La Habana. 04.11.92. Un alto funcionario cubano dijo hoy que
la victoria de Bill Clinton en las elecciones presidenciales
de los Estados Unidos no ofrece una esperanza inmediata para
mejorar las deterioradas y hostiles relaciones entre
Washington y La Habana.
'No nos hacemos ninguna ilusión... no hay nada que nos
permita ser optimistas', dijo a los reporteros el presidente
de la Asamblea Nacional, Juan Escalona.
Mientras tanto, la radio oficial cubana se recreó en la gran
derrota que sufrió el presidente George Bush al buscar su
reelección, y lo describió como un dirigente 'incompetente y
mediocre' que había ido a parar a 'la letrina de la
historia'.
Escalona desestimó sugerencias de que la victoria del
candidato demócrata podría llevar a relaciones más moderadas
de parte de los Estados Unidos hacia Cuba.
Las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba han sido
prácticamente hostiles desde que Washington rompió relaciones
diplomáticas con la isla a principios de 1961.
'Quizás para los norteamericanos signifique algo, para los 36
millones de norteamericanos que no tienen el seguro médico,
quizás signifique algún auxilio para mejorar la educación que
es un desastre... pero para Cuba no significa absolutamente
nada', dijo Escalona.
Al ser presionado sobre la posibilidad de que un presidente
demócrata pudiera tal vez tener una relación más conciliadora
hacia la isla de gobierno comunista, contestó: 'Acuérdate que
estamos al 30 aniversario de la crisis de octubre (de 1962) y
fue una administración demócrata (la del presidente John F.
Kennedy) la que nos la desencadenó, así que ¿cuál es la
diferencia?', dijo.
Agregó que 'no, nosotros estamos preparados para lo peor y
cada día nos preparamos más para lo peor. Si lo mejor llega,
bienvenido sea, si nos aprietan más, estamos dispuestos'.
El mes pasado, Washington estrechó más el bloqueo comercial
impuesto a la isla hace 30 años y la ley para lograr esto fue
presentada ante el Congreso por un legislador demócrata que
fue apoyado por Clinton. La ley la firmó Bush.
En un comentario, la estación gubernamental Radio Rebelde
ridiculizó la derrota de Bush, particularmente sobre una
promesa que había hecho el actual huésped de la Casa Blanca de
ser el primer presidente de los Estados Unidos en visitar
'una Cuba libre'.
'La realidad en cambio lo tiene paseando hoy en la letrina de
la historia', dijo Radio Rebelde.
'La derrota de Bush es el fracaso de un incompetente, un
mediocre colmado de soberbia y lleno de ideas caducas y
viejas', agregó.
Radio Rebelde dijo que Bush había convertido los ataques a
Cuba en una obsesión personal.
Escalona no pudo reprimir una broma acerca de Bush y dijo:
'Lo único que lamento, y le mando mi más sentido mensaje, es
que no haya podido ser el primer presidente que pise la tierra
de Cuba libre y democrática'.
Al recordársele que las relaciones entre Cuba y los Estados
Unidos habían mejorado ligeramente durante el gobierno del
presidente demócrata Jimmy Carter, en la década de 1970, dijo;
'La administración Carter trató de ser un poco más sensata
pero el medio ambiente, el establishment (de los Estados
Unidos) no se lo permitió'.
Escalona dijo que la derrota de Bush fue un fuerte golpe para
los cubanos exiliados en Miami, quienes lo habían apoyado en
sus rígidas políticas contra Cuba.
Dirigentes cubanos y los medios estatales de comunicación
presentaron las elecciones en los Estados Unidos como un
ejemplo negativo del 'capitalismo' y de los sistemas de
gobierno multipartidistas que se caracterizan, dijeron, por
las mentiras, los trucos sucios y el tráfico de influencias
comprado con dinero.
Las elecciones presidenciales de los Estados Unidos terminaron
al tiempo que Cuba inicia sus propias elecciones, que se
realizarán dentro del marco inamovible del sistema de gobierno
de la isla de un partido único.
Las elecciones directas para la Asamblea Nacional deberán
realizarse a principios del próximo año.
El Parlamento de Cuba aprobó el mes pasado una nueva ley
electoral que remplaza el sistema de elección indirecta por un
nuevo sistema de voto secreto y directo para elegir a los
miembros de la Asamblea Nacional y a los de las asambleas
provinciales. (REUTER)
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