Quito. 20 jun 2000. Obras de arte, acciones de compañías y bienes
inmuebles constituyen el Fideicomiso AGD. Los ex propietarios los
entregaron para respaldar un crédito de 107 millones de dólares
pero no cubren ni la mitad del monto

Tres semanas después de someter al Filanbanco a reestructuración,
el 29 de diciembre de 1998, la Agencia de Garantía de Depósitos
(AGD), Filanbanco Trust, otras empresas y AFPV Administradora de
Fondos y Fiduciaria S.A. comparecieron ante el notario séptimo del
cantón Guayaquil, Eduardo Falquez, para constituir un fideicomiso,
cuyo beneficiario resultaría ser la AGD.

La razón: recibir una serie de bienes como dación en pago de un
préstamo otorgado -sin las garantías adecuadas- por el Filanbanco
Trust Banking & Corp. a los anteriores accionistas del Filanbanco
S.A., es decir, la familia Isaías.

Diego Ante Orrantia, presidente de AFPV y apoderado especial del
fideicomiso, explica que éste se constituyó con tres grupos de
bienes: el Filanbanco Trust entregó 2.180 obras de arte y acciones
de varias compañías, propietarias de la urbanización Las Orquídeas
y el centro comercial Puntilla Mall, y 18 empresas inmobiliarias
más, propiedad de la compañía Intral Panamá -del Grupo Isaías-,
cedieron otros terrenos y edificaciones. En total, según el "valor
en libros" de los aportantes, los bienes se cotizarían en 107
millones de dólares.

El apoderado del fideicomiso dijo a Vistazo que "el objeto del
contrato de fideicomiso es administrar los bienes y compañías
aportados, venderlos y devolverle a la AGD el resultado de esa
gestión". Administrar acciones de compañías no resulta ser un
trabajo sencillo, pues además, de activos (bienes muebles o
inmuebles), la fiduciaria recibe pasivos que, según estipula su
contrato, debieron ser subsanados por los anteriores propietarios,
antes de que el banco pasara a control de la Agencia.

La joya de la corona

Según el avalúo entregado por los constituyentes, el bien más
valioso parecía ser el grupo de acciones de las compañías Agrícola
Acuarela S.A. (Acuarelasa), Inmobiliaria Amalia S.A., Inmobiliaria
Maribel S.A. (Inmobma), Inmobiliaria Campoverde S.A., Inmobiliaria
Faji S.A., Inmobiliaria Elenita S.A., Inmobiliaria San Jacinto
S.A., Inmobiliaria Esperanza S.A., propietarias de la urbanización
Las Orquídeas, cuyo valor se cifró en 55 millones de dólares.

Sin embargo, Vistazo obtuvo una serie de misivas dirigidas por
Diego Ante a los gerentes de la AGD, Bruno Leone y Walter
Valarezo, de cuya lectura se desprende que las compañías mantienen
deudas que ascienden a 31.422 millones de sucres y 5.2 millones de
dólares.

Y eso no es todo: en las cartas, Ante explica que las compañías
adeudan al Municipio de Guayaquil millonarias cantidades por el
pago de impuestos prediales urbanos de terrenos de Las Orquídeas
y, de hecho, existen los respectivos juicios de coactiva.

También explica que, de no diseñar a corto plazo un efectivo
proyecto de urbanización, la propiedad de los lotes se revertiría,
de inmediato, a sus dueños originales: la Inmobiliaria Guaruyá, de
la familia Kozhaya, pues así lo determina un complejo y curioso
contrato de transferencia de propiedad.

En conclusión, los aportantes del fideicomiso sobrevaloraron las
acciones de Las Orquídeas pues, si se descuentan las deudas
pendientes, con sus respectivos intereses, el fideicomiso
perdería, por lo menos, 15 millones de dólares. Y la recesión del
sector inmobiliario, cuyo decrecimiento bordeó el 9% durante 1999,
según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) propició la
depreciación de los proyectos de vivienda.

Mall quebrado
La valoración de las acciones de la compañía Litbarski S.A.
asciende, según su "valor en libros", a 12 millones de dólares y
su activo principal lo constituye el centro comercial Puntilla
Mall.

Pero la Litbarski tiene una deuda por 3.2 millones de dólares con
el Banco de Crédito, redescontada con la Corporación Financiera
Nacional (CFN), la cual se halla garantizada con una hipoteca
abierta a su favor, integrada por el bien inmueble. Este detalle
constituye, según explica Ante en una de sus cartas, "un obstáculo
para la venta de los locales comerciales que conforman el centro
comercial Puntilla Mall, además de que su incumplimiento se
traducirá en la ejecución de la hipoteca, el procedimiento
coactivo del que goza la CFN y la consecuente pérdida de los
locales comerciales y sus áreas cercanas".

De hecho, la crisis económica depreció tanto el centro comercial
que, según conoció Vistazo, una oferta de compra que provino de la
Universidad Espíritu Santo, apenas ascendió a cuatro millones de
dólares. Si el mall se vendía en aquella cifra, solo se habría
cubierto el monto del crédito pendiente.

Por el problema económico del centro comercial, el apoderado del
fideicomiso tuvo que cerrarlo, en agosto pasado, previa
conversación con el actual administrador del Filanbanco, Gonzalo
Hidalgo Terán, y Francisco Nugué, delegado de la entidad en la
supervisión del fideicomiso.

Según Ante, Puntilla Mall tiene 100 locales comerciales
distribuidos en tres plantas, de los cuales solo operaban 16 e,
incluso, algunos de los propietarios o inquilinos le anunciaron su
retiro. "Un centro comercial de 11.340 metros cuadrados no puede
funcionar con 16 locales abiertos... adicionalmente, solo dos de
ellos pagaban sus expensas comunes".

Esta situación obligó a Litbarski a asumir todos sus gastos
operativos, calculados en 24 mil dólares mensuales. Y, como la
compañía no percibía ingresos por ese monto, el fideicomiso tuvo
que invertir rentas producidas por otros bienes para costear el
mantenimiento del mall.

No todo lo que brilla...

Mediante comunicaciones enviadas por el intendente de Bancos,
Carlos Plaza Hernández, a Gonzalo Hidalgo, administrador de
Filanbanco, Vistazo pudo descubrir que el avalúo de las obras
pictóricas, esculturas y reliquias artísticas (pertenecientes a
las épocas Colonial, Republicana y Contemporánea) entregadas por
el Filanbanco Trust lo efectuó el director del Museo Nahím Isaías
Barquet y cuñado de Roberto Isaías, Luis Plaza Febres-Cordero.

Y por aquella cercanía, precisamente, el intendente mostró su
preocupación por el avalúo determinado en el fideicomiso,
calculado en 30 millones de dólares. "...Usted recalca que la
valoración de tales obras se realizó por el señor Plaza, quien es
pariente político de uno de los más prominentes accionistas de
Filanbanco antes de que entrara a reestructuración... particular
que preocupa a este despacho y dada la delicadeza del tema
requiere una explicación satisfactoria", dice la misiva.

Sin embargo, Luis Plaza explica que la inspección de las obras de
arte no la efectuó él solo: lo acompañó un grupo de peritos
designados por el Banco Central del Ecuador (BCE). "Este tipo de
evaluaciones no la puede hacer una sola persona... incluso, me
parece que esa valoración ya quedó corta, porque se hizo con un
tipo de cambio de cinco mil sucres por dólar... el arte no se
deprecia", opina.

Pero en una misiva dirigida a Luis Villacís, gerente de la AGD,
Diego Ante le expresa que, por declaración del mismo Luis Plaza,
el avalúo solo asciende a 26 millones de dólares.

Para administrar y valorar las obras de arte, la fiduciaria
suscribió un convenio de administración y custodia con el BCE. La
directora de su Museo Antropológico, sucursal Guayaquil, Mariella
García, figura como la custodia legal y, Elizabeth Murtinho, como
custodia administrativa.

Una parte de la obra, 1.345 piezas artísticas, reposa en una sala
de exposiciones temporales, ubicada en el primer piso del museo
del BCE, y el resto, 834 piezas más, en una bodega especial
ubicada en el Museo Nahím Isaías Barquet. "Casa salón tiene
medidas de seguridad y equipo especial, como deshumidificadores o
termoigógrafos, para conservar las obras de arte", dice Elizabeth
Murtinho.

Ella explica que la AFPV contrató, con la autorización de la AGD,
a un grupo de expertos que, al cierre de la edición, entregó un
informe completo sobre el estado de las obras de arte y su avalúo
definitivo. "Trabajaron más de 14 horas diarias, por dos meses,
para obtener un buen resultado".

Terrenos, edificios y huesos

La aportación de bienes inmuebles (terrenos y edificaciones)
apenas alcanza los 12.337 millones de sucres. Provino de 18
empresas varias: Claudia S.A., Inmobiliaria Chimborazo S.A.,
Inmobiliaria Ballén S.A., Inmobiliaria Erlasa S.A., Predios La
Montaña S.A., Impoertren S.A., Inmobiliaria Esasa S.A., Saprebi
S.A., Inmobiliaria Doce de Octubre S.A., Coydesa Ambato, Coydesa
Quito, Inversiones Escodebo S.A., Inversiones del Sur S.A.,
Inmobiliaria Esmasa S.A., Mercantil Urbana S.A., Inversiones
Urbanas S.A., Inversiones Urbanas S.A., Herbelo S.A. y Kanigia
S.A.

Vistazo efectuó un recorrido en Guayaquil, Quito y Ambato para
evaluar el estado de algunas de las aportaciones e indagar, entre
sus inquilinos, sus precios.

El centro comercial Caracol, de Coydesa Ambato, está construido
sobre un área de 13.800 metros cuadrados, de los cuales, 8.400
corresponden a la edificación. Según propietarios de algunos
locales, "este centro comercial nunca funcionó y está de bajada".
Tiene un total de 117 locales de entre 27 y 32 metros cuadrados de
extensión. De todos ellos, sólo 21 están vendidos, el resto son
arrendados o están libres pues nadie quiere comprarlos.

La Inmobiliaria Esmasa aportó el centro comercial Las Carabelas,
de Quito, ubicado en las calles La Niña 666 y Amazonas. La mayoría
de sus inquilinos no paga sus cuotas y, de hecho, el fideicomiso
instauró juicios a los morosos, pero planea recibir nuevos
inquilinos.

Sobre el kilómetro siete y medio de la vía a Salinas, la
fiduciaria mantiene un terreno baldío cedido por la Sociedad
Mercantil Urbana. Mide 40 mil metros cuadrados y se lo alquila a
los propietarios de una vulcanizadora en dos millones de sucres
mensuales.

El edificio ubicado en las calles Calicuchima y Seis de Marzo, en
Guayaquil, está alquilado a la Dirección Nacional de Estudios para
que funcionen dos escuelas: una vespertina y otra nocturna. El
costo del alquiler asciende a 500 mil sucres, pero Diego Ante
explica que los centros educativos le pagan cada seis meses,
aproximadamente.

Destino final

Un año y medio después de la constitución del fideicomiso, las
aportaciones no tienen todavía un avalúo: Diego Ante dice que él
solo cumple las instrucciones que la AGD imparte. Pero la
inestabilidad administrativa de la Agencia (cuatro gerentes en
menos de dos años) ha provocado un importante retraso en la
valoración y venta de los bienes.

Ante dice que para cumplir el objeto del fideicomiso no necesita,
por el momento, el avalúo. Primero la AGD debe diseñar un
procedimiento de venta, "porque las condiciones del mercado han
variado drásticamente".

Pero ese procedimiento de venta tampoco se ha elaborado, pese a
sus reiteradas peticiones. "Les hemos enviado en junio pasado un
texto para que lo modifiquen o hagan sus comentarios pero no nos
contestan... yo soy solo el administrador de los bienes y no puedo
hacerlo sin tenerlo... Queremos regirnos a lo que la AGD disponga.
Podemos hacerlo con venta directa, publicaciones, licitaciones o
remate al martillo, con certificados de depósitos... pero la AGD
tiene que decidir". El avalúo que contrate la Agencia, por medio
de la fiduciaria, solo confirmaría lo que resulta ser un secreto a
voces: el fideicomiso es solo pellejo. (Texto tomado de La Revista
Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

Otras Noticias del día 20/Junio/2000

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el