Quito. 22 dic 2000. El último funcionario, James Caicedo, estuvo cuatro
meses en el cargo. Se frustró la intención de formar un equipo de trabajo

Luego de la renuncia de James Caicedo a la Gerencia de la Corporación
Aduanera Ecuatoriana (CAE), el 15 de diciembre pasado, el Directorio
discute su remplazo.

Dos opciones se manejan, extraoficialmente. Roberto Illingworth
Cabanilla, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil,
administrador del Recinto Ferial de Durán y, también, vocal en la CAE, en
representación de la Federación de Cámaras; y Alvaro Arosemena, jefe del
Primer Distrito Aduanero.

El primero insiste en que no está interesado. "Ese no es mi campo de
acción (...) Sin embargo, a muchos les aterraría esa posibilidad",
justifica.

Hasta el cierre de esta edición, el Directorio y sus miembros se
mantenían reunidos para intentar la definición del tema.

Luis Hidalgo Vernaza, un ex Jefe del Cuerpo de Bomberos, fue el primer
gerente. Posesionado formalmente el 1º de junio de 1999, fue designado
por el Directorio de la entidad por ser uno de los tres escogidos por la
firma consultora Price Water House Coopers. La presión gubernamental
motivó su dimisión el 31 de julio pasado.

James Caicedo, norteamericano nacionalizado ecuatoriano, llegó por pedido
expreso del presidente Gustavo Noboa, pues está entre los hombres clave
del mandatario. Pero su publicitada posesión no duró mucho tiempo.
Durante los cuatro meses en funciones, poco se conoció de su gestión.
Había asegurado, por ejemplo, que pondría orden en el proceso de
verificación y actualizaría la base informática de datos. Algo que no se
cumple aún.

Caicedo, acusado por sus detractores de ser deudor de varias entidades
bancarias, confesó a HOY no haber actuado sin consultar antes a Víctor
Hugo Almeida, actual presidente del Directorio de la CAE. Este último
tiene cuatro responsabilidades: presidir el Directorio, convocar a
sesiones, presentar el informe de labores y suscribir con el gerente
contratos de prestación de servicios aduaneros, de acuerdo con el
artículo 110 de la mencionada Ley.

Ambos son amigos hace varios años. El objetivo era consolidar un trabajo
en equipo, lo que definitivamente le quitó protagonismo a Caicedo. Su
trabajo giró en torno a unas cuantas donaciones de mercancías,
abandonadas por sus propietarios, a instituciones sociales.

El motivo de la renuncia todavía es un misterio, aunque se presume que
fue por la apertura para la instalación de couriers (correo expreso) en
el país, medida que el Directorio no habría aprobado, según la versión de
un personero de la CAE. (GSA/APM)

El cargo

- El gerente de la CAE tiene 21 atribuciones administrativas y diez
operativas. Es la máxima autoridad de la Corporación, durará cuatro años
en sus funciones y podrá ser reelegido por períodos iguales, según lo
establece el artículo 111 de la Ley Orgánica de Aduanas, publicada en el
Registro Oficial del 13 de julio de 1998 y que creó la CAE.

- En el polémico cargo, por ejemplo, se autorizan inversiones y gastos,
se suscriben los contratos. Se contrata y despide personal. Se adjudica
mercadería de forma gratuita. Se conceden las exenciones tributarias
previstas en la Ley Orgánica de Aduanas.

- Se puede otorgar, suspender, cancelar o declarar la caducidad de las
licencias para el ejercicio de los agentes aduaneros. (APM/GSA)

Inestabilidad permanente

La inestabilidad de los funcionarios de la Corporación Aduanera
Ecuatoriana es constante.

Víctor Hugo Almeida, por ejemplo, es el cuarto titular del Directorio,
tras la intempestiva salida, entre polémicas, de sus tres antecesores:
José Estrada, Ramiro Pita y el vicealmirante Rubén Landázuri Zambrano.
Versiones extraoficiales señalan una posible dimisión de Almeida,
posesionado el 26 de junio último en representación del presidente de la
República. El, sin embargo, la descarta para lo que resta de 2000.

Inestabilidad que, a criterio de Fernando Benítez, apoderado de la
verificadora ITS, frustra los intentos de modernización de la CAE, cuyo
presupuesto para el próximo año es de $15,5 millones, aunque, en 1999,
fue mayor ($15,9 millones) "La reducción se debe a que disminuyó (en un
50%) la tasa que por modernización se asigna a la CAE. El presupuesto
debería ser de $19 millones", justifica Víctor Almeida.

Varios son los temas pendientes: el Servicio de Vigilancia Aduanera, el
programa de Transferencia Electrónica de Datos, la falsificación de los
documentos únicos de importación (DUI) y los couriers en el aeropuerto
Simón Bolívar de Guayaquil. Sin duda, el más polémico es la aún
indefinida adjudicación de la verificación en origen y el aforo físico en
destino: el contrato con las verificadoras, que vence el 31 de diciembre,
se prorrogará por cuarta ocasión. (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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