Quito. 28 mar 99. La grave crisis económica y la búsqueda de
nuevos referentes identitarios luego de la firma de la paz con
el Perú empiezan a movilizar al país hacia la discusión de dos
temas que, hasta hace poco, han sido manejados en forma
oculta, recelosa y vergonzante: el centralismo y la
regionalización. Como seguimiento del debate abierto por HOY,
Fernando Carrión, director de la Flacso, razona su proyecto
como una contribución al urgente debate nacional.

"Aceptarnos diferentes"

Por Rubén Darío Buitrón

¿Usted ve una salida para el creciente conflicto regional del
país?

Hay que partir de dos consideraciones: una, que el Ecuador es
un país con altísima diversidad, y que esta diversidad se
expresa claramente después de la firma de la paz con el Perú,
cuando las identidades regionales y locales empiezan a salir a
flote. La segunda consideración es que el Estado petrolero
entró en crisis irreversible. Ahora es obsoleto e incapaz.

Estas dos consideraciones obligan a pensar en la unidad
nacional desde la diversidad, y no, como se creía, desde la
igualdad. Este es un país diverso que tiene que ser pensado de
una manera diversa.

¿Un país que no ha aceptado su diversidad?

Efectivamente. Pero me da la impresión de que, luego de lo
acontecido el lunes pasado (la manifestación callejera en el
caso Banco del Progreso), ya no hay más remedio que asumirla.

¿Cómo asumirla en una sociedad sin cultura de la tolerancia?

La mejor forma de asumir la diversidad y construir un nuevo
Estado es la descentralización. No se trata, como más o menos
se ha venido planteando, de más o menos Estado, que se limita
al debate sobre las privatizaciones, sino de construir uno
nuevo.

¿Un Estado que sume diversidades e identidades?

Un Estado que surja de la suma de las partes, como fue el
origen del país. Hay que volver a la estructura departamental
del Ecuador.

¿El país está maduro para asumir un cambio de tal magnitud?

Es un proceso muy difícil, porque muchos de los conflictos que
eran procesados centralmente, ahora serán procesados
localmente. Por ejemplo, en Guayaquil la gente se organiza
frente al centralismo, pero cuando este se acabe, los
conflictos también se descentralizarán.

Cuando se habla de "centralismo quiteño", a veces se olvida
que hay otro centralismo que, por ejemplo, monopoliza la
actividad portuaria internacional.

Sí, Esmeraldas, Manta y Puerto Bolívar han sufrido la
monopolización del puerto de Guayaquil.Como van a crearse tres
departamentos, cada uno tendría su salida hacia el Pacífico,
pero dinamizándolos.

¿Esta nueva estructura estatal implicaría un cambio de actitud
organizacional, educativa y cultural?

Definitivamente. Los partidos políticos, organizados para
elegir presidentes, tendrán que elegir a sus representantes
departamentales, tendrán que departamentalizarse y
nacionalizarse y dejarán de ser, como hasta ahora, partidos
regionales. Habrá que generar un marco institucional distinto,
y eso toma tiempo, pero ya es hora de entrar a trabajar en
este sentido.

¿Quién deberá liderar esta iniciativa del cambio estructural
del Estado?

El presidente de la República debería asumir este liderazgo y
ponerse en la cresta de la ola para conducir este proceso.
Debería convocar a sectores representativos que construyan una
propuesta alrededor de la cual se realice una discusión seria,
con un sentido patriótico nacional, no regional. Y debería
desechar posiciones como las que se vieron en Guayaquil el
pasado lunes.

Donde personajes pintorescos reinvidicaban este patrioterismo
local retirando las placas de las calles, que no conducen a
nada. habría que establecer una comisión seria que redacte una
reforma constitucional que, a mi manera de ver, debería ser
sometida a un consulta popular para que tenga alta legitimidad
y entremos en un proceso de cambio.

¿Estamos hablando, además, de un nuevo esquema de unidad
nacional?

Claro. Se divide la unidad y hay que partir de una nueva
unidad nacional basada en las diferencias. La democracia
implica respetar al otro, que es algo que en el país no se ha
ejercido y por eso es muy difícil establecer consensos. No nos
hemos reconocido como diferentes, no nos hemos reconocido en
la existencia de los otros, no hemos sido tolerantes.

Y eso no es democracia...
No, porque la democracia se fundamenta en dos cosas: en la
tolerancia y en el respeto a la diferencia.

Fernando Carrión: una regionalización del país
en siete departamentos

CURRICULO

Fernando Carrión es arquitecto, especialista en planificación
urbana.

Fue director de Planificación del Municipio de Quito, en la
administración del alcalde Rodrigo Paz.

Actualmente es director de la Flacso, sección Ecuador, y
consultor en varias instituciones.

¿Cómo gobernar
los departamentos?

En términos económicos, habría que definir lo que produce cada
región y los recursos que esta pueda generar.

Fernando Carrión, director de la Flacso, pone ejemplos:
habría que establecer porcentajes del IVA, de la circulación
de capitales, del impuesto a la renta y de los aranceles. De
este conjunto de ingresos, producidos por la región, un
porcentaje se retendría localmente.

La parte que no se queda en las regiones serviría para
establecer un fondo de redistribución departamental, 'porque
si no lo hacemos así, los departamentos ricos seguirán siendo
ricos, y los pobres seguirán siendo pobres".

Esto llama a la reflexión, pues, siendo justos, la única
provincia que podría subsistir con sus propios recursos sería
Sucumbíos, por los ingresos petroleros.

Claro, por eso las regalías petroleras deberían manejarse
centralmente para que haya un proceso de redistribución.

¿Cómo se gobernarían estos departamentos?

El gobernador, prefecto o como se designe el cargo, deberá ser
elegido por votación popular directa.

Aparte, deberá haber una asamblea o un consejo departamental
con atribuciones mucho más amplias de las que tienen ahora los
consejos provinciales, es decir, con capacidad de legislación
y, en algunos casos, de generar tributos locales. A estos
gobiernos departamentales se les transferiría la
administración de salud, educación, obras públicas, turismo,
etcétera, para que fueran ejercidos por el gabinete de este
prefecto o gobernador electo por el pueblo.

¿El esquema implicará nuevas formas de representación y de
participación social y política?

De hecho, deberíamos empezar por discutir la relación
Ejecutivo-Legislativo. El Legislativo se vería disminuido
porque las asambleas departamentales tendrían capacidad de
legislar. Los partidos políticos también deberían ser
repensados, al igual que los distritos electorales.

El actual esquema, basado en las poblaciones provinciales,
genera una representación caótica.


Siete departamentos en el "nuevo Ecuador"

La propuesta de Fernando Carrión para la restructuración
político-administrativa del Ecuador se basa en estudios
propios, pero, además, en proyectos diseñados por la ex Junta
de Planificación y la desaparecida Secretaría Nacional de
Desarrollo Administrativo (Senda).

El actual proyecto propone siete departamentos o regiones:
Occidental, Norte, Centro-oriental, Sur, Distrito
Metropolitano Guayaquil, Distrito Metropolitano Quito y
departamento Natural Galápagos.

Región occidental: Provincias de Manabí, Guayas y Los Ríos. No
incluye el distrito Guayaquil. La capital sería el eje
Manta-Portoviejo-Montecristi. Su salida al mar sería el puerto
de Manta.

Región norte: Provincias de Pichincha, Esmeraldas, Sucumbíos,
Carchi, Imbabura, Orellana y Napo. No incluye el distrito
metropolitano de Quito. La capital sería Ibarra. La salida al
mar para esta región sería el puerto de Esmeraldas.

Región centro-oriental: Provincias de Chimborazo, Cotopaxi,
Tungurahua, Bolívar y Pastaza. La capital podría ser Ambato o
Riobamba, aunque existe la posibilidad de que las dos ciudades
manejen una capitalidad conjunta.

Distrito metropolitano de Guayaquil: Comprende un área de 4.
861 kilómetros cuadrados y una población de casi dos millones
de habitantes.

Distrito metropolitano de Quito: Comprende un área de 3.984
kilómetros cuadrados y una población de aproximadamente un
millón y medio de habitantes.

Región del Sur: Estaría integrada por las provincias de Loja,
El Oro, Zamora Chinchipe, Morona Santiago, Azuay y Cañar.
Según el proyecto, la capital sería Cuenca. La salida al mar
para esta región sería Puerto Bolívar.

Departamento Natural de las islas Galápagos: Comprende el
actual territorio, con una extensión de 8.010 kilómetros
cuadrados y 14.713 habitantes.

LA REGIONALIZACION

Quito

Mantiene su actual
estructura de distrito metropolitano, con 3.984 kilómetros
cuadrados de extensión y 1.487.513 habitantes.

Guayaquil

Al igual que Quito, se consolida como distrito metropolitano,
con 4.861 kilómetros cuadrados de extensión y 1.973.880
habitantes.

Occidental
Integrada por las
provincias de Manabí, Guayas (sin Guayaquil) y Los Ríos.
Capital: Manta-Portoviejo. Area: 41.694 kilómetros cuadrado.
Población: 3.069.159 habitantes.

Región sur

Cañar, Azuay, Loja, El Oro, Zamora Chinchipe y Morona
Santiago. Su capital sería C uenca. Extensión: 76.922
kilómetros cuadrados. Habitantes: 1.977.080

Región norte

Esmeraldas, Pichincha (sin Quito), Imbabura, Carchi,
Sucumbíos, Napo y Orellana. Su capital sería Ibarra. La salida
al mar sería por el puerto de Esmeraldas. 84.915 kilómetros
cuadrados de extensión y 1.950.800 habitantes.

Región centro-oriental
Provincias de Cotopaxi, Bolívar, Chimborazo, Pastaza y
Tungurahua. Capital: Ambato o Riobamba (puede haber doble
capitalidad). Tiene 49.736 kilómetros cuadrados de extensión y
1.376.440 habitantes.

Distrito natural Galápagos

Mantiene su territorio provincial actual. Su área territorial
es de 8.010 kilómetros cuadrados y está poblado por 14.713
habitantes.

Se lo designa como distrito natural por sus particulares
condiciones para el país y el mundo. (DIARIO HOY) (P. 10-A)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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