Quito. 23 abr 97. Previsiones económicas de varios expertos
contradicen los planteamientos y metas propuestos por el
Gobierno interino de Fabián Alarcón por considerar que son
optimistas en demasía, situación que sumada a la percepción
que tienen los inversionistas extranjeros sobre Ecuador
permiten prever un nuevo año de estancamiento para el aparato
productivo.

A inicios del mandato de Alarcón Rivera se indicó oficialmente
que la administración había heredado un desfase fiscal del
6,6% del PIB (Producto Interno Bruto), razón por la que debían
aplicar una serie de propuestas para reducirlo al 2,5%.

Empero, desde la óptica de los analistas las resoluciones que
se tomaron son insuficientes y no todas son ejecutables, por
lo que la brecha a fines de 1997 sería superior y bordearía el
3,5% del PIB. Asimismo, sostienen que de la forma en que esta
se financiará depende el impacto que tendrá en el resto de
variables económicas como la inflación, tasas de interés y
dólar, factores que a su vez inciden en la toma de decisiones
de los agentes económicos sobre inversión productiva o
financiera.

En esas circunstancias, en caso de que no se opte por corregir
el déficit con mecanismos permanentes, consideran que
cualquier régimen que resulte electo para gobernar el país a
partir de 1998 deberá aplicar un severo plan de ajuste que
nuevamente impactará en la producción.

Este oscuro panorama económico impedirá la generación de
nuevas plazas de empleo, reducir los índices de pobreza y
mejorar la calidad de vida de la población por lo que el
Gobierno debería replantearse su gestión en beneficio del
país.

Preocupación latente

Al respecto, Luis Jácome, director de la Corporación de
Estudios para el Desarrollo (Cordes), opinó que los agentes
económicos conservan la preocupación por el desequilibrio
fiscal porque las proyecciones que sobre ese rubro se manejan
son superiores a los datos oficiales y bordean el 3,5% del
PIB, que representa entre 2,5 y 3 billones de sucres.

Desde su punto de vista, el Gobierno es extremadamente
optimista respecto a su capacidad de generar ingresos
adicionales y reducir la brecha fiscal sin realizar mayores
ajustes por el lado de los impuestos o de los precios de los
bienes públicos como gasolina, gas, etc.

En esta situación, lo que inquieta -añadió el experto- es que
el Gobierno está preocupado de buscar financiamiento al
déficit más que de reducirlo, metas que al concretarse tienen
diferente efecto macroeconómico.

Para Jácome un déficit del 3,5 al 4% del PIB (Producto Interno
Bruto), en gran parte probablemente tendría que ser financiado
con endeudamiento público. "Es cierto que esa opción no genera
inflación, pero en cambio sí presiona al alza las tasas de
interés, lo que frenará aún más la actividad productiva",
expresó.

No todo se concreta

Al aspecto mencionado debe sumársele que no todos los planes
de esta administración para reducir el déficit se han
concretado. Dos ejemplos claros son la disminución de la
rentabilidad para las comercializadoras de combustibles y el
cobro de la deuda a Emelec.

En ese sentido, Luis Jácome piensa que la aspiración de
reducir la rentabilidad a las comercializadoras no es factible
porque afectaría la imagen de Ecuador en el exterior ya que
implica la revisión de reglas que permitieron a los consorcios
realizar cuantiosas inversiones.

Sobre el segundo caso, el directivo de Cordes considera que
puede demorar, ya que ese es un debate de hace dos años y un
acuerdo está sujeto a una negociación que podría prolongarse.

Piden medidas permanentes

Otro factor que atenta contra la estabilidad fiscal está
vinculado con la distribución del 3% del Presupuesto General
del Estado a los gobiernos seccionales, lo que representa
alrededor del 0,7% del PIB, puntualizó.

En cuanto a las fórmulas que ya se concretaron, dijo que en
determinado momento habrá que eliminar el alza del arancel
porque deteriora la imagen del Ecuador en el exterior,
equivale a regresar a prácticas proteccionistas de hace 20
años y aumentar los ingresos por la vía fácil.

El experto sostiene que se necesitarán medidas más permanentes
para resolver el problema fiscal. "Es imprescindible que
Ecuador evolucione a una etapa en que se manejen las finanzas
públicas en base a criterios permanentes y no medidas
transitorias como las aplicadas ahora", puntualizó.

Postura oficial

Carlos Dávalos, Ministro de Finanzas, defiende la postura
oficial argumentando que "nunca dijimos que íbamos a financiar
completamente el déficit fiscal del 6,6% del PIB, sino que lo
íbamos a reducir al 2,5%".

"Esa es nuestra aspiración -agregó- y estamos trabajando en
ello", sostuvo.

Según el funcionario se han cumplido la mayoría de los
planteamientos que el Ejecutivo hizo para reducir el déficit:
el reintegro del impuesto del 8% a los rendimientos
financieros, el alza del arancel de importaciones y la
disminución en 600.000 millones de sucres de la lista de
egresos del presupuesto.

Además, dijo que se busca mejorar las recaudaciones
tributarias, aunque no se observarán resultados inmediatos
porque ese es un proceso que toma tiempo.

Reconoció que no ha podido concretarse todavía la disminución
de la rentabilidad a las comercializadoras de los combustibles
ni el cobro de la deuda que Emelec tiene con el Estado porque
deben ser negociadas.

Aseguró que al momento no hay ninguna decisión sobre el precio
de los combustibles como solución al problema del déficit,
pero aclaró que no se descarta nada a futuro.

Retomar medidas

Tomando en cuenta las circunstancias actuales, el industrial
Omar Maluk Salem sostiene que el Gobierno tiene que
obligatoriamente retomar las medidas económicas que
originalmente se plantearon: indexar el precio de los
combustibles, eliminar parte del subsidio del gas y tornar
homogéneo el Impuesto a los Consumos Especiales.

Así también debería optar por aumentar el IVA (Impuesto al
Valor Agregado) al 13% y eliminar las exenciones, con lo que
se financiaría totalmente el déficit fiscal, añadió.

Expresó que la participación de la recaudación de impuestos
debe incrementarse en relación al PIB, para que el desarrollo
socioeconómico de Ecuador sea autosustentable y no dependa del
endeudamiento interno o externo.

Según él, los impuestos deberían aportar con el 15% al PIB,
mientras que actualmente es el 7%.

Economía vs. política

Bajo esa perspectiva -relievó Maluk- el Gobierno tiene dos
posibilidades: actuar en función económica o en función
política.

"Al parecer optaría por lo segundo, lo que constituirá la
pérdida de una mejor oportunidad para rescatar al país de la
crisis", señaló.

Por ello dedujo que cualquier Gobierno que entre en 1998
tendrá que aplicar un plan de ajuste severo. "Estas medidas se
necesitan porque el país no puede seguir esperando, el ahorro
interno debe subir", concretó.

Es de esperarse que las autoridades gubernamentales tomen en
cuenta los planteamientos mencionados para que el país pueda
salir del círculo vicioso en que se encuentra y emprender el
camino hacia un desarrollo sostenido y sostenible. (Texto
tomado de EL UNIVERSO)
EXPLORED
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