este proceso abriendo aún más los mercados".

Mientras algunos sostienen que todos los trabajos de
manufactura se trasladarán a países que pagan salarios bajos a
lo que Perot se refiere como "el gigantesco sonido que nos
absorberá" lo que realmente ha ocurrido (entre Alemania y
España, Japón y Malasia y Estados Unidos y México) es una
creciente especialización y una explosión de un comercio de
dos vías en industrias como la automotriz y la de los
computadores que han ayudado a revigorizar la industria
estadounidense.

"Es el propio Adam Smith y su venganza", admite el profesor
Robinson.




UNA RELACION DE CRECIMIENTO



EXPORTACIONES DE ESTADOS UNIDOS

PAIS %
AMERICA LATINA 16.8%
ASIA 17.2%
AFRICA 1.6%
CANADA 21.7%
COMUNIDAD EUROPEA 20.8%
MEDIO ORIENTE 4.7%
JAPON 10.4%
OTROS 6.8%


IMPORTACIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS

PAIS %
AMERICA LATINA 12.9%
ASIA 23.5%
AFRICA 2.3%
CANADA 19.5%
COMUNIDAD EUROPEA 16.6%
MEDIO ORIENTE 2.7%
JAPON 18.4%
OTROS 4.4%


FUENTE: THE NEW YORK TIME SYNDICATION

(TEXTO TOMADO DE: REVISTA CASH INTERNACIONAL No.35) (Pag
15-19)
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