El papa Juan Pablo II, cuyo nombre de pila era Karol Wojtyla, falleció hoy a los 84 años de edad, a las 21.37 hora local (19.37 GMT), confirmó el portavoz vaticano, el español Joaquín Navarro Valls.
El comunicado oficial del Vaticano, hecho público por Navarro Valls en la sala de prensa, es el siguiente:
"El Santo Padre ha fallecido esta tarde a las 21,37 horas en su apartamento privado. Se han puesto en marcha todos los procedimientos previstos en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis", promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996". EFE (MEC)

Protagonista de la historia

Karol Wojtyla fue el primer Papa eslavo de la Iglesia Católica y activo protagonista de los acontecimientos que marcaron la historia del siglo XX; protagonizó uno de los más largos.
El polaco Karol Wojtyla había sido elegido como 263.º ocupante del trono de San Pedro el 16 de octubre de 1978, sucediendo así a Juan Pablo I, el efímero Papa que falleció tras solo 33 días de pontificado.
De esa manera, no solo se convirtió en el primer Papa polaco, sino que fue también el primer extranjero después de cuatro siglos y medio de monopolio italiano.
Su pontificado pasará a la historia por la forma cómo gestionó la Iglesia tras la crisis posconciliar, provocada precisamente por las reformas iniciadas por el Vaticano II, consideradas por algunos como demasiado radicales.
Bajo su reinado, por ejemplo, fueron neutralizados los sectores radicales de la Iglesia latinoamericana, es decir, los sacerdotes que abogaban por una Teología de la Liberación.
Al mismo tiempo, grupos y órdenes conservadoras, como el Opus Dei, lograron una influencia inédita en el mundo católico hispanoamericano e incluso dentro del Vaticano.
La paz y el entendimiento internacional han figurado entre los temas principales de los numerosos discursos y documentos de Juan Pablo II.
Se opuso con vigor, por ejemplo, a la guerra de los Estados Unidos contra Iraq a comienzos de 2003, y para expresarlo movilizó una energía que ya le iba faltando.
Años antes, a fines de los ochenta, su acción y su influencia tuvieron un papel decisivo en las transformaciones ocurridas en la ex Unión Soviética y en los países del Este, comenzado por su propia patria, Polonia.
Juan Pablo II defendió con fuerza y sin cesar la protección de la vida humana desde la concepción y los principios tradicionales de la Iglesia Católica en el campo de la moral sexual, lo que le valió reiteradas críticas en los medios intelectuales occidentales.
Juan Pablo II fue el primer Papa que presidió un encuentro con dirigentes de todas las grandes religiones, en Asís (Italia), en 1986 y 2002. Pero, pese a su voluntad de profundizar el diálogo entre cristianos como con las otras religiones, no pudo llevar a término proyectos más ambiciosos, como lograr un acercamiento más efectivo con otras confesiones.
Fue el Pontífice que quiso depurar a la Iglesia Católica del oscurantismo y corregir ciertos errores del pasado. En marzo de 2000, en ocasión del Jubileo, presidió una importante ceremonia de "purificación" en la que pidió perdón por los errores y culpas de la Iglesia en el curso de la historia, desde las cruzadas y la Inquisición hasta el Holocausto.
Según su visión católica del cristianismo, los creyentes de hoy necesitan modelos, puntos de referencia, por lo que se esforzaba en promover en sus viajes una Iglesia anclada en las culturas nacionales, las cuales intentó defender ante la globalización de la cultura y la economía. (AFP-MEC)

Nunca se había visto a un Pontífice esquiar o nadar

Karol Wojtyla fue calificado como un gobernante a la vez moderno y conservador

Durante mucho tiempo, antes de que la edad y la enfermedad lo obligaran a renunciar a toda actividad física y lo postraran en una silla de ruedas, Juan Pablo II cultivó la imagen de un Papa deportivo como nunca se había visto en la historia de la Iglesia Católica.
Fue el primer jefe de la Iglesia que se hizo construir una piscina y que practicó esquí para sorpresa del mundo eclesiástico romano, conservador y reticente a admitir "libertades" o "excentricidades" a los pontífices.
"¡Yo rezo todos los días para evitar la tentación!", respondió Juan Pablo II a un periodista de la AFP en 1979 mientras miraba un par de esquíes fabricados a mano que le había regalado un artesano de Cortina d’Ampezzo, en los Alpes.
Lo que no le impidió lanzarse a las pistas de un ventisquero al año siguiente, como testimonió una foto difundida en esa época por el Vaticano.
Alentado y acompañado por el presidente italiano de la época, Sandro Pertini, el Papa se otorgó una primera "fuga" a la montaña, que renovó muchos años consecutivos hasta que el estado de su salud se lo impidió.
Esos paseos eran mantenidos en secreto hasta que un esquiador cruzó al Papa en una pista.
La natación, en cambio, le había sido recomendada por sus médicos para ayudarle a superar problemas de espalda y de hombros.
Gracias a la iniciativa del cardenal Basil Hume, un grupo de católicos ingleses le regaló una piscina, que fue construida en el corazón de los jardines de su residencia de verano de Castelgandolfo, cerca de Roma.
El Sumo Pontífice amaba tanto nadar que había pasado las vísperas de los dos cónclaves de 1978 en la playa de los cardenales, a una treintena de kilómetros al norte de Roma.
Karol Wojtyla desarrolló el lado deportivo de su personalidad en la época en que era capellán de los estudiantes de Cracovia, con quienes iba a esquiar en Zakopane, organizaba marchas a pie, descendía los ríos en kayak o remontaba en bicicleta los Montes Tatra.
Como todos los que han frecuentado una parroquia, había jugado en su juventud al fútbol y era considerado como un guardavallas notable.
Durante toda su vida, le fascinaba pasear por las montañas, pero tuvo que renunciar a sus caminatas a partir de 1995 después de una intervención quirúrgica en el fémur y a causa de la enfermedad de Parkinson, que lo obligaron por años a apoyarse sobre un bastón.
Juan Pablo II amaba encontrarse durante sus caminatas con viejos montañeros.
Para el Pontífice deportista, en efecto, una lata de sardinas comida con un cuchillo al pie de las montañas Dolomitas o un hot-dog compartido con sus colaboradores en el corazón de las Montañas Rocosas eran verdaderos momentos de libertad, lejos de las obligaciones del Palacio Apostólico.
Pocos pontífices en la historia de la humanidad tuvieron tanto acceso a las muchedumbres como Juan Pablo II. Sin embargo, ese Papa, que fue centro de los medios de comunicación, despreciaba la demagogia y su única ambición era llevar el mensaje de Dios a los creyentes.
Desde el inicio de su pontificado, su estilo provocó sorpresas: el Papa cantó serenatas nocturnas con los jóvenes a los pies de la Nunciatura de Ciudad de México y aplaudió con entusiasmo las alucinantes danzas de los zulúes en África.
Durante sus numerosos viajes, solía expresar su evidente aprecio por los jóvenes y, en particular, por sus compatriotas polacos. Al mismo tiempo, aborrecía la indisciplina y la confusión, sobre todo si afectaban la celebración de los ritos sagrados católicos.
Karol Wojtyla nació en Wadiwice, cerca de Cracovia (Polonia), el 18 de mayo de 1920 en el seno de una familia modesta. Su padre era aprendiz de sastre en 1900, cuando fue enrolado por el ejército de ocupación austriaco y llegó a ser oficial en 1915.
El futuro Papa perdió a los 9 años a su madre y, tres años más tarde, en 1932, a su hermano querido, un médico, que fue víctima de una epidemia de escarlatina.
El joven Karol, que tuvo que trabajar en una mina para poder vivir, prosiguió con tenacidad los estudios secundarios y luego los universitarios. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la Alemania nazi ocupó su país, animó un grupo de teatro clandestino al tiempo que terminaba sus estudios de seminarista. En 1946 fue ordenado sacerdote.
Después de haber sido profesor de Teología, en 1964 fue nombrado obispo de Cracovia y en esta condición participó en los debates del trascendente Concilio Vaticano II. En 1967 fue elevado al rango de cardenal. (Agencias-MEC)

LAS TRADICIONES ANTE LA MUERTE DEL SANTO PADRE

La destrucción del "Anillo del Pescador", después de la muerte

Se prevé que el funeral durará nueve días y su cuerpo será embalsamado y luego inhumado

El cardenal camarlingo es el encargado de verificar que el Papa ha muerto y de retirarle del dedo el "Anillo del Pescador", símbolo del poder pontificio, que es la señal de que el reinado ha concluido.
El anillo es inmediatamente machacado para evitar cualquier eventual falsificación de documentos pontificios. Este es uno de los pasos más significativos tras la muerte de un Pontífice.
En los primeros siglos, para saber si el Papa se estaba muriendo, el médico aproximaba a sus labios una vela encendida. Si la llama se movía significaba que aún conservaba un hálito de vida. La operación se realizaba varias veces hasta que la llama permanecía inmóvil.
Los funerales del papa Juan Pablo II durarán nueve días consecutivos y su cuerpo debe ser inhumado entre el cuarto y el sexto día después del deceso, salvo alguna razón especial, según las disposiciones definidas por Juan Pablo II en la Constitución Apostólica de 1996. Pero los cardenales solo tomarán una decisión definitiva después de haber leído su testamento. Un Papa podría decidir ser enterrado en otro sitio.
El cuerpo del Sumo Pontífice será embalsamado, se lo revestirá con sotana blanca y será llevado a la Capilla Sixtina escoltado por prelados con cirios y cardenales, donde los coros entonarán "Libera Me, Domine, de Morte aeterna" (Líbrame, Señor, de la muerte eterna).
Será colocado debajo del Juicio Final, donde los fieles le rendirán el último tributo.
Allí permanecerá tres días antes de las exequias, que, desde la muerte de Pablo VI y Juan Pablo I, se celebran en la plaza de San Pedro, ante la presencia de presidentes, reyes de todo el mundo.
El cuerpo del Papa será colocado en un féretro de ciprés forrado de terciopelo carmesí y encajado en otro de plomo de 4 milímetros de espesor, a su vez encajado en otro de madera de olmo barnizada.
Un prelado leerá los hechos más importantes de su pontificado y, al final, meterá el pergamino en un tubo de cobre que se introduce en el féretro junto con saquito de terciopelo con monedas y medallas de su pontificado. (Agencias-MEC)

Iglesia Católica prepara sucesión

Cuando salga humo blanco de la Capilla Sixtina será la señal de que se ha elegido ya al nuevo gobernante

La Iglesia Católica se prepara para elegir al sucesor de Juan Pablo II después de su muerte.
Juan Pablo II la preparó hasta en sus más mínimos detalles con la Constitución Apostólica aprobada en 1996. Ahora que ha muerto, dos prelados tienen un papel primordial: el cardenal camerligo -función que ejerce actualmente el español Eduardo Martínez Somalo- ocupará el "trono vacante" durante el período en que se espera la elección del nuevo Papa, y monseñor Ratzinger, de 77 años, presidente de la Congregación para la Doctrina de Fe y decano del Sacro Colegio, por su influencia dentro de la curia.
Con la muerte del Papa, al decimoquinto día o, según lo estipulado, no más allá del vigésimo, los cardenales del colegio electoral se reúnen en la Basílica de San Pedro y celebran la misa votiva "Pro Eligiendo Papa". Posteriormente, se dirigen en procesión a la Capilla Sixtina. El sucesor de Juan Pablo II deberá recabar dos tercios de los sufragios.
Los cardenales electores menores de 80 años suman 117, algo menos que el número máximo de 120 fijado por el papa Pablo VI: 58 europeos (20 italianos), 14 norteamericanos, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía.
Actualmente, 181 purpurados forman el Colegio. De ellos, 117 tienen menos de 80 años y son los cardenales electores. Los otros 64, octogenarios, podrán ser elegidos y participar en las reuniones preparatorias, pero no elegir.
Antiguamente, los cardenales se encerraban con llave hasta que elegían al Papa. Posteriormente, se les permitía descansar en improvisadas habitaciones en el Palacio Apostólico, junto a la Capilla Sixtina.
Según la última normativa, los cardenales se alojarán en el edificio llamado Domus Sanctae Marthae (residencia Santa Marta), mandado a construir por Juan Pablo II en el interior de la Ciudad del Vaticano. Inaugurado en 1996, tiene 120 habitaciones - con baños integrados- y 20 salones.
Y es que en 1978, cuando los cardenales eligieron Papa a Karol Wojtyla en la cuarta vuelta, las condiciones eran precarias: unos biombos separaban las camas, y cada uno disponía de un lavatorio con un jarro de agua, una mesita con una silla y los baños eran comunes.
Está prohibida la entrada al edificio a toda persona ajena al cónclave -del latín cónclave (lo que se cierra con llave)-; los cardenales estarán aislados del mundo sin derecho a teléfono, fax o correo electrónico y se desplazarán desde Santa Marta en bus hasta la Capilla Sixtina-en el otro extremo de la plaza- para votar en el primer piso.
El elegido tendrá que aceptar el cargo antes de que se realice el anuncio y, en caso de que todavía no haya llegado al cargo de obispo, será ordenado allí mismo, antes de elegir el nombre con el que se convertirá en jefe de la Iglesia Católica.
Si bien en el cónclave solo participan los purpurados menores de 80 años, no hay límite de edad para elegir al nuevo director de la Iglesia. Una vez que el humo blanco ascienda de la Capilla Sixtina, se anunciará desde el balcón de San Pedro "que ha sido elegido Papa y el nombre que ha adoptado" para gobernar.
Vaticanistas aseguran que la tradición canónica consiste en alternar un pontificado corto con uno largo y este principio parece favorecer a un papa de cierta edad -Juan Pablo II tenía 58 años en el momento de su elección- para asegurar una transición. Los cardenales electores también pueden decidir designar a un prelado joven para continuar la obra realiza por su predecesor.
Dos grandes tendencias se presentan en el Vaticano: una vuelta a un Papa italiano o la elección de un latinoamericano, de un continente que representa la mayoría de católicos en todo el mundo.
Y dos campos se oponen -conservadores y liberales, aunque estas etiquetas siempre resultan simplistas- ante los grandes retos: gestión más colegiada de la Iglesia, celibato de los sacerdotes, diaconado de la mujer y contracepción. (Agencias-MEC)

"Papables" de AL

América Latina (AL), la región más católica del mundo, que ocupó un lugar prioritario en la atención de Juan Pablo II, tendrá un gran valor estratégico para la elección de su sucesor.
La región tiene su propia lista de "papables", empezando por el colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años, un hombre enérgico y políglota que conoce bien la curia romana. Le acompañan el brasileño Claudio Hummes, de 70 años, arzobispo de San Pablo, y dos cardenales conocidos por sus críticas al capitalismo salvaje: el argentino Jorge Mario Bergoglio, de 67 años, y el hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, de 62 años.
Este último es el típico exponente de la nueva jerarquía católica latinoamericana, que busca luchar contra la desigualdad social sin resultar por eso sospechosa de simpatizar con la Teología de la Liberación. (AFP-MEC)

Pasión por viajar

El pontificado de Juan Pablo II se caracterizó por sus numerosos e históricos viajes, realizados en todos los continentes, inclusive a países en donde los católicos eran tan solo una minoría.
Aprovechando los modernos medios de transporte a disposición, Juan Pablo II quiso desplazarse por todo el mundo, ya que "cada viaje del Papa es un auténtico peregrinaje al pueblo de Dios", como declaró al inicio de su pontificado.
Al término de su 67.º viaje fuera de Italia, en 1995 Juan Pablo II superó la barrera del millón de kilómetros recorridos en avión, tren y automóvil, incluidos aquellos realizados en Italia.
Durante los 104 viajes internacionales efectuados tras su elección, Juan Pablo II visitó 129 países de los 192 existentes en el planeta. No pudo visitar el país más poblado del mundo, China, ni Rusia. (AFP-MEC)

Hitos del pontificado de Juan Pablo II, quien ha sido protagonista de la historia del Último cuarto de siglo

16 octubre de 1978: elección de Karol Wojtyla, primer Papa polaco de la historia de la Iglesia, con el nombre de Juan Pablo II. Sucede al papa Juan Pablo I, quien murió misteriosamente tras 33 días de pontificado.

25 enero de 1979: primer viaje del papa Juan Pablo II fuera de Italia. Recibido triunfalmente en la República Dominicana y en México.

30 de noviembre de 1979: primer encuentro entre el Papa y el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Dimitrios I, al término de la visita del jefe de la Iglesia Católica a Turquía.

l 2 de junio 1980: primera visita triunfal del Papa a Polonia. El 7 de junio, Juan Pablo II reza en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, ubicado al sur de Polonia.

13 de mayo de 1981: el Papa es víctima de un atentado. El terrorista turco Mehmed Ali Agca le dispara tres tiros de pistola.

Mayo-junio 1982: el papa Juan Pablo II visita Gran Bretaña y luego Buenos Aires para intentar detener el conflicto de las Malvinas.

25 de enero de 1983: el Papa firma el nuevo código de Derecho Canónico (ley interna de la Iglesia), que reemplaza al que estaba vigente desde 1919.

16 de junio de 1983: segunda visita a su país natal, desafiando el estado de sitio impuesto por el régimen comunista polaco.
El 28 de diciembre de 1983: visita en la cárcel de Roma a su
agresor, Mehmed Ali Agca.

29 de noviembre de 1984: firma en el Vaticano del Tratado de Paz entre la Argentina y Chile, gracias a mediación de la Santa Sede.

29 de enero de 1985: el jefe de la Iglesia Católica visita el Ecuador.

3 de febrero de 1986: el Papa visita a la Madre Teresa en Calcuta (India).
3 de abril de 1986: en un hecho sin precedentes históricos, un Papa visita una sinagoga.

15 de agosto de 1991: más de 1 millón de jóvenes rodean al Papa en Czestochowa (Polonia) para la Jornada Mundial de la Juventud.

Febrero de 1993: durante un viaje a África, el Papa reafirma la oposición de la Iglesia al preservativo, afirmando que "la castidad es el único medio de poner fin a la trágica plaga del sida".
l 4-10 de septiembre de 1993: el Papa viaja por primera vez a la ex Unión Soviética para visitar Lituania, Letonia y Estonia.

Enero de 1995: en Manila (Filipinas), con ocasión del Día Mundial de la Juventud, Juan Pablo II es aclamado por aproximadamente 4 millones de personas, la ceremonia más multitudinaria de su pontificado.

25 de marzo de 1995: Juan Pablo II firma la encíclica Evangelium Vitae, que condena firmemente el aborto y la eutanasia.

6 de septiembre de 1995: Wojtyla se reúne con Nelson Mandela en Johannesburgo, Sudáfrica, un país que se negó a visitar durante el régimen del apartheid (segregación racial).

23 de febrero de 1996: publicación de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, que reforma las reglas del cónclave para la elección del pontífice.
l 5 al 17 de junio de 1999: visita Polonia y es su viaje más largo fuera de Italia: permanece 13 días fuera del Vaticano y visita 20 ciudades.

15 de febrero del 2000: el Papa firma con los palestinos un acuerdo histórico que oficializa las actividades de la Iglesia Católica en los territorios autónomos.

12 de marzo de 2000: en una ceremonia de "autopurificación" sin precedentes en la historia del catolicismo, Juan Pablo II pidió "perdón" a Dios por los pecados y las culpas cometidas en el pasado por todos los católicos del mundo.

l 20 al 26 de marzo de 2000: histórica visita del Papa a Jordania y Tierra Santa (Israel y territorios palestinos), 26 años después del viaje de Pablo VI, siguiendo los pasos de Moisés y a Cristo.

Febrero 2003: Juan Pablo II hace un llamado a no resignarse, afirmando que la guerra en Iraq "puede ser evitada".

22 de junio del 2003: Juan Pablo II pidió perdón por los crímenes cometidos por miembros de la comunidad católica en Croacia y Bosnia, divididas por una sangrienta guerra entre 1992 y 1995.

11 al 14 de septiembre del 2003: difícil visita a Eslovaquia de Juan Pablo II, visiblemente afectado por la enfermedad de Parkinson y se inicia un acelerado deterioro de su salud. (Agencias-MEC)
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