Quito. 19 nov 97. Los albergues de Guayaquil comienzan a
descongestionarse: 220 personas retornaron a sus hogares en el
Bastión Popular. La tormenta eléctrica de la noche del lunes
provocó la muerte de cuatro personas en Guayas. Cinco cantones
de esa provincia reportan las pérdidas en la agricultura y el
deterioro de las carreteras.

Guayaquil vivirá más tormentas

Al medio día de ayer el espejo de agua desapareció totalmente
en las calles 17 y Argentina, al oeste de Guayaquil, donde la
noche anterior fallecieron dos personas electrocutadas por una
descarga eléctrica.

Los truenos y relámpagos comenzaron a alarmar a la ciudadanía
desde las 17h00, en el centro de la ciudad. Era el preámbulo
de un torrencial aguacero que comenzó media hora después y en
algunos sectores y se prolongó hasta por tres horas. Pero por
la intensidad de las precipitaciones bastó una hora para
inundar los alrededores del Parque del Centenario y las calles
adyacentes; las ciudadelas Martha Roldós, Kennedy, Urdesa,
Ceibos, al norte; Huancavilca, Nueve de Octubre y otras, al
sur.

Segundo Avila Moreno, de 56 años; y, Luis Valladares Arellano,
de 40, murieron mientras transitaban por la calle 17 y
Argentina y no advirtieron a tiempo que un cable de alta
tensión había caído en el charco a causa de un rayo.

Entre la tarde y noche del lunes, la Empresa Eléctrica del
Ecuador (Emelec) recibió 40 reportes de daños en diferentes
sectores de Guayaquil por explosión de transformadores,
rompimiento de cables, caída de postes. Ayer temprano recibió
otros 20 reportes, sin incluir las llamadas de clientes por
averías en domicilios. Hasta las 15h00, las 12 cuadrillas no
lograban atender todos los reclamos.

Según los pluviómetros de la Escuela Superior Politécnica del
Litoral, la cantidad de agua caída en la ciudad varía según la
zona, por ejemplo en el medidor de la Prosperina, al norte, se
registró 14 litros por metro cuadrado, mientras en la
ciudadela Nueve de Octubre, al sur, 60 litros por metro
cuadrado.

Hasta ayer en algunos sectores seguía lluviendo. Luis Santos,
del programa de investigaciones de la Espol, dijo que las
tormentas eléctricas como las que soportó Guayaquil son
usuales durante el fenómeno de El Niño, debido a la
inestabilidad atmosférica, producto del calentamiento del agua
y la atmósfera.

El Cuerpo de Bomberos no recibió llamadas de auxilio pero sí
la Defensa Civil, especialmente por calles y casas inundadas y
por congestionamientos vehiculares.

Pero si en la zona urbana céntrica la ciudadanía sufrió los
efectos del fuerte aguacero, en los sectores urbano-marginales
la situación fue más crítica. Al norte de Guayaquil, en la
cooperativa Mapasingue este, en la manzana 14, una familia
abandonó a tiempo su casa para verla desplomarse minutos
después.

En el Bloque 10 de Bastión Popular, también al norte, cientos
de familias se limitaron a observar desde las ventanas como el
nivel del agua subía hasta una metro, pero el consuelo fue que
la lluvia paró a tiempo. Once días antes el nivel del agua
llegó hasta dos metros por lo que tuvieron que evacuar más de
700 personas.

Las vías de acceso están intransitables por los charcos de
lodo, canales, lechuguines y paja que crece entre las casas.
Algunos puentes de caña, construidos desde las calles
principales hasta los callejones y casas, se perdieron con la
correntada.

Ayer, las Subsecretarías de Bienestar Social y Educación y el
Instituto Nacional del Niño y la Familia (Innfa) realizaron el
censo en el albergue "Luis Alfredo Noboa Icaza" y visitaron
las viviendas de las familias para evaluar las condiciones
para que retornen a sus hogares.

En 23 salones de la escuela sumaban 91 familias (154 adultos y
252 niños y niñas). Las clases están suspendidas desde hace
dos semanas a excepción de sexto grado. Los padres de familia
pidieron a la directora, Nely Roa, que no se interrumpa la
educación para los que están por terminar la primaria ya que
les ocasionaría retrasos para iniciar la secundaria.

En la Isla Trinitaria, al sur de la ciudad, la cooperativa
Nuevo Ecuador es una de las más afectadas por el invierno.
Cinco familias (21 personas) viven desde hace una semana en la
sala de reuniones de la Iglesia Sagrada Familia.

Sus casas están ubicadas al final de la cooperativa, sobre
terreno fangoso donde la marea sube cada seis horas. María
González y sus seis hijos tuvieron que abandonar su vivienda
porque el agua destruyó las paredes y los fuertes vientos se
llevaron el techo. Las otras familias (Angulo y Rodríguez)
evacuaron por el riesgo que corren.

En casi cuadra y media una zanja que tiene hasta seis metros,
en la parte más ancha que desemboca en el Estero Salado,
debilitó las bases de varias viviendas. Los sacos de arena que
colocaron Marisol Suárez y sus vecinos no han sido suficientes
para contener la correntada que busca dónde desfogar.

En esa misma cooperativa, el subcentro de la Dirección
Provincial de Salud quedó totalmente inhabilitado desde hace
dos semanas. En el interior el agua llega hasta 40 centímetros
por lo que se suspendió la atención a los pacientes.

Ayer los equipos de medicina general, odontología,
ginecología, pediatría fueron trasladados hasta la escuela
particular Marcos Espinoza, donde se dará servicio desde la
próxima semana.

Desde 1992, año en el que se inauguró, el centro sufre de
problemas de inundaciones a pesar de las insistencias ante el
Fise y el Ministerio de Salud para que construyan un local más
alto.

Otros dos centros de salud atienden a medias y solo el que se
conoce como metropolitano está atendiendo normalmente en la
Isla Trinitaria. Hasta el cierre de esta edición se
registraban lloviznas pero no de mayor intensidad.

5 cantones afectados

En Guayaquil: en la parroquia rural Tenguel hay dos víctimas
mortales del fuerte aguacero caído la tarde del lunes. Rafael
Solórzano y Junior Solórzano, padre e hijo, murieron
electrocutados. A las 19h30 un rayo cayó sobre una antena de
televisión y provocó un cortocircuito en la casa de Roberto
Solórzano. Rafael y Junior, que estaban cerca de la caja de
fusibles, recibieron la descarga.

En Santa Elena: las poblaciones de Ayangue, San Pedro, Palmar,
San Pablo, Barcelona, Sinchal, en la vía Santa Elena-Puerto
López, quedaron incomunicados. El puente bailey que fue
colocado provisionalmente hace dos meses, se cayó el lunes por
la fuerza del agua. Ayer decenas de personas exponían sus
vidas al cruzar en canoa y agarrados de una soga los 120
metros que los separaba de una orilla a otra.

En Samborondón: 33 familias quedaron damnificadas por el
desbordamiento del río Vinces. Este domingo realizarán una
minga maratón denominada "Contra El Niño". La finalidad es
recoger vituallas, medicinas y víveres. No recibirán dinero en
efectivo. Esta actividad favorecerá no sólo a los damnificados
de los recintos Loma Peleada, Falda del Cerro, Mina de Oro y
El Trillo, sino a todos aquellos que, eventulmente, resultaren
afectados.

En Lomas de Santiaguillo: los efectos del invierno empezaron a
causar estragos en las zonas agrícolas de los cantones Lomas
de Sargentillo, Isidro Ayora y Pedro Carbo. Las
precipitaciones pluviales de los últimos días acabaron con los
cultivos de sandia, melón, fréjol pichuncho (de palo), pepino,
tomate, maíz y mango de exportación. Las zonas afectadas son
los recintos Las Chontas, Bachellero, Las Cañas, Las Chacras,
Corozal, San Agustín, Zamora y Sabanilla.

En Yaguachi: la unión del caudal de los ríos Yaguachi y
Babahoyo inundó el recinto María Clementina y dejó bajo el
agua a seis casas. Dos de los afectados, Segundo Lozano y
Samuel Mestanza, se fueron con su familia a la parte más alta
de la zona. El nivel del río alcanzó hasta 1.20 metros de
altura. En el sector urbano, a la altura del malecón, el nivel
del río Bulubulu aumentó con las lluvias del fin de semana.

En Bucay: en este cantón, ubicado en el límite provincial con
Chimborazo, perdieron las esperanzas de ayuda por parte del
Consejo Provincial del Guayas. El lunes ocurrió un derrumbe en
la vía Bucay-La Esperanza, importante sector agrícola, de ahí
sale el guineo orito de exportación. Con palas y picos, los
trabajadores municipales y agricultores de la zona iniciaron
los trabajos de limpieza de la carretera. Hasta la tarde de
ayer habían removido muy poco. La falta de atención es de
todos los organismos.

Vientos de 70 kilómetros

El calentamiento de las aguas que se están registrando en el
Pacífico crea un estado de inestabilidad atmosférica. Esa es
la explicación que dan los meteorólogos a las tormentas
eléctricas y vientos huracanados que se registran en los
últimos días en el Litoral.

Hay un desarrollo de nubes verticales, cuyos efectos
principales son tres: provocar precipitaciones de moderada y
fuerte intensidad, tormentas eléctricas y como complemento
vientos más rápidos que los normales. Estos vientos cuando
provocan daños de estructuras es por que su velocidad
sobrepasa los 70 kilómetros por hora o 20 metros por segundo.

Este fenómeno tiene una estrecha relación con la entrada del
invierno y es parte de todos los procesos climáticos que se
están viviendo desde marzo.

El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi)
dijo que no tiene ningún reporte sobre los fuertes vientos.
Por ahora lo que hay son descripciones de los daños y efectos.


En la Sierra, especialmente en la parte centro norte, en las
últimas 24 horas también se reportaron tormentas eléctricas.

Las precipitaciones más fuertes de las últimas 24 horas se
registran en Guayaquil (30 litros por metro cuadrado) y el
resto de la provincia de Guayas (35.5 litros pro metro
cuadrado). En Santo Domingo 26 litros y La Concordia 23.

En la región interandina, las lluvias fueron, principalmente,
en la parte norte y centro norte de la región. Tulcán registró
20.3 litros, San Gabriel 37,6. En Tumbaco 24.8, en la zona de
Chimbo 25, Cañar 11.3, Ambato 11.0 y Riobamba 17.9.

En la región amazónica, las lluvias más importantes se
registraron en el Puyo con 12.6 litros por metro cuadrado.

Así está el país...

Un rezo para que El Niño se ablande

Para Mercedes Suárez, quien llegó al santuario en una
camioneta con balde de madera desde el cantón Pichincha,
fronterizo con Guayas y Los Ríos, su desesperación radica ante
la crecida del río Daule que amenaza con desbordar la represa
del mismo nombre. En Barrio Lindo y 30 recintos aledaños
vivimos 60 mil personas. Allí nos acostamos con un ojo abierto
y otro cerrado, ya que en cualquier momento las aguas podrían
anegar los centros poblados. Hemos venido sorteando
inconvenientes en la carretera para dar nuestra oración a la
virgen, para que El Niño se ablande y permita que nuestras
vidas continúen. Redacción Manta

Los daños en la agricultura de Esmeraldas

El detalle de los perjuicios a la agricultura se grafican en
tres tipos de cultivos. Semiperennes: plátano (110 hectáreas
perdidas y 20 afectados), banano export (50 hectáreas
afectadas), banano criollo (25 hectáreas perdidas), papaya (12
hectáreas perdidas) y maracuyá (5 hectáreas perdidas). De
ciclo corto se han perdido 72 hectáreas: arroz (13), maíz
(19), tomate (16), pimiento (7), pepino (4), yuca (6), haba
payal (3) y abacá (1). De cultivos perennes el balance es:
cacao (50 hectáreas perdidas y 20 afectadas), café (24
perdidas y 20 afectadas), cítricos (6 perdidas y 3 afectadas)
y pastos (44 perdidas y 50 afectadas). La zona más afectada
está en las márgenes del río Teaone. Redacción Esmeraldas

De la Torre gestiona recursos

Luis Carrera de la Torre, director del Plan de Contingencia,
está en Washington buscando fondos para enfrentar al fenómeno
de El Niño. Agilitará el préstamos de 200 millones de dólares
que deberían entregar el Corporación Andina de Fomento (CAF) y
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en diciembre,
como un préstamo reembolsable.

Santa Rosa: 1.500 evacuados vuelven a casa

Otra vez se inundó Santa Rosa, aunque no con la misma gravedad
de hace 11 días. Lluvió con truenos y relámpagos y el agua
inundó los barrios Galápagos, Quito, Mi Rosita, 29 de
Septiembre, Concha Alvarez y otros. Inclusive calles céntricas
como Machala, Alfaro y Cuenca quedaron anegadas.

Ventajosamente no se desbordó el río. Entre tanto, el Ejército
continuó ayer trasladando a los evacuados hacia los barrios de
origen. Según funcionarios del Innfa, ya han retornado a sus
hogares unas 1.500 personas que significa el 40% del total de
evacuados. En el colegio Kléver Franco aún quedaban unas 500
personas. Algunos evacuados no quieren volver por temor a
nuevos desbordamientos. Redacción Machala

Pocas raciones alimenticias

En algunos albergues se quejan por la falta de raciones. Por
ejemplo, en radio Estelar están alojadas 10 familias y hace
tres días no les llega nada, pese a que en la bodega del
Batallón Imbabura hay una reserva de víveres y vituallas. En
la escuela Sucre, varias familias duermen en cartones mientras
a lado hay una gran cantidad de colchones. La amenaza de
epidemias no ha desaparecido. En el último informe del
hospital público se habla de que en los últimos días
recrudecieron los casos de tuberculosis aunque no especificó
el número de afectados. Unas 60 personas con otras
enfermedades se hicieron atender el lunes. El fin de semana,
los médicos del hospital Francisco de Icaza Bustamante
atendieron a 200 personas del albergue Kléber Franco, las
enfermedades más comunes fueron anemia y parasitosis.
Redacción Machala

Baja el caudal en Paute

Las lluvias se alejan de Paute. La cota se encuentra 3 metros
bajo el nivel normal y el caudal se redujo a 70 metros cúbicos
por segundo. El parque térmico entró nuevamente en
funcionamiento. También en la provincia de Cotopaxi se sienten
los estragos de El Niño. Cinco puentes han sido destrozados y
varias poblaciones están aisladas.

En Chone baja el nivel del agua

La Defensa Civil dotó de víveres y vituallas a los 3 albergues
provisionales situados en los colegios Odilón Gómez, Magali
Masson y Reimundo Veiga. El nivel del agua bajó de 1.50 metros
a 40 centímetros. En el casco comercial una capa de 20
centímetros de lodo seguía causando molestias. Los mosquitos y
olores nauceabundos, debido al rebosamiento de las aguas
hervidas, por el colapso del sistema de alcantarillado, eran
casi insoportables. La Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos,
junto al Servicio de Erradicación de la Malaria,
intensificaron los esfuerzos para emprender una campaña de
fumigación intradomiciliaria. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
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