EL CRECIMIENTO DE LAS VENTAS EXTERNAS Y EL TIPO DE CAMBIO

Quito. 09.12.90. Frente a la inestabilidad y desorden del
mercado cambiario que tuvo lugar en el primer semestre de
1988, sin lugar a dudas, la política seguida por este gobierno
ha sido acertada. La ausencia del diferencial entre el
mercado libre y el de intervención es una clara demostración
de que se ha puesto orden en el mercado, eliminando la
incertidumbre y especulación que había caracterizado al
comportamiento de los agentes económicos. Sin embargo, al
analizar la política cambiaria en términos de las perspectivas
del crecimiento de las exportaciones del país, los resultados
son distintos.

Contrariamente a lo que generalmente se supone, la crisis del
sector externo que ha perdurado en el país desde el inicio de
los años ochenta se debe más a la falta de crecimiento de las
exportaciones que al problema de la deuda. El saldo de la
deuda aumenta de 4.651 millones de dólares en 1980 a 10.086
millones a finales de 1989; en cambio, el total de
exportaciones decrece de 2.544 millones de dólares a 2.354 en
el mismo período.

En valores reales, o sea corregidos por inflación, el ingreso
generado por las exportaciones en 1989 había caído en 38 por
ciento con respecto a su nivel de 1980.

Gran caída de las importaciones

En consecuencia, la capacidad de importar, a pesar de contar
con financiamiento externo, tuvo que reducirse
significativamente. En efecto, sin tomar en cuenta la
revaluación de otras monedas con respecto al dólar, el valor
real de las importaciones en 1989 es aproximadamente 50 por
ciento menor que en 1980.

Como es de esperar, tal comportamiento incidió negativamente
sobre el sector real de la economía. La tasa promedio de
crecimiento anual en el período 1980-1989 fue del 2 por
ciento, y por lo tanto inferior que la tasa de crecimiento de
la población. En consecuencia, el ingreso real por habitante
en 1989 es menor que en 1980.

El deterioro de las exportaciones no solo se debe a la caída
de precio del petróleo. Medido en dólares constantes, el valor
de las exportaciones no-petroleras en 1989 es igual al valor
de 1976, y menor en 11 por ciento al de 1986. A partir de
1980, dichas exportaciones han caído en 14 por ciento, a pesar
del sustancial aumento de las exportaciones de camarón, que en
la década pasada crecieron a una tasa real de 7,7 por ciento
anual. Pero quizás el indicador más preocupante es la
incapacidad del país de diversificar exportaciones. En
efecto, el valor de "Otras" exportaciones, en las que se
encuentran los productos no tradicionales y en los que se basa
las perspectivas del futuro crecimiento de las exportaciones,
disminuyeron en 50 por ciento en los últimos nueve años.

Política cambiaria y exportaciones

Es en el contexto de la falta de crecimiento de las
exportaciones en el que cabe analizar la política cambiaria
que se ha seguido en los dos últimos años. Lamentablemente, no
hay indicios para ser optimista.

Al margen de medidas administrativas y de otro orden, una
condición indispensable para fomentar el crecimiento de las
exportaciones es lograr que dicha actividad sea rentable. De
otra manera, no habrá inversión privada que se destine a la
exportación. En diversas épocas y para fomentar la
exportación de determinados productos se ha acudido al abono
tributario. Pero esta medida no es sostenible en el mediano y
largo plazo, debido a la presión inflacionaria que genera el
gasto público. De ahí que el principal instrumento que
dispone el gobierno para fomentar la exportación es el tipo de
cambio. Sin embargo, la política cambiara que se ha seguido en
estos últimos dos años ha pretendido disminuir la inflación a
costa de reprimir el tipo de cambio.

A partir de agosto de 1988, se fijó una nueva paridad
cambiaria de S/. 370,5 para la compra y S/. 409,5 para la
venta del dólar y se estableció una tasa pre-anunciada de
devaluación 2,5 sucres por semana, para que el tipo de cambio
no se deteriore con el aumento de los precios. De esta manera,
para los ajustes del tipo de cambio en la compra de divisas
(exportación), se anticipaba una tasa de inflación anual del
35 por ciento.

Frente a la dificultad de reducir la inflación a las metas
proyectadas por el gobierno, a partir de 1989 se empiezan
aumentos graduales adicionales al tipo de cambio. Se
incrementa la cotización para la compra de divisas, reduciendo
gradualmente el diferencial entre compra y venta; en varias
ocasiones se devalúa la paridad y se incrementa a 3 sucres la
tasa de ajuste semanal. Como consecuencia de estas medidas,
la tasa de cambio para la exportación se cotizaba a S/. 839,5
a finales de octubre de 1990, monto que equivale a un aumento
de 226 por ciento con respecto a la cotización de agosto de
1988. Sin embargo, en el mismo período, el aumento del Indice
de Precios al Consumidor (IPC) fue equivalente al 273 por
ciento. En consecuencia, el retraso cambiario con respecto a
la inflación, medida por el (IPC) en el período agosto
1988-octubre 1990, es del 20,4 por ciento.

*Alfredo Crespo Cordero: Maestría en Administración y
Candidato a doctor en Economía, George Washington University.
Consultor de organismos internacionales. (A-2).
EXPLORED
en Ciudad Quito

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