Dos años después de la destrucción de las Torres Gemelas del World Trade Center y más de tres meses después de la destrucción del régimen de Sadam Hussein en Iraq -sin mencionar siquiera el derrocamiento de los talibanes en Afganistán-, o el proceso de negociaciones entre israelíes y palestinos, el balance conjunto de la guerra contra el terrorismo es confuso. "Se han cosechado numerosos éxitos, pero carece de sentido hablar de victoria porque la realidad del terrorismo, bajo una u otra forma, persistirá mientras haya conflictos de carácter político o religioso y la agresividad no haya desaparecido de la superficie de la Tierra. Lo que equivale a decir que seguirá existiendo hasta donde puede vislumbrarse", asegura el diario español El País.
Se han cosechado numerosos éxitos porque muchas células terroristas ocultas han sido destruidas; alrededor de un centenar según algunos cálculos. Han sido detenidos muchos destacados terroristas y se ha bloqueado buena parte de sus apoyos financieros. Ha sido más difícil planificar y llevar a la práctica los ataques contraterroristas, circunstancia que ha podido comprobarse por el hecho de que de forma creciente se han dirigido nuevos ataques, de modo continuado, contra objetivos desprotegidos, tales como el centro de negocios de Bombay o incluso correligionarios musulmanes (en Casablanca, Arabia Saudí, Indonesia y ahora en Iraq).
Lo ocurrido ese fatídico día, conocido ahora como el 11-S, marcó un cambio en la política estadounidense, "la transformación económica "global" en un imperio que se autoproclama encargado por Dios para hacer reinar el orden del bien en el mundo y destruir, en cualquier lugar del planeta, los regímenes "malvados", aquellos que apoyan e incluso organizan el terrorismo", señala el sociólogo francés Alain Touraine, en un artículo publicado la semana pasada por El País.
Tras el 11-S, desde cuando el presidente George W. Bush dirigió su atención a la guerra contra el terrorismo y esta política marcó un nuevo panorama internacional, muchas cosas han cambiado. Primero, en el frente nacional la administración Bush buscó y obtuvo una resolución conjunta del Congreso que autoriza el uso de la fuerza militar en el ejercicio de su derecho de legítima defensa: los ataques preventivos, que conllevaron a que se perpetrara la guerra contra Iraq.
Bush marcó lo que rápidamente se ha calificado como la "doctrina Bush", cuyo elemento fundamental es que el peligro tan singular que presentan las armas de destrucción masiva requiere que EEUU esté listo a tomar acción inmediata, decisiva y preventiva. Este principio refleja la apreciación de que no importa cuáles sean los riesgos de la acción, son más desastrosos los riesgos de la inacción. (PBM)


Ahora todos los extranjeros están bajo sospecha

El ataque al país más poderoso del planeta hizo abrir los ojos en temas vitales como la seguridad interna y externa, para no dejarse sorprender otra vez por el terrorismo, ya sea por aire, mar o tierra.
Entre las medidas de seguridad que se aplican ahora figuran restricciones de vuelos sobre ciertas ciudades de EEUU, inspecciones de alimentos importados, refuerzo de la seguridad en los nudos de transporte, vigilancia de Internet en busca de indicios de ataques, detención de solicitantes de asilo político, más patrullas en puertos, vías fluviales, fronteras, plantas nucleares y petroquímicas y en la red financiera.
Se ha incrementado personal y recursos, de manera especial en puertos y aeropuertos, para conocer quién entra y quién sale de EEUU. Incluso, se ha llegado a instalar sofisticadas máquinas que graban la cara de los visitantes, para a través del iris del ojo de las personas, formar un banco de datos personales.
Las medidas se suman a la "Reforma de Visas de Ingreso" que se refiere a la documentación que deben presentar los visitantes que ingresan a EEUU. En cortas palabras, todos los extranjeros son sospechosos. (NST)


La "cruzada" antiterrorista está costando muy caro

Las operaciones militares en Iraq y Afganistán le están resultando muy caras a EEUU, y no solo por la cantidad de soldados estadounidenses muertos o heridos cada semana en el Golfo Pérsico. En total, se están gastando más de $5 000 millones al mes, de acuerdo con datos oficiales.
Según una nota publicada esta semana en el diario USA Today, basada en cifras del Pentágono, el costo anual llegará a los $60 000 millones. En Vietnam, EEUU gastó $111 mil millones durante los ocho años de la guerra, entre 1964 y 1972.
No en vano Bush anunció el domingo que harán falta $87 000 millones adicionales para la ocupación y reconstrucción de Iraq y Afganistán.
Pero todo esto sin contar con el costo de la reconstrucción de Iraq, que según algunas estimaciones alcanzaría los $70 000 millones de dólares para 2004 y $245 000 millones para los próximos cinco años. Un gasto que EEUU no está en condiciones de asumir solo, más aún tomando en cuenta que para este año el déficit del país es de 3,7% del PIB ($401 000 millones) y para 2004 representa el 4,7% (cerca de $500 000 millones). (PBM)



LA RECONSTRUCCION DE LA ZONA CERO AUN ESPERA

NUEVA YORK.- El lugar es objeto de curiosidad, de peregrinación, pero también de inquietud: en torno a la Zona Cero de Manhattan los numerosos turistas se cruzan con los residentes del área, cansados por la espera de una reconstrucción del lugar, que no se concreta.
En el fondo del gigantesco cráter donde se erigía el World Trade Center de Nueva York, una nube de obreros trabaja en torno a una estructura de chapa: es la estación del metro, la única obra que se lleva a cabo.
Su apertura, programada para el próximo diciembre, permitirá conectar otra vez el lugar con Nueva Jersey, al otro lado del río Hudson.
Diseñado como un proyecto que podría simbolizar la unidad y la resistencia de Nueva York luego de los ataques del 11-S, la reconstrucción de la Zona Cero ha sido minada en su arranque por discordias y retrasos. (AFP)



PUNTO DE VISTA

El segundo aniversario del 11-S

Por Kristie A. Kenney, especial para HOY*

En este el segundo aniversario del 11 de septiembre de 2001, honramos la memoria de más de 3 000 hombres y mujeres que perdieron trágicamente su vida en los ataques terroristas contra EEUU. Entre ellos había no solo estadounidenses, sino ciudadanos de más de 80 países diferentes. Quince víctimas provenían de Ecuador.
Los ataques terroristas fueron dirigidos no solo contra personas, sino contra la comunidad global, contra nuestros ideales compartidos de libertad y contra nuestro deseo común de construir un mundo mejor para nosotros y para nuestros hijos.
Como explicó el presidente George W. Bush: "Los terroristas cometen atrocidades porque quieren acobardar y hacer retroceder al mundo civilizado para poder imponer su visión totalitaria”.
Sin embargo, los terroristas no contaron con la determinación de la comunidad internacional de responder a esos ataques. Durante los últimos dos años, trabajando juntos y con un renovado espíritu de cooperación, hemos demostrado nuestra disposición para hacer sacrificios y hemos conseguido importantes victorias.
Un elemento clave de esta lucha sigue siendo aquel de interrumpir el financiamiento para el terrorismo. En los últimos dos años, EEUU y sus aliados han descubierto a 305 personas y entidades terroristas o que apoyan a los terroristas y han congelado más de $136,7 millones en activos.
Es también esencial para nuestros esfuerzos compartir datos de Inteligencia. Trabajando juntos hemos dejado al descubierto y hemos arrestado a miembros de células terroristas que esperaban actuar contra la comunidad global.
Junto con una amplia coalición de naciones, destruimos campos de entrenamiento terrorista en Afganistán y hemos librado a ese país del régimen totalitario de los talibanes que albergaban a Al-Qaida. En Iraq, un país que desafió por 12 años los exigencias de desarmarse de las Naciones Unidas, luchamos con una coalición que incluyó 29 naciones para destruir al brutal régimen de Saddam Hussein.
El triunfo de la democracia y la tolerancia será un golpe grave al terrorismo global. En Iraq así como en Afganistán, la tiranía y la opresión serán reemplazadas por libertad y esperanza, demostrando a los terroristas que su destino final será la derrota, que no podrán ganar.
Sin embargo, no podemos decir aún que hemos ganado la guerra contra el terrorismo. La amenaza continúa siendo real, como lo evidencian los incidentes terroristas que sucedieron el año pasado en Indonesia, Arabia Saudí, y Kenia y los numerosos ataques potenciales que fueron descubiertos y frustrados. El desafío es enorme y la lucha será larga. Debemos permanecer firmes para preservar las ganancias que hemos obtenido y para garantizar una victoria final.
Para dejar en claro que aquellos que nos atacaron no nos vencieron y que no podrán vencernos, debemos continuar trabajando en una forma conjunta para proteger y fortalecer nuestros ideales comunes. Aquí en Ecuador, como en todos los demás países del mundo, continuaremos trabajando con nuestros amigos para fortalecer la democracia y crear oportunidades para todos dentro del contexto de una sociedad abierta y libre. No hay mejor manera de recordar y honrar a aquellos que perdieron su vida ese trágico día hace dos años.

*Embajadora de Estados Unidos
EXPLORED
en Ciudad QUITO

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