La industria tabacalera es la única que acepta un aumento de impuestos para ayudar a los jubilados del país.

Los importadores y productores de licores, incluida la cerveza, muestran reparos al proyecto del Ejecutivo, que plantea obtener recursos para mejorar las jubilaciones con un alza del tributo sobre estos productos: el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE).

"No nos oponemos al alza. Entendemos el problema de los jubilados y queremos apoyar al Gobierno para resolverlo", sostiene el presidente de Itabsa, Fernando Cantini.

Por ello tiene una propuesta alternativa presentada a Economía y a diputados de la DP y la ID. Su planteamiento es subir la tasa de 77,25 a 82,50 por ciento.

Cantini propone, además, un tributo mínimo, con lo cual el aporte adicional de la industria llegará a 10 millones de dólares. Lo proyectado por las autoridades para recaudar este año, sin el alza, alcanza los 50 millones.

El impuesto mínimo se refiere a que todas las marcas que tengan un precio bajo la líder del mercado paguen un ICE igual al que tiene esta última. Hoy el ICE varía según el precio. Los valores van de 15 centavos para tabacos que valen 40 centavos la cajetilla, hasta 31 para los que valen 80 centavos y que están bajo los 90 que cuesta la marca líder.

¿Por qué la alternativa? Cantini argumenta que el aumento propuesto por el Ejecutivo "es desmesurado". Se trata de subir de 77,25 a 105 por ciento, lo cual representa 40 por ciento y no un 15, como se dijo.

Por ello la alternativa es más manejable para la industria que, incluso, pudiera asumir el alza o, posiblemente, trasladarla con solo cinco por ciento en el precio al consumidor.

Si se acepta la propuesta del Ejecutivo, Cantini dice que se la respetará, pero será un "error muy grande" porque afectará a la industria, no rendirá lo esperado, por una restricción del consumo y, lo más grave, provocará el contrabando, actualmente controlado.

Por su parte, el Directorio de la Asociación de Industriales Licoreros del Ecuador se reunió y elaboró un documento donde expone los argumentos de rechazo a la medida. Según su ex presidente y gerente de Desarrollo Agropecuario (Ron San Miguel), Claudio Patiño, cualquier incremento en este producto generará más contrabando. "Es una medida inapropiada para resolver un problema de ineficiencia del IESS".

Considera que el alza en licores importados impactará menos, pero habrá más contrabando. Y agrega que se irá contra de la reactivación del sector productivo.

Edgardo Báez, presidente de la Cervecería Nacional, considera que "el consumidor es muy sensible, especialmente en un mercado con moneda dura". Báez resalta que la Compañía fue el cuarto mayor contribuyente en el 2003, con 14,3 millones de dólares.

El proyecto de aumentar el ICE se queda sin piso

El financiamiento mixto de las pensiones jubilares del IESS, que se perfilaba en el inicio del primer debate del proyecto de Ley urgente del Ejecutivo de creación del subsidio de esas pensiones, cambió radicalmente ayer, al final de ese trámite legislativo.

En un principio, la tendencia en el Pleno del Congreso era aprobar el aumento de impuestos a los cigarrillos y licores importados, mas no a la cerveza, y en su lugar obtener recursos de la reducción de los intereses de los bonos AGD que el Estado paga al Banco Central.

Pero la propuesta de la bancada del Prian, por intermedio de su jefe de bloque, Carlos Vallejo, cambió aparentemente esa tendencia.

El Prian, que no apoya el aumento de impuestos a los cigarrillos, licores ni cerveza, como plantea el Ejecutivo para financiar el aumento de las pensiones jubilares, propuso una redistribución de los 104 millones de dólares que anualmente paga el Estado al Central por intereses de los bonos AGD.

De ese monto, 24 millones irán al Central y el resto, 80 millones al IESS para financiar el incremento de las pensiones de los jubilados. Las estimaciones del Gobierno para ese propósito son de 68 millones.

Ese planteamiento hizo cambiar la posición del PSC, que a través del diputado Marcelo Dotti había anunciado que "por esta vez" iban a archivar su postura de oponerse a nuevos impuesto, para apoyar más gravámenes a los cigarrillos y licores importados, excepto la cerveza.

Luego, Pascual del Cioppo desautorizó a Dotti y anunció que su partido apoya la propuesta del Prian: es decir, ningún impuesto a esos productos. Sin embargo, Del Cioppo dijo que solo en caso de que la tesis del Prian no encuentre viabilidad, ellos volverán a su posición inicial.

Con esa tesis también coinciden Pachakutik, MPD y Socialista, con lo cual habrá los votos para aprobar el proyecto urgente en este sentido, es decir, sin elevar impuestos.

Mientras que la ID y el PRE mantenían ayer sus posiciones de que se grave con más impuestos a los cigarrillos y licores, menos a la cerveza, porque es una bebida de consumo popular. Pero no descartaron sumarse a la moción del Prian, durante el segundo debate del proyecto que será adelantado para esta tarde, por pedido de la mayoría de bancadas, pues estaba previsto que se realizara mañana.

Este viraje en el Congreso complica aún más la situación de los jubilados, pues es conocida la posición del Ejecutivo renuente a admitir otras fuentes de financiamiento que no sea el ICE. Hoy se reúne nuevamente el Congreso, que conocerá en segundo y definitivo debate el informe que se elaboraba hasta ayer por la noche.

Los jubilados del puerto tienen la pensión más baja

Las oscuras oficinas de la Dirección Regional del IESS, en Machala, son el hogar de medio centenar de jubilados, desde el martes pasado. Un candado amarillo que cierra la pesada puerta metálica de ingreso los separa del exterior.

El bullicio que proviene de fuera se mezcla con los gritos de protesta de los jubilados, recostados en círculo alrededor del ingreso principal.

En el segundo piso, Washington Valencia, de 80 años, espera su turno para chequearse la presión. La enfermera Carmen Valdivieso no tarda más de tres minutos en auscultarlo. “Tiene más de 190 de presión”, le dice preocupada. Valencia observa con ojos cansados, ocultos bajo un sombrero de gamuza.

Como él, otros 50 jubilados se chequearon ayer la presión. Valencia, un porteño de piel tostada, trabajó durante 32 años de estibador en Puerto Bolívar, cargando cajas de banano en los buques. Ahora vive solo en una pequeña casa en el barrio 24 de Julio.

Desde que se unió a la vigilia de sus compañeros, ninguno de sus 11 hijos ha ido a visitarlo. El jubilado afirma con pesar que su pensión de 53 dólares no le alcanza ni para alimentarse bien. “Como por allí, al fío”, relata. Empero, insiste en que la condición de otros de sus compañeros es peor.

Valencia forma parte de los Asociación de Jubilados del Puerto, que reúne a otros 60 trabajadores retirados.

El presidente de la Asociación, quien prefiere no mencionar su nombre, espeta con indignación que entre el grupo de jubilados, los ex obreros porteños y del banano son quienes reciben las pensiones más bajas, entre 26 y 30 dólares.

“Al menos ahora estamos algo mejor; recuerdo que antes no percibíamos más de cuatro dólares, ¿quién podía vivir así?”.

Para los jubilados mantenerse en vigilia, en turnos de 12 horas, resulta agotador. El sábado empezaron a surgir los primeros efectos del cansancio. Desde ese día y hasta el lunes, cuatro pensionistas fueron internados en el hospital del IESS de Machala, por líos de hipertensión, diabetes...

En el segundo piso del edificio ocupado por los jubilados, dos brigadas de médicos, una de la Prefectura y otra del Hospital del IESS, siguen de cerca la salud de los pensionistas. Wilman Olmedo, médico de la Prefectura, indica que la mayoría de quienes están en vigilia padece de hipertensión.

El pensionista Carlos Barsallo, por ejemplo, fue llevado al hospital a causa de cálculos renales, hoy se recupera.

En otras ciudades

Los 10 fallecidos La Comisión de Derechos Humanos del Congreso exigió ayer una investigación para determinar las causas del fallecimiento de 10 jubilados que participaron en la protesta. Red. Guayaquil

Los jubilados de cuenca no cobraron La ira de los jubilados azuayos, por la retención de las pensiones, fue evidente ayer. “No es justo que nos retengan nuestro único e ínfimo sustento diario”, dijo Celia Cedillo, de 85 años, quien participa desde hace 10 días en la huelga. Red. Cuenca

Marcha en Ibarra Más de 500 personas, entre jubilados, empleados públicos y alumnos, protagonizaron ayer la marcha en demanda del alza de pensiones.

El no pago de las pensiones agravó el paro

Una mezcla de ira y angustia embargó ayer a miles de jubilados del país.

Las deudas los consumen y piensan ampliar la huelga de hambre. Ayer, Mariana Andino, de 52 años, estuvo de acuerdo con esta medida.

“Fui a Servipagos de Solanda y el guardia no nos dejó entrar porque no estaban pagando. Creo que tratan de castigarnos”. Andino ha sufrido desfases con su diabetes debido a una depresión y cobra mensualmente 44 dólares.

Ella, su hermana y su mamá no pudieran mantenerse sin la pensión jubilar. De su lado, Cristóbal Garcés acudió en vano al Servipagos de la av. 10 de Agosto y Checa. “Solo había un rótulo que decía que no nos pagarían, lo malo es que mucha gente no sabía leer”.

Añadió que “debe a todo el mundo” y que el IESS sí pudiera cancelarles. “Ponen excusas de que no pueden ingresar al edificio matriz que está ocupado por los jubilados”.

Asimismo, los pensionistas que cobran a través de depósitos en su cuenta de ahorros no recibieron mensualidades y están impagos quienes cobran en las ventanillas de la matriz del IESS.

Genaro Vásconez, secretario de actas de la Federación de Jubilados de Pichincha, dijo que por un convenio entre el IESS y la Confederación Nacional de Jubilados ingresaron cinco empleados administrativos del Seguro al edificio matriz.

“Se llevaron documentos para elaborar los roles de pago y cancelar hasta el jueves. Pero si no nos pagan, 20 jubilados iniciarán una huelga de hambre”.

Vásconez añadió que 250 000 jubilados no pueden esperar a que les paguen a fin de mes, porque todos tienen necesidades económicas que cubrir.

Ese es el caso de Jorge León, de 62 años, que vive por la Mena Dos, en el sur de Quito.
“Mi pensión es de 92 dólares y no me alcanza ni para la luz ni el agua, ahora me están ayudando familiares y vecinos”.

Por otro lado, en el edificio Zarzuela, la salud de los huelguistas se debilita. La doctora Adriana Ayabaca, del Consejo Provincial de Pichincha, indicó que las fuerzas de los adultos mayores decae.

“Tuvimos que llevar a cinco al hospital y dos volvieron a la huelga. Muchos están resfriados, porque en la noche llueve y hace frío”. Pero la gente sigue llevándoles agua y fruta.

Ayer, dos grupos de jubilados marcharon hacia el Congreso Nacional para exigir que se apruebe el incremento de sus pensiones.

En Guayaquil, en cambio, la preocupación por la falta de pago de pensiones agravó aún más el estado de salud de Luis Baldeón Bodero, de 86 años.

El anciano, quien ayer cumplió seis días de huelga de hambre, fue llevado al hospital de urgencia, aunque dos horas después regresó a la lucha.

“Mi papá recibe 12 dólares mensuales que le sirven para ayudar a sus nietos”, dijo Fanny Baldeón, hija del jubilado, quien lo acompañó hasta el Hospital Territorial y luego retornó con él a las afueras de la av. Olmedo, donde 43 jubilados cumplen la medida.

Manuel Bustamante, de 75 años, acudió a Servipagos y no pudo obtener su pensión. Segundo Rossillo, de 76 años, también confirmó que no hubo pagos en el Banco del Pacífico y otros llegaron con la misma noticia del Banco Bolivariano.

El meollo

Según el IESS, el problema se ha agravado porque los técnicos de la entidad no tienen acceso a la información.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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