EL GOLPE DEL AÑO

Quito. 30.12.90. La emisión de cuatro certificados de depósito
sin respaldo fue la chispa que encendió la mecha de los
problemas de la CSFA.

Establecer quién es el responsable de la quiebra de la
Cooperativa San Francisco de Asís (CSFA) y saber qué fin
tendrán los cientos de miles de reclamos dejados por los
socios, son las más grandes incógnitas del proceso de
liquidación de esa entidad.

Acusaciones de malos manejos de fondos entre quienes
estuvieron a la cabeza de la institución y las reiteradas
intervenciones de la Superintendencia de Bancos han oscurecido
aún más el panorama.

La CSFA fue considerada la más grande cooperativa de ahorro y
crédito de América Latina, por su volumen de activos fijos
superior a los 14 mil millones de sucres, un capital social de
alrededor de 1.800 millones de sucres y más de 180 mil
afiliados.

Sin embargo, a raíz de la emisión sin respaldo de cuatro
certificados de depósito por un monto total de mil millones de
sucres, la Superintendencia de Bancos decidió intervenir en la
cooperativa, desde marzo de 1989 hasta el mismo mes de 1990.

Luego de ello, la entidad tuvo algunos gerentes hasta que
finalmente el actual superintendente de Bancos encargado, Luis
Larrea, decidió iniciar una nueva intervención y su posterior
liquidación.

Según sus declaraciones, esas acciones se tomaron debido a la
total iliquidez que tenía la entidad. En ese momento la
cartera vencida de la CSFA era superior a los cinco mil
millones de sucres.

No obstante, quedan aún flotando algunas dudas. Por qué se
liquidó a la mayor cooperativa de América Latina si han habido
otras instituciones en las mismas condiciones que han vuelto a
funcionar normalmente.

Según se conocía, la Junta Monetaria había aprobado una línea
de crédito por 2 mil millones de sucres para ayudar a la
recuperación de la CSFA, pero esos recursos no llegaron a ser
utilizados.

No es comprensible tampoco que una entidad financiera con un
capital tan grande como el de la San Francisco pueda quebrar y
tener una iliquidez tan acentuada como la que se registra
actualmente.

Las causas son aún no han sido esclarecidas. Quienes
estuvieron a la cabeza de la entidad han dado sus razones y
documentos sobre las gestiones que cumplieron cada uno a su
turno.

Pero en todo ello existen acusaciones, que son probadas de un
lado pero desmentidas del otro, entre quienes manejaron la
entidad, como han demostrado la serie de artículos publicados
en este diario a lo largo del conflicto.

La supuesta inocencia, hasta que no se demuestre lo contrario,
de todos quienes tuvieron algo que ver con la Cooperativa
tendrá que ser comprobada por las autoridades. Están en juego
miles de millones de sucres y los ahorros de miles de
personas.

La tragedia de la incertidumbre

"El problema no es sacar a la venta los bienes de la San
Francisco, sino encontrar los compradores para los
mismos"

Quizás lo más grave dentro del problema de la Cooperativa San
Francisco es la incertidumbre y el drama que viven los casi
doscientos mil socios que depositaron sus ahorros en esa
entidad.

Al parecer, la devolución del dinero tiene todavía un largo
camino repleto de trámites que, como ya es costumbre, puede
demorar varios meses.

Y es que a pesar de las solicitudes que los ahorristas
presentaron en la Superintendencia de Bancos para poder
recuperar su dinero, los trámites para la venta de los
inmuebles de la Cooperativa son largos y engorrosos, según
fuentes de la esa entidad estatal.

"El problema no es sacar a la venta los bienes de la San
Francisco, sino encontrar los compradores para los mismos",
señalaron.

Pequeños ahorristas los más afectados

Testimonios como estos: "Son los últimos ahorros que pude
hacer", "Vine el lunes del Chaco en el Oriente, cuando supe
por la radio que la Cooperativa había liquidado y quisiera
regresarme a mi casa con mi dinero", dan cuenta de que la
gente de escasos recursos fue la más afectada en el
problema.

Un gran porcentaje de socios son de clase media y media baja y
un porcentaje mínimo corresponde a personas acomodadas. Llegar
a esa conclusión es fácil, pues solamente basta con observar
cuales son las personas que acudieron y acuden a realizar sus
reclamos en la Cooperativa o en la Superintendencia de
Bancos.

"Muchas veces dejé de comer para ahorrar; era para atender
cualquier necesidad de mi familia", dramas como este, recogido
de entre los ahorristas que se acercaron a las oficinas de la
Cooperativa, confirman la afirmación anterior.

Fue un duro golpe para todos

Varios analistas opinaron que la intervención y posterior
liquidación de la Cooperativa San Francisco de Asís constituyó
un duro golpe para el cooperativismo del país, pero la
conclusión final parece indicar que fue un duro golpe para
todos.

La representatividad que la entidad tuvo en ese sector en toda
América Latina y los miles de socios perjudicados aumentaron
aún más la gravedad de su quiebra.

La mencionada institución fue intervenida por la
Superintendencia de Bancos durante un año (entre el 31 de
marzo de 1989 y el 15 de marzo de 1990), a raíz de una serie
de operaciones anómalas consistentes en la emisión inorgánica
de certificados de depósito, por un valor de mil millones de
sucres, en favor de cuatro empresas inmobiliarias.

Una vez que fue suspendido el proceso de intervención, se
conformó un nuevo comité administrativo y de control para
reactivar esta cooperativa; así mismo, la Junta Monetaria
aprobó un crédito por 2 mil millones de sucres para fortalecer
la situación financiera de esta institución.

La situación del sector cooperativo ecuatoriano

Esta decisión de liquidar la cooperativa más importante del
país, plantea una serie de preguntas sobre el estado real del
sector cooperativo ecuatoriano.

De acuerdo a informes de la Superintendencia de Bancos, los
activos exigibles, es decir los créditos concedidos por este
sector han crecido en apenas un 9,6 por ciento en términos
nominales -sin considerar la inflación-, pues pasaron de
28.364 millones de sucres a 31.021 millones de sucres, entre
1988 y 1989. Si se aplicara la corrección de estas cifras, por
el deterioro que experimenta el sucre por los efectos
inflacionarios, se comprueba que los 31 mil millones de 1989
son inferiores a los 28 mil de 1988.

Los depósitos de ahorro en las cooperativas aumentaron en algo
más del 17 por ciento, mientras que los pasivos de este sector
crecieron en un 23 por ciento, durante el período señalado,
aunque solo en términos nominales. Igualmente, los fondos
disponibles de estas instituciones aumentaron en sólo un 2 por
ciento, es decir, en términos reales hubo un decrecimiento.

En suma, la falta de dinamismo de este sector e, incluso, el
decrecimiento registrado, lo único que revelan es que el
cooperativismo tampoco pudo escapar a la crisis generalizada
que atraviesa el país. (A-2).
EXPLORED
en Ciudad Quito

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