Quito. 07 ene 99. La Cámara de Comercio de Quito hizo un
llamado al gremio empresarial para que no traslade el impuesto
a los consumidores. El SRI dio las pautas claramente.
El impuesto del 1 por ciento a la circulación de capitales
corre el riesgo de ser inflacionario. Las dudas e inquietudes
que se han presentado en estos días así lo demuestran, ya que
las empresas, en el afán de evadir el impuesto, lo van
trasladando al consumidor final.
Ante este problema, el presidente de la Cámara de Comercio de
Quito, Javier Espinosa, hizo un llamamiento al gremio
empresarial, y especialmente a los afiliados a la Cámara, a no
trasladar al consumidor el impuesto. Espinosa recordó que el
nuevo gravamen sustituye al Impuesto a la Renta, por lo que no
existe ninguna razón para pasarlo a los clientes. "Es una
responsabilidad del empresario pagar al Estado sus impuestos y
el consumidor deberá pagar los propios, pero no los de
terceros".
El instructivo para el cobro del 1 por ciento establece quien
debe pagar el impuesto, lo cual se señala en 40 casos
particulares. A continuación, este Diario expone seis casos
más del instructivo de Rentas que se trataron desde ayer.
Mañana los restantes.
* La venta de divisas entre bancos
Cuando se realice una negociación de compra-venta de divisas
entre instituciones financieras, quien compra recibirá una
acreditación a través del Banco Central (BC) por el valor neto
de las transacciones, pero menos el 1 por ciento del impuesto
a la circulación de capitales. En el caso de la institución
financiera vendedora, la situación se repite: recibirá una
acreditación a través del BC por el valor neto de las
transacciones menos el impuesto. Se supone que cuando se hace
este tipo de transacciones, los recursos van a parar, en
última instancia, al sistema financiero. De allí que el Banco
Central realiza estas retenciones.
* Ampliación en inversiones a plazo
En este caso se maneja igual que en cualquier inversión
inicial: el cliente efectúa una inversión y la institución
financiera recepta el requerimiento de renovación o ampliación
del plazo. A su vez emite un título por el valor de la
inversión deduciendo el impuesto del 1 por ciento. Para ello
se considerará el plazo de la inversión: si es menor a 30 días
paga el 1 por ciento sobre el valor de la inversión y si es
mayor a 30 días paga el 1 por ciento anualizado. El agente de
retención es la institución financiera y el contribuyente es
el cliente o inversionista. La fecha de inicio para el cobro
de esta etapa es el 18 de enero próximo.
* Cuando se cancela una inversión
Si un inversionista solicita cancelar una inversión tiene dos
opciones. La institución financiera cancela el documento y le
entrega un cheque o efectivo al cliente. El inversionista
recibe el efectivo o cheque por el valor total de la inversión
más los intereses, luego deposita en una institución donde le
cobran el 1 por ciento.
El otro caso es si la institución financiera le hace una nota
de crédito en la cuenta del cliente por el 100 por ciento del
valor de la inversión más intereses. Pero a su vez, la
institución financiera emite al cliente una nota de débito por
la retención del 1 por ciento. Esta etapa entra a operar el 18
de enero próximo.
* Las negociaciones en bolsa
Los contribuyentes son los vendedores o compradores de
títulos, así como las casas y bolsas de valores. El agente que
recauda el tributo son las instituciones financieras, quienes
reciben instrucciones de las bolsas de valores sobre los
montos a depositar a los clientes y casas de valores, así como
el detalle de la retención del 1 por ciento. Esta retención
puede ser "flat" o anualizada dependiendo de si los títulos
son a 30 días o más, respectivamente. Las instituciones
financieras retienen el 1 por ciento a los depósitos o
acreditaciones por las comisiones de las casas y bolsas de
valores. Se retiene también al vendedor de valores, flat o
anualizado.
* El pago de rendimientos
Cuando un cliente decide hacer una inversión a plazo, puede
instruir a la institución financiera que le pague el
rendimiento de su inversión al vencimiento del plazo pactado o
cada cierto tiempo: mensual, trimestral, semestral, etc.
Dependiendo de este plazo, la institución financiera
acreditará el rendimiento al cliente en su cuenta o le pagará
con un cheque. En el primer caso, al momento de hacer la
acreditación en su cuenta le retendrá el 1 por ciento del
impuesto. Si le paga en cheque o efectivo, el cliente recibirá
este valor y cuando lo deposite o cobre por ventanilla se
retendrá el impuesto. Esta etapa operará el próximo18 de
enero.
* Compra-venta de divisas no paga
Cuando compre o venda dólares, esa transacción no pagará el 1
por ciento a la circulación de capitales. Sin embargo, al
momento que deposite esos valores en su cuenta de ahorros o
corriente en dólares u otra divisa, ahí sí le cobrarán el
impuesto. En la compra de moneda extranjera, la institución
financiera se encargará de entregarle efectivo o acreditarle
el valor en la cuenta del cliente. Al entregarle efectivo el
impuesto se cobra cuando el cliente deposite esos recursos. Si
le acreditan en su cuenta, el impuesto lo retiene la
institución financiera. En la venta de divisas, la lógica es
la misma. Ojo: esta etapa comienza a partir del 25 de enero.
Comentario
¿Quién salva al consumidor?
El uno por ciento a la circulación de capitales ya está en
vigencia, y la viveza criolla para evadir el pago de este
nuevo impuesto también. En esta ocasión -como siempre ha
ocurrido con el sistema del impuesto a la renta-, el país
vuelve a ser testigo del reciclaje de una vieja cultura, tan
enraizada entre quienes -la mayoría- tienen verdadera alergia
al pago de impuestos. Se trata de la maña de tenderle trampas
a la ley ni bien ésta sale del horno...
La moral pública del país vive un deterioro tal que ya casi no
queda ni la capacidad de asombro. El Ecuador se ha convertido
en un verdadero paraíso fiscal, sin estar ubicado en una de
las islas del Caribe. Como producto de una antigua raigambre
evasora, cualquier ciudadano, empresa o gremio, está en
libertad de interpretar y adaptar las leyes fiscales a su
gusto y conveniencia. Ante esto, el poder regulador y
coercitivo del Estado -tan ágil para mandar a la cárcel a
quien no tiene abogado- se muestra sumamente lento, generoso,
indulgente y hasta complaciente con muchos auspiciantes de la
evasión.
¿Alguien sabe, por ejemplo, qué están haciendo las autoridades
de Energía, y de Policía, en defensa de los consumidores,
respecto al abuso de muchos dueños de gasolineras, que se
niegan a cobrar con tarjeta de crédito sabiendo de antemano,
según confesión propia, que lo hacen para evitarse el pago del
uno por ciento? Exigir el pago de cuentas en efectivo, como
forma de evasión, sí está penalizado por la ley. ¿Acaso las
autoridades no saben que la apología del delito es una figura
que merece sanción penal?
La reticencia a pagar el nuevo impuesto puede ser interpretada
como señal inequívoca de que este sector tampoco tributaba
antes. Pero ése no es el único caso de verdadero
"fusilamiento" a los consumidores a vista y paciencia de las
autoridades. Con la aplicación del nuevo esquema, muchos
propietarios de viviendas han decidido reajustar algunas
cláusulas de arrendamiento a sus inquilinos. Ahora les están
ofreciendo dos alternativas: pagar al contado o pagar con
cheque, pero al valor de arrendamiento deben añadirle el uno
por ciento. Un abuso increíble.
A partir de estos dos ejemplos -que bien pueden extenderse a
nivel de pequeño, mediano y gran comerciante y exportador-, el
país puede llegar a conclusiones tristes, socialmente injustas
y moralmente peligrosas: quien más tiene, más evade. Pero
quien evade no solo que tiene los mecanismos debidamente
engrasados para hacerlo. En muchos casos cuenta con la
complicidad de las autoridades, pues éstas se hacen de la
vista gorda justo cuando deben actuar. El Estado, así, está
ignorando uno de sus mandatos vitales: proteger al más débil,
dentro de un mercado plagado de pequeños reinos monopólicos.
Por eso, quien menos tiene, proporcionalmente paga más.
¿Quién defiende al consumidor frente al peligro de una doble
tributación? La pregunta cabe ahora que el uno por ciento se
ha puesto en escena. Y el Gobierno debe hacer un esfuerzo por
responderla. (Texto tomado de El Comercio)
llamado al gremio empresarial para que no traslade el impuesto
a los consumidores. El SRI dio las pautas claramente.
El impuesto del 1 por ciento a la circulación de capitales
corre el riesgo de ser inflacionario. Las dudas e inquietudes
que se han presentado en estos días así lo demuestran, ya que
las empresas, en el afán de evadir el impuesto, lo van
trasladando al consumidor final.
Ante este problema, el presidente de la Cámara de Comercio de
Quito, Javier Espinosa, hizo un llamamiento al gremio
empresarial, y especialmente a los afiliados a la Cámara, a no
trasladar al consumidor el impuesto. Espinosa recordó que el
nuevo gravamen sustituye al Impuesto a la Renta, por lo que no
existe ninguna razón para pasarlo a los clientes. "Es una
responsabilidad del empresario pagar al Estado sus impuestos y
el consumidor deberá pagar los propios, pero no los de
terceros".
El instructivo para el cobro del 1 por ciento establece quien
debe pagar el impuesto, lo cual se señala en 40 casos
particulares. A continuación, este Diario expone seis casos
más del instructivo de Rentas que se trataron desde ayer.
Mañana los restantes.
* La venta de divisas entre bancos
Cuando se realice una negociación de compra-venta de divisas
entre instituciones financieras, quien compra recibirá una
acreditación a través del Banco Central (BC) por el valor neto
de las transacciones, pero menos el 1 por ciento del impuesto
a la circulación de capitales. En el caso de la institución
financiera vendedora, la situación se repite: recibirá una
acreditación a través del BC por el valor neto de las
transacciones menos el impuesto. Se supone que cuando se hace
este tipo de transacciones, los recursos van a parar, en
última instancia, al sistema financiero. De allí que el Banco
Central realiza estas retenciones.
* Ampliación en inversiones a plazo
En este caso se maneja igual que en cualquier inversión
inicial: el cliente efectúa una inversión y la institución
financiera recepta el requerimiento de renovación o ampliación
del plazo. A su vez emite un título por el valor de la
inversión deduciendo el impuesto del 1 por ciento. Para ello
se considerará el plazo de la inversión: si es menor a 30 días
paga el 1 por ciento sobre el valor de la inversión y si es
mayor a 30 días paga el 1 por ciento anualizado. El agente de
retención es la institución financiera y el contribuyente es
el cliente o inversionista. La fecha de inicio para el cobro
de esta etapa es el 18 de enero próximo.
* Cuando se cancela una inversión
Si un inversionista solicita cancelar una inversión tiene dos
opciones. La institución financiera cancela el documento y le
entrega un cheque o efectivo al cliente. El inversionista
recibe el efectivo o cheque por el valor total de la inversión
más los intereses, luego deposita en una institución donde le
cobran el 1 por ciento.
El otro caso es si la institución financiera le hace una nota
de crédito en la cuenta del cliente por el 100 por ciento del
valor de la inversión más intereses. Pero a su vez, la
institución financiera emite al cliente una nota de débito por
la retención del 1 por ciento. Esta etapa entra a operar el 18
de enero próximo.
* Las negociaciones en bolsa
Los contribuyentes son los vendedores o compradores de
títulos, así como las casas y bolsas de valores. El agente que
recauda el tributo son las instituciones financieras, quienes
reciben instrucciones de las bolsas de valores sobre los
montos a depositar a los clientes y casas de valores, así como
el detalle de la retención del 1 por ciento. Esta retención
puede ser "flat" o anualizada dependiendo de si los títulos
son a 30 días o más, respectivamente. Las instituciones
financieras retienen el 1 por ciento a los depósitos o
acreditaciones por las comisiones de las casas y bolsas de
valores. Se retiene también al vendedor de valores, flat o
anualizado.
* El pago de rendimientos
Cuando un cliente decide hacer una inversión a plazo, puede
instruir a la institución financiera que le pague el
rendimiento de su inversión al vencimiento del plazo pactado o
cada cierto tiempo: mensual, trimestral, semestral, etc.
Dependiendo de este plazo, la institución financiera
acreditará el rendimiento al cliente en su cuenta o le pagará
con un cheque. En el primer caso, al momento de hacer la
acreditación en su cuenta le retendrá el 1 por ciento del
impuesto. Si le paga en cheque o efectivo, el cliente recibirá
este valor y cuando lo deposite o cobre por ventanilla se
retendrá el impuesto. Esta etapa operará el próximo18 de
enero.
* Compra-venta de divisas no paga
Cuando compre o venda dólares, esa transacción no pagará el 1
por ciento a la circulación de capitales. Sin embargo, al
momento que deposite esos valores en su cuenta de ahorros o
corriente en dólares u otra divisa, ahí sí le cobrarán el
impuesto. En la compra de moneda extranjera, la institución
financiera se encargará de entregarle efectivo o acreditarle
el valor en la cuenta del cliente. Al entregarle efectivo el
impuesto se cobra cuando el cliente deposite esos recursos. Si
le acreditan en su cuenta, el impuesto lo retiene la
institución financiera. En la venta de divisas, la lógica es
la misma. Ojo: esta etapa comienza a partir del 25 de enero.
Comentario
¿Quién salva al consumidor?
El uno por ciento a la circulación de capitales ya está en
vigencia, y la viveza criolla para evadir el pago de este
nuevo impuesto también. En esta ocasión -como siempre ha
ocurrido con el sistema del impuesto a la renta-, el país
vuelve a ser testigo del reciclaje de una vieja cultura, tan
enraizada entre quienes -la mayoría- tienen verdadera alergia
al pago de impuestos. Se trata de la maña de tenderle trampas
a la ley ni bien ésta sale del horno...
La moral pública del país vive un deterioro tal que ya casi no
queda ni la capacidad de asombro. El Ecuador se ha convertido
en un verdadero paraíso fiscal, sin estar ubicado en una de
las islas del Caribe. Como producto de una antigua raigambre
evasora, cualquier ciudadano, empresa o gremio, está en
libertad de interpretar y adaptar las leyes fiscales a su
gusto y conveniencia. Ante esto, el poder regulador y
coercitivo del Estado -tan ágil para mandar a la cárcel a
quien no tiene abogado- se muestra sumamente lento, generoso,
indulgente y hasta complaciente con muchos auspiciantes de la
evasión.
¿Alguien sabe, por ejemplo, qué están haciendo las autoridades
de Energía, y de Policía, en defensa de los consumidores,
respecto al abuso de muchos dueños de gasolineras, que se
niegan a cobrar con tarjeta de crédito sabiendo de antemano,
según confesión propia, que lo hacen para evitarse el pago del
uno por ciento? Exigir el pago de cuentas en efectivo, como
forma de evasión, sí está penalizado por la ley. ¿Acaso las
autoridades no saben que la apología del delito es una figura
que merece sanción penal?
La reticencia a pagar el nuevo impuesto puede ser interpretada
como señal inequívoca de que este sector tampoco tributaba
antes. Pero ése no es el único caso de verdadero
"fusilamiento" a los consumidores a vista y paciencia de las
autoridades. Con la aplicación del nuevo esquema, muchos
propietarios de viviendas han decidido reajustar algunas
cláusulas de arrendamiento a sus inquilinos. Ahora les están
ofreciendo dos alternativas: pagar al contado o pagar con
cheque, pero al valor de arrendamiento deben añadirle el uno
por ciento. Un abuso increíble.
A partir de estos dos ejemplos -que bien pueden extenderse a
nivel de pequeño, mediano y gran comerciante y exportador-, el
país puede llegar a conclusiones tristes, socialmente injustas
y moralmente peligrosas: quien más tiene, más evade. Pero
quien evade no solo que tiene los mecanismos debidamente
engrasados para hacerlo. En muchos casos cuenta con la
complicidad de las autoridades, pues éstas se hacen de la
vista gorda justo cuando deben actuar. El Estado, así, está
ignorando uno de sus mandatos vitales: proteger al más débil,
dentro de un mercado plagado de pequeños reinos monopólicos.
Por eso, quien menos tiene, proporcionalmente paga más.
¿Quién defiende al consumidor frente al peligro de una doble
tributación? La pregunta cabe ahora que el uno por ciento se
ha puesto en escena. Y el Gobierno debe hacer un esfuerzo por
responderla. (Texto tomado de El Comercio)
Más en el