Quito. 07 jul 99. Señor Presidente, en la parte económica su plan
no ha variado. ¿Va a mantener los lineamientos, va a mantener a
la Ministra de Finanzas en su puesto?

Mi plan económico es a cuatro años. Las variables de inflación,
crecimiento, empleo, educación, salud, vivienda son los hechos
y estoy aquí para servir: no lo he olvidado jamás, mi principal
problema es la pobreza, pero para lo social tengo que sembrar en
lo económico. No siempre en lo económico uno puede cosechar y
necesita acuerdos políticos. En esa línea estamos trabajando.
Este año es duro porque es de mucho ajuste, tomar un país con 7
% de déficit y bajarlo a 2,5 en seis u ocho meses es durísimo,
pero al terminar julio espero poder contar ya con el acuerdo con
el FMI. ¿Qué nos da el acuerdo? Una garantía internacional de que
estamos manejando bien las cosas; 1 500 millones de dólares; una
imagen para que venga inversión; desembolsos inmediatos como el
del BID, que es clave, pues mientras yo tenga a la gente sin
cobrar salarios, están angustiados y molestos y con razón.

Ana Lucía Armijos lleva adelante una política de Gobierno. No son
decisiones de ella, son decisiones de la Presidencia que ella
ejecuta y cumple. Por eso tiene mi total respaldo y por ello me
parece un error del Congreso intentar un juicio político, peor
en las condiciones actuales.

¿Por qué tardó un poco en darle apoyo público?

Desde el primer día el Secretario de la Administración y el
Ministro de Gobierno la apoyaron, son los voceros oficiales. En
el momento en que a mí me formularon la pregunta sobre qué haría
yo en el evento de que la Ministra fuera a juicio político, dije
que tenía absolutamente todo mi respaldo.

Usted está hablando del 2003 pero en este rato hay una erosión
muy fuerte, ¿como evalúa la angustia por el alza de las gasolinas
y la inflación, por ejemplo?

Es un tema que estamos evaluando, no podemos quedarnos sin
ingresos. ¿Por qué sube la gasolina? Porque es una de las
poquísimas variables que el Presidente tiene. Si el Congreso me
diera una estructura tributaria racional, la gasolina no tendría
que subir así. ¿Pero qué es peor, hacer ajustes o quedarse sin
ingresos? Ya viene septiembre y debo enviar la proforma para el
2000 y tenemos que volver a conversar sobre si le damos una
estructura racional de impuestos al país.

¿Hay esa propuesta de reforma tributaria?

Va a haberla, porque la necesita el país.

¿Hasta qué punto piensa que la gente puede resistir?

Eso hay que irlo viendo cada momento. Sin duda estamos en una
situación de tensión muy alta, esa preocupación la comparto
totalmente. En marzo hicimos un incremento de gasolina que
alcanzaba para mes y medio y logramos bajar el dólar. En mayo y
junio no lo topamos, pero el dólar se nos volvió a
disparar.Tuvimos que hacer este ajuste. Estoy pensando muy a
fondo el tema porque el deterioro social es muy grande, no por
la gasolina sino por el conjunto. Esperaría hasta julio o agosto
que empiecen a ingresar los recursos.

¿Socialmente qué ha previsto frente a esa erosión?

Tenemos un presupuesto muy corto para lo social. Cortamos la
inversión, es la única manera de acortar el déficit pero con ese
poco se está trabajando bastante bien, los ministros laboran
coordinadamente en vivienda, salud, trabajo y bienestar. En mi
visión esto debe reactivarse por lo económico y he hecho la gran
apuesta a lo económico. Por eso siento que estamos llegando a una
tensión social muy grande en el momento en que a lo mejor se nos
abren las puertas de financiamiento externo.

¿Está pensando en algo concreto?

¿Qué significaría llegar a tiempo? Significaría ponernos al día
en salarios, significaría tener los recursos para enfrentar la
crisis bancaria que pueda producirse, que en el fondo es pagar
a depositantes; tengo esperanzas de que quizá la crisis no sea
tan grande como mucha gente espera, pero necesitamos eso.
Tendríamos otro ingreso de 400, 500 millones de dólares para la
reserva, eso nos echaría abajo el dólar y crecería la confianza
económica en el país, entonces podemos volver a tener inversión
y empleo.

Se avecina el saneamiento bancario. ¿Cuál es el grave problema
del Gobierno que le impide vender a la opinión pública ese tipo
de reformas?

El país necesita cuatro o cinco cosas en el tema bancario.
Necesitaba información y autoridades que manejen esa información,
un nuevo marco legal -que son las reformas que he enviado-
recursos para ponerlos en los bancos y una población informada.
Mi información ha sido clara, transparente, ordenada, permanente,
a través de Ministros, Superintendente, Banco Central, la propia
Presidencia, de tal manera que es un programa armado.

Resulta que el Gobierno resolvió las auditorías, y los bancos
tuvieron que aceptarlas. Eso no se ha dado en la historia del
país, es un acto del Gobierno. Segundo, pienso que la ley
reformatoria de la Agencia de Garantía de Depósitos va a salir.
Tercero, estamos a punto de llegar a un acuerdo con el Fondo y
de tener los recursos; y, cuarto, hay autoridades económicas que
están cumpliendo su tarea en coordinación con nosotros. Todo lo
que había que hacer está haciéndose o está hecho. Desde el punto
de vista de resultados más bien está muy vendido, al punto que
las decisiones tomadas son las que creemos.

Usted dice que tiene la seguridad de que el Congreso apruebe la
reforma a la ley de la AGD y de las instituciones financieras.
Si eso no sucede, ¿cuál es el escenario que tiene previsto en
función de los tiempos de la reforma? ¿Optaría por el veto
presidencial?

Primero tenemos que insistir mañana, tarde y noche en que hay una
Constitución que dice que el Congreso es una parte y el
Presidente es otra parte en la formación de una ley. Si el
Congreso no cumple su parte, tiene que ser toda la sociedad la
que reaccione, debería dar la impresión que el Congreso no hace
lo suyo y no es culpa del Presidente. De las reuniones con
diputados tengo la impresión que las observaciones son menores
y que la Ley va a pasar. No puedo garantizar nada, pero creo que
el escenario más probable es ése.

¿Por qué la Ley fue enviada sin quitarle la posibilidad de veto
al Superintendente de Bancos?

Primero, con la ley actual el Superintendente tiene un montón de
atribuciones y con la propuesta estamos pasando esas atribuciones
a un cuerpo colegiado. Segundo, que en un cuerpo colegiado el
Superintendente tenga un voto especial ante los demás, a mí me
parece perfectamente explicable, como me parece explicable que
no lo tenga. Me parece que el gran problema no está allí.
Tercero, porque sí tiene una gran importancia para no exacerbar
el problema regional, cuando la madre de todas las batallas no
es el veto, sino el resultado del sistema financiero. Por esas
consideraciones la mandé sin el veto y pienso sinceramente que,
con o sin veto, lo importante son los resultados que vamos a
sacar.

Pero había un condicionamiento del FMI....

El FMI es un organismo con el cual el Gobierno y el país tienen
que negociar. Hay puntos de vista, de ellos o míos, en los que
no coincidimos. Hay que quitarse de la cabeza la idea de que aquí
viene el Fondo, nos pone cuatro condiciones y el país dice "¿qué
más quieres?". En este punto el propio Fondo ya no insiste, de
tal manera que eso demuestra la independencia con la cual uno se
maneja.

¿Cómo va a manejar el tema regional?

La base debe ser técnica, tiene que haber una presentación clara
y concreta de las cifras. Quisiera que las auditorías digan que
pocas instituciones tienen problemas, las menos posible y el rato
en que tengamos esa información sabremos dónde están estas
instituciones y con qué grado de problemas. Ese rato sin duda de
parte de la AGD habrá una consideración regional, de ninguna
manera puede ser esa la primera consideración, debe priorizarse
lo técnico, lo económico.

Respecto del bloqueo nacional, ¿cuáles son los límites de la
negociación para el Gobierno?

Los taxistas están pidiendo tres cosas: primero, que la base del
IVA de la facturación no sea 10 000 sucres, pero los países que
cobran impuestos cobran sobre todo y no ponen base. En segundo
lugar están preocupados por deudas por la compra de sus unidades
y quisieran la posibilidad de reprogramarlas; en eso, inclusive
el decreto que expedí dice que se reprograma la deuda y los
depósitos. Lo tercero y lo más complicado es el tema de la
gasolina. Ellos tienen afectaciones y hemos propuesto un par de
fórmulas para que las analicen. Una es que hagan contratos con
distribuidores, para ver si obtienen una rebaja por la economía
de escala. Las gasolineras tienen su utilidad mayor lo que nos
permite mantener los niveles de ingreso para el Fisco y ello nos
conduce a un acuerdo con el FMI. El Gobierno rechaza de manera
frontal una paralización de esa naturaleza. Los taxistas no
tienen el derecho de paralizar una ciudad.

¿Lo de marzo no se repetirá?

No se dan las condiciones, yo creo.

¿Políticamente la decisión es que no se repetirá?

Así es, porque nos tomaron en marzo desprevenidos, y ahora
Policía y FF.AA. estaban mejor preparadas, la propia población
no tiene el nivel de reacción que había en marzo pasado. (Texto
tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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