Quito. 07.06.94. La deuda externa en los últimos doce años se
duplicó al pasar de 6.632 millones de dólares en 1982 a 12.968
millones en febrero de 1994, lo que constituye una evidencia de
que a pesar de todos los procesos de renegociación, esta continúa
como una espada atravesada en el corazón de la economía,
impidiendo su crecimiento.

Además, el monto de recursos que el país debió pagar por créditos
externos fue mayor que el que recibió por este mismo concepto,
salvo cuatro años, lo que puso en evidencia otra sombría arista
del problema.

Si a ese panorama se suma el hecho de que la remisión de
utilidades de las inversiones extranjeras ha sido siempre mayor
que el ingreso de nuevos capitales, a lo largo de todos estos
años, se tiene un panorama poco alentador respecto al flujo de
capitales extranjeros para financiar el desarrollo del país.

El actual gobierno sostiene que las reformas estructurales y el
programa de estabilización económica en los que se halla
empeñado, dinamizarán el flujo de capitales y apuesta a su pronta
llegada para retomar el camino del dinámico crecimiento que
caracterizó al país en algunos años de la década de los 70.

LA DEUDA ETERNA

"La deuda externa ha pasado a la historia", afirmaba en tono
triunfal a fines de 1985, el entonces ministro de Finanzas,
Francisco Swett Morales, tras concluir la primera renegociación
del gobierno de León Febres Cordero y la tercera de la década.

Pronto, los hechos le desvirtuarían: en febrero de 1987, el
Gobierno, agobiado por la caída de los precios del petróleo,
suspendía los pagos, y el problema se agravaba con el terremoto
del mes siguiente que provocó la suspensión de la producción del
crudo.

Ese año, las exportaciones petroleras, ya debilitadas en 1986 por
la depresión de los precios, cayeron en cerca de 270 millones de
dólares, y a no ser por la bonanza de las ventas de camarón, el
bajón de las ventas externas habría sido más pronunciado de lo
que fue.

En esas condiciones, el gobierno nunca pudo reanudar los pagos y
se vió obligado a una nueva renegociación (la cuarta de la
década), a fines de 1987.

Estos episodios ilustran la complejidad de un problema en el que
pesaba factores internos y externos, más que la voluntad de los
actores del drama.

La hora del SOS

En 1982, cuando el colapso de su economía forzó a México a
suspender los pagos de su deuda externa, hecho que sumado a la
guerra de las Malvinas condujo a la banca a cortar los préstamos
a todos los países subdesarrollados, el Ecuador estaba entrando
en el torbellino de su propia crisis.

La "guerra de Paquisha" (contra Perú en 1981) había forzado al
Gobierno a imprevistos gastos militares e inducido una fuga de
capitales, que desequilibraron las finanzas del país. A ello se
sumaba el inminente vencimiento de créditos externos
-particularmente del sector privado- contratados a fines de la
década precedente, al calor de la generosidad de los banqueros y
con el estímulo de una legislación tributaria nacional que
favorecía estas operaciones.

En el exterior, la depresión de las economías industrializadas y
su guerra monetaria enmarcada en su lucha por el dominio de la
economía mundial había inducido un aumento de las tasas de
interés en Estados Unidos que infló las obligaciones del tercer
mundo, al punto que en el caso ecuatoriano, aquellas crecieron
hasta representar el 112% de las exportaciones en 1982.

De todas maneras, el país todavía no había dejado de gastar e
invertir al compás de la bonanza petrolera de los 70 y registraba
un elevado déficit fiscal (6.7% del PIB, en 1982, para el sector
público no financiero), mientras la deuda privada había crecido
en 130%, entre 1979 y 1982, porcentaje mayor que la pública.

La reserva monetaria internacional descendió a niveles inusitados
y la cuenta corriente de balanza de pagos registró aquel año un
saldo negativo de 1.195 millones de dólares. La economía había
crecido apenas 1.8%, menos que la población. El país estaba en el
punto de la crisis.

En septiembre de 1982 se produjo el SOS: el gobierno comunicó a
sus acreedores que deseaba renegociar los vencimientos de aquel
año y los del siguiente, y en octubre estuvo golpeando las
puertas de sus acreedores, en Nueva York.

Así entró de lleno, como lo hicieron antes y lo harían después
otros países de la Región, en el oscuro y agotador túnel de las
renegociaciones, (ocho rondas en total, incluidas las que se
quedaron a medio camino) hasta 1994 inclusive .

A DESACTIVAR LA BOMBA

Pero ninguna de ellas le dio al país, ni a la región, el alivio
ansiosamente buscado. En el lapso, la deuda externa creció de
6.632 millones a 12.633 millones, en 1993. El trozo de deuda con
el que carga cada ecuatoriano pasó de 572 dólares en 1980 a
1.150, en 1993.

Ello impulsó a algunas organizaciones políticas y sociales en
América Latina a levantar la tesis de que la deuda era impagable.
Esta corriente, impulsó nuevos acontecimientos.

Temprano, en enero de 1984, se reunió en la capital ecuatoriana
la Conferencia Latinoamericana de Presidentes, que sugirió un
tratamiento multilateral del tema; al año siguiente, muchos
cristianos concurrieron gustosos a tierra de los moros -La
Habana- para quejarse en coro que era difícil cargar con el cada
vez más pesado fardo de la deuda, y los ecos de una "OPEP de los
pobres" o de un "club de deudores" comenzaron a resonar en los
elegantes pasillos del FMI, el BM y los salones donde se reunían
los Siete Grandes.

Mientras, los deudores, en su mayoría latinoamericanos, iban y
venían en interminables rondas que concluían en acuerdos que no
hacía sino postergar el estallido de la bomba.

Solo entonces, los banqueros decidieron "desactivar" la deuda.
Reservaron fondos para cubrirse de eventuales insolvencias de sus
morosos y aparecieron los "menús de opciones", (múltiples
alternativas de renegociación) que después adquirieron la patente
norteamericana en los planes Baker y Brady, cuando el gobierno de
ese país entendió el peligro político de la deuda.

Las renegociaciones ecuatorianas transitaron en medio de esos
acontecimientos y los acuerdos reflejan ese contexto cada vez más
flexible: los dos primeros (1983 y 1984) contienen la
postergación de los plazos de pago períodos cortos y nuevos
créditos. Las dos siguientes, plazos más largos y renegociaciones
plurianuales. El de 1994 recoge los instrumentos más recientes:
reducción de la deuda a través de bonos que tienen la garantía
del gobierno de Estados Unidos.

¿El fin del calvario?

Doce años después de que estallara la crisis de la deuda, los
acuerdos parecen no poner fin al problema, pues se cuestiona la
capacidad de pago, en un momento de recesión económica del
Ecuador y muchos otros países.

"El aumento de la tasa de interés, la grave inestabilidad
cambiaria, el deterioro de los términos de intercambio, son los
detonantes, finales de la crisis", sostenía en 1989, Abelardo
Pachano, negociador ecuatoriano por dos ocasiones.

Si eso es así, la solución definitiva del problema, no puede
omitir la reestructuración del sistema económico mundial. Tenemos
que buscar normas que permitan el desarrollo estable y libre del
comercio internacional; luego, debemos capitalizar los organismos
financieros de desarrollo y modificar la condicionalidad de los
mismos; y, adecuar nuevas normas de política financiera
internacional, porque no podemos permitir que un país utilice la
tasa de interés como instrumento que le favorezca la captación de
recursos para apoyar un programa individual de desarrollo, en
desmedro de los demás, agregaba

ALGUNOS HITOS DE LA DEUDA

- 1982. El 18 de octubre los negociadores del gobierno de Hurtado
se reúnen por primera vez con los acreedores para renegociar la
deuda que se vence entre noviembre de 1982 y diciembre de 1983.

- 1983. En marzo se sucretiza la deuda privada ecuatoriana. El 12
de octubre, se llega al primer acuerdo con la banca. En noviembre
se inician las conversaciones para renegociar la deuda que se
vence en 1984.

- 1984. En enero se realiza en Quito la Conferencia Económica
Latinoamericana. El 20 de abril se llega al segundo acuerdo con
la banca.

- 1985. En diciembre, el gobierno de León Febres Cordero culmina
la renegociación de la deuda que se vence entre diciembre de 1985
y 1988.

- 1986. El Gobierno limita la capitalización de la deuda externa
a las empresas que tienen deuda sucretizada.

- 1987. En febrero se suspenden los pagos de deuda. El 9 de
octubre se llega a un nuevo acuerdo con la banca para refinanciar
los tramos vencidos.

- 1988. El cuarto trimestre, el nuevo gobierno, de Rodrigo Borja,
reinicia contactos con la banca.

- 1989. El Citibank debita 80 millones de las cuentas del Banco
Central del Ecuador. El Gobierno anuncia que realizará pagos
parciales mensuales de los intereses a sus acreedores.

- 1990. El Gobierno asigna 120 millones de dólares para realizar
pagos parciales mensuales equivalentes al 30% de los intereses.

- 1991. Las negociaciones con la banca se estacan frente a la
negativa de ésta de aceptar una reducción del 70% de la deuda.

- 1992. En agosto, el nuevo gobierno, de Sixto Durán Ballén,
suspende el pago parcial de intereses y formula una propuesta
"ortodoxa", rechazada por no enmarcarse en el Plan Brady.

- 1993. Renuncia el ministro de Finanzas, Mario Ribadeneira,
principal negociador ecuatoriano y su reemplazante, César
Robalino reinicia los contactos.

- 1994. Acuerdo con la banca para una reducción del 45% de la
deuda susceptible de renegociación.

UN ACTOR CASI DIRECTOR

Actor de primera línea, en el drama de la deuda externa en estos
doce años, ha sido el Fondo Monetario Internacional. En este
lapso, Ecuador ha presentado nueve cartas a este organismo y la
suscripción de las mismas es aval indispensable requerido por la
banca para llegar a los acuerdos.

A tono con los tiempos, la promesa básica de esos documentos son
en primera instancia un ajuste de la economía, y luego, conforme
avanza la crisis, las reformas estructurales La siguiente es la
cronología de las cartas presentadas al FMI.

- 24 de marzo de 1983, para obtener un préstamo contingente de
157 millones de degs.

- 19 de abril de 1984.

- 9 de enero de 1985, con una solicitud de 105 millones de degs.

- 14 de julio de 1986, como antecedente para un préstamo por 75.4
millones de degs.

- 3 de diciembre de 1987.

- 7 de agosto de 1989, con una solicitud de préstamo de 109
millones de degs.

- El 2 de febrero de 1990.

- En 1994 se presenta y suscribe la última de las cartas de
intención.

CORTOS DE LA DEUDA

- Buena parte del crecimiento del monto de la deuda se debe al
monto de las obligaciones en mora, en que entró el país
particularmente, a partir de febrero de 1987.

- A partir de 1991, el monto de la deuda crece a menor velocidad
que en el pasado.

- Ocho rondas de renegociación se realizaron en los últimos doce
años, la última de ellas, en 1994.

- Los acuerdos a los que se llegó reflejaron la evolución del
problema hacia condiciones cada vez más flexibles en el mundo
financiero internacional.

- La deuda por habitante también se duplicó en el lapso
analizado.

- Las renegociaciones han estado vigiladas permanentemente por el
FMI, que en la última etapa de los acontecimientos entró a
financiar parte de los arreglos, no solo de Ecuador, sino de
otros países del mundo.


EVOLUCION DE LA DEUDA
-en millones de dólares-

AÑO VALOR

1982 6.632

1985 8.110

1990 11.855

1991 12.271

1992 12.122

1993 12.663

1994* 12.968



EL PESO DE LA DEUDA
-relación del servicio frente a la deuda-

EXPORT. SERV. DEUDA EXPORT./SERV.

1982 2.327 1.988 85.4%

1985 2.907 1.163 55.5%

1987* 2.021 960 47.5%

1990 2.714 1.292 47.6%

1991 2.851 1.290 45.2%

1992 3.008 1.376 45.7%

1993 2.904 1.067 36.7%
(5A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 07/Junio/1994

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el