El presidente Rafael Correa, ofreció hoy su colaboración en la liberación de rehenes "criminalmente" secuestrados por las FARC, pero reiteró que seguirá buscando sanciones legales para Colombia por un ataque contra esa guerrilla en territorio ecuatoriano.
"Reafirmamos la disposición del Gobierno (...) para colaborar en la liberación de los rehenes criminalmente secuestrados por las FARC", dijo Correa en el informe por su segundo año de gobierno que presentó ante el Legislativo.
El grupo rebelde anunció la entrega de seis rehenes a una senadora colombiana, a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y con una "personalidad democrática" extranjera como garante del proceso, lo que ha sido rechazado por Bogotá, que aceptó a cambio la participación del Vaticano.
De otro lado, Correa insistió en que seguirá "agotando las instancias legales para que el agresor (refiriéndose al gobierno colombiano) asuma toda la responsabilidad de su deleznable actuación" en el ataque del 1 de marzo de 2008.
Ese día Colombia bombardeó un campamento clandestino de la guerrilla de las FARC en Ecuador matando a 25 personas, incluidos el jefe rebelde Raúl Reyes y cuatro mexicanos que estaban en la base.
A raíz de esa acción -rechazada por la OEA como una violación a la soberanía ecuatoriana- Quito mantiene rotas las relaciones diplomáticas con Bogotá.
"Se acabaron los abusos con el país. Entiendan nuestros vecinos y comunidad internacional que aquí hay un gobierno digno y soberano", afirmó el jefe de Estado, al tiempo que defendió la protección otorgada por su país a los desplazados por el conflicto colombiano.
"Somos el país latinoamericano más solidario con Colombia y su tragedia: 59 mil refugiados y más de 84 mil colombianos en la frontera han sido recibidos con los brazos abiertos (...) sin recibir hasta el momento ningún aporte del Gobierno colombiano", añadió. (AFP)
"Reafirmamos la disposición del Gobierno (...) para colaborar en la liberación de los rehenes criminalmente secuestrados por las FARC", dijo Correa en el informe por su segundo año de gobierno que presentó ante el Legislativo.
El grupo rebelde anunció la entrega de seis rehenes a una senadora colombiana, a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y con una "personalidad democrática" extranjera como garante del proceso, lo que ha sido rechazado por Bogotá, que aceptó a cambio la participación del Vaticano.
De otro lado, Correa insistió en que seguirá "agotando las instancias legales para que el agresor (refiriéndose al gobierno colombiano) asuma toda la responsabilidad de su deleznable actuación" en el ataque del 1 de marzo de 2008.
Ese día Colombia bombardeó un campamento clandestino de la guerrilla de las FARC en Ecuador matando a 25 personas, incluidos el jefe rebelde Raúl Reyes y cuatro mexicanos que estaban en la base.
A raíz de esa acción -rechazada por la OEA como una violación a la soberanía ecuatoriana- Quito mantiene rotas las relaciones diplomáticas con Bogotá.
"Se acabaron los abusos con el país. Entiendan nuestros vecinos y comunidad internacional que aquí hay un gobierno digno y soberano", afirmó el jefe de Estado, al tiempo que defendió la protección otorgada por su país a los desplazados por el conflicto colombiano.
"Somos el país latinoamericano más solidario con Colombia y su tragedia: 59 mil refugiados y más de 84 mil colombianos en la frontera han sido recibidos con los brazos abiertos (...) sin recibir hasta el momento ningún aporte del Gobierno colombiano", añadió. (AFP)
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