Quito. 12 jul 99. La deuda -causa y consecuencia de la crisis
económica- saltó de nuevo al primer plano de los medios de
prensa. También se instaló en la agenda del Gobierno.

¿Hay salidas para aliviar el peso de un problema superior a los
16 mil millones de dólares? LIDERES analiza en esta entrega las
posibles salidas, incluyendo la fórmula de la condonación de la
deuda o una reestructuración válida.

La crisis nacional se caracteriza por caídas en la producción
global y de otros sectores; inestabilidad en el comportamiento
de sus principales variables macroeconómicas; caída de inversión
productiva; aumento del desempleo y subempleo; alza de precios;
deterioro de la relación de precios de intercambio; grave
desequilibrio comercial y financiero; aumento considerable de los
pasivos de las empresas; devaluación del sucre y crecimiento
desmesurado de la deuda externa.

En un escenario donde países como Ecuador empiezan a tener serios
problemas de pagos (aunque sobre la voluntad política), cabe una
revisión de las reglas impuestas por países y organismos
acreedores. Por lo tanto, la responsabilidad del problema de la
deuda debe ser compartida por el país deudor, por los países
desarrollados, la banca internacional y los organismos
multilaterales.

La deuda externa ecuatoriana alcanza USD 15 881,17 millones. De
esa cifra, la deuda externa pública ocupa el 82,38 por ciento.
Mientras tanto, la deuda interna pública supera los USD 2 860
millones.

La reprogramación o reestructuración de deuda pública es
prioritaria para el Gobierno. El total de deuda publica bordea
ahora los USD 16000.

Según la publicación Carta Económica, el monto de deuda interna
tuvo un alza importante el año pasado. Mientras en 1996 y 1997
se ubicó en 776 y 787 millones de dólares, respectivamente, en
1998 ascendió a 2 024 millones; o sea, 157 por ciento de
crecimiento.

Uno de los tramos de deuda externa pública que ocasiona más
problemas son las obligaciones con gobiernos y el Club de París.
Ambos rubros suman 2 357 millones de dólares. De ese monto, USD
1 035 millones son deudas con el Club de París y se requieren USD
500 millones para cubrir su servicio, incluyendo atrasos. ¿Cuáles
son las estrategias de reestructuración? LIDERES la explora.

El Gobierno creó la Unidad de Reestructuración de Deuda Pública
para que proponga salidas. ¿Qué hace ese organismo que depende
directamente del Ministerio de Finanzas? Busca cambiar el perfil
de las obligaciones, para que sean reemplazadas por deuda a
mediano y largo plazos y en condiciones financieras más
ventajosas.

La idea de esta Unidad es lograr que los desembolsos por servicio
de deuda pública sean menores cada año. Y para los casos de deuda
interna y con el Club de París se necesita un acuerdo con el
Fondo Monetario (FMI).

Actualmente, el total de la deuda pública supera los 15 900
millones de dólares, monto que equivalente a todo el Producto
Interno Bruto (PIB) del país previsto para este año.

Por ahora, el problema urgente es cumplir con los compromisos de
deuda interna. Sin embargo, desde el 2001 se avecina el problema
de los Brady.

En 1993, el país renegoció su deuda externa bajo el plan Brady.
Previamente se hicieron estudios sobre el crecimiento del Ecuador
y se contempló que el país crecería entre el 5 y 6 por ciento
anual. Ese nivel de crecimiento era la garantía para generar
suficiente riqueza interna para pagar esas deudas. Pero la
realidad es otra cosa: Ecuador viene pagando solo intereses y,
a partir del 2001, empezará a pagar el capital. El monto de deuda
en bonos Brady asciende a 5 800 millones de dólares, divididos
en cuatro tipos de bonos: IE, PAR, DISC y PDI. Este último
representa el 45 por ciento del total de la deuda. Los bonos a
la PAR y los DISC representan el 52 por ciento, mientras los IE
suman el 3 por ciento del total. Los bonos PDI no tienen garantía
de pago, los IE sí cuentan con ese respaldo.

De ahí que USD 3 000 millones ya estarían cubiertos (PAR y DISC),
debido a que tienen una garantía en bonos del Tesoro de EE.UU.
por ese valor, hasta el 2025. Pero el país debe pagar los
intereses que suman 180 millones anuales.

En el caso de los bonos PDI, el país paga, anualmente, unos 80
millones de dólares por intereses. Y recién empezará a amortizar
el capital desde el 2005.

Otro grupo de deuda corresponde a los organismos financieros
multilaterales. Este tramo de deuda asciende a unos 3 500
millones de dólares. Y solo al BID se le debe el 51,41 por ciento
del total de esta deuda. Un nivel de dependencia altamente
preocupante.

DEUDA INTERNA

Pros y contras de una condonación

ANA LUCIA ARMIJOS

Ministra de Finanzas

La Ministra de Finanzas tiene su propia explicación del problema
de la deuda. Pone énfasis en la urgencia de abordar los
compromisos internos.

Según la Ministra, los planteamientos relacionados con
reducciones o condonación de deuda, en la parte técnica, los
maneja la cartera a su cargo. En tanto que los planteamientos
políticos los lleva adelante la Cancillería.

Desde el punto de vista técnico, el foro en el cual se propone
una reducción o condonación de deuda es, necesariamente, el Club
de París. Esto es así porque ahí están agrupados los países
acreedores de nuestra deuda.

La estrategia del Gobierno es ir a una reestructuración de todo
lo que el país adeuda al momento al Club de París: algo más de
1 000 millones de dólares, incluyendo atrasos por más de 500
millones de dólares.

La Unidad de Reingeniería de la Deuda, dirigida por Juan
Montúfar, es una unidad conjunta (Banco Central-Ministerio de
Finanzas). Según Armijos, está lista la estrategia para presentar
al Club de París. En el caso ecuatoriano, en virtud de los
ingresos per cápita, al país le correspondería estar sometido al
llamado "término de Houston". Eso significa que aspiraría a
condonaciones en la deuda concesional de hasta 20 años plazo y
la deuda comercial hasta 15.

Dentro de esos parámetros, la propuesta para lograr un alivio de
la deuda, es mostrar que el país esta pasando un período crítico,
"por el entorno macroeconómico sumamente negativo", el cual se
añadido una serie de "shocks" tanto internos como externos.

Lo que se aspira plantear es una condonación superior al
porcentaje que está establecido en los acuerdos bilaterales para
países en nuestras condiciones

¿Cómo funciona la condonación? Las deudas por pagar no se las
cancelaría a los prestamistas. Esto, con el propósito de invertir
esos recursos en proyectos sociales dentro del país.

La principal ventaja de la condonación es que no existiría la
presión por cancelar las divisas adeudadas. Pero las desventajas
son los problemas que se ocasionarían por invertir el monto por
pagar, en el interior del país, a un plazo mucho más corto.

Al tomar esta decisión, se estaría sustituyendo una deuda de
largo plazo por una de corto plazo. Y esto provocaría una presión
dentro del presupuesto.

La ventaja, entonces, está en el momento de realizar la
negociación. En el instante que se efectúe la conversión se debe
lograr una parte de condonación. De esa manera no recaerían las
presiones en el presupuesto del Estado a causa del plazo
necesario para cancelar.

No es apropiado, dice Armijos, dejar de pagar a los organismos
multilaterales. Porque si se deja de pagar a estos organismos,
inmediatamente se cerrarían todas las líneas de crédito, ya que
los multilaterales están atados en un 99 por ciento a proyectos
en ejecución.

En el caso del Club de París, el Gobierno ha venido pagando sus
deudas. Por eso hay una apertura grande por parte de los
gobiernos que conforman el Club.

¿Por qué la deuda interna ha crecido tanto? La ministra Armijos
sostiene que hay un alza por la emisión de bonos para enfrentar
la crisis bancaria: 840 millones de dólares.

PUNTO DE VISTA

La deuda tiene un menú de opciones

ALBERTO ACOSTA Experto en el tema de deuda

La solución al problema de la deuda es cuestión de imaginación.
Ecuador tiene un menú de opciones en ese sentido.

Y antes de analizarlas, se debe diferenciar la deuda privada de
la pública. En cuanto a la privada, una reflexión inicial: "no
debe sucretizarse", puesto que el Estado ecuatoriano no debe -ni
puede- asumir su costo.

En cuanto a la deuda pública ecuatoriana, deben considerarse sus
cuatro categorías: bilateral, multilateral, comercial y con
proveedores.

La deuda con proveedores (0,5 por ciento del total) debe pagarse
para mantener la credibilidad internacional. La deuda bilateral
(18 por ciento del total), está compuesta principalmente por
deuda con el Club de París, y es la que puede ser condonada. De
hecho, belgas, suizos y alemanes ya lo han hecho. Se destaca la
condonación suiza, que sugiere una alternativa a la simple
condonación: la creación de fondos de contravalor para fines
sociales. Finalmente, se puede trabajar en el programa para
países pobres muy endeudados (HIPC).

Ecuador cumple los requisitos para tener trato preferencial:
relaciones deuda/PIB de 81 por ciento y deuda/exportaciones de
396 por ciento (parámetros de país severamente endeudado);
servicio/exportaciones de 27 por ciento; intereses/exportaciones
14 por ciento (endeudamiento moderado).

Sin embargo, hay otros dos factores a considerar: el ingreso per
cápita es de 1 200 dólares (fuera del margen establecido de 765
dólares) y cumple sus compromisos internacionales.

En cuanto a la deuda multilateral, las posibilidades van más allá
del refinanciamiento, donde las amortizaciones se cubren con
nuevos desembolsos.

Por ejemplo, ésta podría ser considerada condonable dentro del
HIPC. Otra opción sería emplear la pagos de esa deuda con
carácter nacional para financiar proyectos sociales.

Finalmente está la deuda comercial (Brady y eurobonos), que ha
sido manejada desde la recompra, canje por capital o
privatización con papeles de deuda. Puede ser tratada desde otro
ángulo. Una posibilidad es cambiar bonos (trabajando con plazos
largos) o emitir nuevos bonos, pero a valor de mercado
(colateralizando el capital con Bonos del tesoro de EE.UU.).
También se puede transformar la deuda Brady por deuda con
organismos multilaterales. El servicio debería atarse a cláusulas
de contingencias.

Finalmente, una salida interesante: la deuda ecológica, que
consiste en un acuerdo de los países amazónicos e
industrializados. Los primeros se comprometen a proteger las
riquezas ecológicas a cambio de la suspensión del servicio de la
deuda bilateral. Los segundos deberían crear un fondo ecológico,
permitiendo a los ciudadanos que tengan papeles de deuda
depositarlos en ese fondo, para obtener como contrapartida
descuentos de índole fiscal (como el impuesto a la renta).

Sea cual sea el caso, el Ecuador debe buscar la ampliación de los
puntos de coincidencia de los países deudores y mantener una mesa
abierta a la negociación no confrontacional, pero sí
argumentativa. De la condonación, si se da, deben, además, quedar
lecciones sobre el uso de recursos extranjeros. En suma, debe
definirse una política de endeudamiento con un equipo capaz y
honesto que, partiendo del menú de soluciones, encuentren la
mejor.

La condonación no es la solución

MAURICIO PINTO Ex Ministro de Finanzas

En estos momentos de crisis, lo que el país necesita es inversión
productiva que genere dinero nuevo.

En ese sentido, yo discrepo con el espíritu con el que se maneja
el tema de la condonación. Las posibilidades y el tramo de deuda
condonable son mínimos. Y lo único que se podría reducir es la
deuda con el Club de París. Pero esas son cifras que al país no
le van a hacer rico de la noche a la mañana.

En realidad, Ecuador ni siquiera ha pagado esa deuda, pues no ha
hecho desembolsos efectivos o pagos reales; lo que ha hecho es
refinanciarla (neutralizando ingresos y egresos). Así, la
condonación no significaría una entrada de recursos. Al
contrario, pondría al país en una lista negra a nivel
internacional, debido a su incapacidad de pago; declarándolo
inviable para préstamos posteriores.

Pero lo que el Ecuador necesita es dinero, inversión y generación
de riqueza. Los recursos están ahí y solo hace falta explotarlos
en beneficio propio. Por lo tanto, el ánimo de la gente, al
pensar en la condonación, es negativista, pesimista y con
complejo de pobreza (comparando a un Ecuador rico en recursos,
con países que viven en extrema pobreza).

Lo que el país debe hacer es cambiar de mentalidad y pensar en
el futuro. En otras palabras, es hora de que pensemos en función
de la producción, que es la que genera dinero nuevo.

El dejar de pagar no va a darnos ese dinero nuevo que se requiere
para inversión y el desarrollo social.

Antes que en la condonación, los esfuerzos deben hacerse en dos
vías: dinamización productiva (petróleo, banano, camarón, flores,
vegetales) y generación de seguridad legal. El Ecuador no
necesita que le regalen cosas, sino que le den empleo. ¿La
condonación acaso generaría trabajo?

En especial, el establecimiento de un marco jurídico responsable
será el motor necesario para esa inversión directa productiva.
Los problemas del país no son económicos sino políticos. Si se
resuelven los problemas políticos, los económicos son fáciles de
solucionar.

A nivel técnico, la alternativa lógica es generar dinero interno
a través de la privatización de las compañías telefónicas y otras
empresas, con el objetivo de recomprar deuda.

Esto es lo que generaría ahorro real. De hecho, la recompra no
es difícil, aunque debe manejarse a través un programa lento que
impida que se dispare el papel. Se requieren técnicos capacitados
que trabajen con discreción y manejen una política de
endeudamiento consistente. Un manejo responsable de deuda dará
una imagen de seriedad del país a los ojos del exterior.

La deuda del país no es impagable. Lo que existe es una economía
pequeña frente a un elevado crecimiento de las necesidades. No
obstante, no es un problema irresoluble. El país tiene un gran
potencial si desarrolla credibilidad, confianza y seguridad. Ya
no hay teorías económicas en el mundo separadas de la
globalización.

En conclusión, a pesar de que las gestiones deben hacerse, la
condonación de la deuda es un tema sin mayor sentido. Se está
buscando la enfermedad en las sábanas y no donde está. Las
políticas gubernamentales deben buscar el retorno de los
capitales y la inversión productiva y social. åSi no hay cambios,
el país tocará fondo, es decir se dará una explosión social.

Sí es posible comprar bonos Brady

Antes que una renegociación de bonos, la propuesta del partido
de Gobierno (DP), encabezado por el diputado Alejandro Aguayo,
consiste en la compra total de los bonos Brady (deuda comercial).

Si bien el sistema puede ser criticado por los tenedores de
deuda, a su parecer, éste debería ser un objetivo nacional para
este año. Su aplicación lograría una reducción del 40 por ciento
de la deuda externa pública.

De hecho, se calcula que la deuda en los Brady suma 5 883
millones de dólares (valor nominal), misma que podría ser
comprada a su valor real de mercado en unos 2 296 millones de
dólares.

Una ventaja adicional es que los bonos PAR y los Discount tienen
una garantía colateral de Bonos del Tesoro de EE.UU., por USD 740
millones, que por ser garantía no son parte de la deuda, por lo
que el pago neto sería de USD 1 556. Así, el valor nominal del
capital bajaría en 4 327 millones de dólares. La recompra tiene
más validez si el valor de los papeles en el mercado es de 0,35
dólares frente a cada dólar de valor nominal, y los Brady
perciben un interés del 8 por ciento sobre el valor nominal; no
sobre el valor real. "Esto da un rendimiento real neto de 23 por
ciento sobre la inversión real".

Los recursos se obtendrían de préstamos externos, los nuevos
impuestos aprobados, una facilidad petrolera y el eficiente
manejo en las refinerías (que generaría 850 millones de dólares).

Tres opciones para bajar la carga

El Partido Social Cristiano (PSC) planteó la reingeniería para
reducir el peso de la deuda en el presupuesto general del Estado.
La propuesta surgió frente a la oposición respecto al
establecimiento de otras formas de ingreso, como la circulación
de vehículos y a los capitales de las empresas. Las alternativas
propuestas son tres:

Primero, el cambio de papeles de deuda próxima a vencerse, con
bonos de plazo mayor y diferente tasa. El beneficio para los
tenedores de los papeles es, justamente, que los nuevos tendrían
mejor rentabilidad.

La otra forma es la recompra de deuda por parte del Estado, con
recursos provenientes del propio recorte en la recompra de
papeles de deuda.

Además, los excedentes por ingresos o utilidades de firmas
estatales, propiedad del Fondo de Solidaridad, ingresarán para
inversión social, evitando obtener recursos vía deuda.

Una tercera opción es lograr que los bonos sean parte de recursos
a invertirse en el país. Es decir, que los tenedores de papeles
de deuda coloquen esos recursos en el país o que otros
inversionistas compren esos papeles y los coloquen como parte de
inversiones en el mercado nacional.

Además, como consecuencia de la administración de pasivos se
reduciría el endeudamiento interno unos 55 millones de dólares.
En total, la reingeniería permitiría un ahorro al presupuesto de
unos 255 millones de dólares.

Un proyecto que está en camino

El partido Izquierda Democrática como tal no tiene una propuesta
concreta sobre el tema de la deuda externa, aunque ya se trabaja
en ella. Sin embargo, el diputado Guillermo Landázuri, presidente
de la comisión económica del Congreso Nacional propone algunas
soluciones.

Para él, en la actual coyuntura es necesario hacer un esfuerzo
sobre el tema de la condonación como parte del G8, generando una
política de Estado en tal dirección. Otra alternativa es realizar
una recompra de papeles de deuda que permita un ahorro de
recursos al Gobierno, y en concreto al presupuesto.

La creación de un Consejo Nacional de deuda es otro punto que
sería de gran respaldo para la realización de cualquier política
sobre el tema.

Este Consejo sería el encargado de generar una política de
endeudamiento compatible con las necesidades del país y destinada
a apoyar proyectos de inversión productiva.

Además, debería tener en cuenta los principios constitucionales
referidos a este aspecto, que se encuentran contenidos en el
numeral nueve del artículo 244 de la Constitución de la
República.

En concreto, en una Economía Social de Mercado es obligación del
Estado mantener una política fiscal disciplinada, fomentar el
ahorro y la inversión, incrementar y diversificar las
exportaciones y cuidar que el endeudamiento público sea
compatible con la capacidad de pago del país.

Pachakutik tiene sus propuestas

La necesidad de una política clara respecto al manejo de deuda
y que esté a cargo de un equipo capacitado y consciente, es un
prioridad para el bloque legislativo Pachakutik. En este sentido,
su principal representante, la diputada Nina Pacari, ha lanzado
su propuesta. Esta consiste en la formación de un equipo de
trabajo que busque la reducción del peso de la deuda en el
presupuesto del Estado.

El mecanismo en sí buscaría la condonación de la deuda de los
principales acreedores en forma total o al menos parcial. Para
tal objetivo, es necesaria, a decir del partido, la formación de
una Comisión Permanente de Negociación de la Deuda Externa. Este
ente estaría integrado por miembros de varios sectores de la
sociedad. En concreto, la comisión contaría con representantes
del Congreso Nacional, el Gobierno, la Conferencia Episcopal, las
FF.AA., la Conaie, las Cámaras de la Producción y la Federación
Nacional de Economistas del Ecuador.

De hecho, algunas de estas entidades ya se han pronunciado en
estos términos. Joaquín Zevallos, por ejemplo, presidente de la
Cámara de Comercio de Guayaquil, ha marcado la posición del
empresariado. "Destinar el 42 por ciento del Presupuesto General
del Estado (PGE) a servir la deuda es inmanejable". Su propuesta
se basa en reprogramarla según la capacidad de pago del Ecuador.
Esto se fundamenta en la imposibilidad de sostener su servicio.
(Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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