DAHIK VISTO POR GALLARDO

Guayaquil. 12.07.92. Medidas de shock, poca preocupación por
la distribución social y una polarización del desarrollo de la
economía hacia el sector exportador, son las principales
características del planteamiento económico del gobierno de
Sixto Durán Ballén, según opinó el ex ministro de Finanzas,
Jorge Gallardo.

El padre de las reformas económicas iniciadas por el actual
régimen cree que el nuevo gobierno fijará los precios de los
servicios públicos en base del costo de oportunidad,
provocando graves desajustes sociales.

En una entrevista con HOY en Guayaquil, Gallardo analiza el
por qué, el cómo y el para qué de cada una de las propuestas
del nuevo gobierno, al que calificó de economicista y poco
preocupado del desarrollo social.

- Como el padre de las reformas económicas del gobierno y el
único de los candidatos a vicepresidente que debatió con
Alberto Dahik, ¿qué percepción tiene del futuro económico del
país?

Creo que en el largo plazo, el nuevo gobierno se embarcará
dentro de las filosofías de los organismos internacionales,
especialmente del Banco Mundial, con medidas que comprenden
los denominados ajustes estructurales, poniendo énfasis en el
crecimiento económico y dejando a un lado el tema de la
distribución. Bajo esa concepción, y dentro de un proceso
irreversible de reformas estructurales iniciadas por el actual
gobierno, en lo económico seguirá el esquema de apertura pero
con una concepción distinta: la apertura se va a definir como
un mecanismo de desarrollo de un sector de la economía -como
en el gobierno anterior, que aplicó un modelo excluyente y
concentrador- en este caso no en el sector industrial sino en
el sector exportador.

- ¿Significa esto un desarrollo desigual?

Al seguir ese tránsito, los sectores productivos del Ecuador
no se van a integrar. El moderno y el tradicional permanecerán
totalmente aislados en el proceso de desarrollo, el cual será
desigual. Dentro de ese concepto de la apertura, este gobierno
-dentro de una política muy bien definida- comenzó un proceso
de desmantelamiento de la protección mediante una baja de los
aranceles, que tenía como punto principal velar por la
protección efectiva, es decir, que la industria con los
aranceles pueda competir con el extranjero siempre protegiendo
lo que se agrega nacionalmente a la producción.

- ¿Cómo se manejarán los aranceles?

El nuevo gobierno bajará el techo del 20% a niveles del 15 o
10%, como Bolivia y Chile, pero ya no obedeciendo a un
concepto de protección efectiva sino a uno de libre
competencia. Estos sectores de la economía ecuatoriana van a
tener serios aprietos para competir internacionalmente,
especialmente el sector industrial. Por otro lado, van
eliminar las restricciones cuantitativas al comercio exterior.

Todo lo que significan licencias previas, cupos,
autorizaciones, restricciones de importación y exportación
quedarán totalmente eliminadas para darle, dentro de la
concepción de los ajustes estructurales, una libertad total al
comercio exterior.

- ¿Es una continuación a las reformas que ustedes plantearon o
una desviación de éstas?

Diría que es una acelaración de las reformas con un proceso de
shock, tratando de hacerlas lo más rápido posible sin
consideraciones de ningún tipo, con un plazo no mayor a un
año.

- ¿Y cuál era el tiempo esperado para la continuación de las
reformas?

Según el diseño que hicimos, que no obedece a un esquema de
apertura indiscriminado, pues el Estado debía encaminar
recursos hacia los sectores que no tienen encadenamiento con
los sectores modernos de la producción, las reformas debían
seguir en un tiempo prudencial. Ahora se dejará a las fuerzas
del mercado la asignación de los recursos de la economía y
éste eligirá las mejores alternativas de rendimiento, que son
los sectores modernos de la economía.

- ¿El Estado disminuirá su intervención?

Buscarán la descentralización administrativa y financiera. En
el esquema liberal evidentemente ellos van a encontrar una
respuesta rápida en el sistema de las privatizaciones y por
consiguiente veremos un proceso acelerado de privatizaciones
como en otros países latinoamericanos. Le darán prioridad a la
Ley de Privatizaciones.

- En el corto plazo la gente tiene mucho temor de las medidas
de shock...

La gente piensa demasiado en el corto plazo (ríe). Intentarán
una disciplina de tipo monetario y fiscal, con una concepción
monetarista de balanza de pagos en la que el tipo de cambio
buscará su nivel de equilibrio. Creo que utilizarán la
flotación controlada del tipo de cambio en el Banco Central e
independizarán la política cambiaria de la monetaria, es
decir, que el tipo de cambio no origine ni emisión ni
destrucción de dinero en la economía. Las tasas de interés se
soltarán inmediatamente, comenzarán a flotar.

- ¿Y los precios?

En el nivel de precios se deben considerar dos aspectos: el
precio de los bienes y servicios públicos en el que prime el
criterio de costo de oportunidad. En dichos costos tienen que
tomarse como referencia los costos internacionales. Entonces,
se incrementarán los valores de las tarifas eléctricas,
telefónicas y los combustibles. En los últimos habrá un gran
problema en el Congreso porque existe una ley de hidrocarburos
que impone que el precio de los combustibles se fije de
acuerdo a los costos de producción y no del costo de
oportunidad. Ante esa limitante no hay lugar al criterio de
costos de oportunidad. Entonces habrán roces.

- ¿El criterio de costo de oportunidad implicaría le llevará
al nuevo gobierno a medidas de shock en el corto plazo?

Tendría que hacerlo sobrepasando la ley de hidrocarburos.

- ¿Y en cuánto a las tarifas eléctricas y telefónicas?

Así lo harán, porque INECEL es un organismo deficitario, con
una gran deuda externa por las inversiones, y con un kilovatio
hora que es uno de los más bajos de Latinoamérica. Por
consiguiente, tratarán de equiparar el precio a los niveles
latinoamericanos.

- ¿Cuáles serían los costos sociales de las medidas de largo y
corto plazo?

La cuestión social, dentro del sistema de desarrollo del nuevo
gobierno, seguirá la inercia que le imponga el proceso de
transformación económica; es decir, lo social debe adaptarse a
lo económico, suponiéndose que el mismo proceso de
modernización va a mejorar las desigualdades sociales.

La concepción de que la economía, una vez que se ajusta y
crece, va a solucionar los problemas sociales, es falso. Un
esquema de política económica de esta naturaleza va a tener un
gran impacto dentro de los sectores más desprotegidos, que son
la gran mayoría. 2A
EXPLORED
en Ciudad N/D

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