Quito. 01.10.94. En el proceso de adhesión del Ecuador al GATT,
el comité negociador ha conseguido importantes avances en el
ámbito de las negociaciones multilaterales y bilaterales. En
primer lugar, el análisis de la política comercial del Ecuador,
en las tres reuniones multilaterales efectuadas en Ginebra, en
enero, abril y septiembre del presente año, estableció su
compatibilidad con el régimen del Acuerdo General. En segundo
lugar, se ha registrado un progreso en las negociaciones
bilaterales con algunos países, como Estados Unidos, Japón,
Suiza, Suecia, Australia, Noruega, Finlandia, y Nueva Zelandia.
Las discusiones en estas reuniones se centran en la fijación de
techos arancelarios generales y para los productos de interés en
el intercambio comercial recíproco. Con estos antecedentes, las
partes contratantes dispusieron que la Secretaría del GATT
prepare el informe del Grupo de Trabajo y un proyecto de
Protocolo de Adhesión, lo que resulta muy importante en el marco
del proceso.
El significado de este paso es trascendente, puesto que, entre
los países de Latinoamérica, solamente Panamá y Ecuador aún no
forman parte del Acuerdo. De haber sido partícipes con
anterioridad, Ecuador habría podido contar con un foro para
discutir los más acuciantes problemas de comercio exterior, como
el establecimiento de cuotas a las exportaciones de banano y de
aranceles a las flores . En el caso del banano, la negociación
en el GATT a través de Colombia y Costa Rica, como es natural,
revela los intereses que en su propia perspectiva tienen estos
países. Definitivamente, la intermediación en una negociación
comercial de envergadura, no es la mejor opción.
Bajo la coordinación del Dr. Patricio Izurieta Mora Bowen,
Presidente de la comisión negociadora y subsecretario de política
económica del ministerio de Relaciones Exteriores, este proceso,
caracterizado por la agilidad, ha ubicado al Ecuador en una
posición muy avanzada en el proceso de su ingreso al GATT y a la
Organización Mundial de Comercio, OMC. Otros países que buscan
su adhesión son Rusia, China y Taiwan, entre otros.
La estrategia seguida ha buscado optimizar los intereses nacionales
en términos de costo-beneficio, según trascendió. A pesar del
interés que ha generado este evidente avance, aún no ha sido
posible conocer pormenores de las negociaciones por estar
inconcluso el proceso. A juzgar por los temas planteados al
finalizar la Ronda Uruguay, se estima que las concesiones y
compromisos comerciales que se tratan al momento, involucran
varias áreas: comercio de bienes y servicios, comercio y medio
ambiente, desmantelamiento del proteccionismo y de las barreras
no arancelarias, defensa de la propiedad intelectual,
inversiones relacionadas con el comercio, etc. Evidentemente,
el aprovechamiento del ingreso al GATT depende del sector
empresarial. Se espera que Ecuador califique a tiempo para ser
socio fundador de la Organización Mundial de Comercio, OMC, que
empezará a funcionar en enero de 1995, de ratificarse el acta
final de la Ronda Uruguay.
Dudan sobre sus ventajas
El sector industrial manifestó la preocupación del gremio ante
los avances en las gestiones de adhesión al Acuerdo General de
Aranceles Aduaneros y Comercio, GATT. En el foro "El GATT y la
OMC como pilares de la nueva era del comercio internacional"
organizado por la Universidad Andina Simón Bolívar los días 27 a
29 de septiembre, Luis Maldonado Lince, Director de la Cámara de
Industriales, afirmó que dicho sector no puede menos que expresar
su duda respecto a las bondades de la incorporación a este
acuerdo internacional. Fue enfático en expresar que los
industriales desconocen lo que es el GATT y que antes de tomar
una decisión en firme, habría que analizar si es conveniente o no
para el país la firma del Acuerdo.
Agregó que uno de los graves problemas del sector empresarial y
exportador es la falta de una política gubernamental definida en
comercio exterior, lo cual ejemplificó con la membresía de
Ecuador en la OPEP, y su posterior salida. Además, puso en tela
de juicio el que las negociaciones respondan a una programación y
detenido análisis, puesto que se iniciaron en enero del presente
año.
Maldonado fue crítico al resaltar el hecho de que los aranceles
de importación de bienes que produce la industria nacional es
casi nulo, no obstante lo cual, los resultados se reflejan en
crecientes importaciones, más no en un incremento de la
producción exportable. Sin embargo, indicó que el sector
industrial no se opondrá a la adhesión al Acuerdo General, y que
el gremio ha diseñado una estrategia de desarrollo industrial con
un alcance hasta el año 2020. A mediados de octubre se hará la
presentación oficial de este estudio y proyecciones.
Un problema para arrimar el hombro
Cabe decir, que se hace impostergable determinar una sola línea
de política comercial; si bien el Ministerio de Relaciones
Exteriores y el Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y
Pesca están manejando el tema, debe haber un organismo rector en
un ámbito tan crucial como el comercio exterior. Por la
trascendencia de los productos agrícolas entre los bienes
exportables, el Ministerio de Agricultura debe participar
activamente. El involucramiento del sector empresarial será
determinante para asumir el reto de realizar cambios profundos en
la estructura productiva, que la competencia internacional
impone; la necesidad de elevar los estándares de productividad
también es impostergable. Necesariamente se deberá enfrentar el
cuidado del medio ambiente en los diferentes procesos
productivos.
Es importante concientizar que uno de los nuevos argumentos que
los países industrializados esgrimen en contra de los países en
desarrollo, en el ámbito del libre comercio, es que estos
últimos estaríamos ejerciendo una suerte de competencia desleal
al mantener estándares laborales bajos. En otras palabras, los
países desarrollados impondrían trabas a la producción exportable
de los países en desarrollo, aduciendo que el pago a los
trabajadores que intervienen en el proceso productivo, no
responde a sus necesidades ni a unos ingresos que se consideren
mínimos a nivel internacional. Buscarían respaldar su
argumentación poniendo énfasis en las tesis de los derechos
humanos. Este aspecto se conoce como "dumping social".
Si bien es indispensable incorporar conceptos de estándares
laborales y de protección ambiental, sería inaceptable que estos
aspectos se conviertan en las nuevas barreras no arancelarias al
libre comercio, cuya eliminación ha sido motivo de discusiones y
de negociaciones por varios años. (2A)
el comité negociador ha conseguido importantes avances en el
ámbito de las negociaciones multilaterales y bilaterales. En
primer lugar, el análisis de la política comercial del Ecuador,
en las tres reuniones multilaterales efectuadas en Ginebra, en
enero, abril y septiembre del presente año, estableció su
compatibilidad con el régimen del Acuerdo General. En segundo
lugar, se ha registrado un progreso en las negociaciones
bilaterales con algunos países, como Estados Unidos, Japón,
Suiza, Suecia, Australia, Noruega, Finlandia, y Nueva Zelandia.
Las discusiones en estas reuniones se centran en la fijación de
techos arancelarios generales y para los productos de interés en
el intercambio comercial recíproco. Con estos antecedentes, las
partes contratantes dispusieron que la Secretaría del GATT
prepare el informe del Grupo de Trabajo y un proyecto de
Protocolo de Adhesión, lo que resulta muy importante en el marco
del proceso.
El significado de este paso es trascendente, puesto que, entre
los países de Latinoamérica, solamente Panamá y Ecuador aún no
forman parte del Acuerdo. De haber sido partícipes con
anterioridad, Ecuador habría podido contar con un foro para
discutir los más acuciantes problemas de comercio exterior, como
el establecimiento de cuotas a las exportaciones de banano y de
aranceles a las flores . En el caso del banano, la negociación
en el GATT a través de Colombia y Costa Rica, como es natural,
revela los intereses que en su propia perspectiva tienen estos
países. Definitivamente, la intermediación en una negociación
comercial de envergadura, no es la mejor opción.
Bajo la coordinación del Dr. Patricio Izurieta Mora Bowen,
Presidente de la comisión negociadora y subsecretario de política
económica del ministerio de Relaciones Exteriores, este proceso,
caracterizado por la agilidad, ha ubicado al Ecuador en una
posición muy avanzada en el proceso de su ingreso al GATT y a la
Organización Mundial de Comercio, OMC. Otros países que buscan
su adhesión son Rusia, China y Taiwan, entre otros.
La estrategia seguida ha buscado optimizar los intereses nacionales
en términos de costo-beneficio, según trascendió. A pesar del
interés que ha generado este evidente avance, aún no ha sido
posible conocer pormenores de las negociaciones por estar
inconcluso el proceso. A juzgar por los temas planteados al
finalizar la Ronda Uruguay, se estima que las concesiones y
compromisos comerciales que se tratan al momento, involucran
varias áreas: comercio de bienes y servicios, comercio y medio
ambiente, desmantelamiento del proteccionismo y de las barreras
no arancelarias, defensa de la propiedad intelectual,
inversiones relacionadas con el comercio, etc. Evidentemente,
el aprovechamiento del ingreso al GATT depende del sector
empresarial. Se espera que Ecuador califique a tiempo para ser
socio fundador de la Organización Mundial de Comercio, OMC, que
empezará a funcionar en enero de 1995, de ratificarse el acta
final de la Ronda Uruguay.
Dudan sobre sus ventajas
El sector industrial manifestó la preocupación del gremio ante
los avances en las gestiones de adhesión al Acuerdo General de
Aranceles Aduaneros y Comercio, GATT. En el foro "El GATT y la
OMC como pilares de la nueva era del comercio internacional"
organizado por la Universidad Andina Simón Bolívar los días 27 a
29 de septiembre, Luis Maldonado Lince, Director de la Cámara de
Industriales, afirmó que dicho sector no puede menos que expresar
su duda respecto a las bondades de la incorporación a este
acuerdo internacional. Fue enfático en expresar que los
industriales desconocen lo que es el GATT y que antes de tomar
una decisión en firme, habría que analizar si es conveniente o no
para el país la firma del Acuerdo.
Agregó que uno de los graves problemas del sector empresarial y
exportador es la falta de una política gubernamental definida en
comercio exterior, lo cual ejemplificó con la membresía de
Ecuador en la OPEP, y su posterior salida. Además, puso en tela
de juicio el que las negociaciones respondan a una programación y
detenido análisis, puesto que se iniciaron en enero del presente
año.
Maldonado fue crítico al resaltar el hecho de que los aranceles
de importación de bienes que produce la industria nacional es
casi nulo, no obstante lo cual, los resultados se reflejan en
crecientes importaciones, más no en un incremento de la
producción exportable. Sin embargo, indicó que el sector
industrial no se opondrá a la adhesión al Acuerdo General, y que
el gremio ha diseñado una estrategia de desarrollo industrial con
un alcance hasta el año 2020. A mediados de octubre se hará la
presentación oficial de este estudio y proyecciones.
Un problema para arrimar el hombro
Cabe decir, que se hace impostergable determinar una sola línea
de política comercial; si bien el Ministerio de Relaciones
Exteriores y el Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y
Pesca están manejando el tema, debe haber un organismo rector en
un ámbito tan crucial como el comercio exterior. Por la
trascendencia de los productos agrícolas entre los bienes
exportables, el Ministerio de Agricultura debe participar
activamente. El involucramiento del sector empresarial será
determinante para asumir el reto de realizar cambios profundos en
la estructura productiva, que la competencia internacional
impone; la necesidad de elevar los estándares de productividad
también es impostergable. Necesariamente se deberá enfrentar el
cuidado del medio ambiente en los diferentes procesos
productivos.
Es importante concientizar que uno de los nuevos argumentos que
los países industrializados esgrimen en contra de los países en
desarrollo, en el ámbito del libre comercio, es que estos
últimos estaríamos ejerciendo una suerte de competencia desleal
al mantener estándares laborales bajos. En otras palabras, los
países desarrollados impondrían trabas a la producción exportable
de los países en desarrollo, aduciendo que el pago a los
trabajadores que intervienen en el proceso productivo, no
responde a sus necesidades ni a unos ingresos que se consideren
mínimos a nivel internacional. Buscarían respaldar su
argumentación poniendo énfasis en las tesis de los derechos
humanos. Este aspecto se conoce como "dumping social".
Si bien es indispensable incorporar conceptos de estándares
laborales y de protección ambiental, sería inaceptable que estos
aspectos se conviertan en las nuevas barreras no arancelarias al
libre comercio, cuya eliminación ha sido motivo de discusiones y
de negociaciones por varios años. (2A)
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