Quito. 15.06.93. Sectas y sectas. Dentro de un grupo nace
otro. Se dividen y subdividen. Nuevos mesías, nuevos
salvadores. En cada esquina una promesa mejor: "se le incluirá
entre los elegidos, entre los sanos de cuerpo y alma"; "tendrá
la salvación eterna"; "sobrevivirá al Armagedón", "experimente
el Cielo aquí en la Tierra".

Opciones para todos los gustos, sentimientos y necesidades.

Unos presentarán la palabra divina con el firme propósito de
la vida eterna. Hay quienes recurrirán a los planes más
descabellados, creyéndose dueños de poderes especiales y de
una misión muy peculiar, muy suya.

Otros, con mentalidad comercial, harán del llamado a la
salvación un lucrativo negocio con grandes cadenas en el
mundo, que se multiplican a través de la televisión. Vendrán
los que con cantos, convulsiones y ojos en blanco claman por
salvación y hablan en lenguas que ni el Espíritu Santo es
capaz de entender.

También están quienes distorsionarán la alabanza, adorando en
secreto a Satanás o a cualquier deidad maligna; quienes se
atribuyen poderes sobrenaturales entran en trance e inician a
sus seguidores a través de extraños desdoblamientos. Al ser
secretos y cerrados, amenazarán de muerte a quien deserte y se
atreva a hacer públicas sus prácticas.

Los hechos acontecidos hace dos meses en Estados Unidos, con
la secta de los davidianos, nos llevan a preguntarnos cuáles
son las necesidades de los seres humanos en este fin de siglo,

¿por qué siguen apareciendo estos extraños grupos?, ¿qué
vacíos intentan llenar?

La era actual lleva a mucha de tumbo en tumbos, buscando sin
encontrar, golpeando puertas que no se abren, pidiendo cosas
equivocadas a dioses que nunca han existido. Es la apoteosis
de la desesperación y de la miseria física y espiritual. Es el
giro hacia mundos deformados y desconocidos.

Existen 5.000 sectas del estilo de los davidianos en Estados
Unidos. E, inevitablemente, su necesidad de expansión las trae
a América Latina. Reptan, se extienden. Silenciosamente unas,
otras con bombos y platillos, llegan a urbanizaciones, campos
y tugurios.

En los últimos años, en nuestro continente el crecimiento de
las sectas ha aumentado en un 400 por ciento. En medio de
esto, ¿qué tan peligrosa es la presencia de estos grupos en el
Ecuador?

Según el antropólogo Boris Aguirre, quien ha realizado
profundas investigaciones sobre la estructura de estos grupos,
existen alrededor de 300 sectas religiosas de tipo fanático,
aunque "no hay peligro inmediato ni mediato con su presencia",
pues "todavía la estructura ideológica católica es
solidísima".

UNA LEY SIN REGLAMENTO

La Constitución establece y garantiza la libertad de
pensamiento, conciencia y cultos. En público o en privado las
personas profesarán libremente su culto con las limitaciones
que la ley prescribe para proteger la seguridad y la moral
pública, respetando los derechos de las demás personas.

En nuestro país la ley de Cultos -expedida mediante decreto
supremo #212 del 21 de junio de 1937- establece los
procedimientos que debe seguir el ministerio de Gobierno, que
además es de Policía, Justicia, Municipalidades y Cultos, para
aprobar el estatuto "de las Diócesis y demás organizaciones
religiosas de cualquier culto que fuesen, establecidas o que
se establecieren en el país, para ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles".

Los grupos deben presentar una solicitud, el proyecto de
estatuto, un acta certificada de constitución, acta de
discusión y aprobación interna del estatuto, lista de la
directiva provisional y la nómina de todos los miembros, con
copia de sus células.

Vladimiro Alvarez, ministro de Gobierno en la época de Osvaldo
Hurtado, planteó la necesidad de que se expidiera un
reglamento porque vio "la complejidad de situaciones que se
presentan con motivo de la aplicación de la Ley de Cultos",
aunque consideró "que no convendría modificar dicha ley porque
se trata de un tema muy conflictivo y a la vez poco estudiado
por los legisladores y, además, porque cualquier modificación
afectaría las relaciones establecidas con la Santa Sede
mediante el Modus Vivendi de 1937".

Vladimiro Alvarez sostiene que el espíritu que lo animó a
proponer el reglamento fue el cumplir con una obligación de
conciencia frente a un problema que existe y que no debe
permanecer desatendido, porque se irá agravando.

Alvarez se refiere a la necesidad de un "mejor ordenamiento
jurídico que enmarque apropiadamente el ejercicio pleno de la
libertad de cada hombre de establecer su propia comunicación
con Dios".

Algunos de los puntos que se propusieron dentro de este
Reglamento de Cultos Religiosos plantean que las entidades que
se acogen al decreto 212 serán de carácter exclusivamente
religioso: no pueden tener fin lucrativo; no pueden intervenir
en política; no pueden hacer uso de armas ni distintivos
militares; se le reconocen y garantizan sus actividades de
culto, difusión de su doctrina, educación y cultura, servicios
caritativos y asistenciales, deportivos y otros similares,pero
no los de carácter comercial, industrial o agrícola; etc.

Monseñor Elías Dávila, vicario de Comunicación Social de la
Arquidiócesis de Guayaquil, piensa que en el Ecuador -uno de
los pocos países donde no hay una subsecretaría de Cultos que
pueda dar o negar la personería jurídica- el ministerio de
Gobierno debe tomar en cuenta a quiénes da la libertad de
asociación religiosa. Cree que el ministerio ha dado
personería jurídica a quienes no debía y cientos de sectas
actúan libremente. "En cualquier lugar levantan una carpa sin
un programa de tipo teológico".

Por su parte, Boris Aguirre opina que "la ley no se ha
revisado porque las sectas no han dado qué hacer todavía, pero
sí debería analizarse e la medida que la Iglesia cristiana
está perdiendo adeptos. Mientras no haya un muerto las
autoridades no les tomarán en cuenta", afirma.

Sin embargo, para monseñor Dávila, las sectas son un peligro
aquí y en cualquier parte del mundo, porque pueden llegar a
ser extremistas. De hecho, ha habido peleas entre grupos
religiosos (no necesariamente sectas) que "se han dado bala y
se han matado (...) y mientras no se investigue quiénes
dirigen las sectas, si no se hace un seguimiento, vamos de mal
en peor".

¿QUE ES UNA "SECTA"?

El estudio de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, realizado
por el presbítero Oswaldo Santagada, cuenta que en la época
del judaísmo, antes de Cristo, los rabinos llamaban sectas
(peyorativamente) a todo grupo adverso. En el Nuevo Testamento
las sectas son concebidas como grupos en una búsqueda
insaciable de conocimientos.

Monseñor Dávila hace una diferencia entre sectas y
denominaciones, las cuales, aunque no se inscriben dentro de
las enseñanzas directas de Cristo,son instituciones
absolutamente serias e históricas con las que se puede
establecer un sano ecumenismo. Entre ellas están las iglesias
Anglicana, Calvinista, Luterana, Bautista.

Pero las sectas, que son desprendimientos de los grupos
grandes, son "cada una más personal que otra; cualquiera puede
reunir su propia gente en un barrio, aprendiéndose algunos
párrafos de la Biblia y sin ningún conocimiento teológico",
advierte monseñor.

Para el psicólogo Jorge Flachier, la secta es un grupo cerrado
de gente guiada por un líder a quien veneran y llegan al
fanatismo. Tienen mentalidad y pensamientos rígidos, son
grupos patológicos.

Aunque en el Ecuador las sectas e iglesias no católicas no
llegan al 3 por ciento, el efecto de estos grupos actúa sobre
ciertos sectores de la población. Podemos ver ejemplos como
los Testigos de Jehová, la Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Ultimos Días (mormones), los adventistas del Séptimo
Día, la Iglesia Cristiana de la Unidad, las Asambleas de Dios,
entre otras, que manejan el tradicionalismo, la simbología y
el ritualismo con una visión parcial del evangelio, creando
argumentos contrarios a lo que en él se plantea. Los
dirigentes saben que hay que mantener dóciles a los fieles a
través de "ejercicios sentimentales".

El estudio del presbítero Santagada examina la vida religiosa
de las sectas con respecto a su fe, que es manejada para
"moldear comunidades utópicas".

En otro párrafo el documento dice que las sectas no se
reconocen por su deseo de contribuir a la liberación integral
de los pueblos y que las exigencias morales son de tipo
inflexible, rigorista, puritano.

Los mormones, por citar un caso, son politeístas que creen que
los fieles, hijos de dioses, algún día llegarán también a ser
dioses. "No son cristianos porque no aceptan a Cristo como el
señor y redentor sino como una especie de profeta; falta
conocimiento teológico", asegura monseñor Dávila.

Hasta fines del siglo pasado lo más común entre los mormones
era casarse con varias mujeres, para traer un mayor número de
almas para el reino de Dios. "Ahora es más oculto. Al tener la
posibilidad de matrimonio múltiple hay permiso sexual y se
forma el caos", agrega Aguirre.

Otra muestra son los "Niños de Dios", quienes creen poder
recoger acólitos a través del sexo. La mujer es un objeto
sexual para propósitos evangelizadores. El Espíritu Santo es
una mujer bellísima casi desnuda. Y drogarse con marihuana,
cocaína o LSD es también una manera de conseguir sus fines.
Este grupo tiene su lugar de reunión en Tumbaco, una población
a 20 kilómetros al nororiente de Quito.

Su creador, David Brandt Berg, con un complejo mesiánico que
lo convenció de que él solo tenía la verdad y la misión de
evangelizar el mundo, asumió el dominio absoluto sobre sus
convertidos y se aplica a sí mismo ciertas profecías
mesiánicas.

Norteamericanocentristas, algunas sectas creen que los Estados
Unidos es la nación escogida por Dios para dominar al mundo a
través de la ideología religiosa, de la idiosincrasia
norteamericana. "Para ellos, Dios habla a través de su propio
contexto cultural, ven blanco o negro, para ellos el hombre
está en pecado o en la luz", advierte Boris Aguirre.

La manipulación de las personas es evidente. En el caso de los
Ministerios Verbo -según sus propios postulados-, el adepto
líder debe reconocer que no es independiente, necesita "andar
en transparencia", es decir revelar hasta el más íntimo acto
de su vida, cuidar de establecer la autoridad de sus hermanos,
no la suya, y no imponer sus ideas. En sus escuelas se hacen
convenios por escrito mediante los cuales los padres autorizan
a los maestros a aplicar la "disciplina correctiva" (pegar con
una vara a los niños).

El libro "La contrainsurgencia y los refugiados
guatemaltecos", editado por el Instituto de Investigaciones
Sociales de la Universidad de Cuenca (IDIS), analiza la
situación de Guatemala durante el gobierno de Efraín Ríos
Montt, uno de los líderes más altos de la Iglesia Verbo. En
este período se cometieron matanzas, desapariciones, torturas,
fusilamientos y desplazamientos masivos de población rural
indígena.

Tomando el nombre de Dios, Ríos Montt dijo que "la
grandiosidad de una nación está en hacer la palabra de Dios y
aseguró que "Dios nos está haciendo victoriosos". Se presentó
como profeta de Dios. En esta forma legalizó el golpe de
Estado, la dictadura, la supresión de todo espacio político
democrático y el derecho de destruir, asesinar y acabar con
todos aquellos que no acataran su mesianismo".

Según monseñor Dávila, en Guayaquil las sectas se extienden
por todos los barrios, especialmente en los marginales. "De
repente, en cualquier casucha, se empiezan a escuchar cantos y
los asistentes se hacen socios. Quienes dirigen el grupo
tratan de conseguir adeptos para dar solución a sus problemas
llegando al extremismo, al fanatismo". Hay 250 sectas en
Guayaquil. El suburbio -los Guasmos, Pancho Jácome, la
Prosperina, las Malvinas- es el lugar privilegiado para su
crecimiento porque la gente no tiene una formación religiosa,
sino sólo la creencia popular. Son el caldo de cultivo donde
puede florecer cualquier mesianismo.

SATANISMO Y ORIENTALISMO

Aunque las sectas satánicas no son tan comunes como en Estados
Unidos, Brasil o México, en el barrio Urdesa de Guayaquil
existían, hace dos años, dos lugares de culto satánico. Fueron
descubiertos y esto causó conmoción entre los moradores que
llamaron a la policía. Finalmente desaparecieron. Y si hoy
existen, es difícil detectarlos.

Los grupos orientales como la Sociedad Internacional para la
conciencia de Krishna, "aparte de estar fuera de la lógica de
la mente occidental latinoamericana, viven en otra época,
entre los siglos IX al XIII de nuestra era. Tienen otra lógica
religiosa y vivencial". Igualmente las mujeres son objetos
decorativos y se las considera seres inferiores. La
consagración a Krishna (encarnación del dios Visnú) ofrece
energía al devoto y la oportunidad de unirse con él, escapando
así de la necesidad de volverse a reencarnar.

Otros grupos inician a sus seguidores en la India, a través de
viajes astrales (sueños) y les cobran jugosas sumas como si
hubieran hecho el viaje en realidad y en primera clase. Pero
no todos pueden ser iniciados: el requisito es ser millonario.

15 DIAS conoció de una señora que pertenecía al grupo Rada
Swami y fue iniciada de esa extraña forma. Dio albergue a unos
"hermanos" chinos acabados de llegar y, por pedido del jefe de
la secta, les prestó algunos millones de sucres para que se
establecieran. Con el tiempo exigió que le pagaran pero todo
terminó en demanda y estas personas en la cárcel. La señora
acudió a un abogado que resultó ser hermano del presidente de
la secta. El abogado rompió los documentos, sacó a la mujer de
su oficina y en una semana liberó a los chinos, desapareciendo
toda evidencia. Ella ahora no puede hacer nada porque fue
amenazada de muerte. Le dijeron también que la torturarían a
distancia, con rezos y manejo de energías. Actualmente está en
tratamiento psiquiátrico, no sabe si es por que están haciendo
algún acto contra ella o si la tensión y el miedo en que vive
la enloquecen.

"DEJA TUS BIENES ... Y SIGUEME"

Se los ve alabando, adorando a la divinidad, pero en muchas de
las sectas el propósito de quienes las manejan es servirse de
la creencia para aprovecharse económica y socialmente. "El
pastor, con gran mística y elocuencia, involucra a los ricos
de tal manera que son el sostén económico de la secta. Se les
hace creer que la negación material les va a llevar a la
pureza y al equilibrio del grupo", analiza Aguirre poniendo el
ejemplo de los mormones, para quienes es importante el control
económico, "la gran mayoría de personas son de clase media
alta. Pero para guardar las apariencias reclutan pobres". Es
una cuestión de marketing.

Las sectas sobreviven gracias a las contribuciones de sus
adeptos. Algunas han establecido el diezmo, la décima parte de
sus ingresos que el feligrés tiene que dar a su iglesia. Otras
piden hasta el 20 por ciento y hay algunas que administran el
sueldo completo. Llega, además, la ayuda de las organizaciones
matrices y de instituciones que mandan dólares norteamericanos
para ayudar a las "misiones" en territorios lejanos. Muchas
inventan estrategias increíbles para conseguir fondos. Se
convierten así, en grupos con gran habilidad comercial que
incluso luego venden como negocios.

En la Iglesia Verbo los creyentes hacen la "promesa de fe",
mediante la cual tienen que cumplir un requerimiento de
dinero. Tienen la Fundación de Amparo a Incapacitados y
Desprotegidos Sociales en la que no trabajan estas personas
sino hijos de los miembros de Verbo. Los vinculan de tal forma
que hay ganancias importantes y eso le conviene a la iglesia
porque los diezmos crecen.

Los Hare Krishnas, como se los conoce, han reclutado gente que
tiene poder económico para que la secta sea autofinanciada y
entonces desarrollar su ideal -por lo demás simple- de paz,
amor e identificación del yo con la naturaleza. Conquistan a
jóvenes para llevarlos a otros países para el apostolado.

Aguirre asegura que América Latina es un campo fértil para el
desarrollo de las sectas porque la gente está desligada del
nacionalismo. No hay referentes culturales, no hay ligazón con
la familia y, al estilo norteamericano, se desarraigan de su
propio grupo y van a formar "familia" en estas organizaciones.

EL INGREDIENTE PSICOTICO

Tratando de explicar el fenómeno de las sectas, Jorge Flachier
comenta que el índice de seguridad de la gente en sí misma ha
bajado. Neurotizada, siente la amenaza y tiende a afiliarse a
grupos que le den una respuesta a su búsqueda espiritual, a su
soledad y angustia.

"En una época de extremismos la ecuanimidad está fuera de
contexto. Es real en gente que se adhiere a las sectas que el
sentimiento de comunidad, el interés social es muy bajo.
También hay rechazo a las religiones oficiales. En nuestro
país el compromiso de la iglesia ha defraudado mucho, y por no
tener una respuesta se aferran a ideas, a veces alienadas, que
les dan piso", dice Flachier.

Otra de las razones de la aparición de estos extraños grupos -
según Flachier- es que nuestras culturas no tienen maestros de
vida; a las personas se les enseña cantidad de datos pero no a
vivir. La educación da conocimientos pero no da formación para
la vida. Entonces, en la búsqueda ciega del arte de vivir y
frente a lo desconocido, sin modelos de identificación con el
padre, la madre, tío o abuelo, se identifican con líderes
paranoicos con gran capacidad para convencer, para hechizar.
"Estos líderes son personas que se identifican con Cristo, son
narcisistas, necesitan ver que su autoestima está por los
cielos, tienen complejo de Dios".

Aguirre afirma que a estos grupos van hombres con patologías
de carácter psiquiátrico, en las que se define la ausencia de
personalidad, total negación del yo y aceptación indiscutible
de la decisión del líder.

"Quienes se dejan convencer por estos dirigentes fanáticos son
emocionalmente lábiles (sensibles, frágiles), altamente
impresionables, fácil presa de la sugestión mediante
pseudomilagros. Se pierde la identidad de grupo, se vuelven
egocéntricos. Es tan fuerte la dependencia que enceguece y
puede llegar al suicidio colectivo", asevera Flachier.

En las reuniones de las sectas se produce la histeria
colectiva. La persona cree estar siendo tocada, sanada.

"La práctica religiosa sana es buena, prima el sentimiento de
comunidad, pero con el fanatismo de por medio ya hay
patología. Es una distorsión de la necesidad de afiliación que
todos tenemos. Pero llegado el caso, uno ve lo que necesita
ver", finaliza Flachier.

Vendrán a tocar su puerta, a ofrecer milagros y sanaciones.
¿Cómo les responderá? Son más de 300 las sectas que dan
testimonio de fe, de felicidad eterna en un paraíso existente.

*FUENTE: Texto tomado de 15 DIAS (p.60-64)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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