Un niño con parásitos no tiene posibilidad de tener un buen rendimiento en clases, debido a que se cansa fácilmente, siente desgano, le falta concentración, apetito, tiene el vientre abombado, dolor de estómago, diarrea o estreñimiento, gases, comezón anal... A veces, se presentan al mismo tiempo dos o más de estos síntomas.
Si tiene uno de estos "extraños habitantes", seguro hay otros. Los más comunes son los protozoarios (amebas que conviven con lombrices) y están los gusanos planos (solitaria), que ocupan más órganos.
Los niños mayores de 5 años son los más afectados, porque comen fuera de casa, en puestos de la calle o en los bares de las escuelas, que no tienen higiene. El riesgo crece por la convivencia escolar con otros posibles portadores.
Causan anemia, desnutrición, retraso en el crecimiento y ausentismo escolar.

La prevención

El círculo de transmisión se rompe al hervir el agua, lavar los alimentos (especialmente las frutas y verduras que se ingieren con corteza) y cocinar los productos (la carne y los mariscos). Los parásitos son destruidos en los alimentos hervidos o cocidos a temperatura de 50ºC durante cinco minutos. La mejor prevención: lavarse las manos antes de cada comida, así difícilmente llegarán al intestino de una persona que después de un examen coproparasitario siguió el tratamiento médico.
No siempre se puede consumir verduras y hortalizas sabiendo de dónde vienen; pero hay que dejarlas bajo el chorro de agua durante un largo período para que, por barrido, los huevos de los parásitos se eliminen; el agua clorada (lavandina) ayuda. La acidificación de las verduras (vinagres) no basta, pues no los destruye.
Se recomienda desparasitarse por lo menos una vez al año. No es recomendable purgar a los niños. Las abuelas aseguraban que había que hacerlo cada año, pero se ha comprobado que los purgantes eliminan nutrientes. Otros consejos: mantener la basura en recipientes con tapa, preparar los alimentos en una cocina limpia y almacenarlos en recipientes cerrados. (LM)

LAS LESIONES DEL COXIS

Los primeros auxilios para caídas muy graves

La lesión del coxis o cóccix se produce cuando el hueso pequeño que está en el extremo inferior de la columna se rompe. Son peligrosas las caídas de espalda contra superficies duras, por ejemplo, cuando se está patinando o si es que el piso está resbaloso.
Si al sentarse siente dolor o una presión en el hueso del coxis y si en la parte inferior de la columna hay moretones, podría haber fractura.
Si da primeros auxilios a una persona que recibió este tipo de golpes, siéntela sobre un aro de goma inflable o sobre cojines para lograr una posición más cómoda que alivie la presión del coxis. También adminístrele reblandecedores de heces para evitar el estreñimiento. (GCA)

NOTICIAS DE SALUD

La música mejora el cociente intelectual de los niños

Las teorías lo confirman: estudiar música mejora el desarrollo intelectual. Un estudio publicado en elmundo.es señala que los niños que acuden a clases de música aumentan su coeficiente intelectual en comparación con otros que realizan otras actividades extraescolares o que no hacen nada después del colegio.
Un grupo de científicos de la Universidad de Toronto, Canadá, analizaron a 144 niños en edad escolar que asistían a clases de canto, piano y de arte dramático, durante 36 semanas.
Después de este período, en las cuatro actividades, los chicos mostraron un aumento en su nivel de inteligencia. Los participantes de los grupos tuvieron un puntaje de 7,0 en comparación con otros chicos que lograron un promedio de 4,3 puntos en su cociente intelectual. Los expertos concluyeron que estas actividades aumentan la concentración, ya que los niños se dedican a algo que les induce a la disciplina y a la diversión. (GCA)

A ALIMENTARSE BIEN

Nueve de cada 10 pelados sufren gastritis

Se calcula que el 10% de la población de los países desarrollados sufre de la inflamación. En cambio, en América Latina, el 30%

En el Ecuador, de cada 10 niños de preescolar y escolares, ocho padecen de gastritis; entre los universitarios, en cambio, nueve de cada 10.
"La gastritis es cada vez más frecuente en los niños y en los jóvenes, porque sus hábitos alimenticios son desordenados", explica Guillermo Burbano, gastroenterólogo y endoscopista. Asegura que las consultas médicas de chicos de 8 años y hasta de menos son permanentes, porque necesitan un tratamiento.
La enfermedad es una inflamación aguda de la mucosa estomacal que presenta síntomas como dolor en la boca del estómago, náuseas, ardor en la parte abdominal hasta sentir acidez. La bacteria Helicobacter Pilori es la principal causante y se presenta en el 80% de los pacientes con gastritis, que es la enfermedad estomacal más común entre los ecuatorianos.
Otra de las razones por las que ha aumentado esta inflación estomacal entre los adolescentes es porque "les encanta comer en la calle o en las famosas "huecas" y no se dan cuenta que esos alimentos son de mala calidad, se cocinan con aceites quemados y en pésimas condiciones higiénicas", asegura Burbano. A eso se suma el estrés, el consumo de gaseosas, bebidas alcohólicas y cigarrillo.
Los dulces también perjudican. Los chicos acostumbran a cambiar un desayuno por chicles, chupetes o cualquier golosina, lo que les provoca gases y vinagrera.
La "indisciplina dietética" (comer a deshora) es otra causa del mal: "Los chicos que no comen a una hora fija tienen un desorden alimenticio, que a la larga termina en la inflamación gástrica".
La jornada de clases en algunos centros educativos es larga, los muchachos llegan a casa cerca de las 15:00 o cumplen actividades extracurriculares durante la tarde, lo que les obliga a comer a deshora. De ser así, prepáreles alimentos caseros a base de ensaladas, frutas y sopas.
Y si almuerzan en casa, exíjales a sus hijos cumplir los horarios de familia como una rutina de responsabilidad. (GCA)

CUÍDESE DE LAS QUEMADURAS DE SOL

Una gorra o un sombrero puede ser una buen opción

A veces, un bloquedor solar no es suficiente para evitar los daños del sol, especialmente las manchas en la cara a causa de las quemaduras. Por eso se recomienda, además del protector, utilizar una gorra o un sombrero, que aunque no es tan cómodo, sí protege el rostro.

Aplíquese leche de magnesia en el rostro

Si ha sufirdo una quemadura por el sol, lo mejor para quitar el ardor y, sobre todo, para evitar futuras manchas, es untarse leche de magnesia. Esta fórmula ayuda a hidratar su piel, evita que se formen pecas y alivia el dolor de la piel quemada.

La yema de huevo es un súper hidratante

Hay otra alternativa: aunque usted no lo crea, el huevo también es eficaz. En caso de una quemadura, puede utilizar su yema. Úntese en forma circular. Cuando se seque, vuelva a colocársela. Esto es más efectivo si lo hace durante todo el día.

El hielo o las compresas Refrescan la piel

El pepino también ayuda a curar las quemaduras. Cuando comience a sentir dolor en la cara, colóquese rodajas de pepino. Si eso no funciona póngase una compresa de agua fría o un hielo envuelto en un paño, eso evitará que las células sigan quemándose. (GCA)

DESDE EL CONSULTORIO

El virus de las paperas

Francisco Xavier Jijón, pediatra

Las paperas era una de las infecciones clásicas de la niñez antes de que existiera una vacuna contra esta enfermedad, que la causa un virus que se trasmite de persona a persona por vía respiratoria. Este virus provoca una inflamación de las glándulas salivales y, primordialmente, de las parótidas, aquellas glándulas que se encuentran alrededor del ángulo de la mandíbula.
Usualmente, el niño con paperas no ha tenido la vacuna y ha sido expuesto a otro menor infectado entre dos y tres semanas antes. En ocasiones, este contacto no se puede identificar y se debe a que la tercera parte de las infecciones con el virus de las paperas no presenta los signos típicos de la dolencia.
La inflamación de las parótidas es la presentación clásica. Las glándulas salivarles están hinchadas y dolorosas. El pabellón del oído se ve desplazado hacia delante y hacia afuera. El pequeño tiene fiebre, generalmente no muy alta, y presenta un decaimiento total. El estímulo de la producción de saliva con alimentos ácidos puede ser muy doloroso.
En algunos casos, el virus de las paperas puede causar inflamación de otros tejidos como el cerebro, los testículos, el páncreas o la tiroides. Este es un factor importante de meningo-encefalitis viral, en los países donde la vacunación no es generalizada.
Casi un 50% de los niños con paperas presentan algún signo de irritación de las meninges, con dolor de cabeza, rigidez del cuello, náusea o vómito. Ventajosamente, este tipo de encefalitis (inflamación cerebral) es muy raro: se presenta un caso en 1 000.
La complicación neurológica más frecuente es la pérdida de la audición por inflamación del nervio auditivo. Sin embargo, la sordera, generalmente, mejora con el tiempo.
La orquitis o inflamación testicular puede ocurrir en un 30% de los adolescentes y adultos afectados con el virus. Estos pacientes tienen dolor e hinchazón de los testículos, lo que les dura entre siete y 15 días. Aunque alguno de los órganos afectados pueden tener daños permanentes, por lo general, los dos testículos no se dañan de igual manera y, por tanto, la esterilidad es poco común, luego de sufrir orquitis por las paperas. Tampoco aumenta el riesgo de cáncer testicular.
El tratamiento es sintomático con analgésicos y antiinflamatorios. Los beneficios de usar corticoides para la inflamación testicular todavía no están probados.
La vacuna contra las paperas es muy efectiva pero no se la administra en nuestro país sino desde hace poco tiempo y su uso no es generalizado.
En países donde la vacunación contra paperas es obligatoria, el mal casi ha desaparecido y los pocos caso que se presentan son en adultos que no fueron vacunados cuando niños. Algunas cepas de vacunas (cepa Urabe) se han asociado con cuadros leves y transitorios de irritación cerebral.
En todo caso, el riesgo de la vacuna es mucho menor al riesgo de la enfermedad y se debe continuar con la vacunación obligatoria contra la inflamación de las paperas.
EXPLORED
en Ciudad QUITO

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