Quito. 18 jun 96. Jaime Nebot se ha preparado, según
analistas, desde 1990 para llegar al solio. La suya habría
sido una estrategia a mediano plazo, que sino hubiera sido por
la defección de Sixto y su triunfo, ya habría llevado al
ex-gobernador del Guayas al poder.

La estrategia del PSC con respecto a Nebot era darlo a conocer
en el país. Hombre fuerte del gobierno de León Febres Cordero
en el Guayas, Nebot empezó a ser conocido en el país cuando
saltó al Congreso, como diputado por esa provincia, en el
periodo 1990-1992.

Nebot fue el jefe del bloque, y en esa condición, negoció con
el PRE, representado por Jacobo Bucaram, la elección del nuevo
presidente del parlamento.

El hombre que permitió el acuerdo político fue Averroes
Bucaram, quien llegó a la presidencia con la ayuda y apoyo del
bloque del PSC.

Es más, el ex-gobernador era el líder de una mayoría de 36
diputados.

La incursión legislativa de Nebot se centró en combatir la
politización en la Corte Suprema de Justicia.

Propuso reformas constitucionales para nombrar a los jueces de
otra forma. Luego, fue el impulsor de la destitución de la
Corte en pleno.

Fueron tiempos de violencia legislativa, a la que Nebot no fue
ajeno.

"La política de los cenicerazos" conmovió al país: Dahik fue
agredido por un diputado roldosista; matones del PRE
agredieron a Jamil Mahuad y a Vladimiro Alvarez.

Se cuenta que ante la salvaje agresión, Mahuad y Alvarez se
abrazaron.

"Mejor dense un beso", ironizó, a gritos, Nebot.

Luego vino la "noche los insultos", en que Nebot amenazó con
orinar sobre otro legislador.

El incidente empañó una gestión legislativa calificada con
buena y bien planeada. Nebot dejaría el Congreso para
participar en las presidenciales de 1992.

EL ALCALDE SE CAYO SOLO

Abdalá Bucaram fue alcalde de Guayaquil entre 1984 y 1985.

El líder roldosista era por entonces un joven y fogoso
político guayaquileño.

El "sillón de Olmedo" le llegó en un momento político
turbulento. El tropical alcalde del puerto dio pronto qué
hablar. Cuando fue criticado, respondió:" Por arbitrario y
abusivo es que soy alcalde. Esto es lo que le gusta al
pueblo."

Probablemente sí. Pero analistas políticos de la época
afirmaban que a Bucaram le faltaba estrategia y cálculo
político. Hacía declaraciones imprudentes. Cometía actos
descabellados a los ojos de cualquier político. Y uno de esos
le sería fatal.

"La más contundente arma política del señor Bucaram fue
siempre el insulto. Su peculiar estilo hizo que alcanzara la
alcaldía agraviando a Cecilia Calderón y Luis Piana Bruno, sus
principales opositores", dice Vistazo en 1985.

Si no con insultos, sometía a sus adversarios con violencia.
En noviembre de 1984, un abogado llamado Eduardo Calle le
enjuició por injurias graves. A los pocos días el estudio de
este jurisconsulto fue asaltado y destruido.

La violencia saltó a las calles: su enfrentamiento con un
conocido traficante de tierras de Guayaquil, Jaime Toral
Zalamea, le significó el asesinato de dos de sus
colaboradores: Merlín Arce y Germán Zambrano.

Tuvo pugnas con Juan José Castelló, por entonces presidente de
la UNE del Guayas, y con Guido Núñez Baño, el comandante de la
policía que renunció en medio de un escándalo de corrupción,
quien se quejó que Bucaram, hábeas corpus de por medio, puso
en libertad a por lo menos 250 delincuentes.

Finalmente, en un viaje a Nueva York, Bucaram se "destapó"
contra el presidente de la República, León Febres Cordero, las
Fuerzas Armadas y el Gobierno de los Estados Unidos.

Acusado de "propalar rumores falsos" y con orden de captura,
Abdalá Bucaram dejó el país en una avioneta rumbo al exilio en
Panamá.

"Bucaram se ha caído solo", comentó "Vistazo".

¿Y QUE PIENSA BUCARAM?

(Como alcalde fui) "Muy superior porque me gané el cariño de
la ciudadanía, la disciplina del pueblo de Guayaquil, hice una
obra pública que no ha sido igualdad todavía en cuanto a la
asistencia del metraje cúbico del relleno, en cuanto a la
pavimentación, en cuanto a la entrega de 40 mil escrituras a
los sectores populares. Hicimos colegios de formación de
albañiles, peluqueras, peinadoras, carpinteros, cosa que ya no
existe, y una obra social respetada, con un gobierno que no me
dio ni un centavo, que me reprimió con mucha violencia y mató
a mis cercanos colaboradores y miembros de mi acción política,
y que utilizó la represión como el arma más notable hasta que
buscaron sacarme del país cuando vieron que no podían competir
conmigo en materia de obra.

Con un gobierno que no respetaba la voluntad popular. de la
provincia. esto me valió el reconocimiento de la ciudad a tal
punto que cuando regresé tuve la votación más alta de una
candidato en el Guayas".

UNA ALCALDIA BELIGERANTE

Para Roldós, la alcaldía de Bucaram es un episodio efímero en
la vida política del líder populista.

"Bucaram tenía un estilo de administrador con rasgos de
capataz", recuerda el conocido hombre público guayaquileño,
para quien no puede desligarse el paso de Abdalá por la
intendencia de su posterior alcaldía. "Hizo una gestión de
imposiciones que, indiscutiblemente, significaron un
ordenamiento en Guayaquil. Se preocupó de la obra material: el
cascajo que dio lugar a un juicio. Hubo mucha violencia con
determinados sectores. Pero también contra él," señala.

Roldós afirma que la violenta disputa con el conocido
traficante de tierras Jaime Toral Zalamea se debía al control
político de los barrios marginales de la ciudad.

A criterio del rector de la Universidad porteña, la imagen
municipal de Abdalá es negativa más por lo periodos de Elsa
Bucaram y de Harry Soria que por el suyo.

"La suya fue una alcaldía beligerante, difícil de ser
evaluada."

A pesar de todo, los alcaldes que le sucedieron no han tenido
casi ningún protagonismo, menos aún si se considera que Nebot,
como gobernador del Guayas, era el hombre fuerte de la ciudad.

Roldós recuerda que los alcaldes que sucedieron a Bucaram
"eran figuras decorativas, que no iban ni a los desfiles."

NEBOT

Sobre la incursión legislativa de Jaime Nebot, Roldós opina
que fue un error político.

"Como gobernador del Guayas Nebot fue el dueño de Guayaquil.
Proyectaba una imagen de independencia de Febres Cordero, que
no pudo mantener al llegar al Congreso."

Roldós no desliga la gestión del gobernador de la del diputado
provincial del Guayas. Afirma que en la gobernación pretendió
sacar de la cancha a Abdalá, y que cuando lo hizo, se
convirtió en figura protagónica en el puerto.

"La obra física que hizo en Guayaquil fue la base de la
potencia política socialcristiana en 1990," afirma.

Roldós cree que el paso de Nebot por el Congreso no le fue
beneficioso: los pactos políticos que tuvo que hacer como jefe
de bloque no favorecieron su imagen.

"Nebot debe estar arrepentido de haber sido diputado," afirma.

Ese desgaste sería, según Roldós, una de las razones por las
cuales Abdalá nunca ha sido diputado. (DIARIO HOY) (P. 2-A)
EXPLORED
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