Quito. 18 abr 98. El país se mira al espejo y desnuda su
pensamiento. Dice lo que le gustaría de sus gobernantes, cuál
es la confianza que tiene en sus instituciones, qué cree de
las privatizaciones... Una gran encuesta le midió el pulso al
país. Y los resultados a ratos sorprenden, como aquel de que
el 56 por ciento de la población cree que las privatizaciones
le ayudarán al país a salir del estancamiento, salvo la
educación, la salud, el petróleo y la explotación minera.

La Iglesia se lleva el mejor puntaje como la institución con
mayor credibilidad, 52 de cada 100 ecuatorianos creen en ella
(en toda la región ésta también es la institución más
respetada), dejando muy lejos, por ejemplo al sistema
educativo, al que apenas el 16 por ciento cree que sirve. Los
políticos son impopulares y, tanto en Ecuador como en el resto
de los países sondeados, solo suman 14 por ciento de buenas
opiniones. Solo el desencanto que ellos provocan explica que
un 51 por ciento piense que el país necesita mano dura para
enderezarse...

Hay verdades que se van cosechando con el tiempo, una de ellas
se mide a través de la confianza que tiene la población sobre
quienes le brindan seguridad. La Policía, por supuesto, no
está en la lista favorecida.

Los ecuatorianos también le pusieron nota a su Presidente de
la República: 19, el más bajo de la región luego de Carlos
Menem, presidente de Argentina (14 por ciento). Alberto
Fujimori, el mandatario peruano, tampoco es del agrado de
muchos ecuatorianos, el 60 por ciento tiene una opinión mala y
muy mala de él.

Junto a Ecuador, América Latina también dijo cuáles son sus
verdades, estas ya se publicaron el jueves 16 de abril pasado.
Este fue un trabajo sin precedentes de The Wall Street Journal
y otros 15 periódicos de la región entre los que participó EL
COMERCIO, justo cuando se realiza la Cumbre en Santiago de
Chile.

Para fabricar este Espejo de las Américas (como se llama la
encuesta) se entrevistaron a 13 mil personas por teléfono (el
margen de error es menor al 3.5 por ciento). Y a través de
ellas se descubrieron algunos destellos de querer cumplir el
sueño Panamericano que ha seducido por 200 años a la región y
algunas confluencias donde todos los países arriban: aquella,
por ejemplo, de negarse a continuar bajo cobijo del
proteccionismo. Unos mejor que otros, los 16 países
encuestados están caminando por vías paralelas hacia el mismo
destino: libre comercio, destierro al narcotráfico, más
democracia y lucha contra la corrupción.

Sociedad

El 51% de ecuatorianos se inclina por un sistema autoritario

Corrupción, el dolor de cabeza...

La corrupción es el problema que más atormenta a los
ecuatorianos. De cinco grandes temas que están inmersos en la
cotidianidad del país, los malos manejos en la administración
pública ganan con creces la desaprobación. En su orden le
siguen: economía, pobreza, desempleo y la crisis política.

La muestra es significativa si se toma en cuenta que se
realizó en Quito, Guayaquil, Machala y Santo Domingo, las
ciudades más pobladas del Ecuador.

En total, el rechazo a la corrupción alcanza el 40 por ciento
en el país. Los casos de presunta corrupción y malos manejos
de los fondos públicos son interminables. Alberto Dahik,
Abdalá Bucaram, César Verduga, son algunos nombres que
aparecen involucrados.

La situación económica es la segunda causa. Sus porcentajes
fluctúan entre el15 y 19 por ciento. En la pobreza, la
tercera, hay contrastes. En Guayaquil preocupa más el
desempleo. Pero en Quito es el quinto en importancia. Otra de
las sorpresas concierne al sistema de Gobierno más
conveniente. Guayaquil es partidario de un sistema autoritario
(61 por ciento) y Quito el 38.4 por ciento. A nivel nacional
el autoritarismo gana terreno (50.8) y la democracia 45.4 por
ciento.

Respecto a la preferencia por los partidos políticos un gran
porcentaje se inclina por las agrupaciones que tienen
liderazgo en el Congreso.

La tendencia ideológica que predomina a nivel nacional es el
centroderecha (47 por ciento). El 18 por ciento le corresponde
a la derecha. Los indecisos llegan al 20 por ciento (en
Guayaquil se eleva al 27 por ciento), y la izquierda
alcanzaría no más del 34 por ciento.

Instituciones

La Iglesia y las Fuerzas Armadas están bien puntuadas

Poca confianza en los políticos

Las instituciones más cuestionadas, de acuerdo con los datos
de la encuesta, son los jueces, el Congreso, los partidos
políticos, los sindicatos y la Policía.

En contraste, la Iglesia y las Fuerzas Armadas mantienen un
alto grado de confianza. La prensa y la Tv. concentran
porcentajes importantes de confianza (entre algo y mucho, en
el gráfico superior), con variables entre la capital y
Guayaquil. Así la prensa, si se suma el porcentaje de la
prensa escrita y de la televisión, obtiene el segundo puesto
-tras la Iglesia- de credibilidad y confiabilidad en la
opinión.

Los partidos políticos son cuestionados en Guayaquil y en
Quito en un alto porcentaje. Junto al Congreso, acumulan los
niveles más altos de desconfianza: la desaprobación a su
gestión llega al 61,6 por ciento en Quito y rebasa el 70 por
ciento en Guayaquil.

Un 45,4 por ciento de los encuestados quiteños no cree en los
tribunales (jueces), aunque esa desconfianza se desborda en
Guayaquil.

Al contrario de las Fuerzas Armadas, que cuentan con el 34.1
por ciento de aceptación, la credibilidad de la Policía va a
la cola (solo el 9.7 por ciento de los encuestados en Quito y
el 4,9 en Guayaquil cree mucho en ella).

Entre los mal puntuados también están los sindicatos, pues sus
calificaciones de poca o ninguna credibilidad son altas,
especialmente en Guayaquil.

La desconfianza alcanza también al sistema educativo: sus
porcentajes más altos se concentran en la alguna o poca
confianza que generan entre los encuestados, con parecidos
porcentajes en las dos ciudades. Y las pequeñas y grandes
empresas tampoco despiertan entusiasmo.

El sondeo confirma un hecho que se había comprobado con
fuerza, tras la llegada de Abdalá Bucaram al poder: la desidia
de los dirigentes. La percepción de los sondeados muestra que
la opinión sigue desconfiando de los empresarios (grandes o
pequeños), y que el sistema educativo tampoco es creíble. Es
decir, las elites empresariales no solamente no orientan, sino
que abandonaron la preeminencia en la transmisión de valores y
en la simulación de futuro (papel que debe cumplir la
educación).

La sorpresa: la prensa gana terreno en confiabilidad.

Ocupación

Casi un 60% de ecuatorianos no accede a la universidad

Empleo: el 30% es independiente

Las cifras de la ocupación en el Ecuador deparan sorpresas.
Por ejemplo, un buen número de entrevistados es profesional
independiente o propietario de un negocio. Su número total
alcanza -lo que es una sorpresa- 30.6 por ciento.

Sin embargo, la cifra es superada por los estudiantes, amas de
casa y retirados, que llegan al 36 por ciento. Las diferencias
de ocupación son notorias entre los jóvenes y adultos. La
cantidad de empleados públicos jóvenes suma el nueve por
ciento, frente al siete por ciento de adultos.

En los años y nivel de instrucción, la mediana se ubica entre
los 11 y 12 años de estudios. Hay un dato importante: la gente
con estudios universitarios en su conjunto suma el 39 por
ciento en el país, aun que el 26,3 por ciento no los haya
completado. El 12,4 por ciento terminó la universidad en Quito
y 14,3 por ciento en Guayaquil.

Pero no solo la falta de oportunidades de educación o empleo
son los problemas que perciben los ecuatorianos. A la vista no
perciben ninguna solución. Los más afectados son los jóvenes
porque no vislumbran ninguna orientación hacia nuevas
profesiones y nuevos empleos.

A temas como la corrupción, la inseguridad pública se añade el
del consumo de drogas: el 88 por ciento considera que aumentó
significativamente en los últimos cinco años. Y los
encuestados establecen varias causas para el fracaso en el
combate al narcotráfico en el Ecuador: la corrupción que hay
en la Policía y que se ha evidenciado -de manera grave- en los
últimos gobiernos, la incompetencia de la Policía, el alto
consumo de drogas, los castigos leves a traficantes y
drogadictos y la sobrecarga que tienen los jueces en su
trabajo.

El trabajo policial, según la encuesta, está en entredicho: el
70 por ciento en promedio la culpa del incremento del
narcotráfico. Sin embargo, la gestión de la Justicia no sale
bien librada: tiene entre un 12 y un 20 por ciento de culpa,
según los encuestados.

El freno al narcotráfico tiene opciones. Una de ellas sostiene
que el consumo de drogas debería llevarse a cabo combatiendo a
las personas que venden la droga. Hay una forma mixta que
incluye estar en desacuerdo con aquellos que consumen o
compran la droga y aquellos que las consumen. Se hace énfasis
en los consumidores. Estos criterios son compartidos por
jóvenes y adultos.

Influencia

La gestión individual tiene casi tanto peso como la estatal

Escepticismo frente al Gobierno

El escepticismo domina a la hora de hablar de la influencia
que la gente puede tener en las decisiones políticas: un 55,8
por ciento cree que poca o ninguna, mientras que solo el 27,4
por ciento se siente influyente. Los criterios se polarizan
cuando se señalan responsables de quién debe velar por la
seguridad individual. Si bien el 47,8 por ciento cree que es
una exigencia gubernamental, hay un 40,6 por ciento que lo
considera un problema personal. En Guayaquil esta percepción
llega al 47,8 por ciento.

Por otro lado es criterio generalizado -el 79 por ciento- que
es más importante el esfuerzo personal a la hora de conseguir
un objetivo que las palancas, aunque un 20 por ciento asegura
que conexiones y esfuerzo son válidos.

Intercambio

La actuación de ese país en la región tiene adhesiones

EE.UU., sinónimo de inversión

El presidente estadounidense Bill Clinton está bien catalogado
por los ecuatorianos. Y, por contraste, la impopularidad de
Fabián Alarcón llega a niveles muy altos (81 por ciento) que
solo supera el Presidente argentino Menen.

Los Estados Unidos juegan en la percepción de los encuestados
un papel gravitante por el fuerte intercambio comercial con
Ecuador y por las expectativas de inversión. Justamente, los
ecuatorianos cifran sus esperanzas en cuatro puntos clave:
incremento del comercio y la inversión, apoyo para combatir al
narcotráfico, ayuda a los derechos humanos y apoyo a la
democracia. Un aspecto importante es que el 73,6 por ciento no
tiene ningún problema en aceptar a la inversión extranjera
como una ayuda para el crecimiento económico (estos resultados
no aparecen en los gráficos publicados).

Hay matices sobre la percepción del papel estadounidense en la
región, aunque en general ésta es positiva. Por ejemplo, un
alto porcentaje justifica la permanencia de los militares
estadounidenses en Panamá.

El apoyo para que Estados Unidos intervenga en el control del
narcotráfico también es alto: 71,2 por ciento a nivel nacional
entre quienes están de acuerdo o algo de acuerdo. No sucede lo
mismo con la venta de aviones (de combate) estadounidenses a
Latinoamérica: 63 por ciento en el país está algo en contra o
muy en contra de esas transacciones. El mayor porcentaje de
los desacuerdos (74 por ciento) se concentra en Quito. (Texto
tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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