Esmeraldas. 19 oct 99. 134 familias de colonos son los guardianes
de la tierra del chanul. La idea es reemplazar la deforestación
por el turismo. Por eso está prohibido cazar.
Los colonos manabitas somos los guardianes del humedal de
Yalare", dijo Aquilino Cedeño. Y nadie lo pone en duda, cuando
saltan a la vista los viveros de plantas nativas, los programas
de reemplazo de cultivos y un punto final que le pusieron hace
tres años a la deforestación.
134 familias participan en el proyecto que ejecuta el Plan
Ambiental Chocó y que busca desarrollar alternativas de
producción para reducir la tala del bosque.
Cedeño y 12 hombres de Montecristi y Bahía llegaron al norte de
Esmeraldas el 19 de marzo de 1980, atraídos por el paisaje que
pintó con palabras Pablo Loor, nativo de San Lorenzo, y por el
juramento de que dejarían la pobreza porque la tierra "prometida"
estaba junto a la vía y podrían sacar "la madera que quisieran".
No todo fue mentira. "Nos asombró ver los grandes y gruesos
árboles, pero el buen camino era pura charlatanería, todo era
selva casi impenetrable y un compañero se regresó a Manabí".
Los otros 11 fundaron el recinto que adoptó el nombre de la fecha
de su llegada. Por lo que cada 19 de marzo organizan una fiesta,
en la que participan las seis comunidades que viven alrededor del
bosque húmedo.
Esa era tierra de malaria y de muchos zancudos. Las dos mujeres
que los acompañaron en esta aventura mantenían a los niños,
escogían el arroz, pelaban yuca o verde, dentro del toldo para
evitar las venenosas picaduras.
La falta de una carretera frustró a los colonos. Durante muchos
años sacaron la madera por los ríos Santiago y Najurungo hasta
el recinto El Progreso.
Para Elmer Cabrera, coordinador del Plan Ambiental Chocó, desde
la óptica ecológica, fue beneficiosa la ausencia de una vía,
porque la tala del bosque fue de subsistencia y no un negocio
rentable y de gran escala.
La maderera Robalino, luego de algunos años, construyó una vía
que atraviesa la tierra de los colonos, lo que intensificó la
tala. Pero la llegada de los técnicos del Plan Chocó influyó en
los campesinos. Tras asistir a varios seminarios y charlas,
aceptaron participar en el proyecto de conservación del Yalare,
cuya importancia se confirmó durante los estudios de impacto que
se realizaron para la apertura del tramo vial
Maldonado-Borbón-Mataje, de la marginal del Pacífico.
La idea es volverlo un atractivo turístico que deje réditos. El
programa está en marcha. Hace tres años desistieron de la tala
y ahora vigilan que no entren a cortar árboles o a cazar. Además,
cedieron las tierras que estaban en el "guandal" o humedal.
El Yalare tiene 1 530 hectáreas. Es un inmenso humedal de agua
dulce y se alimenta del estero homónimo. El "guandal" se inicia
en el río Santiago y continúa cinco kilómetros a lo largo de la
vía.
Se comprobó que es una microregión parte del Chocó Geográfico
Sudamericano, ecosistema único en el mundo, con la mayoría de su
flora y fauna endémicas, que empieza en Panamá y termina en
Esmeraldas.
La presencia de especies forestales como el chanúl y de cuatro
clases de murciélagos y de otras especies raras. como el gallito
de montaña, indican que es parte del Chocó. Ahora el Yalare está
declarado como bosque protector y los guardianes son los colonos,
que a futuro piensan adentrarse por los senderos solo para llevar
a los aficionados al ecoturismo.
En el proyecto, se incluyó el estudio de la realidad en lo
físico, biológico, social, económico, cultural, con lo que, se
inició el uso y clasificación de suelos, racionalización de la
tenencia de tierra, la declaratoria, delimitación y manejo, el
establecimiento del centro de capacitación y del área de
interpretación turística, además de la promoción y difusión de
esa zona húmeda tropical.
Actualmente se mantiene un programa productivo con las
comunidades que viven alrededor del Yalare para ayudarlas a
reemplazar su forma de proveerse de ingresos económicos.
Los sitios que ya fueron deforestados están destinados para
sembradíos de cacao, café, yuca, verde, piña y arroz, productos
que sirven para el autoconsumo y sus remanentes salen al mercado.
El que la dieta básica se produzca en las mismas tierras redujo
la presión sobre este retazo de selva tropical. Cabrera resume
esta actitud en esta frase: "todos comprendieron que el bosque
es más productivo si está en pie".
Las especies del humedal
Flora
145 ejemplares de 21 familias y 38 especies (33 determinadas y
5 morfoespecies), que significan un promedio de 32, 2 árboles por
cada hectárea.
Familias importantes: Myristicaceae, Moraceae y Combretaceae, a
las que pertenecen el cuangare, chalviande, sande, moral fino,
damagua y roble.
Altura: Hay árboles entre 15 y 25 metros de alto.
Composición florística: Hay una buena cantidad de individuos
jóvenes de especies nativas que garantizan la autorrecuperación
del ecosistema.
Mamiferos
Eira barbara (cabeza de mate), Leopardus pardalis (tigrillo),
Noctilio leporinus (murciélago pescador), Cebus capuchinus
(especie de mono), Bradypus variegatus (perico ligero), Potos
falvus (Cusumbí), Pecarí tajacu (Tatabra).
Avifauna
29 familias con 89 especies de aves acuáticas y terrestres.
Ardeidae (Florida caerula), Accipitridae (Elanoides forficatus),
Psittacidae (Amazona farinosa), Cuculidae (Crophaga ani),
Apodidae (Streptoprocne sonaris). Aves con costumbres
especializadas (bioindicadoras del Chocó), Cochlearius
cochlearius (garza), Nycticorax nycticorax (garcilla), Gallinula
chloropus (gallareta común).
Teca, laurel y cedro para 20 años después
El trabajo de los técnicos del proyecto fue duro. En principio,
los socios de 19 de Marzo, 28 de febrero, Nueva Villegas, Unión
Manabita, Yalare y Ribera del Zaspi, se negaron porque temían
perder sus tierras y su forma de vida.
Marco Vinueza, ex coordinador del Plan Chocó, se reunió con los
socios para explicarles los alcances y beneficios del
repoblamiento forestal y de especies, que incluye capacitación
de la gente.
Hoy las comunidades mantienen viveros para la producción de
especies forestales. Con el asesoramiento de un ingeniero
agrónomo construyeron las platabandas, sembraron las semillas y
cuidan las plántulas. En diciembre se repartirán y todos
comenzarán el proceso de reforestación.
Manuel Pérez, presidente de Nueva Villegas, explicó que
consideraron suficientes 30 mil plántulas, pero comprobaron que
son pocas e iniciaron la construcción de otro vivero, con una
cantidad parecida de ejemplares. Los socios deciden la clase y
el número de plantas. En Villegas y en la 19 de Marzo tienen tres
especies: teca, laurel y cedro, cuya producción esperan obtener
en 15 a 20 años. La meta del Plan Chocó son 450 mil plántulas
hasta diciembre.
Una laguna de tulicios y lagartos...
En el Yalare sobresale la laguna sucia "de aguas negras" con una
gran carga orgánica que se extiende en más del 50 por ciento del
humedal, convirtiéndose en el corazón del bosque.
Hasta hace algunos años, la laguna dentro del humedal y las que
están en las zonas externas estaban pobladas de caimanes y
tulicios, pero la caza y pesca indiscriminada pusieron a estas
especies en riesgo de extinción. La piel y la carne eran el
atractivo principal para los cazadores.
El proyecto incluyó un programa de repoblamiento de las especies
en la laguna y en zonas externas del bosque. Las comunidades
cuidan a esos ejemplares, porque creen que serán un gran
atractivo para los turistas.
Además, como medio de subsistencia incluyeron el manejo de
bosques secundarios, la crianza de pollos y de guantas en
cautiverio. Al momento, se están construyendo los galpones en las
comunidades que se encargarán del cuidado y la alimentación.
El objetivo es mejorar la dieta alimenticia de los habitantes de
todas las comunidades. Tampoco se descuida la organización y, por
ahora, ya se capacitó a 38 líderes comunales. (Texto tomado de
El Comercio)
de la tierra del chanul. La idea es reemplazar la deforestación
por el turismo. Por eso está prohibido cazar.
Los colonos manabitas somos los guardianes del humedal de
Yalare", dijo Aquilino Cedeño. Y nadie lo pone en duda, cuando
saltan a la vista los viveros de plantas nativas, los programas
de reemplazo de cultivos y un punto final que le pusieron hace
tres años a la deforestación.
134 familias participan en el proyecto que ejecuta el Plan
Ambiental Chocó y que busca desarrollar alternativas de
producción para reducir la tala del bosque.
Cedeño y 12 hombres de Montecristi y Bahía llegaron al norte de
Esmeraldas el 19 de marzo de 1980, atraídos por el paisaje que
pintó con palabras Pablo Loor, nativo de San Lorenzo, y por el
juramento de que dejarían la pobreza porque la tierra "prometida"
estaba junto a la vía y podrían sacar "la madera que quisieran".
No todo fue mentira. "Nos asombró ver los grandes y gruesos
árboles, pero el buen camino era pura charlatanería, todo era
selva casi impenetrable y un compañero se regresó a Manabí".
Los otros 11 fundaron el recinto que adoptó el nombre de la fecha
de su llegada. Por lo que cada 19 de marzo organizan una fiesta,
en la que participan las seis comunidades que viven alrededor del
bosque húmedo.
Esa era tierra de malaria y de muchos zancudos. Las dos mujeres
que los acompañaron en esta aventura mantenían a los niños,
escogían el arroz, pelaban yuca o verde, dentro del toldo para
evitar las venenosas picaduras.
La falta de una carretera frustró a los colonos. Durante muchos
años sacaron la madera por los ríos Santiago y Najurungo hasta
el recinto El Progreso.
Para Elmer Cabrera, coordinador del Plan Ambiental Chocó, desde
la óptica ecológica, fue beneficiosa la ausencia de una vía,
porque la tala del bosque fue de subsistencia y no un negocio
rentable y de gran escala.
La maderera Robalino, luego de algunos años, construyó una vía
que atraviesa la tierra de los colonos, lo que intensificó la
tala. Pero la llegada de los técnicos del Plan Chocó influyó en
los campesinos. Tras asistir a varios seminarios y charlas,
aceptaron participar en el proyecto de conservación del Yalare,
cuya importancia se confirmó durante los estudios de impacto que
se realizaron para la apertura del tramo vial
Maldonado-Borbón-Mataje, de la marginal del Pacífico.
La idea es volverlo un atractivo turístico que deje réditos. El
programa está en marcha. Hace tres años desistieron de la tala
y ahora vigilan que no entren a cortar árboles o a cazar. Además,
cedieron las tierras que estaban en el "guandal" o humedal.
El Yalare tiene 1 530 hectáreas. Es un inmenso humedal de agua
dulce y se alimenta del estero homónimo. El "guandal" se inicia
en el río Santiago y continúa cinco kilómetros a lo largo de la
vía.
Se comprobó que es una microregión parte del Chocó Geográfico
Sudamericano, ecosistema único en el mundo, con la mayoría de su
flora y fauna endémicas, que empieza en Panamá y termina en
Esmeraldas.
La presencia de especies forestales como el chanúl y de cuatro
clases de murciélagos y de otras especies raras. como el gallito
de montaña, indican que es parte del Chocó. Ahora el Yalare está
declarado como bosque protector y los guardianes son los colonos,
que a futuro piensan adentrarse por los senderos solo para llevar
a los aficionados al ecoturismo.
En el proyecto, se incluyó el estudio de la realidad en lo
físico, biológico, social, económico, cultural, con lo que, se
inició el uso y clasificación de suelos, racionalización de la
tenencia de tierra, la declaratoria, delimitación y manejo, el
establecimiento del centro de capacitación y del área de
interpretación turística, además de la promoción y difusión de
esa zona húmeda tropical.
Actualmente se mantiene un programa productivo con las
comunidades que viven alrededor del Yalare para ayudarlas a
reemplazar su forma de proveerse de ingresos económicos.
Los sitios que ya fueron deforestados están destinados para
sembradíos de cacao, café, yuca, verde, piña y arroz, productos
que sirven para el autoconsumo y sus remanentes salen al mercado.
El que la dieta básica se produzca en las mismas tierras redujo
la presión sobre este retazo de selva tropical. Cabrera resume
esta actitud en esta frase: "todos comprendieron que el bosque
es más productivo si está en pie".
Las especies del humedal
Flora
145 ejemplares de 21 familias y 38 especies (33 determinadas y
5 morfoespecies), que significan un promedio de 32, 2 árboles por
cada hectárea.
Familias importantes: Myristicaceae, Moraceae y Combretaceae, a
las que pertenecen el cuangare, chalviande, sande, moral fino,
damagua y roble.
Altura: Hay árboles entre 15 y 25 metros de alto.
Composición florística: Hay una buena cantidad de individuos
jóvenes de especies nativas que garantizan la autorrecuperación
del ecosistema.
Mamiferos
Eira barbara (cabeza de mate), Leopardus pardalis (tigrillo),
Noctilio leporinus (murciélago pescador), Cebus capuchinus
(especie de mono), Bradypus variegatus (perico ligero), Potos
falvus (Cusumbí), Pecarí tajacu (Tatabra).
Avifauna
29 familias con 89 especies de aves acuáticas y terrestres.
Ardeidae (Florida caerula), Accipitridae (Elanoides forficatus),
Psittacidae (Amazona farinosa), Cuculidae (Crophaga ani),
Apodidae (Streptoprocne sonaris). Aves con costumbres
especializadas (bioindicadoras del Chocó), Cochlearius
cochlearius (garza), Nycticorax nycticorax (garcilla), Gallinula
chloropus (gallareta común).
Teca, laurel y cedro para 20 años después
El trabajo de los técnicos del proyecto fue duro. En principio,
los socios de 19 de Marzo, 28 de febrero, Nueva Villegas, Unión
Manabita, Yalare y Ribera del Zaspi, se negaron porque temían
perder sus tierras y su forma de vida.
Marco Vinueza, ex coordinador del Plan Chocó, se reunió con los
socios para explicarles los alcances y beneficios del
repoblamiento forestal y de especies, que incluye capacitación
de la gente.
Hoy las comunidades mantienen viveros para la producción de
especies forestales. Con el asesoramiento de un ingeniero
agrónomo construyeron las platabandas, sembraron las semillas y
cuidan las plántulas. En diciembre se repartirán y todos
comenzarán el proceso de reforestación.
Manuel Pérez, presidente de Nueva Villegas, explicó que
consideraron suficientes 30 mil plántulas, pero comprobaron que
son pocas e iniciaron la construcción de otro vivero, con una
cantidad parecida de ejemplares. Los socios deciden la clase y
el número de plantas. En Villegas y en la 19 de Marzo tienen tres
especies: teca, laurel y cedro, cuya producción esperan obtener
en 15 a 20 años. La meta del Plan Chocó son 450 mil plántulas
hasta diciembre.
Una laguna de tulicios y lagartos...
En el Yalare sobresale la laguna sucia "de aguas negras" con una
gran carga orgánica que se extiende en más del 50 por ciento del
humedal, convirtiéndose en el corazón del bosque.
Hasta hace algunos años, la laguna dentro del humedal y las que
están en las zonas externas estaban pobladas de caimanes y
tulicios, pero la caza y pesca indiscriminada pusieron a estas
especies en riesgo de extinción. La piel y la carne eran el
atractivo principal para los cazadores.
El proyecto incluyó un programa de repoblamiento de las especies
en la laguna y en zonas externas del bosque. Las comunidades
cuidan a esos ejemplares, porque creen que serán un gran
atractivo para los turistas.
Además, como medio de subsistencia incluyeron el manejo de
bosques secundarios, la crianza de pollos y de guantas en
cautiverio. Al momento, se están construyendo los galpones en las
comunidades que se encargarán del cuidado y la alimentación.
El objetivo es mejorar la dieta alimenticia de los habitantes de
todas las comunidades. Tampoco se descuida la organización y, por
ahora, ya se capacitó a 38 líderes comunales. (Texto tomado de
El Comercio)
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