BOGOTÀ.El presidente saliente de Colombia, Álvaro Uribe, demandó ayer a su colega de Venezuela, Hugo Chávez, ante la Corte Penal Internacional, horas antes de la asunción presidencial de Juan Manuel Santos y de que se hubieran producido señales alentadoras para resolver la crisis bilateral.

El anuncio hecho por el abogado de Uribe, Jaime Granados, cayó como una bomba solo unas horas después de que desde Caracas el presidente Hugo Chávez informara por sorpresa de que su canciller, Nicolás Maduro, le iba a representar en la investidura de Santos.

También dijo que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que estuvo hoy en Caracas y ya se encuentra en Bogotá, llevaba una "misión", que no especificó, a la capital colombiana.

Hasta ahora, no ha habido reacción oficial desde Caracas al anuncio del abogado Granados, quien precisó que hay una demanda interpuesta ante la CPI contra Chávez y otra en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos contra Venezuela por violación de esos derechos.

En el momento en que se conoció la noticia, por medio de emisoras de radio, Uribe ofrecía una recepción a los invitados a la toma de posesión de Santos como despedida después de ocho años de Gobierno.

La jornada previa a la investidura de Santos comenzó con un Consejo de Ministros encabezado por él y Uribe, al que asistieron los que dejan el puesto y los que les dan el relevo.

Entre tanto, el grueso de los invitados a la investidura de Santos llegó a Bogotá, una ciudad blindada por unos 40.000 policías y militares para evitar atentados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) u otros grupos armados.

En total son 80 delegaciones internacionales las que acompañarán a Santos en su toma de posesión, incluidos 14 presidentes, dos vicepresidentes, tres primeros ministros y el Príncipe Felipe de Borbón, heredero de la Corona española.

La crisis entre Colombia y Venezuela, sin relaciones diplomáticas desde el 22 de julio, fue tratada por varios de los presidentes llegados hoy, como el uruguayo José Mujica, que se reunió con Santos y percibió que tiene "muy buena" disposición para recomponer las relaciones con Venezuela.

Pero fue desde Caracas de donde vino la noticia más prometedora, que puede haber quedado en nada tras el anuncio del apoderado legal de Uribe: la presencia del canciller Nicolás Maduro en Bogotá.

Ni Lula ni el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Néstor Kirchner, también procedente de Caracas, hicieron declaraciones a su llegada a Bogotá.

El ex presidente argentino se limitó a decir que el cambio de mando en Colombia es una oportunidad para que los pueblos de la región "puedan seguir creciendo y confraternizando para construir una América Latina para todos".

El que sí habló fue el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, quien instó a las FARC a deponer las armas y encarar una solución "política y pacífica" al conflicto armado "como propuso el presidente Álvaro Uribe", con quien se reunió hoy en Bogotá.

El presidente peruano, Alan García, señaló que el cambio de mando "va a impulsar los beneficios" cosechados durante el Gobierno Uribe, mientras que su colega de México, Felipe Calderón, subrayó la necesidad de que su país y Colombia sigan trabajando juntos "por la libertad y la democracia".

El panameño Ricardo Martinelli deseó "muchas bendiciones y felicidades" al Gobierno que encabezará Santos desde mañana, y el chileno Sebastián Piñera subrayó que Santos no solo "tendrá el desafío de lograr que Colombia deje atrás la violencia" sino acabar con la pobreza y el subdesarrollo.

El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, uno de los que se reunió hoy con Santos, hizo votos para que todos los Gobiernos de la región normalicen relaciones con el suyo, al que la mayoría de los suramericanos no reconoce porque las elecciones que le llevaron a la Presidencia se celebraron con el país gobernado por las autoridades emanadas del golpe de Estado a Manuel Zelaya.

"Honduras está con los brazos abiertos y con el deseo permanente de que todo se normalice entre unos y otros", dijo.

Además de la confirmación de la presencia de Maduro en Bogotá, también se confirmó hoy que Nicaragua enviará a su vicepresidente, Jaime Morales Carazo, en representación del mandatario Daniel Ortega.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo ayer que no iba a Bogotá porque no había sido invitado y no mencionó que fuera a tener un representante en la ceremonia. Cuba, otro de los países aliados a Chávez, está representado por un vicecanciller.

Uno de las invitados más esperados es Rafael Correa, presidente de Ecuador, cuyo país no tiene relaciones diplomáticas plenas con Colombia desde marzo de 2008.

Desde Quito se informó hoy de que Correa llegará mañana mismo acompañado por cuatro ministros.

Para el sábado está también prevista la llegada del Príncipe Felipe y del canciller Maduro, mientras que Cristina Fernández, mandataria de Argentina, es esperada al filo de la medianoche de hoy. (EFE)
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