La decisión de no pedir visa a quienes visiten el Ecuador, las relaciones comerciales con Irán, particularmente el acuerdo con el EDBI, y la facilidad para obtener documentos falsos son algunos de los problemas

Aunque las autoridades del Gobierno han insistido en las últimas dos semanas que fue "injusta" la calificación del Ecuador como nación no cooperante en la lucha contra el lavado de dinero y el terrorismo, por parte del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), hay hechos que evidenciarían que, sobretodo, el segundo tema ha prendido alertas en la comunidad internacional.

Esto iría más allá de la recomendación del GAFI de tramitar una ley contra el terrorismo, respecto a lo cual el Ejecutivo ha dicho que no es necesario, ya que se trata de un delito que sí consta en el Código Penal (ver pág. 5).

Estas se remontan a decisiones políticas tomadas incluso antes de que la Asamblea Constituyente aprobara la Constitución: la libre circulación de las personas, una tesis que esgrimió el presidente Correa desde que llegó a Carondelet en 2007.

A esto se agrega la consolidación de relaciones con países que antes no eran considerados como prioritarios, como es el caso de Irán. Con ese país se tiene una treintena de acuerdos, entre ellos unos financieros, que fue una de las causas para el pronunciamiento del GAFI.

Hay un tercer elemento en este debate: el país se ha convertido, según los organismos de inteligencia, en un sitio de descanso, tránsito, de células dormidas de grupos extremistas. De ahí que la comunidad internacional hace un seguimiento continuo de lo que ocurre en el país.

Sin visas. Hasta antes del 20 de junio de 2008, los ciudadanos de por lo menos 21 países debían solicitar visa para ingresar al Ecuador. En esa lista estaban Afganistán, Argelia, Bangladesh, Corea del Sur, Costa Rica, Cuba, la República China, Honduras, India, Irak, Jordania, Líbano, Libia, Nigeria, Pakistán, Siria, Sri Lanka, Sudán, Túnez, Vietnam y Yemen.

Sin embargo, el 11 de junio de 2008, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, mediante un boletín de prensa, informó que "por expresa disposición" del presidente Rafael Correa, los ciudadanos de cualquier nacionalidad podrán ingresar al Ecuador sin necesidad de visa y permanecer por un período de 90 días. Esto en "aplicación del principio de libre circulación de personas y con el fin de fortalecer las relaciones entre el Ecuador y todos los países del mundo y promover el turismo".

Este planteamiento se reforzó en septiembre de ese año, cuando se aprobó el conjunto de la nueva Constitución. Ahí, en su art. 66, numeral 14, se habla sobre el libre tránsito de los ecuatorianos y de los extranjeros, que será regulado por la ley.

Relación con Irán. El acuerdo entre el Banco Central del Ecuador (BCE) y el Banco de Desarrollo de las Exportaciones (EDBI), presentado como fomento de intercambio comercial, preocupa a las autoridades del Departamento del Tesoro de los EEUU.

Esa oficina, una vez que se supo que se negociaba el acuerdo, recordó a la Embajada del Ecuador en Washington, que el EDBI era una entidad sancionada por su vinculación con grupos acusados de impulsar la creación de armas de destrucción masiva. La sanción se la estableció en acatamiento de las disposiciones dictadas por Naciones Unidas.

Es más, el Departamento del Tesoro recordaba al Ecuador que era suscriptor de esos convenios de la ONU, por lo que debía cumplirlos.

Zona de tránsito. La visión de los organismos de investigación es que el Ecuador es considerado, por los grupos radicales extremistas (es el caso de Hezbolá), como una zona en donde es fácil conseguir documentos falsos. De ahí que ciudadanos del Medio Oriente vienen al país, para, de aquí, dirigirse a los Estados Unidos, muchas veces con nuevas identidades. O, caso contrario, son embarcados por los coyoteros hacia la nación del norte.

Dada la facilidad de circulación de personas, los sistemas de inteligencia del mundo están pendientes de lo que ocurre en la zona con miras a garantizar la seguridad en sus propios países.

Otra actividad es el tráfico de drogas, cuyo producto, en gran parte, sirve para financiar las actividades de grupos extremistas (ver página 3).

Las autoridades estiman que en el país tienen negocios con fachadas de restaurantes.

Balance de la presencia de iraníes


La presencia de Irán en el continente se ha incrementado en los últimos años. La página web elreloj.com afirma que las autoridades de ese país han aumentado sus contactos con el Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, el Ecuador, México, Nicaragua, Panamá, el Paraguay, el Uruguay y Venezuela.

Sobre el Brasil, recuerda que el canciller Celso Amorim declaró que su país determinó como "prioridad política el desarrollo de relaciones con Irán". Y agrega que "EEUU y otros países occidentales están preocupados por Hezbolá, que está ganando fuerza e impulso particularmente en el Brasil".

Recuerda la declaración de James Starvrides, comandante de las Fuerzas de los EEUU, en marzo de 2009: "Vemos mucha actividad de Hezbolá en Sudamérica. La Triple Frontera del Brasil es una preocupación, así como Brasil, Paraguay y la Argentina".

Respecto al Ecuador, señala que en enero de 2008 se abrió una oficina comercial en Quito; en marzo de 2008, acordaron cooperación económica y militar; en marzo de 2009, funcionarios iranies declararon que otorgarían un préstamo de $40 millones para financiar dos plantas de energía en el Ecuador.

Y que el embajador de Israel, Eyal Sela, informó que hay "interés iraní en los depósitos de uranio de Bolivia y el Ecuador".

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