Bogotá. 10 sep 99. La caída del crecimiento, los desbalances
fiscales, el aumento del desempleo y las devaluaciones
competitivas de Brasil y Ecuador han desatado una serie de
conflictos en el seno de la comunidad andina. En este marco
varios congresistas plantearon la necesidad de realizar de
modificar las relaciones con la Comunidad subregional,
especialmente en lo relacionado con el sector agropecuario.
En1998 el flujo comercial entre países de la Comunidad Andina
disminuyó en un 5%, después de haber crecido el 20% durante
1997.
En medio de las crisis económicas de las naciones que la
rodean, Colombia persiste en la idea de la integración andina.
Las devaluaciones de Brasil y Ecuador, las medidas
unilaterales de Venezuela que obligan al transbordo de carga
en la frontera colombiana, la caída en el crecimiento
económico de los países limítrofes, las represalias de Ecuador
por medidas transitorias de salvaguardia adoptadas por las
autoridades colombianas frente a las importaciones de arroz,
repercuten sobre un país que vive su propio conflicto.
Hace unos días esta situación experimentó un nuevo brote
conflictivo. Los agricultores colombianos --especialmente los
productores de arroz y de plátano, así como algunos
parlamentarios-- pidieron que se revisaran los acuerdos
andinos relacionados con el sector agropecuario y que se
acordaran subsidios para éste.
En el fondo del complejo problema había factores que también
se experimentan en Colombia, como el bajísimo crecimiento del
Producto Interno Bruto, los desbalances fiscales, el
desempleo, los cuales han afectado las exportaciones
colombianas hacia sus vecinos. En1998 el flujo comercial entre
países de la Comunidad Andina disminuyó en un 5%, después de
haber crecido el 20% durante 1997.
Las exportaciones colombianas hacia sus socios andinos apenas
crecieron el año pasado en 0,7%. Los incrementos del 89% en
ventas de azúcar y del 174% en productos agropecuarios fueron
contrarrestados por bajas en petróleo, textiles, químicos
básicos y productos de la industria automotriz. Pero, al mismo
tiempo, retrocedieron las importaciones colombianas desde la
misma subregión en un 11%. Se compraron menos derivados del
petróleo, productos agropecuarios (sobre todo los que se rigen
por franjas de precios) y renglones industriales. De todos
modos, Colombia fue el único país andino que obtuvo una
balanza positiva en 1998.
La tendencia continuó durante los primeros cinco meses del
año. Todavía Colombia mantuvo un superávit comercial frente a
la Comunidad Andina en su conjunto, especialmente debido a la
gran reducción de sus importaciones.
Por primera vez en mucho tiempo logró una balanza favorable
frente a Venezuela, cuya medida unilateral de obligar el
traslado de la carga en la frontera a camiones venezolanos,
afectó más a ese país que a los colombianos.
Con Ecuador se logró un superávit inferior a los anteriores,
atribuido por el Ministerio de Comercio Exterior de Colombia
al efecto combinado de la revaluación real del sucre y a la
caída del producto interno ecuatoriano.
El gobierno colombiano culpa a la recesión venezolana de la
disminución en sus ingresos por exportaciones al vecino país,
aunque es evidente que la baja en el Producto Interno Bruto
colombiano y su devaluación real influyeron, a la vez, en la
reducción de sus importaciones desde el segundo socio
comercial que tiene Colombia, después de Estados Unidos.
Con respecto a Perú, país que también ha registrado una caída
en su actividad económica y una revaluación de su moneda, se
observa en este año una disminución del 31% en las
exportaciones colombianas y, a la vez, una caída del 34% en
las importaciones que provienen de allí.
Las exportaciones a Bolivia también bajaron el 3,8% durante
los primeros cinco meses de este año y en cambio las
importaciones colombianas desde allí aumentaron el 19%, debido
ena las mayores compras de productos agropecuarios.
El replanteamiento
La ministra de Comercio Exterior de Colombia, Marta Lucía
Ramírez de Rincón, fue citada al Senado de la República para
responder a una serie de interrogantes sobre la integración
andina.
Varios congresistas plantearon la necesidad de realizar de
modificar las relaciones con la Comunidad subregional,
especialmente en lo relacionado con el sector agropecuario. La
autorización para importar 150.000 toneladas de arroz
ecuatoriano en el momento en que comenzaba a recogerse la
cosecha colombiana, así como las represalias del Ecuador
(debidas a la salvaguardia interpuesta por el gobierno
colombiano para demorar la introducción de ese producto, y a
las medidas sanitarias que restringen la importación de
plátano de la misma procedencia) desataron el descontento de
los sectores productivos locales. Los senadores se quejaron de
que los productores nacionales estaban siendo afectados por la
oferta ecuatoriana de esos productos, a precios más bajos. Y
además estaban en el ambiente las medidas del gobierno sureño
contra las exportaciones de azúcar colombiano.
La ministra defiende, por encima de todo la integración
andina, sobre la base de que ésta ha dado un resultado neto
positivo para Colombia. De una exportación al área subregional
que valió 770 millones de dólares en 1991, pasó a 2.130
millones en 1998, con un crecimiento promedio del 16% anual.
El 80% de las exportaciones a la Comunidad Andina están
constituidas por productos industriales, lo cual ha permitido
al país aumentar esa clase de ventas al exterior cuando es
difícil lograrlo en otros mercados y cuando los precios de los
productos primarios están bajos.
La ministra de Comercio estima que si Colombia llegara a
plantear un cambio en sus compromisos relacionados con
productos agropecuarios dentro del Grupo Andino podría recibir
solicitudes similares sobre productos manufacturados.
Por otra parte, la funcionaria gubernamental dijo que la
licencia para importar arroz está entre los compromisos que
debe cumplir el país. (Texto tomado de Tiempos del Mundo)
fiscales, el aumento del desempleo y las devaluaciones
competitivas de Brasil y Ecuador han desatado una serie de
conflictos en el seno de la comunidad andina. En este marco
varios congresistas plantearon la necesidad de realizar de
modificar las relaciones con la Comunidad subregional,
especialmente en lo relacionado con el sector agropecuario.
En1998 el flujo comercial entre países de la Comunidad Andina
disminuyó en un 5%, después de haber crecido el 20% durante
1997.
En medio de las crisis económicas de las naciones que la
rodean, Colombia persiste en la idea de la integración andina.
Las devaluaciones de Brasil y Ecuador, las medidas
unilaterales de Venezuela que obligan al transbordo de carga
en la frontera colombiana, la caída en el crecimiento
económico de los países limítrofes, las represalias de Ecuador
por medidas transitorias de salvaguardia adoptadas por las
autoridades colombianas frente a las importaciones de arroz,
repercuten sobre un país que vive su propio conflicto.
Hace unos días esta situación experimentó un nuevo brote
conflictivo. Los agricultores colombianos --especialmente los
productores de arroz y de plátano, así como algunos
parlamentarios-- pidieron que se revisaran los acuerdos
andinos relacionados con el sector agropecuario y que se
acordaran subsidios para éste.
En el fondo del complejo problema había factores que también
se experimentan en Colombia, como el bajísimo crecimiento del
Producto Interno Bruto, los desbalances fiscales, el
desempleo, los cuales han afectado las exportaciones
colombianas hacia sus vecinos. En1998 el flujo comercial entre
países de la Comunidad Andina disminuyó en un 5%, después de
haber crecido el 20% durante 1997.
Las exportaciones colombianas hacia sus socios andinos apenas
crecieron el año pasado en 0,7%. Los incrementos del 89% en
ventas de azúcar y del 174% en productos agropecuarios fueron
contrarrestados por bajas en petróleo, textiles, químicos
básicos y productos de la industria automotriz. Pero, al mismo
tiempo, retrocedieron las importaciones colombianas desde la
misma subregión en un 11%. Se compraron menos derivados del
petróleo, productos agropecuarios (sobre todo los que se rigen
por franjas de precios) y renglones industriales. De todos
modos, Colombia fue el único país andino que obtuvo una
balanza positiva en 1998.
La tendencia continuó durante los primeros cinco meses del
año. Todavía Colombia mantuvo un superávit comercial frente a
la Comunidad Andina en su conjunto, especialmente debido a la
gran reducción de sus importaciones.
Por primera vez en mucho tiempo logró una balanza favorable
frente a Venezuela, cuya medida unilateral de obligar el
traslado de la carga en la frontera a camiones venezolanos,
afectó más a ese país que a los colombianos.
Con Ecuador se logró un superávit inferior a los anteriores,
atribuido por el Ministerio de Comercio Exterior de Colombia
al efecto combinado de la revaluación real del sucre y a la
caída del producto interno ecuatoriano.
El gobierno colombiano culpa a la recesión venezolana de la
disminución en sus ingresos por exportaciones al vecino país,
aunque es evidente que la baja en el Producto Interno Bruto
colombiano y su devaluación real influyeron, a la vez, en la
reducción de sus importaciones desde el segundo socio
comercial que tiene Colombia, después de Estados Unidos.
Con respecto a Perú, país que también ha registrado una caída
en su actividad económica y una revaluación de su moneda, se
observa en este año una disminución del 31% en las
exportaciones colombianas y, a la vez, una caída del 34% en
las importaciones que provienen de allí.
Las exportaciones a Bolivia también bajaron el 3,8% durante
los primeros cinco meses de este año y en cambio las
importaciones colombianas desde allí aumentaron el 19%, debido
ena las mayores compras de productos agropecuarios.
El replanteamiento
La ministra de Comercio Exterior de Colombia, Marta Lucía
Ramírez de Rincón, fue citada al Senado de la República para
responder a una serie de interrogantes sobre la integración
andina.
Varios congresistas plantearon la necesidad de realizar de
modificar las relaciones con la Comunidad subregional,
especialmente en lo relacionado con el sector agropecuario. La
autorización para importar 150.000 toneladas de arroz
ecuatoriano en el momento en que comenzaba a recogerse la
cosecha colombiana, así como las represalias del Ecuador
(debidas a la salvaguardia interpuesta por el gobierno
colombiano para demorar la introducción de ese producto, y a
las medidas sanitarias que restringen la importación de
plátano de la misma procedencia) desataron el descontento de
los sectores productivos locales. Los senadores se quejaron de
que los productores nacionales estaban siendo afectados por la
oferta ecuatoriana de esos productos, a precios más bajos. Y
además estaban en el ambiente las medidas del gobierno sureño
contra las exportaciones de azúcar colombiano.
La ministra defiende, por encima de todo la integración
andina, sobre la base de que ésta ha dado un resultado neto
positivo para Colombia. De una exportación al área subregional
que valió 770 millones de dólares en 1991, pasó a 2.130
millones en 1998, con un crecimiento promedio del 16% anual.
El 80% de las exportaciones a la Comunidad Andina están
constituidas por productos industriales, lo cual ha permitido
al país aumentar esa clase de ventas al exterior cuando es
difícil lograrlo en otros mercados y cuando los precios de los
productos primarios están bajos.
La ministra de Comercio estima que si Colombia llegara a
plantear un cambio en sus compromisos relacionados con
productos agropecuarios dentro del Grupo Andino podría recibir
solicitudes similares sobre productos manufacturados.
Por otra parte, la funcionaria gubernamental dijo que la
licencia para importar arroz está entre los compromisos que
debe cumplir el país. (Texto tomado de Tiempos del Mundo)
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