Quito. 16 oct 96. Tras la publicación de BLANCO y NEGRO, "El
crimen que nunca ocurrió", que reconstruyó la muerte de Miguel
Manrique Morales, durante un confuso operativo realizado por
cinco agentes de la Interpol de Pichincha, la Comandancia
Nacional de Policía anunció la conformación de una comisión,
cuyos nombres no se dieron a conocer.

El objetivo de dicha comisión no será investigar el caso sino
"desvirtuar los hechos relatados por BLANCO y NEGRO". Manuel
Sarmiento, relacionador público de la Comandancia de Policía,
aseguró que los periodistas que siguieron el caso "están
jugando con fuego" y dio su versión sobre algunos de los
hechos descritos.

"La Policía no intervino en el embadurnamiento de las paredes
con betún", dijo. Las huellas de betún que se encontraron en
las evidencias y que fueron analizadas por el Laboratorio de
Criminalística "fueron hechas por unos niños que jugaban y
embetunaron las paredes".

Por otro lado, en relación con el escenario del homicidio, que
desapareció antes de que el Comisario pudiera realizar el
peritaje de rigor, el funcionario aclaró que "la casa en la
que murió Manrique fue destruida por una decisión del dueño
que buscaba deshacerse de los expendedores de droga".

"La Policía no destruye evidencias", aseguró Sarmiento.

Por otro lado, en la Comandancia de Policía se insiste en la
versión de que el disparo que terminó con la vida de Manrique
se produjo durante el forcejeo que mantuvo con el agente de la
Interpol, Ulvio Muñoz.

Sarmiento asegura que los agentes no ejercieron presión alguna
para que los médicos desaparezcan el proyectil. "El único que
debe responder es el médico que le practicó la cirugía".

Las evidencias minimizadas

En la Comandancia aseguran que no se puede culpar a la Policía
de participar en una "ejecución" porque no existían razones
para hacerlo.

"Se encontró sangre en las gradas. No había razones para
ajusticiarlo", dijo Sarmiento en la oficina de Relaciones
Públicas de la Policía.

Según el funcionario, en poder de Juan Sánchez y de Miguel
Manrique se encontró droga para 22 personas. "A la casa se
acercaban a comprar la droga especialmente jóvenes. ¿Es un
pecado ayudar a esos jóvenes", se preguntó.

La Policía sostiene que el operativo realizado en la casa N+
224, ubicada en las calles Los Ríos y Don Bosco, se realizó
con apego a la ley. "Cuando la Policía comprueba un hecho
flagrante tiene que actuar enseguida".

Sin embargo, el funcionario reveló que Pablo Romero, la
persona cuya denuncia motivó el operativo de la Interpol,
desapareció.

PROCURADURIA TRAS INVESTIGACION

Según versiones extraoficiales de la Procuraduría General del
Estado, el procurador, Leonidas Plaza, pidió a Carlos Ortega,
subprocurador encargado, que siga el caso del joven Miguel
Manrique Morales.

Según las mismas fuentes, Plaza incluso le habría solicitado a
Ortega- quien al momento reemplaza en sus funciones al
procurador- que haga algunas copias de los partes procesales
más importantes del caso para estudiarlo a fondo.

Según Ortega, estos documentos serán analizados en esta
semana. 'Daremos a conocer nuestro pronunciamiento cuando se
analicen a cabalidad estos partes procesales', recalcó el
funcionario.

Ortega añadió que la Procuraduría aún no determina el papel
que jugará en este caso, pero se enfatizó que, por el momento,
el deber de esta institución es vigilar que la tramitación del
juicio se realice de manera oportuna y adecuada.

De otro lado, Ortega afirmó que si durante el proceso se
detectan irregularidades, la Procuraduría estará en la
capacidad de destituir al fiscal y sancionar al juez
correspondiente.

Sobre la desaparición de las evidencias del caso, bala y
pistola, el subprocurador encargado manifestó que el abogado
de la familia del joven Manrique debería presionar para que
éstas aparezcan.

'La Procuraduría no puede hacer nada mientras no tenga
constancia de que estas pruebas realmente desaparecieron',
agregó.

Ortega dijo que si el abogado de Muñoz no da una justificación
veraz sobre los hechos, éste debe ser juzgado por el fuero
común.

'Según los datos recabados, aquí hay un caso de negligencia
por parte del policía Muñoz', concluyó.

BARRIO LA TOLA Y LA HISTORIA DE LA MUERTE

Miguel Manrique, de 16 años, falleció en la madrugada del 17
de septiembre, cuando una unidad de la Interpol ingresó a una
casa colonial del barrio La Tola, en la que Manrique ocupaba
un cuarto con su madre y sus dos hermanos.

Según un informe de la Policía, la muerte de Manrique habría
sido el resultado de un disparo fortuito, producido en un
forcejeo entre uno de los agentes de la Interpol, Ulvio Muñoz,
y el menor.

Mientras tanto, los familiares de Manrique señalan que el
joven recibió un tiro a sangre fría. Uno de los misterios del
caso es la desaparición de varias de las pruebas; entre ellas,
la bala homicida.

En la casa de Manrique fue encontrado, únicamente, el
casquillo. Además de la extraña desaparición de la bala, el
escenario del homicidio fue demolido, antes de que el
Comisario pudiera realizar el peritaje de rigor.

Por otro lado, las declaraciones de los testigos que
escucharon y vieron lo que ocurrió ese día son contundentes.
Una de las vecinas de Manrique dijo que después de los gritos
y los golpes se escuchó un disparo. Tanto la Policía como la
familia señalan como autor del disparo al agente de la
Interpol Ulvio Muñoz. El caso Manrique se encuentra al momento
en el juzgado 12do. de lo penal.

LA ORDEN NO LLEGA A LA POLICIA

El juzgado 12do. de lo penal emitió el 30 de septiembre una
orden de detención contra Ulvio Muñoz. La orden señala que,
'en virtud de la acusación particular, se hace extensivo el
sumario y se sindica con detención al agente Muñoz'. En el
mismo documento se establece que el Comandante de la Policía
debe proceder a dar cumplimiento a lo dispuesto en esta
providencia. 'Remítase la correspondiente boleta oficial de
encarcelamiento', señala el documento.

Aunque la orden de detención contra Muñoz fue emitida hace más
de 15 días, las autoridades policiales dicen desconocerla. La
Policía asegura que sus leyes amparan al agente Ulvio Muñoz y
que, por lo tanto, debe ser juzgado bajo el fuero policial.
Añaden que el incidente se produjo cuando el agente estaba en
servicio.

Los familiares de Manrique piden que el agente sea juzgado por
el fuero común. (DIARIO HOY) (P. 7-B)
EXPLORED
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