Los ojos de Cayetana Polanco (16 años), la bisnieta de Galo Plaza Lasso, se iluminan cuando se refiere a su ilustre antepasado, del que recién empezó a creer que, en verdad, existía. Ella se prepara para hablar ante sus compañeros del Colegio Americano acerca de este hombre del que, confiesa, “a veces, había pensado que era irreal, o un Superman, o, quizá, alguien inmortal”. Fue cuando escuchó comentar que le gustaba comer baguette y le encantaba la crema de leche, “que supe que sí, que existió, que fue un ser extraordinario, pero normal, y me emocionó mucho”, afirma.
Pero no solo Cayetana ha tenido conflictos para entender la figura egregia de este ecuatoriano que nació hace 100 años, un 17 de febrero de 1906.
La mayoría de ecuatorianos parece desconocer el pensamiento de este hombre adelantado al tiempo, puesto que sus ideas son tan actuales que no parecen provenir de alguien del siglo pasado.
No haber tenido la oportunidad de conocerlo personalmente podría implicar un conflicto para entender su real talla y también para valorar el legado que Galo Plaza dejó al país; más aun si tampoco la historia nacional ha hecho justicia a la hora de poner de relieve, por ejemplo, la ecuanimidad y la tolerancia que este demócrata cultivó durante el cuatrienio (1948-1952) que ejerció la Presidencia del Ecuador, al punto que se afirma que cuando la revista Comentarios del Momento, de su mayor opositor, Carlos Guevara Moreno -que lo injuriaba en cada edición-, se quedó sin papel, el jefe de Estado hizo las gestiones con el objetivo de que les llegara el material para que la revista siguiera circulando.
Esta vocación por la democracia y su convicción de respeto a las leyes contribuyó para que, con su mandato, el Ecuador iniciara un período de 12 años de estabilidad de tres gobiernos elegidos en las urnas.
“Sus ideas no solo que siguen teniendo vigencia, sino que parecen concebidas ahora mismo”, dice, con entusiasmo no exento de orgullo, Avelina Crespo Plaza, su nieta, mientras revela que algunos de los reconocimientos internacionales, muchos de ellos doctorados honoris causa, como los otorgados por las Universidades de Harvard, Columbia o Maryland - y otros premios de reconocidos Centros académicos- fueron, justamente, por sus conceptos acerca de la democracia, la libertad de expresión y sobre la ecología.
Una tarde entera resultó insuficiente para revisar el archivo fotográfico y entender el papel brillante que desempeñó este hombre de pensamiento liberal.
Allí estaba Galo Plaza Lasso en sus facetas más insólitas: tras las cosechas, celebrando la “oyanza” (reparto de ropas) con los indios de Zuleta. O entrevistado, en Washington, por Eleanor Roosevelt, la primera dama de los EEUU que tenía un programa de radio. También asomaba en un apoteósico desfile con el cual fue recibido por el presidente de los Estados Unidos Harry Truman, en Washignton, como mandatario ecuatoriano. Y luego, otra foto en su más difundida afición, la de torero, pero también como futbolista, y junto a su esposa, Rosario Pallares, exhibiendo con gracia los trajes típicos de los indígenas del país.
El archivo recuperado, con amor y dedicación por Avelina Crespo y Cristina Mosquera, es una pieza valiosa de la historia nacional; es la memoria viva de un hombre al que su patria lo ubicará, en algún momento, en su verdadera dimensión: la de ecuatoriano universal.
Y es que si como dice la Biblia: “Por su obras los conoceréis”, se tendría que valorar a quien con talento excepcional realizó cosas prácticas y tomó decisiones que sobreviven en el tiempo: Galo Plaza Lasso fundó el Colegio Americano, profesionalizó a los servidores públicos con la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa, creó el Banco Nacional de Fomento; trajo el primer tractor Caterpillar y también importó, por primera vez, vacas holstein, bajo el convencimiento de que era imperioso mejorar la raza de nuestra ganadería.
Esta visión de futuro, donde el sentido común fue vital, llevó al ex mandatario a revolucionar la agricultura, importando la primera sembradora de trigo, así como la primera cosechadora. También incentivó la producción y la exportación de banano, hasta hacer del Ecuador el primer exportador de esta fruta en el mundo.
Al respecto, Alfredo Pareja Diezcanseco, en su Ecuador, historia de la República dice: “Su mayor acierto y el de su ministro de Economía, Clemente Yerovi Indaburu, fue haber impedido más penetraciones en el país de la United Fruit, como propietaria de tierras y monopolista de la exportación de banano. Por su disposición y con su garantía personal, el Banco de Fomento concedió empréstitos liberales a pequeños propietarios para la siembra de esta fruta que llegaría a alcanzar un gran volumen de exportación”.

Mimetizado con la tierra

Las grandes ausencias del país de Galo Plaza -algunas veces para representar al Ecuador en funciones diplomáticas o como funcionario de las Naciones Unidas o Secretario general de la OEA - jamás le hicieron perder contacto con su tierra. Al contrario, su objetivo perenne siempre fue volver a Zuleta, trabajar hasta transformarla en una de las haciendas más bellas y productivas del Ecuador, y convertirse en el primer ecuatoriano en entregar las escrituras de propiedad a los campesinos e indígenas huasipungueros que laboraron para él.
Entre sus habilidades, daría la impresión de que Plaza Lasso tuvo el don de mimetizarse con su entorno. Solo así se podría explicar la identificación profunda con la realidad de los indios de la serranía, al punto de hacer suyos su angustia y sufrimiento y apoyarlos al abrirles un sendero. Pero, también, tener la energía necesaria para, con azadón en mano, labrar la tierra con la misma confianza y sabiduría con que, en otros escenarios, se dirigía a las selectas audiencias de la OEA o la ONU, o cuando cumplía su papel de mediador internacional, juntando en una misma mesa a griegos y turcos, hasta encontrar una solución a sus conflictos y firmar una paz duradera en Chipre, y, luego, en el Líbano.
Pueda que sean sus estudios en el católico Pensionado Borja y en el laico Mejía, de Quito, así como su temprano aprendizaje en las aulas de las escuelas de Nueva York, donde su visión cosmopolita fue tomando forma, hasta fraguar sólidos valores que iluminaron la mente de este excepcional ecuatoriano.
Por eso, no tuvo problemas en armar un Gabinete con hombres como Juan Isaac Lovato, su entrañable amigo, así como con Clemente Yerovi Indaburu, Andrés F. Córdova, Carlos Cueva Tamariz y otros ilustres ecuatorianos.
Con el archivo de fotos, en Power Point, Cayetana Polanco contará a sus compañeros la vida de su abuelo, el ecuatoriano que respetó los valores de la democracia.

OBRAS EN SU HOMENAJE

Recuerdos de Galo Plaza, en muchas voces

Hoy, en la sala Demetrio Aguilera Malta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, se presenta Recuerdos de Galo Plaza, en muchas voces, de Pepé Carrión, el primer libro que aparece como homenaje a los 100 años del natalicio de Plaza.
Siguiendo la línea de su primer libro, Memorias compartidas, en el que Pepé Carrión reconstruye la vida de su padre Benjamín, la autora se detiene esta vez en su experiencia junto a uno de los hombres más importantes de su época, con el que tuvo un contacto directo desde su infancia por las relaciones políticas y de amistad que su familia tuvo siempre con los Plaza.
El libro de Carrión tiene el atractivo de los relatos de primera mano; al recorrer sus páginas nos sentimos parte de aquello que se nos narra, vamos acompañando a Galo Plaza desde los ojos de una niña que, al principio, admira su porte sin comprender muy bien la trascendencia de su figura y con ella asistimos al desarrollo de un personaje que, a la larga, es un reflejo de un país.
En el nuevo volumen, además, Carrión no se conforma con narrar su visión del prohombre, sino que decide recurrir a un trabajo de investigación que hurga en las fuentes primarias y acompaña la visión de la autora de un gran número de documentos, recortes de prensa y otras citas que vuelven aun más tangible al personaje. (YM)

El ex presidente, visto desde la fotografía

Al morir, Galo Plaza dejó un archivo en el que, gracias al cuidado de toda una vida, se conservaban documentos invalorables, entre ellos una gran cantidad de fotografías de época en las que se puede apreciar, con la contundencia de la imagen, el papel que desempeñó el ex mandatario, desde su posición de padre de familia, hasta los homenajes que en todas partes se le rindieron, primero como presidente del Ecuador, luego como diplomático y secretario general de la OEA, pasando por su papel de agricultor progresista y líder dentro de la comunidad campesina.
A partir de estas imágenes y agregándole textos, sobre todo discursos del propio Plaza, la fotógrafa y nieta del ex presidente Avelina Crespo ha creado el libro Galo Plaza, que se encuentra en proceso de edición por parte de la fundación que lleva el nombre de su abuelo, libro que aparecerá próximamente.
En el volumen se pueden admirar, entre otras, imágenes de los impresionantes homenajes que se le rendían a Plaza a su llegada a los Estados Unidos, donde se le aprecia junto a los personajes más relevantes del mundo de la época, entre ellos el propio presidente Harry Truman. Además, hay todo un banco de fotos de su papel de hombre de familia, líder campesino y estadista consagrado a su país. (YM)

La trascendencia histórica del ex presidente

En una de las actividades más importantes de la conmemoración de los 100 años de su nacimiento, el Museo de la Ciudad, junto con la Fundación Galo Plaza, ha organizado "Galo Plaza Lasso: su aporte en la historia"; como parte de este proyecto museológico se va a editar un libro que, bajo el mismo título de la exposición, recoge el trabajo de investigación histórica realizada por Mireya Salgado y Valeria Coronel.
Esta exposición responde al trabajo que durante los últimos cuatro meses han realizado las autoras sobre el archivo documental que guarda la Fundación y que hasta ahora no había sido abierto a investigadores.
En el libro, a partir del análisis de los documentos, se interpreta el papel que cumplió Plaza como figura prominente de una clase política que representaba a un liberalismo progresista que fue la concreción final de la revolución del 5 de junio.
También se analiza el papel que jugó Plaza en la consolidación de un modelo que, siguiendo a la política de los Estados Unidos, buscó la aplicación del desarrollo en América Latina.
Sin duda, un estudio que hacía falta para comprender el proceso que siguió nuestro país en una época en la que los líderes debían decidir si sumarse al modelo dominante u optar por la disidencia hacia el socialismo.

LA VISIÓN DESDE LA HISTORIA

`A pesar de los cargos que llegó a desempeñar, siempre fue muy sensible’

En la presencia que tiene Galo Plaza en mi memoria se mezclan dos aspectos: el de estadista, presidente de la República y secretario general de la Organización de Estados Americanos; y el del hombre sencillo, que mostraba sus emociones sin temor y añoraba profundamente la vida que llevaba en el Ecuador.
Tenía una sonrisa amplia que inspiraba confianza. A pesar de su gran porte, imponente estatura y de los cargos -importantes a escala latinoamericana y mundial- que llegó a desempeñar, era muy sensible.
Recuerdo que una vez que llevé una exposición ecuatoriana a Washington y él estaba de Secretario General de la Organización de Estados Americanos, asistió a la conferencia que dicté en el Banco Interamericano de Desarrollo, acerca de la ciudad de Quito.
Estaba profundamente emocionado y vi brillar sus ojos, como si la añoranza hubiera alentado ese amor apasionado que siempre tuvo para la ciudad capital.
Esta actitud lo acompañaba siempre, oscilando entre sus deberes diplomáticos y su apego a la tierra. Como si los múltiples exilios, voluntarios o no, lo hubieran marcado para siempre.
Hernán Crespo Toral


`Su respeto a las garantías constitucionales lo hizo acreedor a la confianza del continente’

Heredero de una sólida tradición liberal, Galo Plaza fue una eminente figura en la historia del Ecuador del siglo XX. Tras una etapa de inestabilidad política fue el primer presidente que culminó el período para el que fue elegido, comprendido entre 1948 y 1952.
Con una administración lúcida y de total respaldo a los derechos y garantías constitucionales, se hizo acreedor a la confianza de todo el continente, lo que le permitió convertirse en el único ecuatoriano designado como secretario general de la Organización de Estados Americanos.
Además, cumplió muchas misiones como comisionado de paz para las Naciones Unidas. Pese a provenir de una distinguida familia ecuatoriana, en la que se conjugaban un representante del liberalismo triunfante de la Costa -su padre Leonidas Plaza Gutiérrez- y una de las familias más tradicionales de la Sierra -por su madre, Avelina Lasso-, Galo Plaza fue un hombre humilde, sin poses ni pujos.
Una de sus metas fue el desarrollo a través de la explotación racional de la agricultura, para lo que importó implementos y tecnología de punta para su época.
Jorge Salvador Lara


’ Sus viajes y relaciones internacionales son un reflejo de la ideología que representaba’

Como catedrático e investigador independiente de la historia, lejos de las fuentes oficiales, pienso que la imagen de Galo Plaza se ha visto favorecida por versiones venidas desde el poder.
Para mí, Galo Plaza terminó su mandato gracias al auge bananero y al incremento de exportaciones que dieron al Ecuador gran estabilidad política, más allá de las grandes desigualdades que persistían entre unos pocos ricos y la gran masa de pobres.
Gracias a la tradición liberal de la que procedía, encajó muy bien en el pensamiento estadounidense de posguerra y esto le valió el nombramiento de Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1966.
Fue un concertador entre los liberales y los socialistas, con quienes logró transar, llegando a incorporar a algunos representantes de esta tendencia política como ministros de estado durante su Gobierno.
A pesar de su relación con los más desfavorecidos, como hacendado, papel desde el que buscó el desarrollo tecnológico, su vida llena de viajes y encuentros con las élites internacionales constituye un reflejo de su ideología y de la clase a la que representaba.
Fernando López


PARA RECORDAR

Agenda por el centenario

Hay varias actividades organizadas por la Fundación Galo Plaza, para celebrar el centenario del natalicio del ex presidente.
Del 15 al 22 de febrero, en la Biblioteca del Colegio Americano, se está realizando la Feria de Zuleta, con la participación de indígenas de la Hacienda. Al mismo tiempo, y en el mismo local, se realizará la exposición "Bordados de Zuleta: memoria ancestral de nuestros pueblos".
El 17 de febrero, a las 12:20, en el Colegio Americano, se realizará la mesa redonda: "El pensamiento político de Galo Plaza Lasso: modernidad y democracia", con la participación de representantes de varios colegios.
Mañana, también, a las 18:00, en la Iglesia Museo de la Ciudad, se efectuará la Condecoración post mórtem a Galo Plaza, por parte de la Alcaldía Metropolitana de Quito.
Para el 7 de marzo, en la Casa de la Música, se llevará a cabo un Concierto de la Orquesta de Instrumentos Andinos.
Del 9 de marzo al 14 de mayo, tendrá lugar la exposición documental "Galo Plaza Lasso: su aporte en la historia", en el Museo de la Ciudad (García Moreno y Rocafuerte).
EXPLORED
en Ciudad Quito

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