Guayaquil. 09 may 2000. Los actores coinciden en que las 2 obras
son necesarias, pero hacen sugerencias y piden mayor rigurosidad
en los estudios de impacto ambiental.

El sector pesquero está frente a una paradoja. Después de todas
las críticas que ha recibido por los conceptos ambientales que
maneja, hoy lanza una alerta para prevenir un posible impacto en
el Golfo de Guayaquil.

En los últimos meses la preocupación sobre este estuario,
considerado el nicho ecológico más grande del océano Pacífico
oriental, es por dos temas: el dragado del canal de acceso al
Puerto Marítimo y la explotación del Gas del Golfo.

Esta área es donde se desarrolla la mayor actividad pesquera,
industrial y artesanal, que soporta la producción de enlatados y
harina de pescado, y se calcula que de ahí sale el sesenta y ocho
por ciento de las capturas de camarón nacional.

El dragado del acceso al puerto es una necesidad que tanto
pesqueros, autoridades y ambientalistas reconocen, pero no se han
puesto de acuerdo en el sitio donde se depositarán más de 3 800
000 metros cúbicos de sedimentos, que se estima se evacuarán del
lugar.

En el caso de la explotación del gas, los trabajos de perforación
del primer pozo del Campo Amistad comenzarán mañana. Pero el
sector pesquero tiene temores de que esa actividad se haga sin
estudios de impacto ambiental.

Gas

Ayer comienzaron los trabajos de perforación

El sector pesquero también tiene sus ojos en la explotación del
Gas del Golfo. La compañía Energy Development Corporation (EDC)
concesionaria del área circundante a la isla Santa Clara, para
explotación hidrocarburífera, ya instaló la plataforma de
perforación. Según la información de la empresa, desde mañana
comenzará la perforación de uno de los pozos del Campo Amistad.
Las reservas en el área se han estimado en 345 000 millones de
pies cúbicos en tres de los siete bloques.

Una de las áreas de pesca más frecuentadas por los pescadores y
vinculada al Golfo de Guayaquil es el canal de tráfico marítimo
que separa la isla Santa Clara del continente. La isla fue
declarada área protegida después de un estudio sobre la flora y
fauna, por la abundancia de aves.

El Instituto Nacional de Pesca (INP) propone que la EDC realice un
constante seguimiento de las condiciones oceanográficas y
pesqueras del área, para establecer los cambios en la distribución
y abundancia de los recursos. Además sugiere un plan a largo plazo
para observar la pesquería de Puerto Bolívar durante el tiempo que
dure la explotación del gas.

Según Franklin Ormaza, director de INP, no se conoce un estudio de
impacto ambiental sobre la instalación del gasoducto que llegará a
Puerto Bolívar. "Al hacer el ducto se tendrá que ejecutar un
pequeño dragado que podría afectar el sistema químico del agua".
Hugo Reinoso, gerente de relaciones gubernamentales y medio
ambiente de EDC, dijo en el caso de la ruta del gasoducto no se
excavará el fondo, sino que la tubería se asentará fácilmente por
gravedad. Pero "donde el fondo marino sea duro puede ser necesaria
la excavación; lamentablemente no tenemos otra alternativa".

Para Reinoso los temores son infundados, pues la EDC trabaja
basada en un Plan de Manejo Ambiental preparado, según las
características de la zona del proyecto. Considera que tanto los
impactos ambientales que puedan producirse como las medidas de
mitigación permitirán prevenir y reducir las consecuencias. Él
exhorta al sector pesquero a que se acerque a la Dirección
Nacional de Protección Ambiental para que conozca los pasos de que
se están dando en favor de la protección ambiental.

La preocupación del sector pesquero es que al incrementarse la
actividad en los alrededores de la isla Santa Clara puedan ocurrir
fugas en la torre o en el ducto. Por eso considera la necesidad de
monitoreos constantes para mantenerse alerta.

César Rohon, presidente de la Cámara de Pesquería, dice que pueden
existir estudios pero teme que no se apliquen, lo que aumenta el
riesgo de posible contaminación.

Para Héctor Ayón, subsecretario de Desarrollo Sostenible del
Ministerio del Ambiente, no existe peligro si hay un escape de gas
y es controlado a tiempo.

Según Reinoso, la EDC tomó las precauciones para evitar posibles
impactos, e inclusive, la infraestructura de perforación y
producción cumple con las normas del Instituto Norteamericano de
Petróleo (API) y de la Agencia de Protección Ambiental.

Dragado

¿Dónde irán los sedimentos del Golfo?

El destino de los sedimentos tiene divididos a los sectores
ambientalista, pesquero y técnico de Autoridad Portuaria de
Guayaquil (APG). Nadie duda que hay que dragar el acceso al
puerto. Pero la discusión detuvo el trabajo que debió iniciarse en
la segunda semana de septiembre del 99.

Según el Instituto Nacional de Pesca (INP), existen razones para
cuestionar la forma como se hará el dragado. A su criterio no
existe un estudio de impacto ambiental. La recomendación técnica
es depositar los sedimentos en tierra firme y no como se pretende
en alta mar, porque se podría perjudicar a una industria que
genera 800 millones de dólares anuales.

Para Franklin Ormaza, director del INP, la remoción de los
sedimentos acumulados desde hace 10 años, (el último dragado) son
potencialmente tóxicos. Anota que habrá un impacto ambiental, en
el estero Salado, en la ribera del río Guayas, alrededor de la
isla Puná y en la franja del canal de El Morro.

Según Ormaza, la acumulación de materia orgánica representa altas
descargas bacterianas y virus que afectarían a las especies
marinas. El Golfo es un lugar donde entran a desovar o inician su
ciclo de vida. Es considerado el área la más productiva del país y
la más sensible a los cambios en la calidad de agua.

Según la APG, los barcos de alto calado no pueden llegar a puerto
y son víctimas de los piratas del Golfo, esto ha originado que se
duplique la guardia.

La primera propuesta fue depositar el sedimento en "cielo abierto"
a un lado del canal, lo que fue rechazado por el sector acuícola,
que inclusive contrató a la empresa extranjera, PBS&J, para que
hiciera un estudio. El resultado fue que el impacto sería a
mediano plazo, pues los sedimentos causan lesiones en el tejido
interno de las larvas de camarón.

Luego se barajaron otras alternativas como depositar los desechos
cerca de la isla Puná, en Punta Brava o Puerto El Morro, pero
fueron descartadas. Hoy se habla de descargar más al sur y al
oeste de la isla Puná, pero no hay una decisión.

Marcos Guerra, gerente de APG, dice que lo óptimo es ponerlo en
tierra firme, pero el costo inicial de 6.5 millones de dólares,
podría aumentar en tres más. El INP, la Cámara de la Pesquería y
Subsecretaría de Desarrollo Sostenible consideran que el costo se
justifica para la protección ambiental.

César Rohon, presidente de la Cámara de la Pesquería, explica que
es necesario confinar los sedimentos en tierra firme. Ya que no se
puede exponer a los pelágicos (peces pequeños), como chuhueco,
sardina y macarela, ya que la gran influencia de las mareas lo
movilizaría en toda la zona. El temor es que se corte el ciclo de
reproducción biológica.

Según Ormaza, en el estudio de impacto ambiental, realizado por el
Inocar, no se estableció el ciclo de impacto de las partículas en
el Estero Salado.

Actualmente los buques no tienen problemas frente a los muelles,
porque ya se hizo la limpieza hace seis meses. Pero hay otros dos
sectores que requieren un dragado urgente entre Data y Posorja, de
donde deben salir tres millones 810 mil metros cúbicos de
sedimento. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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