Guayaquil. 05 ene 2000.

"Captar el sentir del pueblo y
reproducirlo fielmente, orientar
con lealtad su opinión, defender
irreductiblemente los derechos,
corregir con entereza los errores,
tal la alta misión de la prensa.
¡Ay quien ose coartar esta acción!
¡Ay del periodista que falte a su deber!".
Gustavo Larrea V.

German Arteta

Han transcurrido exactamente 208 años de la aparición del primer
número del periódico Primicias de la Cultura de Quito, verdadero
punto de partida del noble y visionario quehacer que identifica
a la prensa nacional, y aún continúan vigentes los magníficos
postulados que en este campo legó la privilegiada inteligencia
del Dr. Eugenio Espejo (1747-1795).

Así pues, desde el histórico jueves 5 de enero de 1792 resultan
incontables las jornadas que en favor de los más caros intereses
de la patria ha protagonizado el periodismo nuestro, empeñado
asimismo en exaltar los valores culturales del país y las
bondades de su maravillosa geografía, como complemento de toda
obra informativa, educativa y de formación ciudadana.

Grato es entonces recordar al gran precursor Eugenio Espejo y a
quienes siguieron su luminosa huella para consolidar la
respetabilidad de la tarea periodística en el Ecuador, que tiene
como principios fundamentales los afanes de libertad, paz y
justicia.

Ahora que coincidencialmente hemos ingresado a un nuevo siglo y
a otro milenio en medio de admirables avances tecnológicos para
la prensa escrita, la radio y la televisión, estamos seguros de
que tales logros beneficiarán por completo a una comunidad
deseosa de ser informada con veracidad y correspondida en otros
aspectos primordiales de educación y cultura en general.

Acción ejemplar

En franco desafío al discrimen, fanatismo, prejuicio y represión
reinantes en los años de plena etapa colonial que le tocó vivir,
Eugenio Espejo de distintas maneras acometió la nobilísima tarea
de luchar por la libertad regateada a sus compatriotas y al mismo
tiempo darles la oportunidad de ampliar su visión cultural.

Manteniendo indeclinables sus propósitos el 30 de noviembre de
1791 logró la constitución de la Sociedad Patriótica Amigos del
País (Escuela de la Concordia), que sería de enorme ayuda para
publicar el órgano periodístico que hoy evocamos.

Los nombramientos de secretario de la Sociedad Patriótica y de
redactor único del periódico en proyecto, permitieron que el
tenaz médico, abogado y prócer quiteño diera los últimos pasos
para coronar su anhelado proyecto.

Semanas anteriores a la circulación oficial del aludido vocero
impreso, el personaje patriota elaboró y dio a conocer la
Instrucción sobre el papel intitulado Primicias de la Cultura de
Quito, para preparar al vecindario en torno al contenido y la
orientación de la obra.

El gran día

Fue entonces el 5 de enero de 1792 en que Espejo entregó el
primer número de Primicias de la Cultura de Quito, que
propiamente era un quincenario del que apenas se publicaron siete
números (de enero a marzo de 1792), pues casi enseguida surgieron
las torpes y odiosas represalias para el gestor del periódico
ofrecido a los suscriptores a real y medio de plata por cada
pliego completo.

La falta de recursos económicos y la actitud hostil y retrógrada
de ciertos funcionarios públicos, terratenientes y de los
enemigos gratuitos del genial mestizo, determinaron que la
edición regular toque fin. La extinción de la Sociedad Patriótica
también ayudó a la definitiva desaparición de Primicias...,
considerado como "uno de los más auténticos testimonios de las
posibilidades que encierra el pensamiento cuando apunta en forma
adecuada a la necesaria transformación de la patria".

Obra aleccionadora

Consecuente con la tarea ejemplar de Eugenio Espejo, pocos
lustros después nacieron El Patriota de Guayaquil (1821) y El Eco
del Azuay (1823). Siguieron muchos semanarios y diarios como El
Quiteño Libre (1833), El Telégrafo (1884), El Grito del Pueblo
(1895) hasta llegar a rotativos del empuje de El Comercio (1906)
y EL UNIVERSO (1921), entre otros contemporáneos que atestiguan
un periodismo combativo e idóneo.

En cuanto a periodistas de relevante tarea que forman verdaderas
legiones, hay que recordar nombres paradigmáticos como José de
Antepara, Vicente Paz, Manuel J. Calle, José Antonio Campos,
Ismael Pérez Pazmiño, Gabriel Pino Roca, José de Lapierre
Cucalón, Sixto Juan Bernal, Pedro Moncayo, Teodoro Alvarado
Garaicoa, Eleodoro Avilés Minuche, Ismael Pérez Castro, Ezequiel
Calle, Federico Proaño, Miguel Valverde, Francisco Pérez Castro
y Carlos Matamoros Jara.

Para dar lustre integral al periodismo ecuatoriano debemos
consignar valores de la radio y televisión, tal los casos de
Rigoberto Ortiz Bermeo, Armando Romero Rodas, Blanca Salazar,
Maruja Machiavello Muñoz, Rafael Guerrero Valenzuela, Antonio
Hanna Musse y muchísimos más.

Damas periodistas imposible de ignorar son Lastenia Larriva de
Llone, Zoila Ugarte de Landívar, Angela Maldonado de Carbo,
Eulalia Barrera, Raquel Ugarte de Cevallos, Jenny Estrada,
Guadalupe Mantilla de Acquaviva, Alba Luz Mora, Cumandá Campi
Cevallos, Rosa Amelia Alvarado Roca, Mariana Ordóñez de Larrea,
Patricia Estupiñán de Burbano, María Isabel Crespo de Lebed,
entre otras de una larga y respetable lista difícil de resumir.
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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