Quito. 20.11.93. Varios son los personajes enigmáticos en el
campo de la música y uno de los más famosos, aunque
lamentablemente en este sentido, es: Antonio Salieri.

Toda una leyenda se ha tejido en torno a este compositor que,
para muchos, provocó la muerte prematura del portentoso Wolfgang
Amadeus Mozart, nacido en Salzburgo, Austria, en 1756.

Mozart, a los cuatro años recibió clases de clavicémbalo de su
padre, Leopoldo, quien supo cultivar con habilidad el talento
innato de su hijo para hacerlo un "niño prodigio". A los seis
años el pequeño Amadeus compuso su primer fragmento musical, un
minueto, y a los siete años se reveló como un excepcional
clavecinista y violinista, en los salones de Munich, Viena y
París, donde tocó para el rey Luis XV.

Adulado en las principales ciudades donde se presentó Mozart
llegó a Londres. Allí logró la estimación de Johann Christian
Bach, hijo del notable Johann Sebastian Bach. Actuó para el rey
Jorge III y la reina Carlota.

La fama de la precosidad del niño lleva al científico inglés
Daibes Barrington a realizar una investigación. Le hizo
improvisar arias, expresar sus pasiones con música, quedando al
final tan impresionado por los resultados que escribió un
detallado informe para el "Transactions" de la Royal Society.

Para 1787 encontramos a Mozart estrenando la obra "Don Juan", ya
había recibido el nombramiento de "Kammermusikus" del emperador
Leopoldo II, que le encargó al poco tiempo la ópera Cos" fan
tutte.

En la película "Amadeus", ganadora de ocho Oscares de la
Academia, se puede en una escena apreciar cómo Mozart,
inocentemente, pone en ridículo al músico de la Corte, Salieri.
Este había compuesto una pequeña obra para recibir a Mozart,
quien comenta que sería mejor con algunos cambios. El emperador
Leopoldo II no cree que Mozart puede retener en su cerebro la
partitura y lo insta a demostrarlo. No solo que Mozart recuerda
la melodía sino que se da el lujo de hacerle variaciones
magistrales mientras ríe estrepitósamente. En la mirada de
Salieri, maestro de capilla de la Corte, nace el odio.

Sin embargo Mozart tiene un prodigio mejor: En Roma queda
impresionado al escuchar la interpretación del famoso "Miserere"
de Allegri, que solía ejecutarse por Semana Santa en el coro de
la Capilla Sixtina, y estaba prohibida, por el Papa, cualquier
interpretación fuera del Vaticano, donde se hallaba su partitura.
Mozart lo aprendió de memoria, escribiendo ocho partes, y cuando
lo hubo escuchado por segunda vez corrigió y completó la obra.
Esto, dicen sus biógrafos, no debió disgustar al papa Clemente
XIV porque le concedió la Cruz de Caballero de la Espuela de Oro.
Mozart, en esa época, no contaba aún los 14 años.

Fatigado por su intensa vida social y atormentado por necesidades
económicas, murió Mozart en 1791, el mismo año que estrenó "La
flauta mágica". Dejó incompleto el "Réquiem", que le había en
realidad sido encargado por un misterioso visitante desconocido.
El filme sugiere que fue Salieri el encapuchado personaje que
obligó, bajo una terrible presión, a Mozart a crear esta obra que
le conduciría a la muerte, terminada después por su discípulo
Franz Xaver Süssmayr.

La idea de la muerte siempre obsesionó a Mozart: "Nunca me voy a
la cama sin pensar que, aunque soy joven, puedo no llegar a ver
la aurora", escribiría a su padre. La infelicidad sentimental y
las necesidades económicas, en vez de agotar su vena parece
robustecer su inspiración musical, afinando el ámbito de la
sinfonía o del concierto, haciendo brotar en los últimos años de
su vida las mejores obras.

¿Pero qué motivó a los creadores de "Amadeus" a suponer que
Salieri terminó con la vida de Mozart, creador de más de 600
magistrales obras?

El motivo de Pushkin

Antonio Salieri fue un músico italiano muy famoso en su tiempo.
Nacido en 1750, seis años antes que Mozart, Salieri le sobrevivió
20 años. Hijo de un rico comerciante, y habiendo recibido la
mejor educación musical, Salieri se estableció en Viena siendo
muy joven, y en esa ciudad vivió el medio siglo restante de su
vida, relata Francisco Alexander en su libro "Música y músicos".

Fue un compositor prolífico. Sus obras, que han caído totalmente
en el olvido, quizá porque se ajustan demasiado al gusto de la
época, comprenden misas, cantatas, tedéums, oratorios, piezas
instrumentales y más de 40 óperas que se representaron con mucho
éxito en Viena y en París, así como en Venecia, Milán y Roma.

Además de la fama que alcanzó Salieri por su propio derecho,
tiene la distinción de haber sido maestro de Beethoven, Schubert
y Liszt. Beethoven le dedicó las tres sonatas de violín del opus
12 y tenía a honra nombrarse "discípulo de Salieri".

Ahora bien: Salieri era un músico demasiado pagado de sí mismo, y
no pudo aceptar con ecuanimidad el ascenso de Mozart, que no
tardó en convertirse en un rival suyo formidable y que acabó por
eclipsarlo, comenta el musicólogo Alexander.

Pronto, dice, experimentó Mozart los efectos de la enemistad de
Salieri, y las cartas que aquel escribió a su padre y a su amigo
Michael Puchberg abundan en amargas quejas de las intrigas que
contra él urdía constantemente el compositor italiano, el cual
llegó al extremo de indisponerlo gravemente con el Emperador.
También Mozart lo acusó del fracaso del estreno de su obra "La
Clemencia de Tito", aunque la obra es elegante pero poco
original.

La muerte de Mozart, tan espantosamente prematura, ocasionó en
Salieri una satisfacción que no tuvo la prudencia de ocultar. Tan
indiscreta conducta dio pie para que se echase a rodar un rumor:
Salieri había envenenado a Mozart. El filme, uno de los más
hermosamente creados, no hace referencia a esto.

El escritor Pushkin aceptó con alacridad la versión, tan cara al
gusto romántico, del asesinato de Mozart a manos de Salieri (era
demasiado antirromántica la idea de que Mozart hubiese podido
morir de una vulgar enfermedad), e hizo de ella el argumento de
su diálogo romántico, irónicamente llamado "Mozart y Salieri".
Con el mismo título Rimski-Korsakov creó una ópera alusiva al
tema, aunque no tuvo resonancia.

La brevísima obra de Pushkin, señala Alexander, consta de dos
escenas, cuyos únicos personajes -si se exceptúa a un violinista
ciego de taberna, que actúa fugazmente- son Mozart y Salieri. El
músico italiano, en un monólogo inicial, acaba de reconocer su
inferioridad respecto de Mozart y, en el curso de su posterior
conversación con éste, madura su designio de matarlo. Le invita
al cabo a cenar en una taberna y allí le da a beber el veneno en
una copa de vino. Salieri llega a la conclusión, respecto de sí
mismo, de que, siendo el genio y el crimen incompatibles, él no
pude ser un genio, puesto que es un asesino. Tiene apenas un
momento de duda, cuando piensa en Benvenuto Cellini.

En la versión de "Amadeus" se puede escuchar a un viejo Salieri,
en una silla de ruedas e internado en un sanatorio para enfermos
mentales, críticas contra la mediocridad. El filme,
magistralmente, entrelaza a ese desconocido personaje que encargó
la obra "Réquiem", con el desafortunado Salieri. Aunque Mozart
fue a parar en una fosa común, (una tormenta de nieve impide a
sus amigos acompañarle a su última morada) la historia no ha
podido devorar, en los laberintos de Viena, a ese personaje que
atormentó al compositor.

Cuando el discípulo de Mozart, Süssmayr, acabó el Réquiem, fue
entregado por la esposa del primero al conde Franz Von Walsegg,
cuyo criado fue el personaje misterioso que encargó la obra.
Walsegg tenía la manía de hacer pasar por suyas obras de
maestros. En 1800 en una carta aparecida en la Gaceta Musical de
Leipzig y firmada por Süssmayr se narraban los hechos
relacionados con la obra. Por lo que Salieri queda libre de culpa
y merece un réquiem, al estilo de Mozart, claro está. (1C)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 20/Noviembre/1993

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el