San Antonio. 08 dic 99. 30 kilos ya fueron comercializados en la
feria artesanal. Por la crisis la producción se paró
temporalmente. En la región funcionan 28 microempresas.

Los agricultores más viejos dicen que en verano el cacao tiene
mejor aroma. Por ello, las mujeres y hombres de San Antonio de
Río Blanco, un recinto subtropical de la parroquia La Abundancia,
en el cantón Puerto Quito, tratan de aprovechar los días soleados
que se presentan de junio a diciembre.

En un patio de cemento de unos 15 metros cuadrados, construido
frente a su casa de caña y techo de zinc, Orly Torres, un
corpulento campesino de 35 años, y su esposa, de 30, pelan
afanosamente las pepas de cacao tostadas mientras el fuerte sol
del mediodía se encarga de secar las mazorcas colocadas el día
anterior.

"Necesitamos tres días seguidos de sol para que la pepa se seque
bien, sino el cacao no adquiere buen sabor", explica Torres. A
una cuadra de su vivienda, atravesando un camino de herradura,
don Benito Quimiz, uno de los vecinos más antiguos del pueblo,
muestra lo que los pequeños agricultores del noroccidente de
Pichincha pueden hacer cuando obtienen las herramientas técnicas.

De su casa de madera y ventanas descubiertas, construida sobre
cuatro gruesos palos hace más de 50 años, saca varias fundas de
chocolote procesado. "Este es nuestro producto conseguido con el
esfuerzo de la comunidad de San Antonio de Río Blanco", dice don
Benito, el presidente de la Asociación Agroartesanal mientras
Benjamín Quimiz, otro de los 19 socios, se dirige con paso
acelerado hacia la pequeña fábrica inaugurada en junio de este
año.

La infraestructura de bloque y cemento de 20 metros cuadrados fue
levantada con los recursos de los propios agricultores. Para
concretar su proyecto los campesinos sembraron una hectárea de
ají tabasco y una de maíz. Con los fondos conseguidos de la venta
de estos productos -nueve millones de sucres- se montó la obra
física en uno de los terrenos donados por Benito Quimiz.

Para mediados de mayo, la Asociación logró que una organización
austriaca que apoya otros proyectos comunitarios en el
noroccidente, les financie 1 500 dólares para el equipamiento de
tres molinos. La maquinaria fue instalada por estudiantes de la
Universidad Politécnica Salesiana.

Pese a que aún les falta la tostadora, peladora y otros
materiales que suman alrededor de 20 millones de sucres, los 19
socios fundadores, 4 de ellas mujeres, no se han rendido en la
fabricación de chocolate. La última feria realizada el 3 de julio
en Santo Domingo de los Colorados, en la que comercializaron las
primeras 70 libras del fino producto, los comprometió a continuar
con su microempresa.

"La crisis económica nos golpeó duro... Además, los organismos
que al principio nos ayudaron como el Consejo Provincial de
Pichincha que manejó un préstamo del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) ya no tienen recursos económicos", cuenta Orly
Torres. El 23 de octubre terminaron de procesar 120 libras para
la venta interna, sin embargo todavía les falta tramitar el
permiso de funcionamiento y el Registro Sanitario.

Ahora los pequeños agricultores dependen de la autogestión.
Benito Quimiz confía en la buena imagen del producto. Si las
cosas salen bien en pocas semanas las 19 familias comercializarán
90 libras mensuales de chocolate. La organización Maquita
Cusunchic, que tiene cobertura nacional, está interesada en
apoyar.

Pero ¿cómo surgió la microempresa? Lo que en 1992 empezó como un
programa de capacitación para mejorar las técnicas de cosecha y
postcosecha, producción ganadera y cuidado de animales menores,
se convirtió con el tiempo en una planta procesadora de
chocolate. El propósito: mejorar las condiciones de vida de los
pequeños agricultores.

"Ya estábamos cansados que por nuestro cacao nos paguen apenas
80 mil sucres el quintal", explica Torres. Por cada hectárea se
producen un promedio de 30 libras de cacao. En total los socios
manejan 30 hectáreas. Esta serie de inconvenientes los motivó a
organizarse y crear la Asociación. Previamente, los agricultores
recibieron capacitación en proyectos de agroindustrias y
comercialización.

15 de las 28 empresas venden sus productos

La creación de la microempresa en San Antonio de Río Blanco forma
parte de un programa agroindustrial que integra a otros 27
proyectos en seis zonas del noroccidente de Pichincha: Tandapi
en el cantón Mejía, Santo Domingo de los Colorados, Puerto Quito,
Pedro Vicente Maldonado, San Miguel de los Bancos y las
parroquias Nanegal y Nanegalito de Quito.

El área de influencia del proyecto abarca 650 mil hectáreas y
beneficia directamente a cerca de 45 000 pequeños agricultores
y sus familias. En 1992, el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) financió un crédito de 81 millones de dólares para un
programa de desarrollo regional. Este tuvo 4 componentes: el de
apoyo a la producción en las áreas agrícola, pecuario,
agroindustria y comercialización; infraestructura vial (caminos,
puentes, alcantarillas); obras sociales y servicios públicos
(agua, letrinas, escuelas, canchas deportivas); ambiental
forestal (educación ambiental, monitoreo de recursos hídricos y
el clima, etc.).

En el primer componente la Unidad Coordinadora del Consejo
Provincial de Pichincha invirtió 8 millones de dólares. "El
proyecto duró seis años y los objetivos alcanzados superan el 90
por ciento. Aún falta evaluar los impactos en la población",
reconoce el técnico Alberto Almeida, director del Componente
Apoyo a la Producción. Al momento, 15 de las 28 microempresas
comercializan por su cuenta productos como cacao, plátano
barraganete, yuca, naranjilla, tomate de mesa a supermercados de
Quito y organizaciones populares de Guayaquil. Las 28
microempresas están representadas por la Unión de Organizaciones
del Occidente de Pichincha (Udoop).

Los agricultores diversificaron los cultivos

La capacitación es primero * Uno de los objetivos del Programa
Apoyo a la Producción es brindarles las herramientas técnicas a
los pequeños agricultores y que sean ellos los que autogestionen
sus proyectos. A través de las consultoras DHV-Proexant
(Holandesa-ecuatoriana) y Tahal-Astec (Israelí-ecuatoriana),
contratadas con el préstamo BID-674, los campesinos se
capacitaron en proyectos de agroindustrias y comercialización.

La producción sí mejoró * Los resultados de este programa están
a la vista: las mujeres y hombres que conforman la Asociación San
Antonio, en Puerto Quito, saben que su producción de cacao y
otros cultivos como el café, pimiento, maracuyá, maíz y palma ha
mejorado. Un ejemplo: el cacao, que luego de un proceso de 8 días
en que se lo fermenta, seca, tuesta y pela manualmente para
convertirlo en fino chocolate, no tiene ningún tipo de químico.
En otras zonas del noroccidente se han introducido cultivos
nuevos como malanga, ñame, pitajaya, yampi, piña, plátano enano,
flores tropicales. Y se ha rescatado al palmito de castilla que
es originario de la región.

El agricultor maneja la técnica * Con la utilización de
tecnologías sencillas, los pequeños productores lograron
incrementos promedio del 50 por ciento en cultivos agrícolas. En
la parte pecuaria se aumentó la producción de leche de 3.4 litros
al día a 7 litros. También se bajaron los índices de mortalidad
en ganadería. En la Unidad Coordinadora del Consejo Provincial
existen decenas de proyectos para la producción de cacao, frutas
y hortalizas, minilecherías y palmito. (Texto tomado de El
Comercio)
EXPLORED
en Ciudad San Antonio

Otras Noticias del día 08/Diciembre/1999

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el