Guayaquil. 1 sep 98. La clonación es importante por cuanto con
este método se fijan características iguales a la planta
madre. Es decir, si la madre produce 40 mazorcas al año y es
resistente a enfermedades, el clon también lo será.

Así como Inglaterra clonó su mejor oveja, Dolly, Ecuador clonó
su mejor cacao, el sabor arriba y su café robusta. Con esta
técnica, no muy común pero tampoco difícil, los cacaoteros y
los caficultores podrían cuadruplicar su producción en un poco
más de dos años.

No obstante de la importancia y eficacia del método para
impulsar la productividad y mejorar así la escuálida economía
de los campesinos, esta no tiene el apoyo suficiente de los
organismos estatales encargados de propender el mejoramiento
del agro.

El organismo encargado de ello actualmente es el Instituto
Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap),
que en su estación Pichilingue, en Quevedo, clonó las mejores
plantas de cacao nacional conocido como sabor arriba y en
Coca, las de café robusta.

En el caso del cacao, con el apoyo de organismos europeos, y
en café, gracias al convenio con el Consejo Cafetalero
Nacional, (Cofenac).

Hasta ahora los rendimientos son positivos así como la
resistencia a enfermedades y plagas que en un momento dado
atacan a este tipo de cultivos, entre ellas la escoba de
bruja, la monilla, el mal de hilacha, el mal del machete, el
ojo de gallo o la roya.

Lo que se trata es de crear un material (planta específica)
que tenga una buena producción y tolerancia a las enfermedades
mencionadas. Con ello y con buenas labores de campo (podas y
controles fitosanitarios), el agricultor asegura el
rendimiento de sus cultivos.

Las clonación, en el caso de cacao, se han dado por dos
métodos considerados eficientes: el injerto, la ramilla. En el
caso del café se dieron por hijuelos o chupones, (ramillas).

Proyectos

James Quiroz, del programa de cacao y café del Iniap en la
estación de Pichilingue, explicó que actualmente se está
trabajando en investigación para lo cual existen convenios con
organismos del exterior. Uno con la Comunidad Económica
Europea por medio del ECU-b7, que apoya el estudio de clones
promisorios nacionales y lo que corresponde a la
rehabilitación.

Existe además otro proyecto internacional con el Ipgri de la
Comunidad Europea, "donde vamos a trabajar con un banco de
clones internacionales; tenemos un ensayo con estos y los
vamos a comparar en el país. Se trata de un gran proyecto que
abarca a varios países".

La idea, tal como explica Quiroz, es crear materiales que se
comporten bien en varias localidades del Ecuador, para
realizar nuevos clones.

Las actividades que se desarrollan son principalmente el
fomento de materiales nacionales, sabor arriba, para probarlos
en diferentes ecosistemas. Las variedades recolectadas, y ya
clonadas, se las irá probando a nivel nacional en diferentes
condiciones ambientales.

Este tipo de cacao es único en el mundo, por su aroma, incluso
ha sido llevado a otros países para reproducirlos pero no se
dieron resultados positivos. Al parecer está supeditado a las
condiciones de la tierra y el clima del Ecuador, lo que lo
hace aún más nacional.

"En estos momentos tenemos clones en colección en la estación
(Pichilingue) pero no han sido probados en las diferentes
localidades. Estos están dando buenos resultados en la
estación. La idea es dar plántulas exclusivamente nacionales y
recomendar su siembra", manifestó Quiroz.

Lamentablemente îagregóî, esta distribución es un poco
reducida porque la prioridad uno es la investigación. El
siguiente paso es la entrega de materiales a los agricultores,
aunque el propósito final es involucrar a los campesinos para
que estos clones sus propias plantas, esto es, sean
propagadores.

Rendimientos

¿Por qué es importante la clonación?, con ella se pueden
mantener las condiciones genéticas de los materiales. Es
decir, si se tienen plantas que producen 40 quintales por
hectárea o un árbol que produzca 200 mazorcas, si se los
reproduce clonalmente las nuevas plantas van a producir igual,
en las mismas condiciones ambientales.

La diferencia entre la reproducción por semillas, sostuvo
Quiroz, consiste en con esta se obtiene una pérdida de más del
30% de rendimiento respecto del patrón. Incluso, si el
material es heterogéneo se puede tener una pérdida mucho
mayor.

El proyecto del Iniap es la obtención de semillas híbridas,
una combinación de las características deseables de los
materiales, cuya planta luego se podrá clonar. ¿Por qué?,
porque con el clon solo se fijan las características de la
planta madre y con la hibridación se combinan dos
características, "puede ser del padre resistente y de la madre
productora".

"Esto es, escogemos dos individuos, los cruzamos y obtenemos
un tercero que teóricamente debe tener las características de
ese padre y de esa madre, que al combinarlos este va a ser
superior", destacó.

Luego de todo este proceso existe un paquete tecnológico
necesario de aplicar, consistente en una buena fertilización
(previo a un análisis de suelo), siembra de sombra, riego y
podas.

El promedio de producción de una plantación tradicional está
entre 250 a 300 kilos por hectárea al año, mientras con
clones, en esa misma superficie, se produce entre 1.200 y
1.300 kilos de cacao seco por hectárea. La diferencia es
abismal.

Al momento el Instituto de Investigaciones Autónomas tiene una
colección de 63 materiales nacionales de la región, recogidos
de las diferentes fincas de los agricultores del Guayas, Los
Ríos, Manabí y El Oro.

Café, sobre ruedas

Entre tanto, los primeros clones de café de la variedad
robusta ya fueron entregados a los caficultores de Coca, luego
del convenio realizado entre el Cofenac y el Iniap.

Las plantaciones café robusta en la región amazónica se
formaron con semillas traídas de las provincias de Pichincha,
Los Ríos y Esmeraldas, como consecuencia hoy se tiene una gran
variabilidad genética. Actualmente existen unas 100.000
hectáreas de este tipo en las provincias de Napo y Sucumbíos,
lo cual para producir plantas clonales es una ventaja.

El clon de café robusta es la obtención de una nueva planta a
partir de los hijuelos o chupones (tallos tiernos) que
aparecen naturalmente en una planta madre. Así obtenida, esta
guarda las mismas características. En algunos países africanos
con buenos clones se han obtenido rendimientos de entre 45 a
66 quintales oro (listo para exportar) por hectárea.

Víctor Hugo Chalá, jefe de agencia del Cofenac para la región
amazónica, dijo que el total de plantas por entregar es de
55.000 hasta septiembre; pero, aquello es parte de todo un
paquete tecnológico que incluye el control de maleza, plagas,
enfermedades, fertilización y cosecha adecuadas.

Merecen atención

"Si reproducimos clonalmente una planta, esta será igual a la
madre. Si sembramos 1.110 plantas cargadoras por hectárea
vamos a tener 1.100 plantas iguales", resaltó.
A criterio de James Quiroz, en el caso del café la producción
actual es de 200 y 250 kilos por hectárea, y con los clones se
espera llegar a tener 1.000 kilos o más.

William Chilán, del programa de café del Iniap, indicó que se
trata de sacar clones para la Amazonia y la Costa. Empero, es
necesario que los productores manejen adecuadamente sus
fincas.

Quiroz cree necesario que la técnica se difunda, por cuanto es
imprescindible que los cacaoteros y caficultores mejoren los
rendimientos. Para eso requieren ayuda de las organizaciones
campesinas, universidades, autoridades y otros organismos que
de una otra manera están involucrados en el agro.

Los gobiernos de turno se han detenido en problemas
petroleros, bursátiles y financieros y se olvidaron de la
agricultura, única actividad que con muy buena voluntad y no
muchos recursos económicos puede desarrollarse
indefinidamente.

Pero, sobre todo, es necesario que los mismos campesinos
entiendan la necesidad de cambio y lo que les significaría
modernizar sus obsoletas plantaciones, donde obtienen
rendimientos muy por debajo de lo normal.

Pasos para la clonación de cacao

Inicialmente se selecciona el árbol por clonar, (productivo,
con calidad y resistencia). Luego se cortan las ramillas que
tengan de entre 60 a 90 días. Se las lleva al propagador, se
las lava y desinfecta con un producto a base de cobre (para
evitar hongos).

A estas se les corta los extremos y se deja entre tres y
cuatro hojas. En la parte de abajo se colocan hormonas
enraizantes (constituidas de ácido acético) para fomentar la
formación de raíces.

Se las coloca en una cámara de enraizamiento que no es otra
cosa que una especie de cama, donde las ramillas son puestas
en fundas con un núcleo de enraizamiento de aserrín y arena.

Estas ramillas, con fungicidas y hormonas, ya en las cámaras
de enraizamiento con un plástico transparente encima
permanecen allí por 60 días, dependiendo de las condiciones
ambientales. A los 60 se comienza el proceso de
preaclimatación, que consiste en destapar la cámara una hora
el primer día y segundo día. A partir del tercer día se
aumenta una hora diaria hasta completar 8 horas de luz.

Transcurrido este período se las deja por quince días más bajo
70% de sombra. Después se sacan las plantas en las fundas a
condiciones de aclimatación donde permanecen de tres a cuatro
meses.

¿Cómo se clona una planta de café?

Se selecciona la planta madre de acuerdo con las
características de vigor, tolerante a enfermedades y
cargadora, (con muchos frutos). Esta no debe ser mayor a 8
años con granos medianos o grandes. Hecho esto se corta el
tronco principal a 1,5 metros de altura, dejando una rama con
frutos.

A los 30 días después del corte se seleccionan numerosos
chupones (tallos tiernos) los más vigorosos, a lo largo del
tronco, y se eliminan los débiles y deformes. Cuando estos
tengan de cinco a siete pares de hojas están listos para ser
utilizados.

De ahí se obtienen las estaquitas, que es el fragmento del
hijuelo o chupón bien alimentado en sabia. Para la obtención
de la estaquita se desprende el chupón de la planta madre y se
comienza eliminando la parte terminal, luego se corta
inmediatamente encima de la inserción de cada hoja. A los 30
días se observa el desarrollo de las primeras nuevas hojas.

Luego de eso se deben hacer las camas de enraizamiento
cubiertas de plástico transparente. Así preparadas estas deben
ser a la vez cubiertas con hojas de palma u otros materiales a
2 metros de altura.

Las ramillas se colocan en la cama hecha con aserrín de madera
bien lavado, arena de ríos o tamo de café descompuesto. Esta
debe tener 10 metros de largo y 1 de ancho y, por cada metro
cuadrado, deben haber unas 400 estaquitas.

Por lo general, entre diez a doce semanas las estaquitas están
enraizadas. Cuando las estaquitas presentan raíces de entre 5
a 10 centímetros de largo son trasplantadas a fundas que están
bajo vivero sombreado. Este debe estar libre de malezas,
insectos y enfermedades.

Al último mes antes del trasplante se va raleando poco a poco
la sombra para que las plantas se vayan aclimatando al nuevo
ambiente. Las plantas deben ser transplantadas al sitio
definitivo después de seis meses de haber permanecido en el
vivero. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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